21 gramos (Alejandro González Iñárritu, 2003)

Reseña de Clara Juárez Fernández:

21 gramos es la cantidad de peso que pierden los cuerpos al morir y partir de ellos el alma humana. Alejandro González Iñárritu toma esta suposición para dar nombre a la segunda película de su ‘trilogía de la muerte’. [1] El guión de 21 gramos corre a cargo de Guillermo Arriaga, que trabajó previamente con Iñárritu en Amores perros. A diferencia de este primer film de los mejicanos, 21 gramos se acerca a Hollywood: la película es filmada en inglés, en la ciudad estadounidense de Memphis, es distribuida por Focus y cuenta con un reparto más que célebre. Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro coprotagonizan 21 gramos de una forma solvente y más que eficiente, suponiéndoles diversas candidaturas a premios internacionales. [2]

 

 

21 gramos como melodrama

 

La película se estructura en torno a tres personajes principales: Cristina (Naomi Watts), madre de dos hijas y exdrogadicta; Jack (Benicio del Toro), exconvicto convertido en un firme creyente y padre de familia; y Paul, un profesor de matemáticas que sufre graves problemas de corazón. La conexión entre las tres historias de estos personajes tiene lugar cuando Jack atropella a las hijas y el marido de Cristina de forma accidental. El corazón del esposo de Cristina es trasplantado a Paul para que pueda seguir viviendo. Tras la operación, el matemático decide conocer a la familia de su donante de corazón y, de esa forma, se enamora de Cristina. Al mismo tiempo, Jack confiesa su crimen y pasa un tiempo en la cárcel que le hace cuestionar su fe. Cristina y Paul comienzan una relación. La viuda tiene problemas con el alcohol y las drogas y el matemático con su nuevo corazón. Cristina, que aún no ha aceptado la muerte de su marido e hijas quiere venganza: insta a Paul a asesinar a Jack. Una vez le han localizado, Paul habla con Jack a espaldas de Cristina y, tras amenazarle con matarlo, le deja ir. Paul le dice a Cristina que ha asesinado a Jack y se ha hecho cargo de su cadáver. Jack, finalmente, irrumpe en la habitación en la que se aloja la pareja y reta a Paul a que le dispare. Mientras Cristina golpea fuertemente a Jack con la intención de matarlo, Paul, que esta débil por su enfermedad, se suicida. Inmediatamente, Cristina se acerca a él y le pide a Jack que le ayude a salvarlo. Jack lleva a la pareja al hospital y Paul fallece poco después.

 

El desarrollo del argumento de 21 gramos lo convierte en un melodrama, pues “el origen del drama no son los personajes, sino la trama y sus bases emocionales; los personajes son sólo sus ‘herramientas’, y sus rasgos de personalidad son definidos tanto como sea necesario para la progresión de la argumento”[3]. El melodrama busca crear emoción continua y para ello fuerza las acciones de los personajes creando situaciones estudiadas que pueden resultar en ocasiones inverosímiles o poco probables.

 

Numerosos críticos han debatido el carácter melodramático del guion de 21 gramos,[4] llegando a clasificarlo de ‘patético’ [5] y ‘telenovela’. [6] Pese a esto, 21 gramos no resulta una película especialmente comercial sino más bien todo lo contrario. El filme está dotado de un carácter independiente por el uso innovador que se le da a la narrativa y cómo la estética la acompaña.

 

Estructura no lineal

 

21 gramos se caracteriza por contar con una ‘narrativa modular’.[7] Este tipo de narrativa ‘va más allá del clásico despliegue del flashback, ofreciendo una serie de piezas narrativas desarticuladas, normalmente ordenadas de forma radicalmente anacrónica mediante flashforwards, repeticiones, o la desestabilización de la conexión entre presente y pasado.’[8] Continuamente son mostradas escenas futuras y pasadas, en las que los personajes aún no se han conocido y en las que ya lo han hecho.

Las escenas estén ordenadas de tal forma que impiden acceder a una cadena coherente de causa-efecto, pues se presentan indicios incompletos, generando suspense y curiosidad en el espectador. Este juego dentro de la película implica la manipulación del funcionamiento del propio argumento, de tal forma que la historia de 21 gramos es percibida de un modo muy diferente. La historia de 21 gramos en pantalla no llega al espectador igual que la explicación anterior de su argumento al lector de esta reseña. Los espectadores se ven obligados durante el filme a recomponer las escenas para generar esa cadena de causa-efecto.

Esta tarea de recomposición puede resultar compleja e incluso abrumadora al espectador, pero el equipo técnico de 21 gramos se encarga de dejar pistas entre escena y escena para que su conexión cobre sentido. El director de fotografía, Rodrigo Prieto, explica en las notas de producción: “Debido a la estructura de la película, hemos distinguido cada una de las tres historias por el color. Se trata de ofrecerle una pista sutil al espectador para que sepa en todo momento en donde está. El mundo de Paul es azul frío. El mundo de Jack es amarillo rojizo. El mundo de Cristina es intermedio, tiene rojos y dorados pero mezclados con elementos azules que proceden del mundo de Paul. Cuando las cosas se le complican a nuestros personajes, usamos película con más grano. Cuando la vida parece que se les aclara, no hay tanto grano. El encuadre y el trabajo de cámara reflejan lo mismo: cuando la vida de los personajes parece equilibrarse, empleamos un tipo de encuadres más tradicionales”[9]

Además de esta codificación visual de las escenas, pueden encontrarse en la película varios indicios que permiten al espectador reestructurar el orden lineal de la historia. Un ejemplo claro es el uso de la barba en las escenas de Paul: antes de la operación podemos verle con barba, después de la operación aparece afeitado y más adelante, cuando intenta matar a Jack, podemos verle sin afeitar. Este cambio deliberado en la apariencia del personaje permite al espectador establecer una separación espacial entre las escenas.

 

Hollywood independiente

 

21 gramos ha sido clasificada como una película independiente. En cambio, la trama melodramática y la subordinación de los personajes al fin emocional de la película la acercan más al Hollywood comercial que al cine independiente.

Pese a ello, el uso de la estructura narrativa hace que la percepción del argumento cambie. El fin de los personajes en la historia no es generar cambios, sino llegar al destino que se les ha predeterminado.[10] ‘Es cierto que si no fuera por la estructura podríamos incluso estar viendo una telenovela latinoamericana’,[11] pero no es así.

La narrativa de 21 gramos se convierte en algo espectacular que pone en vilo al espectador. El placer que se obtiene de ver la película deriva de la destreza con que el narrador extradiegético crea la historia. La narrativa suaviza cualquier acción o gesto de la trama que pudiera resultar excesiva o incoherente.

Es cierto que las acciones de los personajes se fuerzan para crear fuertes emociones, pero el espectador está centrado en averiguar cómo los protagonistas llegan a su destino. De esta forma, 21 gramos transmite sensaciones y sentimientos propios del melodrama al mismo tiempo que camufla las acciones estudiadas de este género. Por el uso de la narrativa, no puede clasificarse 21 gramos como una película comercial; aunque se trata de un melodrama, el resultado final de la película le dotan de un carácter independiente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

Azcona Montoliú, MªM. “A time to love and a time to die: desire and narrative structure in 21 grams”. Journal of the Spanish Association of Anglo-American Studies. 31.2. December 2009.

Bordwell, D. “La narración en el cine de ficción” Barcelona: Editorial Paidós. 1985.

Cameron, A. “Contingency, Order and the Modular Narrative: 21 grams and Irreversible”, The Velvet Trap, nº 58: 65.

Cameron, A. “Modular narratives in contemporary cinema”. New York: Palgrave Macmillan. 2008.

Cubitt, S. “The Cinema Effect”. MIT Press, Cambridge MA, 2004.

King, G., Weighing up the qualities of independence: 21 grams in focus, Film Studies: An international Review (5) : 80- 91. 2004

Neale, S. “Genre and Hollywood”. London: Routledge. 2000.

Romney, J. “Enigma variations” Sight and Sound, March 2004, 16.

Stewart, M. “Irresistible Death: 21 grams as melodrama” Cinema Journal 47, nº1, 2007.

 

Webgrafía

Notas de cómo se hizo 21 gramos:

http://www.labutaca.net/51sansebastian/21gramos4.htm

Información sobre nominaciones y premios recibidas:

http://www.imdb.com/title/tt0315733/awards



[1] La ‘trilogía de la muerte’ de Iñárritu está formada por Amores perros (2000), 21 gramos (2003) y Babel (2006).

[2] Naomi Watts y Benicio del Toro fueron nominados en 2003 a los Oscars en las candidaturas de Mejor actriz y Mejor actor de reparto, respectivamente. Para consultar otros galardones y candidaturas acceder a: http://www.imdb.com/title/tt0315733/awards

[3] Cita de Gerould en Neale, S. ‘Genre and Hollywood’ London: Routledge. 2000. Pág. 198.

[4] Para una visión de 21 gramos como melodrama consultar: Stewart, M. “Irresistible Death: 21 grams as melodrama” Cinema Journal 47, nº1, 2007.

[5] Stewart, M. “Irresistible Death: 21 grams as melodrama” Cinema Journal 47, nº1, 2007.

[6] Azcona Montoliú, MªM. “A time to love and a time to die: desire and narrative structure in 21 grams”. Journal of the Spanish Association of Anglo-American Studies. 31.2. December 2009. Pág. 116.

[7] Originalmente denominada ‘modular narrative’. Concepto extraído de Cameron, A. “Modular narratives in contemporary cinema”. New York: Palgrave Macmillan. 2008.

[8] Cameron, A. “Contingency, Order and the Modular Narrative: 21 grams and Irreversible”, The Velvet Trap, nº 58: 65.

[9] Extraído de Imágenes y notas de cómo se hizo «21 gramos» – Copyright © 2003 A This That Productions e Y Productions. Distribuida en España por UIP. Consulta en: http://www.labutaca.net/51sansebastian/21gramos4.htm

[10] Al comienzo de la película podemos ver una de las escenas finales, en la que Cristina sostiene a Paul dentro de un coche mientras se desangra. La curiosidad del espectador se centra en conocer cómo los personajes han llegado hasta esa situación.

[11] Romney, J. “Enigma variations” Sight and Sound, March 2004, 16. Pág. 16.

Clara Juárez Fernández, 2013.

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