La Cabina (Antonio Mercero Juldain, 1972)

Reseña de Kateřina Haklová

La Cabina es un telefilme de 37 minutos dirigido por Antonio Mercero con un guión de José Luis Garci y realizado con un presupuesto de 4 millones de pesetas el 13 de diciembre de 1972 por Televisión Española.

Antonio Mercero dirigió varias series de ficción populares, como por ejemplo Verano Azul (1982), Farmacia de Guardia (1991) o Manolito gafotas (2004) y películas como Se necesita chico (1963). Obtuvo varios premios notables, entre otros, el premio Antena de ORO, el Premio TP de ORO, el Goya de Honor de la Academia y el premio Emmy para mejor telefilm precisamente por La Cabina. Como afirma el propio Mercero: “El premio más importante de La Cabina efectivamente es el Emmy que dicen que es equivalente al Oscar de la televisión… aunque también lo fue el de Monte Carlo…”.[[1]]

Ya que La Cabina fue producida por la televisión pública española hay que contextualizar el funcionamiento en el que se basó esta institución durante los años 70. A diferencia de otros países europeos, la Televisión Española era una televisión pública atípica, debido en parte a la lógica empresarial en la que se basó, siendo el principal motivo que el Estado no disponía de dinero para las necesidades tecnológicas que requería la implantación de un servicio público de tales dimensiones y se optó por la financiación publicitaria, que duró desde el 1956 hasta hace unos años. Otra particularidad de la Televisión Española era que estaba vinculada al Ministerio de Información y Turismo, y no fue hasta después de la muerte de Francisco Franco que pasó a ser gestionada por el Ministerio de Cultura, por lo que hasta el año 1980 se trató de un servicio público instrumentalizado al servicio del poder político del régimen franquista. Los contenidos de Televisión Española durante esta época estaban como consecuencia orientados principalmente al entretenimiento, sólo el 20% de la parrilla se dedicaba a los informativos y el NODO, mientras que un mero 15% era para los programas educativos. El resto de la programación se centraba en el entretenimiento con un código moral cerrado, y es precisamente en esta categoría de entretenimiento televisivo del tardofranquismo donde ubicar el cortometraje de Antonio Mercero.

Como consecuencia de un cierto aperturismo y permisividad por parte del régimen, y gracias a una cierta deferencia hacia el propio Mercero, el telefilme esquiva la censura, algo que se podría traducir en simple hipocresía, puesto que pese a la cierta polémica que generó, parece claro que la finalidad era en cierto modo mostrar el potencial de Televisión Española fuera de nuestras fronteras. La Cabina se diferencia de otras producciones principalmente por mostrar una nueva expresividad dramatúrgica y aplicar recursos cinematográficos poco comunes hasta el momento en el medio televisivo. Otro factor diferenciador es su hibridación de géneros y la pluralidad de sentido narrativo, ya que partiendo de una premisa muy simple es capaz de ofrecer múltiples lecturas y un final abierto, por lo que ha sido objeto de todo tipo de interpretaciones morales, políticas y sociales y causó un importante revuelo a su alrededor. Como confiesa el director: Nos dábamos perfecta cuenta que nuestra historia tenía muchas lecturas. Y de que esa era su riqueza y su complejidad… Yo diría, pues, que La cabina es una parábola abierta a todo tipo de interpretaciones, y según la sensibilidad, cultura y formación de cada uno, se interpretará de forma distinta…”.[[2]]

Una de las posibles interpretaciones de esta sencilla historia, es el considerarla como una metáfora del pueblo español atrapado en la dictadura franquista, igual que el protagonista queda encerrado en la cabina, indefenso, con un futuro incierto y un final aterrador. Tal y como lo percibió un crítico francés de la época, los creadores podrían estar burlándose del régimen en frente de sus narices, igual que hacen los protagonistas de To be or Not to be en la película de Ernst Lubitsch.

El protagonista de este telefilme prácticamente mudo es un hombre común y corriente que, al ver una cabina telefónica recientemente instalada en su barrio de Madrid, se mete dentro poco después para realizar una llamada y queda atrapado. A pesar de los muchos intentos por escapar y pese a contar con la ayuda de las personas que pasan por allí, los bomberos o la policía, no consigue librarse y finalmente la cabina, con él dentro, es transportada por los instaladores de la misma en un camión, a un depósito fuera de la cuidad. Cada vez más desesperado e impotente, comienza a intuir que nada bueno le espera cuando ve otras personas en su misma situación, y para su sorpresa y horror según avanza por el macabro edificio observa que se trata de un cementerio de incontables cabinas con personas ya muertas atrapadas dentro. En palabras de José Luis López Vázquez: “El argumento me pareció un argumento muy duro, muy dramático, trágico, me simboliza sobre todo pues el estado humano de las cosas, el final, el término de los seres humanos, la anulación total de los elementos, la desintegración… me produce una inquietud”.[[3]]

En La Cabina podemos contemplar imágenes de un Madrid moderno, tecnológico, urbano, y nos hace pensar si fue el régimen quien propuso tales imágenes para mostrar en la futura exhibición del telefilme cómo España pasó de ser una sociedad rural y atrasada, a un símbolo de la nueva era y del urbanismo moderno gracias al crecimiento industrial que experimenta España entre los años 1961 y 1973 bajo el nombre de Planes de desarrollo.[[4]] Se eligió instalar la cabina en un ámbito urbano y no en uno rural, es muy importante la idea de la placita donde queda atrapado el protagonista, que sirve como lugar de reunión para los espectadores del insólito hecho, y es que las plazas en las ciudades clásicas y mediterráneas fueron un lugar fundamental. Dice Ortega y Gasset sobre ello: “La urbe es ante todo esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia, la política”.[[5]] También somos testigos de que la ciudad en este telefilme es mostrada, a pesar del sol y colores cálidos o quizás también por el efecto de ellos, como un entorno hostil, con sus viviendas de nueva construcción, deshumanizado y donde puede experimentarse la soledad en medio de la muchedumbre y el caos, como le pasa al protagonista por culpa de la barrera que representa la cabina. Se retrata la emigración rural que experimenta el país en la década anterior, vemos una ciudad repleta de ciudadanos y la plaza se llena rápidamente para ver al desgraciado personaje, sin embargo en otra escena en la que el camión que carga la cabina pasa por un pueblo, este se ve prácticamente vacío.[[6]] En otra escena vemos pasar al camión por una zona periférica de Madrid y podemos apreciar las imágenes de unos barrios nuevos y en constante crecimiento, prima la idea de sociedad nueva, una sociedad de consumo con sus grandes edificios, sus carreteras, sus automóviles y sus, claro está, cabinas telefónicas.

A pesar de que Televisión Española tardó en aceptar el film, la popularidad del anterior trabajo de Mercero, Crónicas de un pueblo, hizo que al final los directivos cedieran a su realización.  Como explica el crítico Alonso Ibarrola “(Crónicas de un pueblo) era una papeleta dificilísima de afrontar y él (Mercero) lo hizo con tanta inteligencia que se hizo popularísima la serie, que al fin de cuentas no era más que una propaganda del régimen franquista”.[[7]] Pero no se libró del todo de la censura del poder político, se les pidió a los autores que se recortase, por ejemplo, la escena en la que se ve un ministerio, a pesar de que en ninguna escena se ve directamente un edificio del ministerio, sino la estación de Nuevos Ministerios.

Al igual que en El Proceso o en Metamorfosis de Franz Kafka el protagonista se ve completamente indefenso ante los hechos que le ocurren y en ningún momento se le transmite el porqué de su encierro, esta es precisamente una de las claves que nos lleva a identificar la mencionada metáfora sobre la situación de España. Tratándose de una obra que se basa en la interpretación, Antonio Mercero afirma lo siguiente: “José Luis López Vázquez acababa de hacer Mi querida señorita y a mi me impresionó su labor en la espléndida película de Armiñán y entonces pensé que tenía que ser el hombre porque tenía que ser un mimo casi, tenía que describir tantos estados de ánimo en tan poco tiempo con tanta fuerza, claro… desde la sorpresa de haberse encontrado encerrado en una cabina sin poder salir, su sensación de ridículo al verse examinado por la gente, su impotencia de ver que no se abre y poco a poco esto va desembocando en una tragedia terrible de desesperación más absoluta, esta graduación de sentimientos era muy importante y se tenía que hacer con un actor estupendo que tenía que expresarlo todo solamente con su mirada, con sus ojos…”.[[8]]

Son más los indicios que apoyan nuestra teoría, primero nos encontramos con el protagonista, José Luis López Vázquez, que representaría al español medio, como afirma el propio Mercero: “…pensé que López Vázquez era estupendo para ello… y también su aspecto, bajito con su bigote… reflejaba muy bien al hombre gris, hombre medio español y creo que acerté con su elección, y José Luis demostró su enorme talento interpretativo con La Cabina”.[[9]] En segundo lugar es imposible no darse cuenta de la patente incapacidad de los cuerpos públicos, como vemos en la escena en la que los policías y bomberos no pueden librar al protagonista de la cabina ni ayudarle en forma alguna, o de una cierta mofa de la autoridad, cuando estos se caen al suelo tras el fallido intento, y de la desgracia ajena por parte de los transeúntes con el protagonista encerrado. También el uso de la fuerza como medio para solucionar los problemas se puede fácilmente asociar a la realidad española[[10]] y por último el hecho de mostrar el encierro como un espectáculo para los vecinos de la plaza, puede servir de analogía a la posición de la comunidad internacional con respecto a España y su dictadura fuera de lo común.

En conclusión, a pesar de que Mercero en ningún momento buscó, pese al final tan abierto y las consecuentes posibles interpretaciones, criticar el régimen directamente, su simbolismo nos hace pensar todo lo contrario. La escena final en la que los operarios vuelven a instalar una nueva cabina en el mismo lugar que la que atrapó a López Vázquez, refleja una idea recurrente, como queriendo transmitir la facilidad de la humanidad para cometer una y otra vez los mismos errores, ya se trate de cabinas de regímenes totalitarios, cabinas de los capitalismos como las que vivimos en los últimos años o cabinas de la propia existencia, tal y como reflexiona Mercero: “Todos seres humanos tenemos muchas cabinas de las que tenemos que librarnos, hay cabinas del tipo moral, hay cabinas del tipo educativo, hay cabinas del tipo mental, cabinas económicas que nos aprisionan y yo creo que uno de los destinos del ser humano es irse librando, que la vida es un continuo liberarse de cada uno de sus propias cabinas para ser libre, espontáneo y ser feliz, cada uno tiene que intentar ver cual es la cabina que le aprisiona, en qué cabina está metido e intentar liberarse… ese es nuestro destino”.[[11]]

Bibliografía

FRANCISCO FUENTES, Juan; LA PARRA LÓPEZ, Emilio: Historia Universal del siglo XX, de la Primera Guerra Mundial al ataque a las Torres Gemelas, Síntesis, Madrid, 2001

PERÉZ ADÁN, José: Cine y sociedad, prácticas de ciencias sociales, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2004

PICÓ, Josep; SANCHIS, Enric: Sociología y sociedad, Tecnos, Madrid, 2003

REQUEIJO GONZÁLEZ, Jaime: La Era Del Quantum: 1960-1974, Revista ICE, Número 826, Madrid, 2005.

VV.AA.: Cine Español (1896-1988), Ministerio de Cultura, Madrid, 1989

VV.AA.: Historia del cortometraje Español, Festival de Cine de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares, 1996

Webgrafía

http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/mercero-lopez-vazquez-presentan-cabina/393271/ (última consulta 11 de mayo 2013)

http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-cabina-mercero/1218603/ (última consulta 11 de mayo 2013)

http://tv_mav.cnice.mec.es/siglo/50/loaded_movies/guias/siglo/04_videos/01_antonio_mercero.html (última consulta 7 de mayo 2013)

Kateřina Haklová, 2013.



[[1]] RTVE: La cabina, íntegra, con presentación de Mercero y López Vázquez, 27 de enero 2009, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/mercero-lopez-vazquez-presentan-cabina/393271/ (minuto 7:25-7:52)

[[2]] Dramáticos: Antonio Mercero (Pack DVD), Vale Films, 2006

[[3]] RTVE: La cabina, íntegra, con presentación de Mercero y López Vázquez, 27 de enero 2009, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/mercero-lopez-vazquez-presentan-cabina/393271/ (minuto 3:20-3:54)

[[4]] REQUEIJO GONZÁLEZ, Jaime: La Era Del Quantum: 1960-1974, Revista ICE, Número 826, Madrid, 2005. Pág. 30-37

[[5]] PERÉZ ADÁN, José: Cine y sociedad, prácticas de ciencias sociales, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2004. Pág. 119.

[[6]] PICÓ, Josep; SANCHIS, Enric: Sociología y sociedad, Tecnos, Madrid, 2003. Pág. 174.

[[7]] RTVE: La mitad invisible – La cabina-Mercero, 8 de octubre 2011, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-cabina-mercero/1218603/ (minuto 5:28-5:42)

[[8]] RTVE: La cabina, íntegra, con presentación de Mercero y López Vázquez, 27 de enero 2009, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/mercero-lopez-vazquez-presentan-cabina/393271/ (minuto 2:23-3:00)

[[9]] RTVE: La cabina, íntegra, con presentación de Mercero y López Vázquez, 27 de enero 2009, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/mercero-lopez-vazquez-presentan-cabina/393271/ (minuto 3:04-3:19)

[[10]] RTVE: La mitad invisible – La cabina-Mercero, 8 de octubre 2011, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-cabina-mercero/1218603/ (minuto 8:07-8:22)

[[11]] RTVE: La cabina, íntegra, con presentación de Mercero y López Vázquez, 27 de enero 2009, disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/mercero-lopez-vazquez-presentan-cabina/393271/ (minuto 8:51-9:22)

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