37) Condenados por partida doble.

Solo el conocimiento aliviará la condena. Foto original de William Warby, Londres, Inglaterra.

Quizás te hayas enterado de que, recientemente, un juez español ha concedido la invalidez, así como la pensión correspondiente, a una persona que alegaba sufrir síndrome de sensibilidad química, fibromialgia e hipersensibilidad electromagnética. No voy a entrar aquí en la falta de evidencias científicas sobre dicho síndrome, ni en comentar la sentencia; lo puedes encontrar, por ejemplo, en este enlace.

Casualmente oí por la radio una entrevista a la abogada que ha llevado el caso. Estaba satisfecha por el resultado, pero incidió, con total acierto desde mi punto de vista, en que la sentencia no iba a aliviar la condena que suponía la vida de su representado. Es más, en mi opinión la sentencia es una segunda condena, pues aleja a la persona afectada de una deseable curación. Me explico. Como ya he contado en otro artículo, la propia Organización Mundial de la Salud reconoce que los síntomas de las personas afectadas son reales, pero de origen no determinado. Si equivocadamente se asignan a una causa, sin ninguna evidencia médica ni científica, lo más probable es que esas personas persistan en ella. De esa forma, no podrán llevar una vida normal, ni descubrirán las causas reales de su dolencia.

Ninguna duda sobre que las personas afectadas lo pasan muy mal y pueden caer en una situación de invalidez. Ninguna duda sobre que merecen que se realicen investigaciones para encontrar el verdadero origen de sus síntomas y proporcionarles un tratamiento. Pero tampoco ninguna duda sobre la catadura moral de los vendedores de miedo que hacen dinero a su costa.

 

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