En el post anterior:”Tosferina: reemergencia de una enfermedad vacunable” veíamos cómo en EEUU, concretamente en la zona de California, la incidencia de tosferina había aumentado registrandose, hasta el 30 de junio, 1.337 casos de tosferina con una incidencia de 3,4 casos por cada 100.000 habitantes, lo que representa un incremento de 500% con relación al mismo período de 2009; además se habían registrado los fallecimientos de 3 lactantes menores de tres meses de edad.


El que estos fallecimientos se hayan producido en población latina ha hecho que se profundizara en el análisis de los datos disponibles por si esto pudiera arrojar alguna luz sobre esta epidemia.

El resultado de este análisis nos dice que la razón de que éstas sean las familias afectadas se debe, simplemente, a que son familias numerosas y por eso ha resultado más fácil la propagación de la enfermedad, no encontrando ningún factor racial o étnico.

Las noticias nos dicen:

Las autoridades de salud estatales declararon la epidemia después de que se reportaran 910 casos de la enfermedad, un incremento del 400% en relación a los que se registraron el año pasado.

Mientras otros 600 casos están siendo investigados por departamentos de salud de los condados, los expertos advirtieron que la situación empeorará en los próximos meses y que el número de infecciones está en camino de superar un récord de hace 50 años.

Desde 1998 a la fecha más del 80% de los recién nacidos de California que han muerto por la tos ferina fueron latinos.

Las primeras tres vacunas contra la tos ferina para recién nacidos se aplican entre los dos a seis meses de edad. Pero los expertos advierten que ni la vacunación ni la enfermedad proporcionan inmunidad de por vida.

Es por eso que las autoridades de salud de California han exhortado a los padres, familiares, niñeras y otras personas que cuidan a bebés a recibir una vacuna de refuerzo.

Cherry consideró que la tos ferina ha afectado principalmente a hispanos «probablemente por el tamaño de las familias y el número de personas que tienen contacto con los bebés».

El experto resaltó que en los últimos 11 años, el 81% de las muertes causadas por la tos ferina en California fue entre latinos.

«Pero no creo que sea por un factor étnico o racial. Creo que esto ocurre por un factor social», agregó Cherry.

Mientras que el núcleo familiar promedio del estado es de 2,9 personas, entre los latinos es de 4,1 de acuerdo a cifras ofrecidas por el departamento de Salud Pública californiano.

El portavoz del departamento, Mike Sicilia, consideró que entre las familias latinas existen «mayores oportunidades de infección».

Por su parte, Cherry resaltó que estudios que ha realizado sobre la tos ferina han concluido en que la principal fuente de infección para un bebé ha sido su madre «y la fuente en 75% de los casos es un miembro de la familia».

El profesor agregó que muchas veces la madre padece de la enfermedad desde antes de dar a luz, pero no es reconocida como tos ferina ya que los síntomas suelen confundirse con una gripe serie o bronquitis.

«Cuando revisamos las muertes, todas tenían varios miembros de su familia con alguna forma de tos que probablemente no fue reconocida como tos ferina», añadió Cherry.

El Departamento de Salud Pública de California (CDPH, en inglés) ha iniciado una campaña de avisos en español para advertir a la comunidad latina sobre la importancia de vacunar a los bebés entre los dos y los seis meses de edad, con un refuerzo entre los 15 y los 18 meses de edad y otro entre los cuatro y los seis años.


«Los bebés que no están vacunados o que no han completado la serie de vacunas recomendadas son particularmente vulnerables. La enfermedad entre estas edades a menudo resulta en la hospitalización y puede ser mortal».

Las estadísticas del CDPH muestran que la mayor incidencia de
tosferina en los bebés de menos de seis meses se presenta entre los hispanos con una proporción de 94,2 casos por cada 100.000, más del doble de la de los afroamericanos.


«Los estudios han demostrado que la mitad de los niños con tosferina son infectados por sus padres, en especial sus madres», advirtió el CDPH en un instructivo sobre su prevención. «Por lo tanto,
la vacunación de los padres y cuidadores contra la tosferina, antes o justo después del nacimiento del niño es la forma más importante para proteger a los bebés».

Consuelo ibáñez Martí

Médico salubrista

Médico salubrista

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