La planificación de un proyecto-actividad

Planificación viene de la palabra «plan» que según el diccionario es una intención un programa detallado de las cosas que hay que hacer para la ejecución de un proyecto.

Cuando por la mañana nos levantamos pensamos en qué vamos a hacer ese día, con quién, por cuánto tiempo, a qué hora volveremos a casa, si necesitamos comprar algo, dónde es más barato o mejor; etc. Es aquí dónde estamos planificando el día. Nos estamos anticipando a los sucesos tratando de darles un orden para lograr hacer todo lo que queremos en ese día.

Lo mismo hace la persona que se queda en la casa y piensa qué comida va a preparar hoy (se pregunta y define el objetivo a alcanzar), qué es lo que hay en casa, qué hace falta comprar (calcula los recursos materiales y financieros); para cuántas personas va a cocinar (ajusta el plan). Tras comprar lo necesario y teniendo en cuenta el tiempo que tardará, prepara los ingredientes de la comida y la pone al fuego (ejecuta el plan).

Mientras realiza otros quehaceres domésticos de tanto en tanto, mira o remueve la comida (le da seguimiento para asegurarse que todo va bien o sea que busca garantizar que se cumplirán los objetivos).

Cuando la comida está lista, la prueba para asegurarse si está a punto para comer, o si le falta (evalúa) para comprobar si se logró el objetivo inicial.

La planificación es una herramienta que permite relacionar objetivos (lo que se pretende lograr) con estrategias (los caminos para lograrlo) y las acciones (que permitirán el alcance de los objetivos) relacionadas con los recursos necesarios para su consecución la ejecución de las mismas, su seguimiento y evaluación.

Vista la planificación desde lo personal parece más sencillo. Si ampliamos la visión y la trasladamos desde nuestro espacio individual y cotidiano de vida al colectivo  de nuestra comunidad, nos podremos preguntar como ciudadanos:

¿Vamos encaminados hacia dónde queremos?

¿Los acontecimientos nos arrastran? o por el contrario,

¿Sabemos a dónde queremos llegar y estamos conduciendo o contribuyendo para conseguir esos objetivos comunitarios o sociales?

 Es importante tener presente que si se renuncia a conducir, se es conducido y arrastrado por la fuerza de los hechos y se estará renunciando a decidir por nosotros mismos y para nosotros mismos.

Un Ejemplo de proyecto es la ayuda-mutua.

La ayuda-mutua consiste en movilizar esfuerzos y recursos para resolver, mediante la mutua colaboración, problemas que afectan a la comunidad y cuya solución está al alcance de la misma, falta de caminos, viviendas, comedores infantiles, etc….

Por ello debemos planificar diversas etapas:

Dónde, quién y con qué medios se cuentan.

Motivación del grupo.

Programación de lo que se quiere realizar.

Ejecución del programa.

La programación

Programar consiste en decidir por anticipado lo que se debe hacer. Se trata de prever el futuro que nos planteamos para la comunidad y los medios para alcanzarlo. La tarea de la programación está basada en los resultados del diagnóstico de necesidades.

Programar una acción presupone dar respuestas a las siguientes cuestiones:

Qué se quiere hacer y con qué finalidad.

Dónde se va a hacer.

Cómo se va a hacer, teniendo en cuenta al personal disponible, los recursos financieros y los técnicos.

Cuándo debe hacerse, es decir las etapas para su realización. Las acciones o actividades previstas deben realizarse en un proceso continuo y progresivo a un ritmo condicionado a la misma comunidad.

Cómo se va a costear, de dónde sacaremos la plata.

Quién o quienes lo van a hacer. Se trata de distribuir las responsabilidades a la hora de la ejecución del proyecto o la actividad.

Quién lo va a dirigir, coordinar y supervisar. Aquí nos referimos a la distribución de las responsabilidades de la dirección.

Isabel Méndez

Socióloga Salubrista