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¿De dónde vienen los libros que compramos?: del supermercado

Ya está. Ya ha sucedido oficialmente. Por primera vez, los hipermercados – Carrefour, Alcampo…- aparecen segundo lugar en el compran libros (11,6%), muy por detrás de las librerías tradicionales (45,1%), pero superando a las cadenas (Fnac, Casa del Libro… con el 11,5%) y a los grandes almacenes (El Corte Inglés… con el 10,7%). Son los datos, referidos al primer trimestre del 2008, de la muestra de la Federación de Gremios de Editores. Toda una revolución en los hábitos de compra, pues hace tan sólo siete años suponían un escaso 4,6% del total. Y la cosa irá a más. Un portavoz de Carrefour afirma: «Somos la segunda librería de España – tras El Corte Inglés- pero en nuestro ADN está grabado el ser líder».
Cada vez leemos más. Jesús Badenes, director general de Librerías del grupo Planeta, contextualiza las cifras: «Los hípers crecen, cierto, pero a la vez las librerías aguantan, venden más libros que nunca». Por ejemplo, El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón distribuye sus 1.400.000 ejemplares a lo largo y ancho de 10.000 puntos de venta diferentes, «de los cuales el 55% son librerías y el 45% cadenas e hipermercados», aclara Pere Matesanz, director comercial de Planeta. Vendiendo más que nunca, ¿por qué las librerías pierden cuota de mercado? Eso se explicaría por la subida del índice de lectura. Badenes recuerda que «en los años noventa sólo leía el 40% de los españoles y ahora estamos en un 56,9%. Subir 15 puntos el índice de lectura de un país es espectacular». Las causas serían varias, «pero una de ellas es que el libro ha entrado en las grandes superficies y eso ha hecho que personas que antes no compraban libros ahora sí lo hacen». Para Jorge Herralde, dueño de Anagrama, «antes el mercado era minúsculo, en los setenta francamente decepcionante. Ahora, se da un crecimiento en todos los nichos de lectores, especialmente en el que yo llamo el grupo de lectores-no lectores, los que se compran el premio Planeta, Zafón, Boris Izaguirre o Polònia, actividades, justo es reconocerlo, perfectamente legales y que no atentan contra nuestro ordenamiento jurídico. Como dice Alessandro Baricco, esto es como un huevo frito que se va haciendo gigante: crece muchísimo la clara pero también, aunque menos, la yema de lectores exigentes». Badenes matiza que «hay lectores que entran en la lectura a través de ciertos libros y luego pasan a otros», lo que Herralde no ve tan claro: «El espectador de Aquí hay tomate,con el tiempo, no forzosamente deviene un entusiasta de los filmes de la nouvelle vague».
¿Peligro en el súper? Las editoriales grandes sitúan en un 15% sus ventas en hipermercados, una cifra que seguirá creciendo (en Italia es el 30%). Ignacio Tolnado, de la Fnac, ve todo esto «de manera contradictoria. Por una parte, está bien que se vendan libros y, por otra, es necesario conservar la red de librerías. La venta de unas pocas docenas de títulos en otros comercios ofrece una visión muy estrecha de la cultura y pone en peligro la propia red de librerías al privarles de la venta más fácil y rentable». Y, si hasta ahora, libreros y editores coincidían en defender el precio fijo de los libros, Carrefour mantiene una postura diferente: «Creemos que el precio libre siempre beneficia al bolsillo del cliente».
Sólo los más vendidos. La cadena Topbooks abrió su primera tienda en Bilbao en 1995 y en el 2005 ha empezado a expandirse. Ahora ya tiene cuatro centros (tres de ellos en la comunidad de Madrid) y seguirá creciendo. Su filosofía: tiendas situadas en el centro de las ciudades que solamente venden aquellos títulos que tienen éxito. Ruth González, su directora de marketing, lo explica así: «Creamos unos espacios de venta distintos, donde el cliente pueda pasar un rato disfrutando del libro. Ofrecemos algo más: cafetería, tienda de chocolate… Nos diferenciamos de las librerías clásicas en dos cosas: el tipo de producto y en cómo lo exponemos. Seleccionamos muchísimo, así que compramos menos títulos que otras librerías. Así, los cuidamos más, los exponemos mejor y el cliente los encuentra fácilmente. Y el día que decidimos devolverlos o dejar de comprarlos es porque el público no los quiere».
Hacia el almacén único. En la actualidad, los almacenes en España tienen, según los cálculos del sector, alrededor de cien millones de libros. En Guadalajara está el más grande, el de Logista (Planeta), con 59.000 metros cuadrados y un movimiento de 40 millones de libros anuales. Si hasta hace poco España se dividía en zonas con un pequeño almacén en cada región, la tendencia clara es, según coinciden todos los consultados, hacia el almacén único. La gran mayoría está en el centro, «porque es más fácil repartir desde ahí», apunta Matesanz (Planeta). Jorge Herralde – que ya tiene sus libros en Guadalajara, con Logista- puntualiza que «una cosa es que haya un único almacén y otra que las distribuidoras mantengan su diversidad. La concentración logística debe ser neutral, como una vía férrea». Sin embargo, Daniel Fernández apunta maliciosamente: «No sé si a las editoriales pequeñas y medianas les gusta que Planeta, Santillana o Random House sepan exactamente cuántos ejemplares venden de cada uno de sus títulos, eso las hace más vulnerables». Los almacenes únicos tienen de bueno que «sabemos exactamente los libros que nos quedan y los envíos se simplifican» (Herralde) pero un efecto colateral negativo, que apunta Fernández: «Los libros llegan en 48 horas, pero si en una farmacia se considera un buen sistema que la medicina te llegue al día siguiente, no estoy seguro de que a la gente le parezca bien esperar un libro dos días, porque a lo mejor le apetece empezar a leer esa misma noche».
Leer artículo completo en La Vanguardia
Es curioso saber que los libros se venderán en el futuro junto al chorizo y al pan. Así, mientras te comes un bocadillo de chorizo puedes ir leyendo. A donde vamos a llegar. Libros, mejor con chorizo. Jaja
Si los libros han alcanzado las grandes superficies es porque éstas lo abarcan todo; por supuesto la lectura también. Vivimos en un mundo que tiene prisa, y los hipermercados no sólo nos permiten comprar libros al tiempo que adquirimos productos de alimentación, muebles… sino que además los superventas (como los best seller) se han convertido en el regalo estrella cuando no se quiere invertir demasiado tiempo en la ardua tarea de encontrar el regalo perfecto.
El peligro viene cuando los hipermercados, que sólo compran si hay ventas garantizadas, escogen apenas unos pocos títulos. Los grandes se hacen más grandes y los pequeños desaparecen. Es una consecuencia del actual estilo de vida y de consumo.
Y si hay que buscarle el lado bueno al asunto podría decirse que la lectura al menos aumenta y que a partir de este momento entran en juego las campañas publicitarias atractivas, y ese es nuestro campo…
Me parece bien que los grandes centros comerciales no sean ya de los que más venden libros, pues ellos han sido los culpables que en años anteriores las librerias se hayan arruinado, al no poder competir con precios tan bajos.
Si es verdad que en los centros comerciales, los libros aparecen situados en un sitio estratégico como es al principio de la entrada del centro, que por obligación tienes que ver al pasar por allí.
Las librerías se han dado cuenta de que el cliente no sólo busca consejo en el personal que le atiende, sino que tambien quiere que el establecimiento sea un sitio que ofrezca más servicios, no sólo dedicado a la venta de libros, sino un lugar para tomarse un café, un chocolate…
Creo que el habito de lectura de los españoles se ha incrementado considerablemente en los ultimos tiempos y eso se ha repercutido positivamente en la venta de libros.
La economía en España funciona bajo el principio de libre circulación de bienes y servicios y la ley de la oferta y la demanda.Cada empresa o negocio tiene derecho a conseguir su cuota de mercado entre la competencia, su trozito del "pastel". Por ello cualquiera es libre de vender sus productos (en este caso libros) y luchar con la competencia para aumentar sus ventas, es decir, sus beneficios. No está mal desde este punto de vista que grandes superficies y comercios se lanzen a vender libros, están en su pleno derecho. ¿qué que ocurre con los pequeños libreros y comerciantes?¿pierden negocio? que se le va a hacer, es inevitable, ¿o ya nadie se acuerda de los ultramarinos y pequeñas tiendas de barrio? Con la globalización y la concentración empresarial el pequeño comercio tiende a desaparecer. Eso sí las buenas librerías especializadas reducirán su número, no desaparecerán, porque la profesionalidad de un buen asesoramiento se sigue pagando.
Si el índice de lectura en España ha aumentado, en mi opinión, probablemente sea debido precisamente a la venta de libros en supermercados. Personas que en su vida habían pisado una librería, ahora tienen la obligación de "convivir" con libros entre las alcachofas y el papel higiénico. ¿Esto no haría del libro un producto de consumo cotidiano más?¿Pero qué hay de malo en ello?Si a esto le sumamos el que sean algo más baratos que en librerías, y que se puedan hojear y manosear como si del género de una frutería se tratase, mejor que mejor. Aunque dudo mucho que la cosa llegue a los supermercados de barrio. Esta alternativa sólo tiene sentido en grandes superficies (Alcampo, Eroski, Carrefour…).
Con los libros está ocurriendo lo mismo que con los discos: el que quiera un disco de arias barrocas irá al Corte Inglés o a la Fnac; así como el buen lector que va más allá de los best-sellers y libros del tipo "Sé lo que hicísteis", o escritos por "el Sevilla" -voz de los Mojinos Escozíos-, irá a una buena librería. Claro está, todas las opciones mencionadas puden resultar tan entretenidas y respetables como cualquier otra y van, seguramente, en gustos.
Los libros son una fuente de cultura inagotable, ¿por qué entonces tenemos que cuestionar su punto de venta? No creo que perjudique a la fachada cultural que nos transmiten, además de que se están incrementando las ventas y el número de lectores ha aumentado en 15 puntos en los últimos años,entonces… ¿es perjudicial la venta de libros en grandes almacenes?
Si bien es cierto, las librerías están perdiendo recaudación, pero nunca perderán todos sus clientes, porque como bien sabemos todos, los que bien se especializan son los pequeños comercios y que se dedican casi en exclusividad a ello.
Fnac no sólo vende libros, ¿debería de hacerlo para no dañar a la industria cultural? Los Topbooks por ejemplo están creciendo poco a poco, especializándose en la venta y ofreciendo una portada diferente que rompe con lo habitual.
Siempre que la cultura no encuentre fronteras, no debemos de buscársela nosotros mismos, sino permitir que se siga expandiendo.
Nadie sabe el fin de esta historia, pero hay puntos muy claves. Las razones de que se compre cada vez más en grandes superficies es razón de que la mayoría de los libros que allí se venden son de éxito, y otros tanto de bolsillo, además, normalmente suelen estar unos euros más baratos, lo que anima al lector a preferir un sitio de estos a una librería convencional.
También lo que dice la entrada del blog, es que el tener que esperar por un libro, no es siempre lo más apetecible, y eso es muy común en librerías pequeñas, pero en grandes superficies seguramente siempre haya el libro que se busca.
Por ello, pienso las las soluciones y posibilidades están bastante a la vista, mayor eficacia y riesgo por parte de las librerías para combatir a las grandes superficies.
Es normal que los supermercados acaben siendo el lugar donde más se vendan los libros.
La gente acude a realizar su compra habitual y al estar por allí aprovecha a mirar libros y comprar. Es decir que una vez que estas en el centro comercial compras el libro. Sin embargo comprarlo en una librería implica desplazarse únicamente para comprar un libro.
Aunque en mi opinión las grandes superficies nunca podrán superar la atención que se recibe en un pequeño comercio o en una librería.
Que los libros se vendan en los supermercados supone que no te tienes que desplazar explicitamente hacia una libreria para encontrar un libro si no que el libro es el que te "encuentra", mejor dicho, las estrategias de las grandes superficies que te los colocan de manera que si vas a hacer la compra pues te lleves uno aunque no vayas con la intención de hacerlo.
de todas maneras creo que lo importante es el dato de que el nivel de lectura de los españoles está subiendo y espero (y confio) con que siga haciendolo…
Yo no creo que sea negativo el hecho de que los hipermercados se hayan metido en el mundo del libro y los comercialicen, de hecho creo que es una manera de crear más lectores. Quien sea aficionado a la lectura buscara la librería para ir a comprarse un determinado título y no tendrá más problema, pero para todos aquellos que no son aficionados el hecho de encontrarse con los libros en un hiper cuando van hacer la compra puede que despierte su interés, se paren a mirar y quizá compren. Además considero que a muchas personas, entre ellas me incluyo, no les gusta que les esten observando y prestando demasiada atención sin que ellos los requieran, y prefieren hojear tranquilamente los libros hasta decidir cuál comprar, y en las librerías esto no se puede hacer con tanta soltura, siempre tienes al librero detrás recolocando en su sitio el libro que has movido, y el cliente puede sentirse cohibido para manejar los libros a su gusto. Es cierto que con el aumento de la venta de libros en hipermercados se pierde la esencia de ir a una librería típica, que gustará a muchos devoralibros, pero ganamos en comodidad y sin duda en número de ventas, lo que hará que bajen de precios. Por otra parte no entiendo mucho el desprecio a las grandes superficies frente a las pequeñas librerías, ya que, salvo unas pocas realmente especializadas y a cargo de profesionales, en las demás no vas a encontrar ninguna orientación, ni el librero te puede recomendar nada que no sean los mismos libros comerciales y best sellers de turno que anuncian por la tele o, en el mejor de los casos, que recomiendan los suplementos de libros de los periódicos.
Hay dos aspectos que defiendo ante esta noticia:
Me parece bien que los supermercados vendan libros porque para nosotros es una forma cómoda de adquirirlos,ya que tenemos que ir a comprar la comida por lo menos una vez a la semana y ya de paso que se está ahí, aprovechamos para ver qué novedades hay en los libros.
Segundo: las librerías tradicionales me parecen mucho más recomendables porque te asesoran en condiciones; saben de lo que hablan…pero claro está..el inconveniente de la comodidad: es más fácil ver tú mismo los libros en el supermercado y comprar el que quieras que desplazarte expresamente a una librería para comprar un libro.
Simple comodidad.
La mejor noticia es el aumento del índice de lectura. Las personas buscamos hacer las cosas de la manera más rápida y cómoda posible. Por ello tiene tanto éxito la venta de libros en hipermercados, ya que no te tienes que despalzar hasta un sitio especializado, y puedes aprovechar cuando bajas a comprar el pan.
En mi opinión esta comodidad y facilidad a la hora de comprar un libro es la que está proporcionando en éxito de estos establecimientos, y no solo en la compra de libros, también de música, películas, etc…
Cosas positivas: lo cierto es que disponer de libros en las grandes superficies hace que se sitúen más próximos al consumidor poco acostumbrado a la lectura. Es cercano y práctico. En muchas ocasiones las personas que compran un libro en los centros comerciales tiene claro cual buscan y no precisan de ayuda por parte de alguien especializado…. Por tanto..no todo es malo, sin embargo…
Cosas negativas: los centros comerciales únicamente se centran en lo "comercial" y esto acarreará consecuencias negativas para las obras que todavía no se conocen pero que poco a poco podrían volverse best-seller. Algo que es importante tener claro, comprar en una librería
(con personas que te atienden especializadas únicamente en esos libros, y que "generalmente" sienten amor por la lectura) siempre será mejor que en un centro comercial. Y dudo que las librerías desaparezcan, todavía queda mucha gente amante de la "buena lectura".
Francamenre, me parecen demasiado apocalipticas esas predicciones de la pérdida casi definitiva de las pequeñas librerias en favor de los grandes almacenes, he de reconocer que yo soy cliente de un gran almacén como es el Fnac, donde además de atención encuentro un entorno ameno y una gran variedad. Pero aún así no creo que vayan a desaparecer las pequeñas librerías, siempre tendrán clientela, pero sí que deberían dejar de predecir un aterrador futuro para ellas y para la cultura en general y pensar cómo mejorar.
Me parece fantástico el estudio realizado, pues demuestra el índice real de lectura en nuestro país, pero no comparto la idea de la pérdida de interés y cultura en el paso de la venta en grandes superficies.
Sin dudarlo, la pérdida del pequeño comercio (librerías) supone, en cualquier ámbito, una perdida de relación interpersonal y con ella esos diálogos posibles entre librero y cliente. Pero en mi opinión se gana ampliamente en la cercanía a un publico mayoritario, no es malo leer y comprar el libro a la par de la lechuga, sino que efectivamente, es positivo poder tener ésta posibilidad y pensar que a menudo, tras esos primeros libros de menos contenido llegarán libros más profundos.
En resumen, lo que cuenta es leer, y cualquier excusa es buena y valida….grandes genios salieron de leer esos libros de casa y aquellos panfletos sin gran valor cultural….el caso es empezar a leer.
Exactamente no entiendo el problema que puede dar que esaparezcan las pequeñas librerias (exceptuando obviamente el paro que causaria para los comerciantes de este sector) pero mi duda es a nivel nacional, como afectaría esto, si verdaderamente los libros se siguen comercializando, ¿que relevancia tiene de dónde provengan?en cuestión de asesoramiento, debe ser que no lo veo relevante, porque cuando voy a comprar un libro, voy a por uno específico, no a la aventura, y en cuanto a la cuestión del precio libre,obviamente siempre vamos a inclinarnos hacia los precios más baratos, lo que no deja en buen lugar a los pequeños comercios.
Como han dicho otros compañeros, lo mas positivo que encuentro en esta noticia es el incremento del indice de lectura en nuestro pais, aunque obviamente este siga siendo notablemente bajo.
Vale la pena pagar un poquito más a cambio de un buen asesoramiento, y esto se puede comprobar comparando el volumen de venta de cada tipo de establecimiento. Es cierto que nadie te puede decir que leer, pero sobre todo para esas personas que no se han unido todavía al 56,9% de lectores en España y que desean iniciarse en este hábito sin saber por donde empezar, la ayuda de un vendedor que sabe de lo que habla es indispensable. Personalmente me gusta mucho comprar en librerías; comprar un libro en un supermercado le quita bastante la magia.
Desde que las grandes superficies comenzaron a aparecer, los pequeños comercios se han visto perjudicados, y en este caso también se encuentran las librerias, que aunque ofrecen un servicio adicional al cliente a la hora de ayudarle a elegir el libro adecuado y ofrecerte su opinion, tienen los mismos libros que se venden en las grandes superficies.
Es normal que a la hora de comprar un libro muy popular y recien salido al mercado de un autor conocido y demás, el consumidor le de igual comprarlo en una gran superficie o en una pequeña libreria, ya que sabe perfectamente lo que quiere comprar. En este caso influye el aumento de lectores, ya que con más gente que lee, hay más conocimiento de los libros, y ya no se buscan cosas distintas que antes solo se encontraban en las pequeñas librerias.
Tras leer el artículo publicado en La Vanguardia, considero que el dato más significativo es que el índice de lectura a aumentado 15 puntos en España, respecto a los años 90 que solo leía el 40% de la población. El lugar donde compremos los libros, me parece un dato menos relevante. Es evidente, que el trato personalizado y especializado que ofrecen las librerías “ de barrio” pequeñas y acogedoras, no es lo que podemos apreciar al comprar un libro en un hipermercado. El motivo principal, es la comodidad de los españoles que no tienen que desplazarse es proceso a la librería tradicional para comprar el último título publicado, sino que al ir a hacer la compra semanal puedes aprovechar, no solo a comprar un libro, sino maquillaje, plantas, joyas, discos…y un sinfín de cosas más.
Si han tenido que entrar los libros en las grandes superficies para que personas que no leían ahora lo hagan, lo veo algo muy positivo, aunque sea un poco triste que se hayan introducido en la lectura solo por la posibilidad de encontrar los ejemplares de manera rápida y cómoda.
Quizás los hipermercados no sean el sitio idóneo para la adquisición de libros, pero por otra parte, si los hipermercados como Carrefour ofrecen libros más económicos, lógicamente habrá muchas personas que se inclinen por comprarlos allí.
De todas formas, hay que conservar las librerías tradicionales, ya que son rinconcitos muy especiales, y el asesoramiento que estas proporcionan a los amantes de la lectura, no lo podemos encontrar en ningún otro lugar.
Creo que la venta de libros en un supermercado (de cara a los beneficios para éste y comodidad para el cliente) es mucho mejor método que una librería. Una gran superficie nos ofrece todo aquello que buscamos e incluso aquello que no nos hace falta pero que siempre le echamos un vistazo, y posiblemente terminemos comprando. Si vamos a hacer la compra podemos darnos una vuelta por la sección de librería, electrodomésticos, electrónica… sin tener que desplazarnos a un establecimiento adecuado al producto. Eso sí, estas facilidades se contrarrestan con el poco o ningún consejo de algún experto en el producto, lo que se puede traducir, en este caso, en la compra de un libro de poca calidad o la promoción de sólo aquellos libros que están teniendo éxito (Carlos Ruíz Zafón) sin darle oportunidad a otros menos conocidos. En una librería encontramos un experto que nos asesora y por supuesto, mayor variedad donde elegir. Pero el hecho de tener que desplazarnos sólo para ir a comprar un libro es algo que todavía no lo tenemos muy asimilado, preferimos ir a una librería cuando pasamos de casualidad, o cuando tenemos que un regalo…
Creo que es algo normal que en los grandes supermercados se vendan más libros que en las pequeñas librerías ya que el precio es menor y además al estar en los supermercados hace que no vayas específicamente a comprar un libro pero cuando vas a por la compra ya de paso miras, y lo compras, por lo que ahorramos tiempo y dinero. Pero lo que esta claro es que en las grandes superficies nunca te van a aconsejar como en las pequeñas librerías ya que la experiencia que tiene un librero, que se dedica solo a eso nunca la vas a encontrar en los supermercados ya que allí no hay nadie especializado en libros que te pueda asesorar.
Los grandes supermercados ofrecen de todo y el libro es un bien más para ofrecernos,creo que se está creando como una especie de guerra entre librerías y grandes supermercados.Una cosa está clara cada uno va a "tirar" para lo que sea mejor para su negocio,pero no es solo culpa de los supermercados también de las editoriales que lo distribuyen.Al igual que todo el mundo buscan su beneficio y a ellos les sale más rentable vender 2.ooo libros en Carrefour por ejemplo que 20 en la librería de la esquina de mi casa.
Es verdad que en una librería normalmente el librero conoce todos o casi todos los libros que tiene y nos puede aconsejar,se podría decir que es una ventaja pero normalmente el cliente va con la idea clara del libro que quiere comprar e incluso lo lleva puntado porque alguien ya se lo ha recomendado.
No es malo que los libros se distribuyan en el hipermercado, es algo logico que el producto busque al consumidor, y lo va a buscar a donde suele haber mas gente con potencial comprador y un hipermercado es el lugar ideal ya que la persona que va a uno llega con la idea de gastar. Ademas favorece al nivel de lectura en españa aumentando el nivel de lectura.
Por otro lado esta bien que surjan puestos como los de Topbooks donde aparte de ofrecer lo mejor del mercado se puede disfrutar de un buen ambiente y un buen cafe.
Estoy a favor de lo que suponga un mayor desarrollo de la lectura y por tanto de la imaginación
Hoy en día cuando un libro se hace famoso, bien por ganar un premio o por el boca a boca, se convierte en el objetivo de todos los regalos y todo el mundo quiere tenerlo. Si vas a comprarlo a una librería te costará más caro y creo que la gente piensa, ¿por qué voy a pagar más si en el “super” cuesta mucho menos? Otra cosa es cuando no sabes que comprar y quieres que te asesoren, entonces vas a la librería y consigues la ayuda de alguien que te aconsejará adecuadamente, o no. Pero en cualquier caso, los centros comerciales aprenden y si lo que la gente quiere es asesoramiento, en mi opinión es lo que debería añadir a sus servicios.
La sensación de comprar un libro en una libreria antigua, no es semejante a la de compralo en un supermercado. En la libreria te encuentras con una persona dedicada a ello toda su vida, que te puede aconsejar, ayudar… simplemente el entrar a una antigua libreria produce una sensación que no encuentras en un supermercado, lleno de gente dónde ésta busca cualquier cosa excepto un libro.
Pero hay contradicciones que nos hacen inclinarnos al supermercado o a las grandes cadenas, como el precio que un supermercado puede ofrecernos frente a una libreria y eso siempre nos hace decantarnos por una opción u otra.
El surgimiento de las grandes cadenas y el establecimiento de éstas de sitios habilitados para leer allí un libro, tomar algo mientras… es una actividad que nos llama ya que podemos conocer el libro, engancharnos a él o desengañarnos de él, antes de su compra… la forma de exponer sus libros nos hacen ir a estos sitios antes que a una libreria.
El libro, como cualquier otro producto como pueda ser un cosmético o una pieza de fruta, en un principio se vendían en lugares específicos de cada rama, pero surgió el capitalismo y el libre comercio entonces, supermercados se hicieron los reyes del consumo y en este caso el libro es un producto más que poco a poco abandona la tienda humilde de la calle y se traslada a una grande superficie, como pasó con la frutería y la carnicería, en un mundo capitalista la sociedad busca eficacia que gana comprando todo en un mismo sitio, ahorrando tiempo y dinero.
Para nosotros los consumidores es muy rentable y nos ahorra mucho tiempo que ahora en los supermercados se vendan también libros. Esta industria está creciendo. Los españoles leen cada vez más y nos deberíamos alegrar por ello. Lo que no me parece bien es que se dejen de lado las pequeñas librerias porque está claro es el mejor sitio para comprar un libro, donde mejor te van a aconsejar y tratar. En las grandes superficies normalmente están los libros que por su reputacion o la de su escritor se venden solos como los premio Planeta. Sin embargo están surgiendo también centros como Fnac, que son a la vez grandes centros y que te dan un trato personalizado, incluso ponen a la disposición del consumidor zonas de lectura y cafeterías para agradar su estancia allí y dejar que el libro te atrape tanto que necesites comprarlo para seguir leyendo en casa.
Creo que respecto a los almacenes en los que se encuentran los libros que más tarde serán repartidos a estas grandes superficies, no debería monopolizarse. Está bien que haya uno central donde se concentre la mayoria de las demandas porque asi las distribuyen mejor, pero no se puede tener a un comprador esperando dos días a leer un libro porque éste no esperará e irá a otro lugar a buscarlo. Si hay pequeños almacenes en cada región el envío será más rápido y así ganarán todos porque el consumidor estará satisfecho y el supermercado aumentará las ventas.
La clave está en el equilibrio entre todos; no se pueden olvidar las pequeñas librerías que por tantos años sirvieron a los amantes de la lectura en España y tampoco se pueden rechazar a las nuevas superficies que están en auge en nuestro país y en muchos otros.
En mi opinión el hecho más relevante expuesto en el artículo, es el que hace referencia al aumento de lectores de libros en España.
Cierto es, que esto en gran mediada se debe a la venta de libros en las grades superficies, tales como; Eroski, Carrefour, El corte inglés,… Muchos consideran la venta de éstos en los hipermercados, como algo negativo, aunque yo creo que no es así. Estas instituciones son incomparables con las librerías. En las librerías, podemos encontrar más variedad y gente experta que nos aconseje. Si las grandes superficies han conseguido ese aumento en ventas de libros, no es debido a otra cosa, sino a la comediada de adquirirlos.
Coincido con lo que han dicho otros comentadores: muchos de los que compran un libro en un híper, no lo habrían comprado en otro sitio, y algunos de ellos, gracias a comprarlos en el híper, acabarán convertidos en lectores que adorarán las librerías.
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Por otro lado, debo decir que tengo 44 años y no recuerdo ningún "consejo" o "ayuda" interesante por parte de un librero "tradicional" (bueno, también es porque yo soy muy poco conversador), pero sí bastantes gruñidos y encogimientos de hombros. En mi propia experiencia, lo mejor que puede hacer una librería es tener MUCHÍSIMOS libros en los que dejarte curiosear horas y horas. Ese es el mejor "consejo". En cambio, la moda de plastificar los libros es la mejor manera de anular el gusto por la lectura.
Los grandes almacenes nunca son buenos para encontrar información veraz concreta sobre un producto, si lo comparamos con los pequeños lugares especializados. En el caso de las librerías, me ha sorprendido conocer los porcentajes de mayores compras, y me parece que el libro en si, encierra una especie de culto o tradición hacia esas pequeñas librerías donde no solo te ofrecen las superventas o los libros de autores reconocidos, sino una gran colección de libros de todos los tipos y con unos empleados donde incluso puedes describir lo que quieres leer y te aconsejan entre 2 ó 3 ejemplares. Llegar a todos los comercios, supone una parte negativa, el poco conocimiento de lo que te venden (salvo excepciones como, a mi juicio, La Casa del Libro o la Fnac, entre otros); y una parte positiva, la llegada de libros a todos los hogares del país, que buena falta le hace.
Desde mi punto de vista la opción de compra de un libro responde a motivos subjetivos del comprador independientemente de las políticas de mercado de las grandes superficies; seguramente como madre de familia compraría los libros de texto de mis hijos en una gran superficie donde fueran ofertados con descuento a la par que llenara el carrito con los productos de consumo diario; si tuviera que comprar un libro de mapas náuticos, iría a una librería especializada en asuntos marítimos de la misma manera que si necesitara las leyes generales del estado iría a una librería jurídica y si tuviera una tarde libre me acercaría al librero tradicional, que me pondría al día sobre los últimos premios nacionales de literatura o poesía a la vez que me comentaría sobre el libro más vendido o las últimas novedades.
Texto completo del comentario en: http://denise9.blogspot.com/
Las grandes superficies comerciales abarcan hoy en dia todos los sectores del comercio, como no, los libros tambien han sucumbido al poder de estas multinacionales. En mi opinión un libro pierde completamente su valor cuando sale fuera de las estanterias de una libreria y queda en manos de empleados de supermercados. Por suerte la venta de libros en librerias aumenta a pesar de esta competencia, y las cadenas dedicadas a la venta especializada de libros, que pueden abarcar una mayor cantidad de registro de libros y comercializarlos de manera mucho mas comoda y eficaz para los lectores.
Los pequeños comercios que no hayan perdido ya su cuota de mercado, lo harán proximamente. No creo que sea esta una visión extremista, sino realista. Las grandes cadenas de hipermecados venden todos los productos que se necesitan en la vida diaria, y ¿por qué no habrían de vender libros?.
Hoy en día la gente no tiene tiempo para pasearse por las librerías, asi que cuando van al supermecado, y ven los libros (que por supuesto están colocados en lugares estratégicos para llamar la atención del consumidor) se acercan, los miran, y puede que los compren.
También hay que tener en cuenta que los libros que se suelen vender en estas cadenas, son best-sellers. Por eso no creo que las tiendas tradicionales de libros desaparezcan, porque será allí donde se encuentren los libros más alternativos.
Creo que las grandes superficies hacen una competencia absurda que perjudica a las librerías. Vender libros no es su especialidad pero luchan por conseguir más ventas en cualquier cosa. A pesar de que los índices de lectores hayan aumentado hay muchas personas que no dedican tiempo a pasar por una librería, sino que lo gastan en el supermercado y en menos tiempo adquieren de todo. Aunque sea más cómodo no es la mejor opción puesto que estos supermercados no ganaran ni en cantidad, ni en calidad ni en un buen servicio de información a tiendas como La Casa del Libro por ejemplo.
Es bueno que haya más gente que lea pero hay que cambiar algunos malos hábitos fruto de este siglo sin tiempo para nada.
Me parece normal que haya incrementado la venta de libros en las grandes superficies que no son librerías, ya que con una buena estrategia de marketing, los lbros pueden llamar más la atención en estos lugares; en los cuales en un principio puede que no vayas para comprar un libro, pero al verlo al alcance de los ojos te puede llamar la atención mucho más que si pasas al lado de una librería. Sin embargo no me parece nada bueno que se haga esto, ya que en estos lugares se delimita mucho la variedad de libros y efectivamente se crean lectores de una serie de libros, incitandolos a comprar sólo los que tienen éxito y sin dar otras opciones. Además los asesores a la hora de comprar un libro en un hipermercado tendrán normalmente menos conocimiento de este ámbito que en una librería. Teniendo en cuenta que lo que está teniendo éxito últimamente son los lugares que incluyen cafetería y otras opciones, lo mejor quizá sería crear librerías con vendedores especializados y con este tipo de opciones ( cafetería, talleres de lectura…) que llamarán la atención al lector pero sin delimitar sus opciones de compra.
Desde mi punto de vista, está bien que "hipermercados" como la Fnac o Carrefour vendan libros, ya que muchas personas no entran a una librería por pereza mismamente, y en superficies como las citadas, sí que lo hacen y mientras están haciendo la compra pueden ver ejemplares que le parezcan interesantes y compralos sin haber ido expresamente a ello.
Es cierto que las librerías salen perdiendo con esta práctica, pero la gente que lee siariamente y es aficionado a la lectura seguirá acudiendo a estas.
Son dos tipos de público muy distinto.
La vente de libros en los centros comerciales como el Carrefur, a aumentado en mi opinión por distintos factores. Uno de ellos yo creo que el más importante es que en este tipo de hipermercados lo encuentras todo, y ahora que la mujer está incorporada al mundo laboral, tiene menos tiempo y a la hora de comprar un libro(ya sea para ella o un regalo), lo hace en el hipermercado para no perder tiempo en ir a una librería tradicional a la que probablemente sea mejor ir a pie. Es una pena que las librerías tradicionales con el librero que te aconsejaba estén desapareciendo. Por otro lado, llegará un momento en el cual, tal y como se puede hacer ahora con la compra de alimentos, compremos los libros por Internet sin tener que movernos de casa.
Está claro que la llegada de los libros a los supermercados beneficia al consumidor, pues los precios son más bajos, y el comprador los puede conseguir en el mismo lugar donde compra todos los demás productos. Pero comprar libros en centros comerciales tiene un problema, y es que el encargado de la sección no es capaz de aconsejar como lo haría un librero. Mi opinión es que el supermercado es ideal cuando vas a comprar un libro concreto, es decir, ya sabes de antemano cual quieres. Pero si lo que quieres es un libro de ciertas características, sin tener claro un título, es preferible acudir a la librería o a una biblioteca, donde podrán ayudarte a encontrar lo que buscas.
A mí me parece beneficioso para todos que los libros también se vendan en hipermercados. Así gente que habitualmente no compraba libros, por falta de tiempo o interés, tienen los libros a mano. Hay quien creerá que las grandes superficies van a hacer desaparecer las librerías tradicionales, pero creo que si las pequeñas librerías están en peligro es por no saber adaptarse a los tiempos o aprovechar sus ventajas: Libros medianamente desconocidos, trato personal y consejo especializado. Si los pequeños y medianos comercios se adaptan, ofrecen nuevos servicios, tendrían una buena participación en la cuota de mercado.
Los datos son esperanzadores, cada vez leemos más. Entonces, en vez de temer tanto nueva competencia, las librerías deberían buscar atraer nuevos clientes.
Rocío: no creo que la FNAC pueda considerarse un "supermercado".
Considero claramente positivo el hecho de vender libros en lugares como los supermercados, ya que esto supone un aumento considerable de las ventas. Y es que la gente, cuando esta delante de la sección de libros de un supermercado, muchas veces se para a mirar aunque solo sea por curiosidad y puede que hasta se decida a comprar alguno que le parezca interesante, pero ¿cuantos son los que entran en una librería a curiosear sin ir a por un libro expresamente? Es evidente que los libros que en estos lugares se ofrecen son una selección de los más exitosos o conocidos, ¿el resto? en la librería tradicional, que aunque será perjudicada por esta nueva tendencia, no desaparecerá.
Es cierto el hecho de que encontrar libros en un supermercado ayuda a que la lectura esté más presente en los ciudadanos, sobre todo en aquellos a los que la lectura no llama mucho. Pero lo que también es cierto es que no debemos dejar que esto se vuelva una costumbre, es decir, si queremos un libro no deberíamos ir a buscarlo a un supermercado, sino a una librería porque es allí donde poco a poco se irá enganchando el comprador.
Podemos encontrar casi de todo en el supermecado, pero este no profundiza;encontramos frutas, pero todos sabemos que es mejor una frutería, y lo mismo ocurre con los libros.Tiene que servir para despertar el gustillo de la gente para luego proyectarla al punto neuralgico;la librería. Aún así es un poco triste que no sean las librerías las que despierten ese gusto, pero así son las cosas.
Personalmente veo la entrada de los libros en las grandes superficies como una democratización de la lectura. El que la cultura llegue a todas las capas de una sociedad siempre es bueno para esta. Los libros, y por tanto todo lo que estos contienen, se vuelven más accesibles.
Sin embargo, tengo ciertas dudas en lo que se refiere a la entrada de las grandes superficies en los libros: el proceso contrario pero complementario al anterior. Como ya ha ocurrido con la música y el cine, el que los libros se conviertan en una mercancía más quizá no sea tan bueno para la salud cultural de una sociedad.
Volvemos al punto de partida: Parece ser que la única "democracia" es el mercado, y lo que único que nos "democratiza" es el consumo.
Entiendo que las grandes superficies y centros comerciales quieran vender también libros porque les proporciona rentabilidad y a la vez ofrecen una mayor comodidad a los consumidores.
El lanzamiento de marketing es lo que principalmente lleva a la gente a leer un libro. Pero en mi opinión el buen lector no sólo busca leer el libro más publicitado sino que busca un buen libro y qué mejor recomendación que la de un buen librero, amante y conocedor de estos. Me gustará que la tradición se conservase, a pesar de la sociedad estresada y con prisa en la que vivimos, en la que sólo buscamos la comodidad y nos olvidamos de la magia que conlleva por ejemplo, leer un libro.
Estos datos son negativos y positivos. Por un lado es muy positivo que los hipermercados Carrefour, Alcampo, Eroski… tengan una sección de libreria en sus establecimientos, ya que posibilitan a un sector de la sociedad muy determinado como pueden ser las amas de casa a tener acceso a los libros de manera muy cotidiana. Un porcentaje muy importante de amas de casa no irian a una libreria para comprar un libro, pero van muy amenudo a estos establecimientos a hacer la compra, por lo que una sección de libros en los hipermercados puede despertar el interes en este sector hacia la lectura. Otro lado positivo es la comodidad que te ofrecen estos hipermercados, ya que te ofrecen una gran variedad de productos sin que tengas que ir a varios establecimientos.
El lado negativo esta en que estos establecimientos por el momento no ofrecen la profesionalidad que las librerias especializadas te prestan. En los hipermercados lo más frecuente es encontrar la sección de libreria sin que nadie te atienda ni te pueda asesorar, sin embargo en una libreria tenemos la figura del librero el cual no solo te vende el libro, tambien te aconseja, te informa de las novedades, te asesora que libro puede ser el más adecuado sobre el tema que te interesa…
El problema de la sociedad actual es la falta de tiempo, algo que aprovechan los grandes hipermercados abarcando diferentes productos de cara a que el consumidor pueda satisfacer todas sus necesidades sin tener que ir a varios establecimientos. Este es el principal motivo por el que los grandes supermercados han apostado por incorporar nuevos productos, haciendo más accesible la lectura a sectores de la sociedad que tradicionalmente no son habituales consumidores de la misma. Así, las amas de casa tienen más fácil acceder a los libros, ya que éstos se venden al lado de los productos que ellas suelen comprar. Las principales consecuencias de estas tendencias es la poca especialización. En la mayor parte de los casos la figura del librero desaparece, encontrándonos con dependientes que no saben como orientar al consumidor ni informarle de la manera más adecuada de las novedades, o de que libro se acerca más a lo que están buscando.
Las grandes superficies nunca me han parecido el lugar adecuado para comprar un libro. Es cierta la argumentación de que permiten que aumente el número de lectores, ¿pero qué tipo de lecturas queremos fomentar? ¿A quién interesa el “grupo de lectores-no lectores, los que se compran el premio Planeta, Zafón, Boris Izaguirre o Polònia”? Es decir; no veo nada negativo en el hecho de que una persona lea estos best-seller, sin duda es mejor que no leer nada pero, ¿Son los lectores conscientes de lo que leen?¿Saben realmente qué es lo que les gusta leer o si el libro que leen es bueno o no? Me parece que algunos pequeños detalles, como el hecho de que se vendan libros en hipermercados (y no precisamente todo tipo de libros, sino los que harán ganar dinero), están haciendo disminuir la capacidad electiva del lector.
Los supermercados son lugares que registran un numero bastate elevado de publico dia a dia, con lo cual es bastante normal que se esten convirtiendo en la segunda superficie que mas libros vende. Pero a mi juicio no creo que sea el mejor lugar para su venta, pues el lector lo que necesita es alguien que le guie en la compra y una amplia variedad donde elegir, cosa que los supermercados no ofrecen. La Fnac o la Casa del Libro son lugares especializados en libros, cuyos empleados saben las necesidades del publico y estan preparados para cualquier pregunta que el cliente les pueda realizar sobre cualquien libro.
En contraste con esto, creo que es importante que las librerias sigan con el peso que tienen dentro del mercado, porque demuestra que hay lugares tradicionales de compra que aun mantienen un numero de clientes que nunca falla.
Creo que no es grave que los grandes almacenes vendan libros y alcancen tal margen de ventas. El problema que yo veo esta en los libros que se venden. Las grandes superficies no se preocupan por qué libros venden, cuales son los más adecuados o no. Simplemente venden los que saben que tendrán un gran tirón en ventas. Creo que es algo injusto y por ello se deberían tomar medidas y poner una gama más amplia.
Entiendo la postura de las librerías, pero las grandes superficies no han hecho nada ilegal, y por lo tanto creo que no pueden tomar medidas preventivas.
Así que ahora la búsqueda de eficacia también recae en la venta de libros, porque no es ni más ni menos que eso; las grandes superficies vieron que aumentó el índice de lectura, no se quedaron atrás y metieron a la venta los “más leídos” y algún que otro clásico: lo cual les viene espectacular, el cliente compra todo lo necesario para llenar el estómago, y como está de moda leer, no tiene que desplazarse hasta una librería sino que ahí mismo puede conseguir lo último en lectura; lo cual es a mi ver, engañoso. Es decir que las opciones son bastante limitadas y de querer algo diferente ni mucho menos se podrá conseguir en aquel mismo momento. Entonces el cliente se aguanta y compra lo que hay, porque de ningún modo va a pedir asesoramiento a algún empleado del supermercado que se encarga, por ejemplo, a ponerle etiquetas al producto. Esto es, sin duda, otro gran paso hacia la impersonalidad total; el cliente que es cómodo (y todos lo somos) si está de paso para otra cosa, compra el libro en esos enormes almacenes, se hace creer que ha adquirido cultura (no es lo que quería, pero peor es nada), sin pedir la opinión de nadie (lo que para algunos es una pérdida de tiempo) y en tiempo récord, todo ello por no ir a una librería, santuario del conocimiento; pero es lo que pasa hoy, que buscamos la eficacia.