Arráncame la vida (Robert Sneider, 2008)

Reseña de Ana Pamela Torres Ocampo:

«Las flores nunca me emocionaron, pero me sentía importante arreglándolas»[1].

Arráncame la vida es una película mexicana-española dirigida por Robert Sneider y basada en la novela homónima de la autora mexicana Ángeles Mastretta, que colaboró en la redacción del guión del filme[2]. La cinta es un retrato de la sociedad y el gobierno de un México post-revolucionario. El argumento trata de la historia de Catalina Guzmán de Ascencio y es la voz narrativa, de este personaje, el que nos guía en todo el largometraje, a modo de recuerdo[3]. Catalina tenía 15 años cuando conoció al general Andrés Ascencio, un caudillo de la Revolución Mexicana, en el Café de Los Portales en la ciudad de Puebla. La trama se desarrolla alrededor de la relación de Catalina con Andrés y la ascensión de puestos políticos del General Ascencio.

Al entrar Andrés Ascencio en la vida de Catalina, de 15 años, ella descubre que vive en una sociedad machista que define quien es. El personaje de Catalina es complejo, comienza como una niña que se casa por amor con el General Andrés, un hombre corrupto, egoísta y machista; y acaba, como una mujer astuta que aprende a manejar su matrimonio para su beneficio y el de sus hijos. Entre los tantos matices que tiene Catalina cabe resaltar como su sexualidad se desarrolla de una manera algo abrupta por el casamiento, un poco repentino, con Andrés. Sneider refleja sutilmente éste afloramiento de la sexualidad de Catalina en las escenas en la película donde Catalina esta compartiendo íntimamente con sus respectivas parejas.

Al poco de conocerse, Andrés se las ingenia para enamorar, poco a poco, a Catalina. En una de sus citas él le pregunta si conoce el mar, a lo que Catalina responde que no y Andrés la invita a conocerlo. Catalina se escapa de su casa, acepta la invitación y los dos se van a la costa a conocer el mar. Catalina esta asombrada de conocer el mar pero las intenciones del General no eran las más honestas. En una escena salen los dos en una habitación en donde están besándose. Una escena creada a partir de varios planos, en uno de ellos se muestra a Catalina desnuda del torso para arriba. A Andrés sólo le muestran la espalda y torso.

Catalina se sorprende mucho de la desnudez del General y piensa:

“Yo había visto toros subirse a las vacas pero ver el pito parado de un señor es otra cosa.”[4]

Catalina al final no puede llegar a un orgasmo y le pide a Andrés que la enseñe a “sentir” pero él le dice:

“Eso no se enseña chula, eso se aprende.”

Aquí se refleja la ignorancia de Catalina por la sexualidad y su propio cuerpo. Una de las razones puede ser porque era una chica de origen humilde que probablemente no tuvo educación[5], e incluso si hubiera contado con ella, esos temas eran malos o pecaminosos y simplemente no se hablaban[6]. Al dejarse guiar por la curiosidad en esa misma secuencia hay otra escena en donde, buscando respuestas, Catalina visita a una especie de gitana. Catalina le pregunta cómo se hace para “sentir” a lo que la gitana se alza la falda[7] y le dice:

“ Aquí tenemos una cosita. Con esto se siente ¿ves? A ver súbete la falda. Es el timbre y claro tiene mucho otros nombres. Cuando estés con alguien piensa que aquí queda el centro de tu cuerpo, que de ahí vienen todas las cosas buenas. Piensa que por ahí sientes, oyes y miras. Olvídate de que tienes brazos y cabeza. Tu ponte ahí. Veras si no sientes.”

El General Ascencio un buen día se aparece en la casa de Catalina para informarle que se van a casar. Catalina se niega primero pero termina aceptando. Sin ceremonia, ni fiestas pomposas se casan en un edificio del gobierno por lo civil teniendo como testigos a la familia de Catalina y al amigo del alma de Andrés, Juan. Ahora pasa a ser Catalina Guzmán de Ascencio. Pasan los días y Catalina un día, cuando va caminando por la calle, ve a Andrés despidiéndose de otra mujer muy cariñosamente. Catalina le reclama pero Andrés le da entender que él hace lo que le da la gana porque es un Señor. Éste es un momento clave en la historia porque Catalina se decepciona de su marido y esto conlleva a que se desenamore de él. Pero sorprendentemente no se separán ni Catalina trata de resolverlo sino que aprende a ignorar esa parte de su matrimonio. Quizás no hace nada por que tiene miedo de Andrés o por lo que le pueda hacerle a ella o a su familia o simplemente se conformó con su suerte[8].

Al poco tiempo, Catalina queda embarazada de Andrés y un día de camino a visitar a sus papas se encuentra con un amigo de la infancia, Pablo. Debido al abandono por parte de Andrés, Catalina termina en la cama de Pablo. En esta escena, de un sólo plano, muestran a los dos acostados en la cama, mostrando a la mujer desnuda del torso para arriba y con su barriga de embarazada. Y su acompañante únicamente se le muestra el torso desnudo. Igual que en la primera escena con Andrés.

Pasan los años y Catalina aprende a manipular a Andrés para conseguir lo que quiere y necesita para ella y para sus hijos. Catalina aparte de tener dos hijos con Andrés, tiene otros dos que Andrés tuvo con otras mujeres y se los trajo para que los criara. Catalina ocupa con cierto orgullo el espacio de esposa trofeo: vistiendo ropa de moda de la época, paseándose con su marido en ranchos y haciendas que este tenía por el país y asistiendo a cenas de amigos y colegas de Andrés. La pareja se mudará a la ciudad de México debido a que Andrés quiere postularse para la presidencia del país. Aparte de su matrimonio sin amor, Catalina, a lo largo de los años, se entera de varias atrocidades (asesinatos, secuestros y corrupción en el gobierno) cometidas por su marido, aunque él las niega cínicamente. Por mucho tiempo ella le cree sin saber que, en realidad, todo es cierto e incluso hay más de los que ella no se llega a enterar.

Cuando Catalina tiene 26 años conoce a Carlos Vives, un director de música, cuando se cuela en un ensayo de la Orquesta Nacional, en el palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Carlos representa lo opuesto de Andrés, un hombre apasionado por lo que hace e incluso critica todas las obras de Andrés. Él lucha por un país en donde la democracia reine y no que el país lo gobierne un par de ávaros corruptos. Catalina se enamora completamente de él y mantiene su romance con el director en secreto. Su primer encuentro íntimo fue en una fiesta, ofrecida por Andrés, después de uno de los conciertos de Vives, los dos logran escabullirse a una habitación. Sneider nos presenta en la escena un plano en donde están acostados en una cama, Vives y Catalina, aunque, esta vez, muestran a Catalina completamente desnuda.

Esta escena contrasta con las primeras dos porque Catalina ya es una adulta, en comparación con la adolescente casi adulta, que se caso con Andrés, y ya está más familiarizada con su cuerpo y su sexualidad. El director refleja este cambio sutil al presentarnos, esos primeros planos en donde Catalina está semi-desnuda a donde está completamente desnuda en este último. Desde la escena en la que comparte con Pablo, Catalina ya no se deja influenciar tanto por la sociedad hasta cierto punto porque se acuesta con un hombre que no es su marido. En la tercera escena, esto queda aun más claro porque comparte con otro varón también y aparte está enamorada pero aún así no se separa de su marido. No obstante, Carlos se lo pide aunque sabe que Catalina no lo hará por temor a que le pase algo a ella o a sus hijos y Catalina le contesta lo que un día Andrés le dijo:

“Hay presidentes viudos pero no divorciados”.

Andrés manda a matar a Carlos después de dos años de amoríos con Catalina. El asesinato lleva a la amante a volver a visitar a la gitana, para preguntarle cómo hace para dejar de sentir. La gitana le da unas “hierbas que curan los dolores del alma” y le dice:

“Cuando te sientas mal te haces un te. Le pones nada más una o media. No lo hagas muy seguido. No vas a creer que una mujer de mi pueblo se murió porque le puso 3[9]”

Después de la boda de una de las hijas mayores de Andrés, éste le dice a su esposa que ha sido una buena mujer y que es muy inteligente y concluye con:

“Hasta pareces hombre.”

Esto provoca mucha rabia y coraje en Catalina y le da su te con hierbas. Andrés muere misteriosamente al otro día en uno de sus eventos políticos. Al final Catalina no siente ningún tipo de remordimiento pero trata de aparentar. En el entierro de Andrés se acuerda de su querido Carlos y comienza a llorar todo lo que no lloro por Carlos; terminado la escena diciendo:

“Estaba sola, nadie me mandaba. Me sentí libre. Cuantas cosas ya no tendría que hacer. Cuantas cosas haría. Estaba sola, divertida con mi futuro. Casi feliz.”

Una mujer a cargo de si misma. Ángeles Mastretta[10] en una entrevista dice que Catalina no es un personaje feminista sino una mujer que no se conforma con su suerte y se las ingenia para vivir mejor. En la imaginación de cada uno queda ver la suerte de la viuda del General Ascencio. Ojalá ya no le toque arreglar flores nada más porque si.

Bibliografía

DONAPETRY María: La feminización de la nación en el cine español y latinoamericano. Editorial Fundamentos, Madrid, 2006.

GOMEZ Juan Pedro: El cine una guía de iniciación. Aula de Mayores, Universidad de Murcia, 2002.

KAPLAN Ann: Las mujeres y el cine a ambos lados de la cámara. Routlegde, Madrid, 2008.

MASTRETTA Ángeles: Arráncame la vida, Alfaguara, Tercera Edición, España, 1986.

Hemeroteca

El Universal: El film “Arráncame la vida” llega a cines españoles. 2009.

LAVERY J.E. Entrevista a Ángeles Mastretta: La escritura como juego erótico y multiplicidad textual. Anales de literatura hispanoamericana. Volumen 30, Pág. 313-340, 2001.

SALVADOR Álvaro. Novelas como boleros, boleros como novelas: Una lectura de Arráncame la vida. Anales de literatura hispanoamericana. Volumen 28, Pág. 1171-1190, 1999.

Webgrafía

http://sic.conaculta.gob.mx/ficha.php?table=produccion_cine&table_id=14&estado_id=9&municipio_id=16# (última consulta, 5-13-2013)

http://search.proquest.com/docview/428094716?accountid=44825 (última consulta, 5-13-2013)

Ana Pamela Torres Ocampo, 2013.