Mamá es boba (Santiago Lorenzo, 1997)

Reseña de Patrycja Zbierska

“Me llamo Martín Zamora Perdulí. Vivo en la calle Bustamante 25 de una ciudad que se llama Palencia, con Pe, España, Europa, la Tierra, el Universo… Mi padre se llama Toribio Zamora y trabajaba donde los coches, pero le han despedido y ahora está en el paro. Mamá se llama Gema Perdulí y antes trabajaba en una mercería; tiene el graduado. Mis padres siempre hacen el ridículo allí donde van, siempre me da vergüenza de ellos. Son muy buenos con todo el mundo, pero me da vergüenza cuando pienso en ellos. Y así soy yo y poco más».[1] Con esta perturbadora voz en off que acompaña las primeras imágenes de la película (las de un niño, que tras cagarse en un patio escolar se ve vapuleado a balonazos por sus compañeros), Santiago Lorenzo nos anticipa que estamos ante una de las películas más radicales y valientes del último cine español. Esta obra, tan descarnada y a veces incluso dolorosa, nos hace reflexionar sobre la condición humana utilizando con una gran habilidad los códigos de la comedia negra.

 

Mamá es boba es el primer largometraje de Santiago Lorenzo, un joven realizador que tras levantar risas y rabias entre sus espectadores teatrales, se pasa al mundo de los cortometrajes. Allí desarrolla su estilo personal donde mezcla las técnicas de falso documental, la ficción, e incluso stop motion con plastilina[2]. Ya en estas pequeñas piezas muestra su humor agudo y el fuerte interés por la realidad que le rodea y la que denuncia sin piedad. Santiago Lorenzo nace en Portugalete, en aquel momento, se trataba de una zona industrial en la margen de la ría de Bilbao y este fue el contexto que comenzó a moldear su visión del mundo y sus estados de ánimo, sobre todo, un humor negro terrible. Santiago Lorenzo crea Mamá es boba en los años 90, una década optimista en la historia del cine español donde la llegada de nuevos creadores renueva la imagen de las películas nacionales. Los que se suman a la dirección cinematográfica en esta década comparten unas características generales que describen a Santiago Lorenzo como realizador de su tiempo. Heredero y Santamarina[3] apunta que el creador de los 90 no se agrupa en ningún movimiento a causa de su fuerte valor individualista vigente en la época. Efectivamente, Lorenzo no solo no pertenece a ningún grupo ni movimiento audiovisual, es más: le es difícil reunir el equipo técnico para el rodaje, ya que no conoce a ningún profesional del medio. También es cierto que Lorenzo consiguió su oportunidad de rodar un largometraje gracias a su previo trabajo como cortometrajista, algo muy común en los años 90. Centrándonos más en su película, que es mi objeto de estudio, su trama coincide con asuntos recurrentes en el imaginario temático que cultivan casi todos los nuevos realizadores de esta década: la película está situada en un tiempo presente donde prevalece el desconcierto vital y la obsesión por bucear en las carencias y los secretos de la institución familiar. La comedia negra de Lorenzo, que a veces se nos muestra tan oscura que nos hace dudar si todavía estamos frente a una comedia, ha sido la mejor manera de transmitir esta crítica social.

¿Qué historia es la que cuenta esta “mirada peculiar, plena de ternura y mala leche, con un humor a ratos infantil, a ratos marciano, con una poética, y a la vez, desalentadora visión del mundo que nos rodea”[4] ? La película nos muestra el día a día de Martín, un niño cuya vida es un infierno por cómo le tratan en el colegio y por la vergüenza que siente por sus padres: dos maravillosas, pero absoluta y absurdamente ingenuas personas que siempre sonríen “como pidiendo perdón por todo”, y que son incapaces de atisbar el sufrimiento de su hijo. Cuando Gema (la madre de Martín) consigue trabajo en TeleAquí, una cadena local, el niño descubre que la angustia en la que vivía no era nada en comparación con lo que le van a servir los nuevos jefes de su “mamá” que es “boba”.

 

El primer largometraje de Santiago Lorenzo fue un proyecto muy personal desde su inicio hasta su final. Es el verdadero cine de autor donde el director se implica en todas las etapas de la creación de su obra y donde impregna su estilo tan personal e inconfundible. Puede que esta sea la razón por la que los medios de comunicación, los críticos y hasta el público tuviera unas opiniones tan diferentes como las que recoge el diario El Cultural en la entrevista que publicó justo antes de su estreno en las salas. Porque “una experiencia catártica de la que el espectador no podrá desembarazarse en mucho tiempo” poco tiene que ver con “un infumable trabajo que parece más bien un súper 8 casero y de escaso nivel intelectual”.[5] La obra de Santiago Lorenzo no pasó desapercibida ni en los ojos de los directores más prestigiosos, o simplemente, más conocidos. Álex de la Iglesia ha dicho que ha fundado en Internet un club de fans de Lorenzo, mientras Santiago Segura le ha calificado como «un genio», cuyo único error ha sido no darle un papel en la película.[6] Como réplica a la crítica de su escaso nivel intelectual podríamos citar a Cary Grant: “¿Ha visto alguna vez a alguien comportarse en una comedia como si tuviera inteligencia?”[7]. Santiago Lorenzo afirma que muchas veces le han calificado de retrasado mental tras ver su película. Y aunque en la actualidad ya sabe reírse de aquello[8] después de todos los problemas que había tenido que resolver para finalizar este trabajo y hacerlo a su manera el director no pudo tomarse las críticas con distancia: “¿Qué distancia va a haber? Yo pensaba que los críticos se iban a meter al cine con cierta simpatía, porque dábamos pena con nuestras cuatro pesetas y porque los precedentes con los cortos habían sido muy buenos. Y porque este sí era de verdad cine independiente, en sentido literal y sin subterfugios. Yo no sé qué mérito artístico puede tener o no tener Mamá es boba, pero el mérito ético sí lo podríamos lucir orgullosamente. Habíamos cumplido como personas, no íbamos a dejar de hacer algo porque no encajara en el momento cinematográfico de entonces.”[9] En cuanto a los méritos estéticos se refiere, aunque el autor de Mamá es boba hablase de ella con una sencillez y humildad absoluta no pasa desapercibido el uso de la fotografía, perfecta desde el punto de vista narrativo: la iluminación naturalista, conseguida gracias a tan sólo una única bombilla colgada del techo en la casa contrasta con los delirios lumínicos de las zonas de TeleAquí. Otra de las virtudes son los personajes tan estupendamente afilados. Personajes que hablan como tienen que hablar, con sus errores y sus fallos gramaticales, y escritos con una naturalidad vista solamente en el trabajo de los guionistas expertos. El mismo Santiago Lorenzo, ya con distancia, comenta: “Un día caigo en la  cuenta de que los críticos de más de cuarenta años la desprecian (la película) y de que los más jóvenes la alaban con entusiasmo. Respiro porque habría sido dramático que hubiera sido al revés.” [10]

 

En realidad, Santiago Lorenzo actúa como un alquimista, que traza una línea muy fina entre la comedia y la crueldad. Creo que el mayor valor de la película es justo este humor negro tan terrible que asusta a unos y fascina a otros. Sin entrar más en la acogida que tuvo la obra en su momento, merece la pena destacar cómo este código de la comedia negra marca todo el desarrollo de la estructura narrativa de la película. La burla que existe desde el primer minuto en el que conocemos a los padres de Martín es inofensiva: se trata de dos parados que son unos auténticos tontos y unos pesados. El espectador en un principio se siente también tentado de burlarse de ellos: a Toribio (el padre) le encanta contar chistes malos y a Gema escucharlos. El amor que se demuestran es infantil y las relaciones que mantienen con los demás (y con su propio hijo) realmente patéticas. Pero cuando la crueldad y la humillación a la que son sometidos se recrudecen, uno empieza a sentirse incómodo y lo que en un principio parecía divertido, deja de serlo enseguida. Manuel Arija de la Cuerda, que estudió la vida y la obra de Santiago Lorenzo califica la cinta como una “película muy especial que trata sobre la vergüenza, la pena, la crueldad y el ridículo. Tan surrealista y graciosa como dura y cruel. Mamá es boba no es exactamente una comedia. ¿O sí?[11] Creo que la respuesta a su pregunta reside en la idea de la comedia negra. En España hay una tradición importante de la comedia iniciada por Rafael Azcona. Es la tradición de esta comedia negra, o incluso muy negra que denuncia lo antes no denunciado. Las películas sardónicas como El Verdugo o El pisito son unos precedentes ideales para Mamá es boba y es triste que incluso con esta bonita tradición no todos saben ver con buenos ojos los intentos de la continuación de esta corriente, tan necesaria también en nuestros tiempos.

 

Las bases de la comedia negra se ven examinadas en la tesis de Stephen Connard que indica principales indicadores de la “black comedy”.[12] Su mayoría coincide con las bases que rigen la película Mamá es boba, aunque numerosas veces se ha dicho que la cinta no corresponde a ningún género. El primer indicador del que habla Connard es la falta de poder como la causa principal de la crisis de los protagonistas. En la obra de Santiago Lorenzo ningún miembro de la familia tiene control sobre su vida y a raíz de esta impotencia surge este mundo infantil e ingenuo que Gema y Toribio han forjado a su alrededor. Los intentos de cambiarlo (sobre todo por parte de Gema) son el motor que impulsa a los personajes, es la fuerza impulsora que está detrás de los objetivos del protagonista. Hablando de los objetivos llegamos a la segunda característica de la comedia negra: la falta de perspicacia. Es verdad que parece absurdo buscar objetivos en esta familia que carece de metas y ambiciones. Es la falla más común que podemos encontrar en los personajes de la comedia negra. Pero la mayor crítica social que hábilmente trae a colación Santiago Lorenzo no es la falta de figuras paternales a seguir, ni siquiera el tema del boolying sutilmente trazado en la primera secuencia de la película, sino las relaciones en TeleAquí. Esta burla y disfunción es otra de las características de la comedia negra donde se denuncia esta sociedad llena de despreciables tiburones que para conseguir el éxito esperado no dudan en humillar a otros, e incluso disfrutan de ello. El hombre como bestia es un retrato más que frecuente en las comedias negras.

 

Mamá es boba es una brillante ópera prima con una absoluta libertad creativa ajena a las modas e intereses del cine español. Para el espanto de unos, y para el encanto de otros, Santiago Lorenzo escribió y dirigió esta película que golpea donde más duele. Una comedia negra, muy cruel, con un humor fundado en la incomodidad, pero con la delicadeza de hacernos valorar el material con el que hacemos nuestros chistes a diario.

 

 

Patrycja Zbierska, 2013

Bibliografía:

 

ARIJA DE LA CUERDA, Manuel: Santiago Lorenzo. La risa y la pena, Intermedio, Madrid, 2012

 

CAMPOS, Juan: Comedia. Humor y sátira en el cine, La máscara, Valencia, 1997

 

CONNARD, Stephen: The comedic base of black comedy, University of New South Wales, Sydney, 2003

 

HUERTA FLORIANO, Miguel Ángel: Los géneros cinematográficos. Usos en el cine español (1994-1999), Publicaciones Universidad Pontífica, Salamanca, 2005

 

LÓPEZ GARCÍA, Pedro: Alicantinos en el cine. Cineastas en Alicante, Editorial Club Universitario, San Vicente, 2011

 

Webgrafía:

 

Entrevista con Santiago Lorenzo publicada en El Cultural:

http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/14007/Santiago_Lorenzo_estrena_Mama_es_boba_una_de_las_peliculas_mas_radicales_del_ultimo_cine_espanol

(última consulta, 14-05-2013)

 

Entrevista con Santiago Lorenzo publicada en El País: http://elpais.com/diario/2003/04/15/paisvasco/1050435617_850215.html

(última consulta, 15-05-2013)

 

La página de Festival de Cine de Madrid – Plataforma de Nuevos Realizadores: http://www.festivalcinepnr.com/noticias/santiago-lorenzo-en-el-21-festival-de-cine-de-madrid-pnr/ (última consulta, 14-05-2013)

 

La revista de cine de la Comunidad Valenciana:

http://cinevalencia.8m.com/pallorenscas.htm#CARACOL,%20COL,%20COL
(última consulta, 15-05-2013)

 

La crítica de Mamá es boba en una wiki-página de reseñas:

http://www.filmbunker.net/criticas/mamá-es-boba (última consulta, 14-05-2013)

 

La ficha de Mamá es boba en la página de Film Affinity:

http://www.filmaffinity.com/es/film950676.html (última consulta, 14-05-2013)

 

Bibliografía fílmica:

 

Caracol, col, col, Dir. Pablo Llorens, Santiago Lorenzo. Plastianimation. Color, 1995

 

Mamá es boba, Dir. Santiago Lorenzo, El lápiz de la Factoría, Trastorno Films, Velvet Productions Color, 1997.



[1] Mamá es boba, Dir. Santiago Lorenzo, El lápiz de la Factoría, Trastorno Films, Velvet Productions Color, 1997.

[2] Es el caso del cortometraje Caracol, col, col (1995) que Santiago Lorenzo produce y por el que gana su primer Goya. La película cuenta la historia de una mujer que vive esclavizada por el bestia de su marido hasta que la providencial llegada de un psychokiller huido del psiquiátrico abre una ventana a la esperanza y al asesinato.

[3] Carlos Heredero y Santamarina es un crítico y escritor cinematográfico, especializado en el cine negro, que aparece citado numerosas veces en el libro Los géneros cinematográficos. Usos en el cine español (1994-1999) de Miguel Ángel Huerta Floriano.

 

[4] ARIJA DE LA CUERDA, Manuel: Santiago Lorenzo. La risa y la pena, Intermedio, Madrid, 2012. Pág. 10

[5] Entrevista con Santiago Lorenzo publicada en El Cultural http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/14007/Santiago_Lorenzo_estrena_Mama_es_boba_una_de_las_peliculas_mas_radicales_del_ultimo_cine_espanol

[6] Ficha de Mamá es boba en la base de datos Film Affinity

http://www.filmaffinity.com/es/film950676.html

[7] Cary Grant pronunció esta frase en su película Arsénico, por compasión donde interpretaba a un periodista deportivo, un personaje inolvidable en una de las mejores comedias de Frank Capra.

[8] El director demostró su increíble sentido de humor riéndose de las críticas de hace 14 años en un ciclo de películas “Homenaje a… Santiago Lorenzo” que organizó en octubre de 2012 el Festival de Cine de Madrid – PNR junto con el Instituto Buñuel, la SGAE y la Filmoteca Española que repasó su filmografía con proyecciones en el Cine Doré donde tuve el placer de asistir en una charla posterior con el director.

[9] ARIJA DE LA CUERDA, Manuel: Santiago Lorenzo. La risa y la pena, Intermedio, Madrid, 2012. Pág. 108

[10] ARIJA DE LA CUERDA, Manuel: Santiago Lorenzo. La risa y la pena, Intermedio, Madrid, 2012. Pág. 109

[11] ARIJA DE LA CUERDA, Manuel: Santiago Lorenzo. La risa y la pena, Intermedio, Madrid, 2012. Pág. 87

[12] CONNARD, Stephen: The comedic base of black comedy, University of New South Wales, Sydney, 2003. Pág. 27-40

 

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