El hijo de la novia (Juan José Campanella, 2001)

Reseña de Cayetana Moliní Aguiar

“La historia surgió a partir de algo personal, que fue la idea de mi padre de casarse con mi vieja que tiene Alzheimer” [1]dice Juan José Campanella, director y escritor  (junto a Fernando Castets), en una entrevista en vísperas del estreno.

La película relata la vida de Rafael, un hombre obsesionado con su trabajo en el restaurante, tanto es así, que no ve lo verdaderamente importante, no tiene tiempo de atender a su hija, y elude el compromiso con su novia.  Lleva tiempo sin ver a su madre internada en un geriátrico porque sufre de Alzheimer. Una serie de hechos inesperados hacen que se replantee su vida, entre ellos la intención que tiene su padre de cumplir un viejo sueño de su mujer, casarse por la Iglesia.

Juan José Campanella es un director y guionista de cine argentino. Una de sus obras, El secreto de sus ojos (2009), ganó el Óscar a la mejor película de lengua no inglesa en 2010, El Hijo de la novia, estuvo nominada a la misma categoría. Según Ángel Fernández  Santos: “Una viva y original comedia sentimental. Puro oro cinematográfico”[2]. Caló muy hondo en la cartelera, su mezcla entre dramón y humor resultó infalible.

El guion de esta historia, con tintes autobiográficos, trata varios temas como el amor, la absorción por el trabajo, la crisis económica, la amistad… Pero el principal y más importante es la familia, todo ello en torno a Rafael, interpretado por Ricardo Darín. Tanto Campanella como Castets querían que el  protagonista tuviera, sin saberlo, una función vital. “Sabiendo que para construir un mundo mejor no hacen falta arquitectos ni abogados, pero sí comida, pensamos en un restaurante”[3]. Ambos elementos; la comida y el restaurante tienen una labor insustituible dentro del tema principal de la película, la familia.

En todo film, el escenario y lo que en él se encuentra incrementan el efecto dramático. Los locales, en el caso de El hijo de la novia, el restaurante, desempeña un papel central, al igual que en otras películas argentinas como por ejemplo  Luna de Avellaneda (2004) también de Juan José Campanella. Bettina Bremme dice: “Suele suceder que un local funge como segunda casa […] Es como un trozo de hogar en un país en el que casi todos descienden de emigrantes, y cuya sociedad amenaza con desmoronarse a causa de la crisis”[4].El protagonista, se encuentra con el dilema de si vender o no el restaurante que abrieron y levantaron sus padres siendo jóvenes inmigrantes italianos. Esto lleva a una de las conversaciones más intensas de toda película y es cuando Nino (padre de Rafael), recita un monólogo en el que expresa el amor vivido junto a  Norma en el restaurante. Estas palabras nos hacen llegar ese sentimiento de hogar a través de una magistral actuación de Héctor Alterio. Otra de las secuencias al final de la película  que nos sugiere esa misma idea, es la de Nino mirando melancólicamente su antiguo restaurante ya vendido.

La tesis que Campanella hace de la familia, parece estar contada por sus propias vivencias y su experiencia personal. “[…] La historia de los padres es concretamente la historia de mis viejos. Incluso todo lo que dice Norma fueron frases de mi vieja cuando estaba en esa etapa del Alzheimer”[5]

La madre, Norma, interpretada por Norma Aleandro, representa la protección, el calor y el alimento de la infancia. Dentro de la película, la comida crea grandes significados de vínculos familiares. Al inicio, el recuerdo de Rafael, donde él y Juan Carlos juegan a ser “el Zorro” y son atacados por otra pandilla, se refugian bajo las faldas de su madre que les prepara polvorones y leche. Durante el film, Eduardo Blanco que da vida a Juan Carlos, en una ocasión hace referencia a esta etapa con Norma cuando eran niños. A él nadie le reconoce, ni el propio Rafael, cuando entra por la puerta del restaurante, ni el padre del mismo, hasta que llega el instante en el que una enferma de Alzheimer es la única que le recuerda con claridad en uno de esos momentos de lucidez. Se trata de  una de las escenas más emotivas de la película, cuando Norma, nada más verlo por primera vez, le ofrece polvorones, como cuando eran niños. Una de las razones por las que existe ese hilo conductor entre la comida y la familia es el extraordinario trabajo de los diálogos en el guion que realizan Campanella y Castets. Como dice Fernando Trueba: “El mejor diálogo es el que es real”[6].

El tema de la familia en la película, se da en torno a la historia entre Norma y Nino. El cine tiene una ventaja sobre las demás artes porque posee diferentes niveles de discurso y consta de múltiples elementos a los que se puede brindar un significado, desde el montaje hasta la música o la puesta en escena. A lo largo del film emergen figuras que alcanzan un nivel de concepto, como por ejemplo el famoso tiramisú, que nadie consigue preparar como la madre y al que Rafael se refiere en una ocasión como  “tiramisú Norma”. La siguiente escena en la que aparece, es en la celebración que padre e hijo hacen del cumpleaños de Norma. Posteriormente Rafael solo en casa come el tiramisú cuando sufre un infarto y cae sobre la fotografía de su madre al tiempo que dice “mami”. En la última escena, una vez más se hace referencia a la preparación del tiramisú  en la fiesta por la boda que su madre siempre había deseado. Se crea ese vínculo entre Norma y el tiramisú que prepara Nino. Trevor Whittock en su obra Metaphor and film,[7] considera que si un objeto se asocia en planos sucesivos a un personaje, cuando éste aparezca aislado habrá que leerlo como un desplazamiento  del punto de su origen, del personaje con el que está vinculado, es decir el objeto es metáfora de un personaje. En este caso, si el tiramisú apareciera solo, probablemente y siguiendo esta teoría, lo asociaríamos directamente con Norma y Nino.

El ritual de comer en familia o en grupo está presente en numerosas películas,  como por ejemplo  en Como agua para chocolate,(1992) de Alfonso Arau. En El hijo de la novia, las conversaciones más importantes del film, que afectan al núcleo familiar, se realizan en torno a una mesa, donde la simple acción de comer alberga un mayor significado dentro de la trama de la película, como el momento en el que Nino le dice a Rafael que quiere casarse con su madre por la Iglesia, cuando Juan Carlos le confiesa que se ha enamorado de Naty, o la lectura del poema escrito por su hija  que  resulta tan conmovedor.

En ocasiones algunos alimentos nos traen recuerdos de algo especial, de un momento feliz en el pasado,  del hogar o la familia. En El Hijo de la novia, el espectador puede crear este significado a través de las referencias que se hace a la comida y el restaurante durante todo el film. “Una película se presenta ante el espectador para ser comprendida e interpretada y es sólo gracias a él que la creación cobra sentido”[8] En la vida cotidiana percibimos lo que nos rodea de una manera práctica y sencilla, pero en el cine las cosas que suceden en la pantalla no cumplen ese fin. Cuando el espectador observa un film algo tan simple como un escenario, un objeto  o una  frase contienen mucha más información de lo que puede parecer. Tanto el guion coescrito por Juan José Campanella y Fernando Castets, la dirección y el reparto, logran una película redonda, con una exacta combinación de comedia y drama que consigue tocar el corazón de todos tratando temas tan cotidianos como la familia y el amor.

BIBLIOGRAFÍA:

CAMPANELLA Juan José, CASTETS Fernando. El hijo de la novia. Junio 2002.

ZEPEDA CRUZ Jéssica Dolores. El fenómeno catártico y la narrativa cinematográfica. Tesis digital. Universidad de las Américas Puebla.México 2004.

TRUEBA Fernando. Diccionario de cine. Editorial Planeta. 1997.

WEBGRAFÍA:

http://www.pagina12.com.ar/2001/01-08/01-08-15/pag31.htm

http://majfud.org/2012/01/18/el-hijo-de-la-novia/

https://moralesrosi.wordpress.com/investigacion/relacion-entre-arte-y-alimento/

http://www.galiciacity.com/servicios/cine/hijonovia.shtml

http://cine-forum.blogspot.com.es/2011/12/el-hijo-de-la-novia.html

http://www.grupokane.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=201:artentrevcampanella&catid=36:catficcion&Itemid=29

http://www.jornada.unam.mx/2007/09/16/sem-bettina.html?#directora

http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-42374/secretos/

https://cafecin.wordpress.com/2012/12/01/la-metafora-en-el-cine-por-estefania-cano-reyes/

http://www.unav.es/fcom/communication-society/es/articulo.php?art_id=364

http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lco/zepeda_c_jd/portada.html

 

Cayetana Moliní Aguiar, 2015.



[1] Entrevista a Juan José Campanella por el diario argentino.  Página/12  en 2001. http://www.pagina12.com.ar/2001/01-08/01-08-15/pag31.htm

[2] Crítico titular de cine en el diario EL País.

[3] CAMPANELLA Juan José, CASTETS Fernando. El hijo de la novia. 2002. Página 164

[4] Revista La jornada. La comida en el cine latinoamericano. 16 septiembre 2007. Nº 657

[5] Juan José Campanella en una entrevista para www.grupokane.com, por Pablo Acosta Larroca. Octubre 2009. http://www.grupokane.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=201:artentrevcampanella&catid=36:catficcion&Itemid=29

[6] TRUEBA Fernando. Diccionario de Cine. Diálogo. Pag88

[7] Trevor Whyttock investigó sobre la metáfora en cine y publicó su obra en 1990 Metaphor and film, en la que desarrollaba sus teorías acerca de este tema.

[8] Jessica Dolores, licenciada de ciencias de la comunicación, en su tesis El fenómeno catártico y la narrativa cinematográfica, Capítulo 4. http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lco/zepeda_c_jd/capitulo_4.html

 

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