No (Pablo Larraín, 2012)

Reseña de Mario Figueiras Sánchez:

No constituye el cuarto largometraje de Pablo Larraín, escrito por Pedro Peirano y basada en la obra de teatro El plebiscito[1] de Antonio Skármeta, y que da fin a la trilogía de películas junto con Tony Manero (2008) y Post Mortem (2010). Una película que nos relata la campaña del No en el plebiscito que en 1988 puso fin a los 15 años de dictadura de Augusto Pinochet, donde un joven publicista, René Saavedra (interpretado por Gael García Bernal), forma parte del equipo que desarrolla dicha campaña, y donde cobran especial importancia los 15 minutos diarios que disponía en televisión la franja del “No” para promocionarse, con la que finalmente consigue “un plan audaz para ganar el referéndum y liberar al país de la opresión”.[2]

A simple vista y visionando por primera vez la película, podríamos afirmar que es una cinta rodada en la década de los ochenta, especialmente si nos fijamos en la calidad de la imagen y el color o en el formato en que está grabada. Pero por sorprendente que parezca no es así, el director ha procurado llevarnos de vuelta a esos años encaminando todos los elementos que tenía a su alcance hacia ese fin. Independientemente de otros elementos, hablamos de que Larraín ha decidido rodar con la estética de vídeo U-matic[3], en cámaras que se empleaban en 1983, y gracias a la cual todas las transiciones quedan totalmente fluidas entre el material documental de televisión chilena de los años 80, rodado en ese formato, y las escenas de ficción de la película.

Sin embargo, no todo son ventajas ya que como afirmaba el propio Larraín “son cámaras muy complicadas de conseguir. Son cámaras que se calientan, que hay que apagar, recalibrar”. Cámaras que además solo alcanzaban 260 líneas de resolución (nitidez), que no disponen de todas las prestaciones y ventajas que los recursos actuales y el cine digital permite. “Es una tecnología que ya no existe. Además los problemas no solo vienen en el rodaje, también en postproducción, porque no hay máquinas que lean este material[4]. Algo que en definitiva complica todo el proceso de grabación al escasear dichos medios, al no obtener una imagen fiel a la realidad, a la fragilidad de los sistemas que requería, y la edición al no existir apenas lugares donde volcar estos materiales y manejarlos. Es lógico por esto y otros motivos que muchos directores de cine veteranos que han probado el cine digital no vuelvan a los sistemas analógicos. Este es el caso, por ejemplo, de Ridley Scott, Peter Jackson o Steven Soderbergh, entre otros. Como afirmó Patrick Corcoran[5] en 2011, “será absolutamente necesario cambiar al Cine Digital para sobrevivir”.

Volviendo a este largometraje, cuando nuestro protagonista René Saavedra y sus compañeros visualizan los spots que tienen preparados para su campaña y las campañas del “Sí”, es cuando llega el momento de usar las imágenes de archivo, y donde queda claro por qué se decidió tomar el camino de emplear U-matic. Es curioso además ver cómo aparecen personajes, tanto reales como ficticios, entrelazados (muy compenetrado con ese doble juego de realidad o imágenes de archivo y ficción) o lo que es lo mismo, actores y personas que figuraban en los spots reales que decidió Larraín introducir en el film. Uno de los mejores ejemplos de esta técnica es cuando se introduce un plano general mientras están grabando a Patricio, (presentador de televisión interpretado por Patricio Bañados[6]), seguido de un plano del mismo narrador pero en pantalla, en el que se aprecia casi lo mismo pero se aprecia que su pelo no es tan blanco, es decir, está más rejuvenecido (es el video real). Este personaje del que seleccionan material de archivo es obviamente más mayor que cuando recogieron aquellas grabaciones de los años 80, pero que el director trata de camuflar, el cual nos lleva por tanto a pensar que el mismo director da, por una parte, un mayor realismo las imágenes de archivo, al intentar fundirlas y hacernos creer que todo lo que transcurre ante nuestros ojos es lo que verdaderamente ocurrió. Por otra parte dota a ese pasado de una imagen actual, una imagen del presente en la que aún se siguen reflejando aquellos años.

Todo esto se acentúa casi sin darnos cuenta al ver que Larraín quiere que sintamos que nos encontramos tras las cámaras y estemos observando en todo momento un evento histórico (algo que se hace especialmente presente en diferentes movimientos de cámara y enfoques) y por tanto reitera una vez más en el empleo de la U-matic y no de formatos y cámaras actuales de Alta Definición. También el formato 4:3 nos hace sentir como si toda la película la estuviéramos viendo a través de una televisión de aquella época, como si se tratara de un documental que es emitido al mismo tiempo que surge la historia.

Pero, ¿es solo esta la motivación de Pablo Larraín para una realización tan arriesgada? Si nos adentramos en la historia podemos observar numerosas escenas en las que aparece una imagen poco cuidada, que se quema especialmente en los exteriores soleados, que presenta errores fotográficos o incluso fotogramas que no están del todo enfocados como ocurría en las teleseries de la época. Puede que en una realización en Alta Definición o en otro contexto este hecho se considere como fallos o errores técnicos, pero en el caso de No, estos errores de la imagen nos hacen entrever un segundo significado que el propio Larraín afirma: “[…] lo que veíamos en la televisión, ese vídeo de baja definición, era un imaginario sucio que no se podía registrar de manera prístina. La memoria colectiva está llena de esos recuerdos de oscuridad, de impureza, […] filmar en cine o con las cámaras digitales de alta definición actuales hubiese generado una distancia con la imaginería de la época”.[7] Es así por tanto cómo la estética descuidada de aquellas cintas y cámaras acompaña esa sensación de realidad turbia, una realidad en la que aún no están las cosas claras, que no dejan ver el futuro del país, donde necesitan un cambio. Sin embargo, no está todavía realizado ese cambio, por lo que tampoco la filmación de la historia se moderniza, y por ende, es una realización que no puede ser entendida como un error sino como una técnica entregada por y para la narración. Incluso cuando este cambio surge, seguimos encontrando en las imágenes un tono sin brillo que refleja una alegría “secuestrada” por el régimen de Augusto Pinochet.

Como ya hemos visto hasta ahora, parece lógico pensar que grabara toda la película en aquel formato de 1983 para acompañar lo más fielmente posible las imágenes de archivo y en definitiva a la narración de toda la cinta, pero, al mismo tiempo también crea en cierta manera una realidad un poco distorsionada, puesto que la realidad de la época no corresponde a la calidad de como se ve en la cinta, sino solo lo que se grababa en las propias cintas y aparecía en televisión. Es por esto por lo que nos hace plantearnos la pregunta de: ¿por qué decidió rodar toda la película con U-matic y presentarnos la realidad con la calidad que estas cintas ofrecen, en vez de emplear cintas modernas y cámaras de Alta Definición y posteriormente utilizar el proceso de postproducción para obtener el mismo resultado como hacen muchas otras películas y series actuales? A pesar de que es algo que choca bastante teniendo en cuenta la era de la Alta Definición en la que vivimos, y además de todos los motivos que ya hemos tratado, Larraín decidió ignorar todo proceso de postproducción en lo que a formato y estilo de imagen se refiere defendiendo que “el formato casi cuadrado de 4:3 y […] rodar con cámaras de vídeo analógicas, representan una forma de resistencia ante la hegemonía estética de la alta definición”,[8] posiblemente como apoyo a ese No de la propia película y defendiendo el cambio, oponiéndose como él dice a un estándar que se ha establecido que priva de libertad a quien desea utilizar un recurso diferente.

Por tanto se puede afirmar, que la arriesgada decisión del uso de la U-matic se hizo de manera consciente y que supuso un gran acierto que favorece enormemente la narración junto al resto de elementos que construyen la película adentrándonos de lleno en aquel acontecimiento que formó parte de la historia de Chile, en la que la dirección de Larraín deja una huella bastante clara haciéndonos evocar ese pasado pero lanzando un grito hacia el presente, buscando aquello que motivó a las personas de la década de los 80 para conseguir algo diferente.

Mario Figueiras Sánchez, 2015.

Bibliografía

LORIENTE, Alberto: “No: la publicidad al poder”, Artículo disponible en la página web http://elcadillacnegro.com/2013/02/22/no-la-publicidad-al-poder/ (Última consulta 28/04/2015 – 19:58h)

MATILLA VARAS, Juan: “NO. Un arcoíris de comunistas”, Revista Atticus, núm. 9, 2013.

PEREIRO LÓPEZ, Eva: “No, película de Pablo Larraín”, Artículo disponible en la página web http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4692 (Última consulta 03/05/2015 – 17:45h)

URRUTIA, Carolina: “Más alegre que la alegría”, Artículo disponible en la página web http://www.lafuga.cl/no-la-pelicula/573 (Última consulta 1/05/2015 – 16:12h)

Webgrafía

Entrevista con Pablo Larraín. Publicado por www.lahiguera.net Disponible en http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/5992/comentario.php (Última consulta 04/05/2015 – 18:45h)

Entrevista con Pablo Larraín. Publicado por www.latercera.com Disponible en http://www.latercera.com/noticia/cultura/2012/05/1453-461597-9-pelicula-chilena-sobre-el-plebiscito-de-1988-es-aclamada-en-cannes.shtml (Última consulta 01/05/2015 – 12:33h)

Entrevista con Pablo Larraín. Realizada por CNN Chile, el 10 de Agosto de 2012. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=p5JDu1bgIn0 (Última consulta 15/05/2015 – 13:15h)

Página web de la película No de Pablo Larraín http://www.golem.es/no/ (Última consulta 23/04/2015 – 10:25h)

Página web de Sony Pictures Classics. Información sobre la película No de Pablo Larraín. http://sonyclassics.com/no/ (Última consulta 23/04/2015 – 11:06h)

 



[1] Obra de teatro que escribió Antonio Skármeta donde se relatan hechos que acontecieron en aquella época en Chile a partir del punto de vista de un publicista. Una obra que nunca llegó a ser estrenada, pero que sirvió a Pedro Peirano a desarrollar la historia del film.

[2] Así lo expresa en la página web oficial de No http://www.golem.es/no/ (Última consulta 23/04/2015 – 10:25h)

[3] U-matic es una cinta de videocasete creada por Sony en 1969 e introducida a principios de los años 70. La cinta es de ¾ de pulgada de ancho y fue la única cinta de este ancho para vídeo analógico. El U-matic permitió la grabación de reportajes de forma independiente mediante una cámara de hombro y ofrecían una duración de hasta 75 minutos. Fue durante varios años el formato de información de la televisión por excelencia hasta ser destronado por Betacam.

[4] Entrevista a Pablo Larraín, realizada por CNN Chile, el 10 de Agosto de 2012. Entrevista disponible en https://www.youtube.com/watch?v=p5JDu1bgIn0 (Última consulta 15/05/2015 – 13:15h)

[5] Jefe de Operaciones en California de la Asociación Nacional de Propietarios de Salas de Cine (NATO)

[6] Patricio Bañados Montalva es un periodista, locutor de radio y presentador de televisión. Fue uno de los pioneros de la televisión chilena al conducir los primeros noticieros de este país. Participó también en algunos programas de TVN y se convirtió en 1988 en uno de los principales rostros de la campaña del NO en el plebiscito de ese año.

[7] www.latercera.com Cultura. Película chilena sobre el plebiscito de 1988 es aclamada en Cannes. Entrevista a Pablo Larraín. Disponible en http://www.latercera.com/noticia/cultura/2012/05/1453-461597-9-pelicula-chilena-sobre-el-plebiscito-de-1988-es-aclamada-en-cannes.shtml (Última consulta 01/05/2015 – 12:33h)

[8] Entrevista realizada a Pablo Larraín en la página web de La Higuera. Disponible en http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/5992/comentario.php (Última consulta 04/05/2015 – 18:45h)

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