Diario de un Skin (Jacobo Rispa, 2005)

Reseña de Noa López:

Diario de un Skin es una película estrenada en 2005 de Jacobo Rispa, inspirada en el libro de este mismo nombre del periodista de investigación conocido con el seudónimo de Antonio Salas. Comenzó a rodarse a principios de 2004 como publicaron periódicos como La Voz de Galicia “La productora gallega Filmanova ha comenzado a rodar la versión cinematográfica de Diario de un skin, el libro firmado bajo el seudónimo de Antonio Salas en el que el autor se infiltraba en varios grupos neonazis con la intención de desenmascarar algunas de las prácticas y la estructura de funcionamiento de los colectivos radicales en España”.[1]

La película expone la historia de este periodista, que se infiltra en una banda de neonazis a raíz de que estos asesinasen a su compañero y cuñado, de origen sudamericano en la capital  española de principios del siglo XXI (la acción está ambientada en Madrid, con referencias como el estadio Bernabéu). Su instinto de periodista lo conduce a ese mundo, su ética moral al principio le falla, pero su inteligencia le permitió comprender y sentir las creencias de los que creía una tribu urbana peligrosa y conocer cada mínimo detalle que lo caracterizase para ser igual que ellos, sentir como ellos, vestirse como ellos, hablar como ellos… ser un claro representante del nacionalsocialismo, lo que significaba mucho más que la apariencia y signos que los caracterizan, como tener la cabeza rapada, botas militares y tatuajes de simbología nazi, que se ven en los personajes que componen las bandas madrileñas con las que el personaje se relaciona.

El director ha elaborado un trabajo de investigación muy completo, porque además de representar a los nazis como nosotros los podemos identificar, tuvo en cuenta una serie de características y símbolos que suponen una entrega mayor, una radicalidad  y una obsesión que se reconoce desde los años veinte del siglo pasado como “nacionalsocialismo”; una ideología “basada en promover la discriminación, el odio o la violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón de su religión o creencia, pertenencia a su etnia, raza o nación, orientación sexual…”.[2]

Como dijo la filóloga y doctora Rosa Sala Rose “Lo más auténticamente monstruoso del nacionalismo estriba en su carácter humano y no, pese a la popularidad de la formulación, en su deuda con el demonio, y mucho menos con su “darmon” ajeno a la razón”; [3]¿Y por qué no va a ser humano? No son diferentes a otras tribus urbanas, los diferencian sus ideales porque todas tienen modelos y convicciones diferentes, pero al igual que a los punk, los rastafaris o los heavies, les unen gustos comunes que convergen hacia una misma causa y luchan por los mismos sentimientos, también les une una camaradería irrompible, y una gran fidelidad y confianza de los unos por los otros, ¿acaso no es humano eso? Todos ellos son fanáticos, de hecho, todos somos fanáticos de alguna cosa (aquello que por alguna razón inexplicable nos encanta y adoramos) que nos encante y adoremos; así que, actualmente no podemos emplear la expresión “fanático” como un término peyorativo, porque tanto para un nazi como para un metalero supone un compromiso total con sus creencias, y eso es positivo, pero tampoco se podría llegar al punto que expuso Victor Klemperer “Si alguien dice una y otra vez “fanático” en lugar de “heroico” o “virtuoso”, acabará por creer realmente que un fanático es un héroe virtuoso, y que el heroísmo es imposible sin fanatismo”.[4]

El fanatismo va prácticamente de la mano de la obsesión, y la obsesión antecede a la locura e irracionalidad, o acaso ¿son lógicos los argumentos que el protagonista Antonio dice defender? Argumentos como luchar por la causa, matar por ella, un futuro para la raza blanca, asegurar su existencia y matar a todo aquel que no sea blanco o esté en contra de ella; o una frase que aparece en un cuchillo inspirado en las SS que le enseña el librero nazi que dice “mi honor es la fidelidad”; lo mismo puede decirse en relación a esa lucha enfermiza por la patria (en este caso defender el nacionalismo español) que en la película lo muestra a través de numerosas banderas españolas adornando los hogares y lugares de reunión y defendiendo al equipo por excelencia que mejor representa a “la marca España” que es el Real Madrid; está bien defender unos ideales, pero dentro de un margen de racionalidad y de un código de mutuo respeto a otras creencias e ideologías.

Y ya no sólo esto, una muestra de este fanatismo desbordado que de forma detallada y amplia nos muestra el director de la película, también puede verse en la jerga que emplean entre ellos: el uso de abreviaturas que salen en los diálogos de la película como “SS, NS y Ge-Sta-Po” es uno de los rasgos lingüísticos nazis, como explica el autor Grumberger “las siglas suponen una forma de dominio más organizado, y son un símbolo de unidad al estilo masón” [5],  se muestran en general como gente amante de la lectura y culta (como le explica el policía que ayuda al protagonista a infiltrarse), obviamente este es un rasgo que no podía quedarse atrás, y el director lo tuvo muy presente.

Hay que destacar también la aparición de la autopista en la secuencia que van conduciendo en  dirección a Zaragoza: probablemente sea el símbolo muy importante de la película ya que “Hitler legó las autopistas. Las autopistas fueron y siguen siendo el símbolo por excelencia de las bondades y modernidad del Tercer Reich”, [6]y efectivamente a día de hoy, en  2013, no es que dependamos totalmente de las autopistas, pero se puede afirmar que sus construcciones han facilitado el transporte por carretera de una forma más que notable.

Por otra parte, el racismo y la xenofobia son el nuevo “anti-judíos” de la época nazi de Hitler. “La absoluta falta de simpatía adquiría aspectos macabros”[7], “Por fin ha ocurrido. El otro día le dimos una paliza a un moro que había robado el bolso a una española”, [8]y esto no sólo en el tercer Reich, sino que la película, ambientada en la época actual, en el siglo XXI, muestra perfectamente la monstruosidad de eso: cuando persiguen a los seguidores del Osasuna simplemente por ser del equipo contrario, por ser aficionados de otro equipo de fútbol diferente al Real Madrid. Esta rivalidad sobrevalorada va mucho más allá del terreno de “fútbol cómo deporte y ocio”, el director nos da a entender que no ser del Madrid puede suponer estar en contra de la patria, de la defensa de la causa de salvaguardar el ideario que  los neonazis defienden, y si no lo apoyas estás contra él y ellos contra ti, y tienes que ser eliminado, porque al igual que los homosexuales o los negros vales lo mismo que una sabandija , estás en contra del sistema, en contra de ellos y eso debe castigarse con derramamiento de sangre, muchas veces hasta llegar a la muerte si es necesario según su código, lo que otorga a estos grupos, además de un carácter radical, unos planteamientos de carácter violento que los diferencian de otros grupos pacíficos, o menos crueles, por los que necesariamente deben considerarse como preocupantes para nuestra sociedad.

Por tanto, bien puede decirse que un nacionalismo bien entendido puede ser socialmente positivo, pero radicalizado y concebido como  exclusivo de otros planeamientos, puede resultar altamente peligroso para la sociedad.

Bibliografía

FEIXA, Carles: De jóvenes, bandas y tribus. Ariel (Antropología), Barcelona, 1998.

GRUNBERGER, R.: Historia Social del Tercer Reich. Ediciones Destino, Barcelona, 1976.

SALA, Rosa: Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo. Acantilado, Barcelona, 2003.

SALAS, Antonio: Diario de un skin. Temas de Hoy Ediciones, Madrid, 2003.

Webgrafía

http://www.antoniosalas.org/neonazis/noticia/el-supremo-revisa-el-25-de-octubre-la-condena-por-asociacion-ilicita-los-15-miembro (Última consulta, 11-04-2013).

 

Noa López, 2013.



[1] Hemeroteca. Archivos: La Voz de Galicia: Ulloa rueda Diario de un skin, 26 de abril de 2004.

[2] Diario La Vanguardia, Artículo “El Supremo revisa el 25 de octubre la condena por asociación ilícita a los 15 miembros del gruponeonazi Hammerskin”, http://www.antoniosalas.org.

[3] Sala Rose, Rosa:Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, Acantilado, Barcelona, 2003. Pag. 9.

[4] Grumberguer R.: Historia social del Tercer Reich, Ediciones Destino, Barcelona, 1976. Pag. 344.

[5] Grumberguer R.: Historia social del Tercer Reich, Ediciones Destino, Barcelona, 1976. Pag.  346.

[6] Sala Rose, Rosa:Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, Acantilado, Barcelona, 2003. Pag 82.

[7] Grumberguer R.: Historia social del Tercer Reich, Ediciones Destino, Barcelona, 1976. Pag. 482.

[8] Hemeroteca. Archivos: La vanguardia: Testimonios,  Infiltrado en el mundo skin, 21 de septiembre de 2003.

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