Más genomas…esto es la guerra

 

Ya han sido secuenciados los genomas de todos los organismos modelo utilizados en biología, así como de organismos “evolutivamente” significativos y algunos con importancia económica. Recientemente se han publicado los genomas de un marsupial (zarigüeya) y de un mono (Rhesus), una nueva aportación con importantes aplicaciones.

 

 Rhesus

 

Tras la secuenciación del genoma de la abeja y del erizo de mar, ha aparecido en Nature un artículo analizando el genoma de la  zarigüeya (opossum en inglés), cuyo nombre científico es Monodelphis domestica. Se trata de un mamífero no placentario, es decir,  un marsupial. Contiene unos 18-20.000 genes, la mayoría presentes en humanos. Sorprendentemente, la principal diferencia entre nosotros y los marsupiales reside en las secuencias no codificantes. Estas diferencias aparecen mayoritariamente cerca de genes esenciales en el desarrollo del organismo, y asociados a elementos transponibles, que podrían haber servido como fuerza inductora de los cambios evolutivos. Además, el genoma de la zarigüeya ha sufrido un menor número de duplicaciones que el de los mamíferos, que afectan sobre todo a la percepción sensorial, inmunidad y detoxificación. Por último, la inactivación aleatoria de un cromosoma X, uno distinto para cada célula en las hembras de mamíferos, no aparece en los marsupiales siendo, por tanto, una innovación reciente.

 

Ha aparecido, esta vez en Science, el genoma del macaco Rhesus (Macaca mulatta), el primate no-humano más estudiado, con el que compartimos un antecesor común hace unos 25 millones de años. Es ampliamente utilizado en estudios biomédicos de fisiología, neurología y de susceptibilidad a enfermedades humanas. El genoma humano ya ha sido comparado con el del chimpancé, pero la información obtenida ha sido limitada por dos factores: la elevada conservación entre ambos no permite distinguir entre elementos preservados y el “fondo” genético, y  no podemos saber si las diferencias entre ambos pertenecen a uno o a otro. Con el genoma de Rhesus ya tenemos un tercer genoma en el que apoyarnos para solventar algunos de estos interrogantes. Posee una identidad del 93% respecto al humano. Un hecho curioso es que de mil puntos de rotura en el genoma que inducen reordenaciones, 820 han ocurrido entre el macaco y el antecesor común humano-chimpancé. Además, su genoma contiene gran cantidad de copias de HLA, involucrado en la respuesta inmune.

 

La aparición de consorcios implicados en la secuenciación de los diferentes genomas ha permitido un gran avance tanto en la investigación básica como en aplicaciones biomédicas.

 Francisco A. Martín, PhD. CBM (CSIC-UAM)

Nota: Pinchando en «Enviar Comentario» podrás acceder a la grabación de la sección científica de Imaginario en RNE  (síndrome postpolio)

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Un comentario

  1. Es curioso que el primer marsupial pertenezca a un género que en Nueva Zelanda es considerada como una plaga y los neozelandeses destinen "ingentes" cantidades de esfuerzo y dinero para erradicar de su país. Un país, por cierto, libre de la presencia de mamíferos hasta la colonización humana. Precisamente fueron los humanos quienes que los introdujeron allí a principios de siglo para criarlos con fines peleteros. Pero la cría sin control, la fuga de las granjas y la ausencia de depredadores originó la plaga y la consecuente reducción del número de kiwis (ave).
    Allí se les denomina possum y con su piel confeccionan todo tipo de "souvenirs" de lo más estrambótico (por ejemplo, cubre-pezones).

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