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¿De dónde vienen los libros que compramos?: del supermercado

Ya está. Ya ha sucedido oficialmente. Por primera vez, los hipermercados – Carrefour, Alcampo…- aparecen segundo lugar en el compran libros (11,6%), muy por detrás de las librerías tradicionales (45,1%), pero superando a las cadenas (Fnac, Casa del Libro… con el 11,5%) y a los grandes almacenes (El Corte Inglés… con el 10,7%). Son los datos, referidos al primer trimestre del 2008, de la muestra de la Federación de Gremios de Editores. Toda una revolución en los hábitos de compra, pues hace tan sólo siete años suponían un escaso 4,6% del total. Y la cosa irá a más. Un portavoz de Carrefour afirma: «Somos la segunda librería de España – tras El Corte Inglés- pero en nuestro ADN está grabado el ser líder».
Cada vez leemos más. Jesús Badenes, director general de Librerías del grupo Planeta, contextualiza las cifras: «Los hípers crecen, cierto, pero a la vez las librerías aguantan, venden más libros que nunca». Por ejemplo, El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón distribuye sus 1.400.000 ejemplares a lo largo y ancho de 10.000 puntos de venta diferentes, «de los cuales el 55% son librerías y el 45% cadenas e hipermercados», aclara Pere Matesanz, director comercial de Planeta. Vendiendo más que nunca, ¿por qué las librerías pierden cuota de mercado? Eso se explicaría por la subida del índice de lectura. Badenes recuerda que «en los años noventa sólo leía el 40% de los españoles y ahora estamos en un 56,9%. Subir 15 puntos el índice de lectura de un país es espectacular». Las causas serían varias, «pero una de ellas es que el libro ha entrado en las grandes superficies y eso ha hecho que personas que antes no compraban libros ahora sí lo hacen». Para Jorge Herralde, dueño de Anagrama, «antes el mercado era minúsculo, en los setenta francamente decepcionante. Ahora, se da un crecimiento en todos los nichos de lectores, especialmente en el que yo llamo el grupo de lectores-no lectores, los que se compran el premio Planeta, Zafón, Boris Izaguirre o Polònia, actividades, justo es reconocerlo, perfectamente legales y que no atentan contra nuestro ordenamiento jurídico. Como dice Alessandro Baricco, esto es como un huevo frito que se va haciendo gigante: crece muchísimo la clara pero también, aunque menos, la yema de lectores exigentes». Badenes matiza que «hay lectores que entran en la lectura a través de ciertos libros y luego pasan a otros», lo que Herralde no ve tan claro: «El espectador de Aquí hay tomate,con el tiempo, no forzosamente deviene un entusiasta de los filmes de la nouvelle vague».
¿Peligro en el súper? Las editoriales grandes sitúan en un 15% sus ventas en hipermercados, una cifra que seguirá creciendo (en Italia es el 30%). Ignacio Tolnado, de la Fnac, ve todo esto «de manera contradictoria. Por una parte, está bien que se vendan libros y, por otra, es necesario conservar la red de librerías. La venta de unas pocas docenas de títulos en otros comercios ofrece una visión muy estrecha de la cultura y pone en peligro la propia red de librerías al privarles de la venta más fácil y rentable». Y, si hasta ahora, libreros y editores coincidían en defender el precio fijo de los libros, Carrefour mantiene una postura diferente: «Creemos que el precio libre siempre beneficia al bolsillo del cliente».
Sólo los más vendidos. La cadena Topbooks abrió su primera tienda en Bilbao en 1995 y en el 2005 ha empezado a expandirse. Ahora ya tiene cuatro centros (tres de ellos en la comunidad de Madrid) y seguirá creciendo. Su filosofía: tiendas situadas en el centro de las ciudades que solamente venden aquellos títulos que tienen éxito. Ruth González, su directora de marketing, lo explica así: «Creamos unos espacios de venta distintos, donde el cliente pueda pasar un rato disfrutando del libro. Ofrecemos algo más: cafetería, tienda de chocolate… Nos diferenciamos de las librerías clásicas en dos cosas: el tipo de producto y en cómo lo exponemos. Seleccionamos muchísimo, así que compramos menos títulos que otras librerías. Así, los cuidamos más, los exponemos mejor y el cliente los encuentra fácilmente. Y el día que decidimos devolverlos o dejar de comprarlos es porque el público no los quiere».
Hacia el almacén único. En la actualidad, los almacenes en España tienen, según los cálculos del sector, alrededor de cien millones de libros. En Guadalajara está el más grande, el de Logista (Planeta), con 59.000 metros cuadrados y un movimiento de 40 millones de libros anuales. Si hasta hace poco España se dividía en zonas con un pequeño almacén en cada región, la tendencia clara es, según coinciden todos los consultados, hacia el almacén único. La gran mayoría está en el centro, «porque es más fácil repartir desde ahí», apunta Matesanz (Planeta). Jorge Herralde – que ya tiene sus libros en Guadalajara, con Logista- puntualiza que «una cosa es que haya un único almacén y otra que las distribuidoras mantengan su diversidad. La concentración logística debe ser neutral, como una vía férrea». Sin embargo, Daniel Fernández apunta maliciosamente: «No sé si a las editoriales pequeñas y medianas les gusta que Planeta, Santillana o Random House sepan exactamente cuántos ejemplares venden de cada uno de sus títulos, eso las hace más vulnerables». Los almacenes únicos tienen de bueno que «sabemos exactamente los libros que nos quedan y los envíos se simplifican» (Herralde) pero un efecto colateral negativo, que apunta Fernández: «Los libros llegan en 48 horas, pero si en una farmacia se considera un buen sistema que la medicina te llegue al día siguiente, no estoy seguro de que a la gente le parezca bien esperar un libro dos días, porque a lo mejor le apetece empezar a leer esa misma noche».
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El ritmo acelerado que vivimos, la sensación de faltarle horas al día, el querer realizar la mayor cantidad de actividades posibles en el menor tiempo viable para conseguir llegar a todo…
Vas al supermercado, a hacer la compra de la semana. Giras a la izquierda por el pasillo de los congelados y te encuentras de frente un están con el libro que tenias en mente comprar, en algún momento, cuando sacases un poco de tiempo para adentrarte en esas calles del casco antiguo de la ciudad, en busca de esas pequeñas librerías, con sus estantes repletos de libros y libros sin un orden especifico. Libros que el librero conoce al dedillo, desde la encuadernación, las ediciones, el contenido, hasta el grafismo.
La lectura siempre a sido un tema relativamente polémico cuando nos adentramos en el mundo de las encuestas. Si no es por el descenso o aumento de numero de lectores, es por la venta o por la transmisión de cultura.
El problema viene cuando se habla de economía mezclado con cualquier otra cosa. Hasta ahora nuestra preocupación venía por los pocos lectores que había y la necesidad de aprender a conocer a través de un libro. Pero ahora se suma el problema de que ya no importa tanto cuantas personas lean sino donde se adquieren esos libros.
Está claro que es necesario conservar las librerías, sitios donde la gente que realmente encuentra en la lectura un mundo paralelo puede encontrar lo que necesita; pero a lo mejor era necesario comercializar este mundo para llegar a más gente y lograr que más tarde sean ellos los que se acerquen a una librería tradicional.
Todo junto bajo un mismo techo. El hecho de que ahora cada vez más gente compre libros en un supermercado es gracias a nuestra compañera y amiga comodidad. Y es que pudiendo comprar libros, comida, ropa, plantas, electrodomésticos… todo en un mismo lugar ¿ para qué dar vueltas de establecimiento en establecimiento?
La gran oferta de productos de la que disponen supermercados, grandes almacenes etc frente a las librerías es para mi la principal razón por la que se compra más libros en las grandes superficies. La posibilidad de que una persona acuda a una librería a adquirir un determinado libro es a mi parecer mucho menor que la de que alguien acuda a un centro comercial. En éste, aunque tenga en mente comprar una cantidad determinada de productos, la proximidad de las secciones puede dar lugar a que finalmente salga del local con más productos de los que había pensado cuando entró, y creo que los libros son uno de los principales beneficiados de este fenómeno. Al recorrer todo el lugar puede tomarse con un libro que le llame la atención y del que no habría tenido noticia a no ser que hubiera acudido a una librería.
Si en los supermercados e hipermercados supuestamente se vende de todo, ¿por qué no libros? Es otro producto más por el cual uno puede estar interesado, y lo más seguro es que el aumento del numero de ventas sea porque lo saben vender mejor, en el sentido en que están más a la vista. Si tu vas a hacer la compra de la semana, seguro que pasas por una estantería con libros, y por qué no, te paras a ojear e incluso comprar alguno que te llame especialmente la atención; si tú vas por la calle y ves una liberaría, salvo que especialmente quieras comprar un libro, no te sueles parar, entrar en el establecimiento y mirar.
Es muy probable que no tengas el mismo asesoramiento en una librería que en un supermercado, y que el trato que recibas no sea igual, de hecho, en los supermercados no suele haber una persona en la sección de libros, quizás sea porque los libros que allí venden no requieran ese asesoramiento, ya que se suele tratar de libros conocidos por todos y con un alto grado de publicidad, es decir, que en un supermercado, salvo excepciones, te vas a encontrar con libros que venden, o deberían vender.
Podríamos decir, que con un futuro muy próximo podremos comprar libros en cualquier establecimiento (si es que no lo podemos hacer ya).
El hecho de que los libros actualmente se vendan cada vez más en los grades hipermercados tiene que ver con la capacidad vendedora de los mismos. Me explico:
Intentan acaparar todos los ámbitos de las compras formando para los consumidores un espacio más que idóneo para ellas. Así una persona no tiene que desplazarse a diferentes lugares para adquirir diferentes productos, adjuntando también el dato de la población cada vez más sedentaria.
Por eso la última introducción de la venta de libros en ellos. Evidentemente no se puede comparar la oferta que puede haber en las tiendas especializadas que la que hay en los supermercados, pero ellos saben lo que necesita el público: lo más actual, lo más novedoso, y lo que está comprando todo el mundo por moda. Eso es lo que ellos venden.
Así, como conclusión, puedo decir que las librerias siempre estarán ahí para la especialización y la profundización, pero que ganará terreno el supermercado en cuanto a novedad se refiere.
La globalidad está llegando a todos los rincones de la economía de cada país. Los primeros afectados son los pequeños comercios, pues se ven presionados por las grandes empresas. En este sentido encontramos que las librerías son el mejor ejemplo para explicar esto: Una pequeña librería se ve gravemente afectada por los supermercados y las grandes superficies que se dedican al mismo gremio. Realmente no sé porqué prefiere la gente comprar en un supermercado antes que en una librería tradicional. Quizá porque en lugares como estos, que se caracterizan por su total despersonalización e indiferencia en cuanto al trato con los clientes, éstos se sientan menos observados a la hora de coger un ibro manosearlo, leer algunas páginas, comparar precios… que en otros lugares. Pero la gran desventaja esque en lugares como estos, no podemos encontrar a una pesona especializada que nos aconseje desde su experiencia.
Por otro lado, los grandes almacenes se encuentran en lugares estratégicos por antanomasia, por lo tanto, es mucho más fácil llegar al público de esta manera. A un público específico que ha ido a un supermercado para comprar otros artículos y que no está dispuesto a gastar mucho dinero por un artículo; así se verán favorecidos por el prcio libre que aportan estos lugares de venta.
No obstante nos encontramos ante un dato positivo, pues ahora sabemos que en la actualidad, las personas encuentran algo de tiempo para coger un libro y leer.
El aumento de la lectura se debe a que se está empezando a tratar el libro como un instrumento comercial. Los últimos súper ventas (tales como Harry Potter, Los Pilares de la Tierra…), dan lugar a "modas" que conllevan a que el público no-lector se enganche; y todo a gracias a rentables campañas de márketing. Esto es aprovechado por las grandes superficies que optan por este tipo de libros ya que con ellos acceden a un público más amplio.
Pero no debemos olvidar el papel que juegan las librerías tradicionales, con libros más especializados y con la atención especializada del librero.
Creo que el hecho de que las grandes superficies vendan libros es positivo, ya que de este modo la lectura llega a más personas; y de todas formas, los lectores asiduos seguirán acudiendo a las librerías tradicionales.
Según este artículo, así como las últimas estadísticas, cada vez somos más lectores en nuestro país. Pero deberíamos reflexionar si realmente estamos interesados en la lectura o es el efecto de las campañas publicitarias de los best- sellers lo que nos hace leer. Cada vez el leer se ha convertido en una moda que nos envuelve, creándose así un perfil de lector-interesado-culto y porque no, a la moda. ESo se ve claramente si tenemos en cuenta el número de tiradas que han tenido libros como, por decir alguno, La sombra del viento. Realmente más que un libro,se ha convertido en un tipo de regalo, que además va a gustar , porque " a todo el mundo gusta".
Estos tipo-regalo se venden en las grandes superficies, con sus nuevas técnicas publicitarias, como señala Ruth Gonazalez,que además nos saturan con ofertas. Pero el perfil de lector innovador, que busca sacciar ese interés por la elctura irá a la librería , con su librero, sin efectos de marketing, y disfutará buscando su próxima lectura, que seguramente no se encuentre entre los "Cinco más vendidos".
A mí entender, creo que si nos paramos a pensar realmente dónde compramos los libros cada uno de nosotros, nos daremos cuenta que solemos hacerlo en las grandes superficies (véase Fnac, Casa del libro …) así como en los supermercados, antes que en las librerías de toda la vida. Considero que la razón última de todo ello estriba en su facilidad así como en su rapidez, lo cual para bien o para mal consideramos esencial. Normalmente nos pasamos el día de aquí para allá, sin prestar atención a casi nada y corriendo lo más posible para poder llegar a todo, con lo cual si queremos comprar un libro necesitamos que se pueda comprar rápida y fácilmente, sin considerar si ese libro es malo o bueno, si nos atienden bien o mal, etc …
Con todo ello no quiero decir que sea la mejor forma de comprar un libro, si no que en muchas ocasiones es la única manera que tenemos de comprarlo. Considero que de tener tiempo y oportunidad, casi toda la sociedad compraría en librerías. Sinceramente creo que son el mejor lugar para comprar un libro ya que su variedad es casi indescriptible, del mismo modo que siempre o casi siempre estamos seguros que la persona que nos atiende lo va a hacer de la mejor forma posible, y con unos conocimientos mucho más amplios que los de una gran superficie. Además de todo ello, no creo que se deba olvidar el encanto que tienen las librerías de toda la vida y la cantidad de cosas que puedes aprender en sus cuatro paredes. Tendríamos que intentar que dichas librerías no dejaran de existir, ya que de un modo u otro conforman lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Son pues un elemento esencial de la sociedad que deberíamos cuidar como oro en paño, porque de un modo u otro son la base de nuestra cultura y saber.
Es cierto que los supermercados/hipermercados nos ofrecen todo tipo de productos y eso beneficia a cualquiera de nosotros. Cuando nos hace falta algo y no sabemos donde encontrarlo, sabemos que en el hipermercado lo tendrán. Esto veo también que puede tener un aspecto negativo puesto que los pegueños establecimientos y el pequeño comercio se está viendo desplazado por los grandes almacenes. Yo personalmente considero que la ayuda que te puede prestar un librero y el buen asesoramiento y preparación que puede tener sobre alguna novela es inigualable en comparación con el que pueden tener los dependientes del supermercado. Por eso considero que, aunque nos cueste un poco más el libro que nos compremos en una librería, vale la pena porque te aconsejarán bien.
Los libros deberían estar por todas partes, no veo mal que también estén disponibles en los hipermercados, es una gran superficie donde puedes encontrar de todo ¿por qué no libros? Lo único que está mal es el tema de los precios, hay que hacer una competencia de mercado justa, las librerías especializadas no pueden competir actualmente con los precios. Sin embargo no creo que la solución sea retirar los libros de los hipermercados sino un cambio de dirección en la venta de las librerias, si no puedes apostar por bajos precios que se apueste por la experiencia del librero, el trato personal con el cliente, los consejos, etc.
La venta de libros en supermercados resulta algo positivo, porque todo el mundo va al supermercado y quizás precisamente en este lugar es donde gente que probablemente no iría a una librería puede tener contacto con los libros. Probablemente por eso es por lo que las ventas en estos lugares han aumentado. En las grandes ciudades sucede esto; pero en los pueblos, donde no hay grandes almacenes ni hipermercados, quien quiere un libro acude a la librería. En mi opinión es positivo que se vendan libros en los supermercados, pero creo que se tendría que establecer un precio único para que las pequeñas librerías no se vieran abocadas al cierre.
Nos dice el texto que últimamente las librerías están perdiendo ventas con respecto a las grandes superficies y los hipermercados. Creo que esto se da muchas veces por la comodidad que suponen las grandes superficies. Entiendo que las librerías tradicionales se sientan peligrar ante este nuevo fenómeno, pero también es cierto que los precios más reducidos de los hipermercados, hacen un favor al bolsillo del cliente. Además, este fenómeno ayuda a que se formen nuevos lectores, lo que sería muy positivo. Opino que finalmente está en nuestra mano la decisión de dónde comprar el libro, así que si lo que buscas es un trato personalizado, muchos títulos y consejo, siempre puedes acudir a una librería tradicional.
El fomento de la lectura es uno de los pilares en el que los gobiernos de muchos países ponen más empeño y un ejemplo claro es España.
Que los libros se vendan en librerías, hipermercados, grandes almacenes, etc. es algo positivo, ya que estamos acercando a los clientes a ellos de una manera fácil y cómoda. Claro que como todo, este fomento también tiene un aspecto negativo y que básicamente nunca nos paramos a pensar como es esta competencia entre el mayor y el más pequeño, el débil y el fuerte, los negocios tradicionales y los modernos….
La ventaja de los hipermercados es, sobre todo, la comodidad a la hora de tener que comprar otros productos,ya que normalmente los clientes que compran libros ahi no van buscando expresamente un libro sino que otros productos. Por otro lado, las librerias tradicionales siempre cuentan con mayor confianza, dedicación y experiencia. La gente que van a ella, van con seguridad, van dispuestos a comprar un libro o a que le aconsejen sobre alguno.
Los tiempos cambian y los negocios también pero si algo hay que tener en cuenta es que las librerías siempre estarán ahi, pues a la hora de elegir un libro nada hay comparable con ellas.
Como bien sabe todo el mundo los libros son una fuente de cultura infinita e inagotable.
Mi pregunta es porque cuestionar o preguntarse el punto de venta de esos libros?
Es verdad que la pérdida de las librerias puede suponer una pérdida en el trato ,podria decirse entre librero y cliente,es decir interpersonal.
Otra verdad es que la posiblidad de comprar libros en supermecados,u otros establecimientos te da la posiblidad de no desplazarte hacia las librerias.
Pero en definitiva creo que la cuestión principal de todo este tema es que según este artículo, así como las últimas estadísticas,
cada vez somos más lectores en nuestro país, cosa de la cual deberiamos sentirnos orgullosos.
Si el hábito de lectura crece cada vez mas, es algo normal que las ventas de libros en hipermercados aumenten, ya que es el lugar donde las personas van a comprar a menudo un bien tan necesario como la comida. Que en los hipermercados se encuentre de todo agiliza la compra, para las personas sin tiempo ya no es necesario tener que ir a una librería especializada y luego ir a comprar la comida al mercado, pueden hacerlo todo junto y ahorrar tiempo. Todo esto es el resultado de una sociedad consumista que necesita de la eficacia y rapidez para vivir.
La pena seria que el resultado de esta forma de vida llevara a la desaparición total de las librerías especializadas, lugares en los que puedes ser atendido tranquilamente y donde casi siempre encontraras el libro que buscas, sea conocido o no. Pero pienso que aunque la gente se inclinen más por hacer todo rápido y a lo grande, siempre habrá personas que disfruten de estos espacios consiguiendo que no desaparezcan.
Considero que el fomento de la lectura es un buen fin y aunque el encanto de las pequeñas librerías en donde ir a comprar un libro podía ser la búsqueda de un tesoro se esta perdiendo, lo más importante es que este fenómeno no suponga una masificación de la literatura como un producto del cual poder consumir en función de una moda pasajera.
La venta de libros en este tipo de establecimientos(hipermercados, supermercados, centros comerciales…) tiene su cara y su cruz.
Podemos analizarlo desde el punto de vista de las cifras, en el que obviamente es positivo ya que el porcentaje de lectores en España ha crecido casi en un 17% y por tanto, las ventas y beneficios también han aumentado; y esto se lo debemos a estas grandes superficies. Además, en dichos establecimientos los libros tienen un precio más bajo que en las librerías de barrio, lo que beneficia al consumidor y por supuesto, beneficia a las editoriales que gracias a estos entran en un mercado mucho más amplio y abierto a todo tipo de público, a diferencia de las librerías tradicionales que suelen tener sus clientes fijos. Se trata de lectores "verdaderos", gente con hábito de lectura. También encontramos el factor comodidad que es evidente, ¿quien no va a El Corteingles por comodidad?
Estas son las ventajas de esta nueva tendencia de venta de libros.
Por otro lado, desde el ámbito cultural creo que no beneficia porque el perfil de compradores/consumidores en este tipo de tiendas no son lectores fijos, sino lectores puntuales que sólo compran de vez en cuando algún libro de gran éxito y muy sonado o comprar para regalar.
Tampoco olvidemos el trato; si vamos a comprar un libro concreto y ya lo tenemos claro no existe problema en ir a un supermercado de este tipo, el problema llega cuando queremos que nos aconsejen ya que nos encontramos con dependientes que no tienen ni idea. Esto en una librería tradicional es bastante más difícil que te pase. En las librerías te asesoran y te ofrecen un trato más humano y personalizado.
En cualquier caso, me parece bien la venta de libros en ambos tipos de establecimientos, todo lo que fomente la lectura y ofrezca facilidad y mayor disponibilidad a la adquisición de libros me parece bien.
Actualemnte, asisitimos a una nueva forma de venta de libros que bajo mi punto de vida abre el mundo literario a un publico mucho más amplio, que con venta única en librerias. Amas de casa, sin tiempo para librerias, o incluso despistados que simplementr quiere una televisión y antes al pasar por la sección de libros, por curiosidad, ven un título interesante y compran… es decir, la venta de libros en el supermercado acerca los libros al público, no como antes que era el público el que los buscaba, de esta manera las ventas se incrementan, y el placer de la lectura pasa a ser conocido por mucha más gente.
En mi opinion, aqui no existe problema ni peligro, al menos de momento, para ninguno de los implicados: Las librerias siguen vendiendo a buen ritmo como motivo del enorme incremento de lectores en nuestro pais, y las grandes superficies y supermercados amplian anualmente el numero de centros destinados a la venta de libros. Esto implica que las personas que antes no leian y no compraban libros en grandes superficies, porque no los habia, ahora lo hagan, esto implica un mayor aumento del numero de lectores y es como la pescadilla que se muerde la cola.
Es un aliciente a la lectura que se vendan libros en las grandes superficies, visitadas por miles de personas al dia, porque ayuda a acercar a todos a la lectura. Es cierto que es mucho mas comun encontrar a gente que se dirija a un supermercado que a una libreria, pero esto no debemos verlo como un modo de dejar atras la tradicional libreria con el librero viejito con su escalera. Es solo que el mundo avanza, las costumbres ( entre otras la de consumo) cambian, y el mundo se adapta a ellas.
Los centros comerciales están probando un poco de su propia medicina. Y digo ésto porque fueron ellos los que hace años quitaron el puesto a las librerías de antaño.
Por otro lado no es de extrañar que los supermercados hayan tomado la delantera. Éstos son uno de los sitios más solicitados por la gente cotidianamente, ya que son sitios donde podemos socorrer muchas necesidades. Por tanto no es de extrañar que si es un sitio bastante recurrido, ya se aproveche para comprar los libros allí.
Este hecho tiene unos pros y unos contras.
Por una parte, al venderse los libros en este tipo de establecimientos, se amplía el tipo de público, y se acercan mucho los libros a las personas, ya que se ofrece una relación más estrecha entre el libro y el comprador; nos los presentan más al alcance.
Si nos situamos en las desventajas, podemos decir que la atención y resolución de dudas o consejos que nos pueden proporcionar en estos establecimientos no es comparable a los de una librería, ya que ésta es un sitio especializado, generalmente con buenos profesionales.
A mi parecer, creo que las librerías deberían seguir en activo, incluso aumentar sus ventas más y más tal y como está pasando actualmente, pero sin el obstáculo que suponen las grandes superficies. Los hipermercados tipo Carrefour o El corte inglés venden gran variedad de productos y las librerías solo se dedican a la venta de libros. Si los lectores, pudiendo comprar los libros en librerías, ¿porqué acabamos la mayoría de las veces comprandolo en unos grandes almacenes?. Nosotros podemos y debemos cambiar esta situación porque, además de beneficiar a los libreros, nosotros tambien salimos ganando a la hora de comprar un libro, porque ¿quién mejor que una persona con conocimientos acerca de dicho libro le puede asesorar de la forma más adecuada?.
La industria del libro está viviendo una expansión. Ahora, podemos encontrar libros en cualquier establecimiento, entre ellos, los supermercados. Éstos se han convertido en centro repletos de todo tipo de productos, esta situación parece favorable en todos los aspectos, sin embargo, perjudica mucho al pequeño comercio. Las librerias se están viendo afectadas pese al aumento de la lectura en España.
En mi opinión, sería bueno establecer un acuerdo en el que se estipularan la cantidad de libros a destinar a cada tipo de establecimiento, correspondiendo menos tiradas a los supermercados. Así, ganarían ambos.
El afán de la diversificación de la oferta ha provocado la inclusión de diversos productos dirigidos al ocio personal en centros comerciales dirigidos a las masas. A ellos accede un amplio espectro de consumidores, por lo que la oferta debe cubrir el mayor número de demanda posible.
Los libros adquieren así un carácter de entretenimiento dando por obsoleto su ambición culturizarte y convirtiéndose en un producto más.
Está claro que un supermecado no es el mejor sitio para comprar un libro, pero todo lo que sea fomentar la lectura es positivo. Una persona que solo trabaje con libros, tendrá indudablemente mayor conocimiento sobre éstos, podrá aconsejar mejor.
Sin embargo, el poner los libros más cerca de los posibles lectores, hacerlos ver como algo tan cotidiano como puede ser la comida, en cierto modo yo creo que acaba "Obligando" a darles una oportunidad. Y aun a riesgo de parecer ingenua, soy de las que pienso que si un libro, sea un best seller o un clásico, consigue atrapar a una persona que normalmente no lee, hay muchas posibilidades de que ésta acabe leyendo otro tipo de libros. A fin de cuentas se consigue eliminar al peor enemigo de los libros, la vaguería de cogerlos. Lo importante es que la gente haga un hueco a le lectura en su día a día, y como en todo, poco a poco aprenderemos a distinguir lo bueno de lo malo.
Creo que librerias y grandes almacenes deberian llegar a un acuerdo para evitar este tipo de polemicas. Veo muy positivo que se vendan libros en los supermercados, ya que es un lugar al que solemos ir muy a menudo, y nos hace mas accesible encontrar aquel libro que estabamos buscando. Es cierto que en una libreria hay un trato mas especializado y pueden resolverte de una manera mas eficaz tus dudas, pero viendo como esta el panorama, creo que la mayoria de las veces ya vamos con una idea en mente del libro que buscamos, y nos dejamos llevar mucho por los llamados "Best sellers".
No creo que sea un problema lo de las altas ventas en los grandes almacenes, ni me habia planteado que podia perjudicar a las librerias. Pero como dije anteriormente, que lleguen a un acuerdo para repartirse las ventas de manera equitativa sin que se perjudiquen mutuamente.
La extinción de las librerías de siempre (con un librero como vendedor, no un reponedor, con todo mi respeto hacia ell@s) sería otro palo para la cultura. Los supermercados exponen los "best seller" por puro consumismo, pero esto tiene su parte positiva, y es que ahora leemos más. ¿Pero qué leemos?, ¿quién escribe eso que leemos?, ¿merece la pena? Hay veces en las que lo único positivo que se adquiere de la lectura de ciertos libros (lo de libros es por su formato, acepten si quieren encuadernaciones) es una mayor corrección ortográfica y fluidez. Así todos podemos decir "yo leo", que queda muy bien, pero no aporta nada, incluso a veces, los contenidos de estos súper ventas dan lugar a confusión (como "El código Da Vinci"). Esto no es culpa del escritor, pero fomenta la incultura.
En conclusión, deberíamos pensar que el sitio de un libro no está al lado de la carne, aunque oye, para un regalo, mejor esto que estúpido juguete.
El libro ha pasado de ser un objeto de conocimiento a ser un objeto de consumo.
Todas estas grandes empresas, que han logrado hacer del libro un producto muy rentable, se amparan en que ellas son capaces de ofrecer más, en más lugares, de una forma más atractiva y selectiva.
Pero el libro no es un producto mas, y por ellos las consecuencias de este nuevo tipo de ventas, creo que no son demasiado favorables. No sólo por la desaparición de la figura del librero especializado, sino por la estandarización de un producto, que por naturaleza posee su valor en función de la diversidad, que exige un tiempo de dedicación y una selección personal. Así el lector crítico y analítico de antes se convierte en alguien muy funcional, que adquiere sus libros mientras compra el pan, matando así dos pájaros de un tiro, y además no tiene que comerse la cabeza a la hora de seleccionar su ejemplar, pues estas grandes empresas ya le ofrecen lo mejor de lo mejor, aunque no sepamos si el criterio de su selección responde a valores precisamente intelectuales.
Como se menciona en el artículo, mucha gente se aficiona a la lectura leyendo los últimos éxitos y los libros con mayor número de ventas. Son lectores no muy selectivos y poco adentrados en el mundo de la lectura, que en muchas ocasiones sólo compran un libro si les pilla de paso cuando van a comprar algo en el supermercado. La ventaja de comprarlo en el supermercado puede ser en ocasiones un precio más bajo y la comodidad de tenerlo a mano aunque a diferencia de las librerías no obtenemos un trato personal y una ayuda cualificada y normalmente sólo encontraremos en las estanterías de los supermercados los últimos libros más vendidos, pero no uno que busquemos en particular. A este paso, en los supermercados los libros van a ser situados al lado de la caja de pago al igual que las pilas, chicles y otros productos como forma de reclamo para que la gente los compre simplemente porque les pilla de paso.
Los grandes almacenes están ganando peso en la venta de libros, sí, pero, ¿qué libros?.
Los libros que encontramos en un supermercado por lo general, suelen ser los best-seller, los que tienen gran campaña de promoción a sus espaldas. Estoy de acuerdo que introducir los libros en el supermercado te acerca a más nuevos compradores que antes no leían, porque en un supermercado la estrategia principal es poner el producto, en este caso un libro, en un lugar muy visible donde llama la atención y las personas que lo conocen, les da facilidad para comprarlo y las que no, les llama a acercarse a verlo.
No estoy en contra de los libros en un supermercado, me considero lectora y nunca he comprado un libro en estos establecimientos pero son cómodos y muy accesibles aunque claro está que no encuentras todo lo que quieres , por eso, en mi opinión, me quedo con las librerías de siempre donde se pueden aconsejar perfectamente o con grandes cadenas como fnac o la casa del libro, donde encontramos de todo, hasta lo que no buscabas.
Que leemos poco (en cantidad) y aún menos (de calidad) es un hecho que todos conocemos de sobra, por mucho que se intente negar . No hay nada más que indagar por las calles preguntando cuales fueron los últimos cinco libros que leíste para darse cuenta de lo evidente. No se lee. Y menos de libro bueno. Sólo lo más vendido, lo que lee la masa. Pero por desgracia, la relación calidad-ventas no siempre es directamente proporcional. Se tiende a comprar los libros más conocidos, y los supermercados se aprovechan de esta situación para colocarlos en sus estanterías a sabiendas de que el cliente-habitual/lector-casual sufrirá una fuerte tendencia a adquirir el producto aprovechando que lo encuentra junto al pan. Así se ahorra tener que desplazarse hasta la librería más cercana, donde siempre es más engorroso entrar ya que el dependiente se encuentra demasiado cerca del cliente y eso agobia…
Esta es una práctica muy fea, que lo único que consigue es privar a las pequeñas librerías de unos ingresos seguros (de los grandes emporios libreros no me preocupo, esos se mantienen solos) a favor de un aumento en las ventas de las grandes superficies, además de promover una competencia desleal, ya que estas últimas no se ciñen a los acuerdos sobre los precios. Pero las ventas mandan, y pueden más que la ética y los modales. O se buscan la vida señores libreros, y consiguen hacer frente a estas malas bestias, o vayan pensando en dar un giro radical hacia los ultramarinos.
Veo completamente lógico que los grandes supermercados espiecen a llevar la delantera en la venta de libros, de hecho me ha sorprendido el dato de la mayoría tremenda de vnetas en librerías. La gente rara vez va a los supermercados y grandes superficies en busca de una compra concreta, de eso se aprovechan estas superficies, con estrategias de ventas colocan libros a alguien que venia buscando un disco o un refresco. Lo veo lógico, el mundo acutal avanza y creo que muy a pesar de algunos las librerías acabarán por perder todo el protagonismo.
La venta de libros es evidente que ha incrementado, quien no tiene un libro es porque no quiere, porque no será por zonas de venta, la compra de un libro la puedes hacer incluso cuando vas a comprar el pan el día del señor, es decir, el domingo, hay tiendas como el OPENCOR que abren 24 horas, y que te permiten comprar. Quizás expandiendo la venta de libros a supermercados de este tipo o similar, permita que mucha más gente tenga como deseo la lectura. Yo sigo teniendo la duda de que los españoles tengan como actividad frecuente la lectura, yo creo que el porcentaje de esta actividad debería ser mayor. Deberiamos dedicar un mínimo de nuestro tiempo a lo que es la lectura, ya que sirve como herramienta de aprendizaje y de relax.
Como bien pone en al articulo: personas que antes no compraban libros, con las grandes superficies,ahora lo hacen.Tambien nos dicen que antes en los años 70, por ejemplo, el mercado era minusculo. Por tanto, eso quiere decir que igual personas que no entraban a una libreria para comprar un libro, con las grandes superficies,ya de paso que va a comprar otra cosa,si le apetece tambien,se compra un libro.
Tambien es cierto que con las grandes superficies, muchas librerias se han visto afectadas por la reduccion del numero de ventas e incluso han tenido que cerrar, pero esto no solo ocurre en el sector del libro, sino que muchos pequeños negocios,como tiendas de comestibles, ropa, etc, con la gran competencia que supone un gran centro comercial han tenido que cerrar.
Una de las ventajas de una gran superficie es que al tener mas diversidad de productos, suelen tener precios mas bajos.
Ahora se compran más libros, los datos lo confirman y son irrebatibles, lo cual no implica que se lean, eso es algo que suponemos, pero no es tan fácil de confirmar. El hecho de la entrada del libro al mundo del consumismo parece evidente, y puede ser una de las explicaciones a los datos de ventas en los hipermercados. El “hiper” está de moda, vamos a pasar la tarde a las grandes zonas de ocio, y de paso hacemos la comprar. Actividad ésta, que casi parece un hobby, y entre la leche, la fruta, alimentos ricos en grasas polisaturadas, calcetines, destornilladores y juguetes varios, mejor si son electrónicos, pues también cae algún libro, al fin y al cabo, en el “hiper” hay de todo. Aunque todavía quedan románticos que gustan de ir a la librería de siempre, cuestión de confianza en el librero, pienso yo, y también la costumbre quizás.
La reflexión de estos datos sería más bien ¿qué tipo de libros se venden más?. Parece que la respuesta es: los libros de consumo, los bestsellers. Desde luego no se trata de lectura de investigación ni especialidad. Por esta razón, es entendible, que no compartible los datos de ventas en los supermercados. A la pregunta de si son estos establecimientos los más indicados para vender libros, mi respuesta sería, depende del tipo de libros. Los libros creados para ser consumidos como churros, tienen un buen espacio en estos establecimientos. Pero los libros, donde el contenido busca el enriquecimiento verdadero del que los leen, pero leer de verdad, deberían tener un lugar digno donde esperar a ser leídos y con profesionales que sepan dar el libro apropiado al lector apropiado.
Que se vendan más libros en Supermercados como Carrefour no me parece extraño por diferentes razones:
– En estos establecimientos se venden libros de textos de enseñanza obligatoria en los cuales carrefour en los últimos años ha ofrecido un 25% de descuento lo que implicará un ahorro de 6 millones de euros a los clientes de la cadena (Datos del año 2002 donde Carrefour tenía reservado 200.000).
-Los precios de libros suele ser más barato en cualquier otro establecimiento ya sea librería, Fnac.
-En muchas ocasiones se compra por impulso. Normalmente estas cadenas suelen tener novedades literarias de gran interés para el usuario ya sea Best-Seller, obras de personajes conocidos Boris Izaguirre y otros, de critica, Diario de…
-Además estos establecimientos tienen más número de tienda que la Fnac, Casa de libro.
Creo que la diferencia entre estos centros es que mientras en la Fnac, Casa del Libro podremos encontrar libros que en Carrefour no lo habría. El trato es más directo con el vendedor que puede ayudarnos a buscar determinado libro o intentar pedirlo, esto no sería tan fácil en Carrefour.
No me parece mal comprar libros en Carrefour y no me parece bien la postura de la gente que critica que estos libros están cerca de las manzanas.
Cualquier persona que haya ido a Carrefour (Todos) habrá visto que están diferenciados por secciones dentro del propio establecimiento.
Por que no se critica la venta de libros en El Corte Ingles.
Esto es lo bueno y malo de la oferta y la demanda.
El mercado de la lectura crece de manera espectacular, el público aumenta por que en nuestros dias se rinde culto al ocio, se necesita un ocio de calidad, tenemos poco tiempo libre y queremos aprovecharlo al máximo, la gente se siente mas joven y cada vez mas se coge el gusto a la lectura, teatro, arte contemporaneo, hay una "tendencia al ocio cultural" tiene muchas vertientes, la gente viaja más y cada vez hay mas guias de viajes, seguro que dentro de poco tambien estas se encuentran en los hiper junto a los best-sellers.
Como todos sabemos, hoy en dia las tendencias se enfocan al mercado y la cultura no va a ser menos, no todo el mundo tiene tiempo de ir a fnac a tomar algo mientras consultas su catálogo de revistas, sobre culto al cuerpo o la comida sana-biológica-cultural.
La mayoria de la población trabaja en horarios muy poco flexibles, y su poco tiempo lo dedica a la familia, amigos, salir a cenar, hacer una escapada… y no hablemos ya de si tienen hijos, la falta de tiempo aumenta.
Lo que si hace la gran mayoria de la población es ir al Hipermercado, al menos una vez por semana, y si este tiene una seccion de libros es bastante probable que piense en comprar uno, en pro de su ocio.
pero la gente no tiene tiempo de ir a librerias, a la gente le gusta tomar algo, ir al cine,
La venta de libros en las grandes superficies permite alcanzar un nicho de lectores potenciales que, de otra manera, no habrían acudido a un centro especializado en el libro. No es bueno ni es malo: es un hecho. Es un tipo de público que tampoco busca asesoramiento: compra el ejemplar que mejor ha sido publicitado y no desea informaciones suplementarias que, por otra parte, no está cualificado para solicitar.
Por otra parte, el público especializado seguirá acudiendo a libreros que puedan responder, con conocimiento de causa, a sus peticiones.
En general, esta ampliación del público lector siempre es positiva. Además, siempre queda la esperanza de que estos nuevos lectores vayan derivando hacia un tipo de lecturas más exigentes.
En conclusión, opinamos que este fenómeno, tiene sus puntos positivos y negativos y hacemos nuestras las palabras de Gabriela Pérez Aguilar en su artículo “Detergentes, mermeladas y literatura: el libro en los supermercados” (http://educared.org.ar/imaginaria/00/9/super.htm) :
De nada sirve "demonizar" esta tendencia porque es casi irreversible. Habrá que confiar en que, una vez que el cliente del "súper" termine de guardar en la heladera los frascos de mermelada, las verduras y la leche en sachet, le dará el libro a su hijo o se sentará él mismo a leer, recuperando el antiguo e íntimo vínculo de la lectura y de espaldas a las leyes del mercado.
Que las personas compremos libros en hipermercados creo que es una cuestión de comodidad. Nadie va al supermercado en busca de un libro, pero si te llama la atención alguno, ya que estas ahí lo compras, te ahorras más tiempo y energía que si vas a adquirirlo a una librería. A una librería vas si tienes una demanda concreta. Puede que se compren más libros así pero creo que las librerías cumplen mejor su función. El librero te puede ayudar a elegir un libro, hacer recomendaciones, ayudarte a satisfacer tu necesidad y siempre habrá más variedad de materias. A parte de que en los supermercados solo hay libros con éxito y consumo asegurado, lo que hace que haya poca oferta de libros, y en mi opinión no satisface las necesidades de los lectores. Pero esto es el reflejo de cómo la sociedad no demanda más cultura, yo creo que demanda más entretenimiento. Libros con el éxito asegurado como los best seller, revistas, guías de viajes etc.
Como consumidora, me parece acertado que los supermercados, distribuyan libros, son más económicos y de una más cómoda adquisición. Pero, aunque parezcan todo ventajas de cara al público, no lo son, el trato personalizado y especializado en la materia que te ofrece un librero no lo tienes en el supermercado. Supongo que si no necesitas asesoración, viene bien el supermercado, pero si ya buscas algo especial y más rebuscado muévete a una librería y compra "bien". Aunque las grandes superficies cada vez ganen más peso en ventas, las librerías díficilmente serás relevadas, no olvidemos que en los supermercados encontramos los libros más leídos, pero faltan muchísimos más títulos que si encontramos en una libreria.
La venta de libros en grandes superficies es una técnica beneficiosa para acercar la lectura a mayor cantidad de gentes, pues, como se ha dicho en muchos de los comentarios, presenta la gran ventaja de la comodidad.
Sin embargo, a los lectores que no pensamos cuándo comprar un libro, nos gusta ir de paseo y encontarnos con una pequeña librería donde vagar, y encontrar un título que te llama la atención.
Si se pretende aumentar las ventas por encima de los hipermercados y supermercado, de debe acercar la librería a las gente. Situarlas en lugares céntricos con afluencia de gente. De esta manera, tanto lectores-lectores como lectores-no lectores pueden disfrutar de la lectura con comodidad.
La aparición de las grandes superficies, ha cambiado el dónde, el cómo y el qué consumimos.
Las librerías han sido siempre el lugar donde se compran los libros, y donde puedes recibir el consejo de un librero, aunque en la actualidad también hay librerías, donde los libreros colocan los libros en las estanterías, los venden y ya está.
Los supermercados compran enormes cantidades de libros y pueden poner precios mucho más bajos que las librerías, también es cierto, que las grandes superficies tienen una cantidad de libros mucho menor, y suelen ser aquellos que tienen un éxito asegurado, para libros especializados hay que seguir visitando las librerías.
Estos grandes almacenes subvencionan los libros con ventas de otros de sus productos, y al precio final más barato, hay que sumarle el tema del horario, ya que tienen un horario de apertura mucho más amplio que las librerías.
Por otra parte en los supermercados entra gente que jamás entraría en una librería, y lo importante es que se lea, da igual donde haya sido comprado el libro. Hay que leer y culturizarse.
Pienso que todo esto es un reflejo más de la realidad social. Hay una tendencia clara a que las compras se realicen cada poco tiempo y en grandes superficies, porque el ritmo de vida no te deja espacio para acudir a los mercados tradicionales o al pequeño comercio. Con los libros es lógico que ocurra lo mismo, sobre todo con lectores no muy exigentes que se conforman con los últimos best sellers del mercado, que es el tipo de literatura que se vende en los hipermercados. Ahora, si buscas otro tipo de literatura más especializada, o simplemente mejor, es forzoso que sigas acudiendo a las librerías o a las cadenas.
Lo que es cierto es que los supermercados están quitando ventas muy importantes a las librearías. Los best sellers son una fuente de ingresos fundamental para la supervivencia de estos comercios, y si viéramos las listas de libros más vendidos de los hipermercados, probablemente las mayoría serían libros de este tipo.
No debe en absoluto preocuparnos el hecho de que cada vez se vendan más libros en este tipo de establecimientos, es más debemos celebrarlo, pues el aumento de lectores siempre es un aspecto positivo y el despunte de la venta literaria en los supermercados nos muestra que este aumento es debido en parte a un tipo de público poco acostumbrado a leer habitualmente y frecuentar librerías tradicionales. Conseguir que un público no lector comience a consumir literatura es uno de los objetivos culturales más importantes que tiene muestra sociedad (que lea un 56,9% de la población es positivo en comparación con el pasado, pero debemos aspirar a mucho más) y estos centros están dando un paso enorme en este aspecto.
Todo lo que sirva para acercar la cultura escrita a una mayor cantidad de público es algo positivo. Lejos de temer el fin de las librerías, estos datos nos dan esperanza en el futuro de la lectura.
Este dato sobre el aumento de la venta de libros en hipermercados es una muestra más de los hábitos de compra que se tienen actualmente. Se acude a estos centros porque ofrecen una serie de comodidades y servicios a los clientes que favorecen que el publico compre y, dentro del surtido que gestionan, el libro es un producto más y así lo tratan.
Esta es una realidad que no agradará mucho a los pequeños libreros, que indudablemente verán mermadas sus ventas porque, sobre todo, en los libros de texto y best seller, así como los libros de autores de moda – que deben suponer unas ventas importantes-se las van a tener que repartir. No obstante la especialización y el servicio personalizado, es lo que puede seguir salvando al pequeño librero.
En definitiva, no me han sorprendido estos datos, y me molestan en tanto en cuanto veo peligrar el pequeño comercio en términos generales –no sólo las librerías- me entristece que se despachen los libros, como si fueran un producto más y que se pierda la labor de orientación y asesoramiento que un profesional del libro nos podría dar. Corremos el riesgo también, de que esta tendencia afecte negativamente sobre la amplitud y riqueza en contenidos de la oferta editorial.
No estoy de acuerdo con el comentario de la directora de Marketing de Topbooks, Ruth González.
Viene a decir que seleccionan pocos títulos para la venta y que por ello los cuídan más y el cliente los encuentra más fácilmente.– Esta afirmación me parece falsa, podrá decir que poniendo cafeterías y vendiendo chocolate ofrecen un servicio diferente de venta (ajeno al mundo de la literatura por cierto) pero los títulos que ellos venden son precisamente los que se pueden encontrar hasta en una gasolinera.
Los que cuidan el producto son los pequeños libreros que disponen de todo tipo de libros, desde los más vendidos (éstos serán los que les den más beneficio) hasta ejemplares difíciles de conseguir en grandes almacenes. Esto último es lo que les diferencia y les hace mejores, el conocer las obras y dar la oportunidad de que la lectura actual sea algo más que un puñado de best-sellers.
El mundo de la lectura ha sufrido muchísimos cambio y viendo los tiempos que corremos debemos centrarnos en el aumento de la lectura y que ha producido en cierta manera gracias a que grandes almacenes ponen a disposición de sus clientes la oportunidad de comprar sus libros, esto es lo que debemos destacar y no cerrarnos en que estos establecimientos están quitando clientes a las librerías de toda la vida. Las personas de hoy en día buscan su comodidad y por ellos si a la vez que pueden hacer la comprar para su casa pueden comprar aquel libro que tanto quieren, prefieren hacerlo en el mismo establecimiento y sin tener que desplazarse a una librería en concreto, de esta manera "matan dos pájaros de un tiro", cómodo y rápido serían los puntos fuertes de estos establecimientos para que se sitúen en los primeros puestos de la venta de libros.
Pensar que las librerías tradicionales van a desaparecer es alarmarse excesivamente, y sólo puede traer consecuencias negativas ya que lo correcto sería pensar "que es lo que falla" y poner solución. Los grandes almacenas han logrado que el la lectura suba de una manera considerable y eso es lo importante, por lo tanto el lugar donde adquieran los libros pasa a un segundo plano.
Que se vendan libros en los supermercados e hipermercados, me parece muy buena idea, es más habitual que una persona vaya a un supermercado hacer la compra del mes o simplemente porque le falte algún ingrediente, y de repente se encuentre aquel libro que tanto deseaba leer y que por falta de tiempo o cualquier otra excusa no había podido ir a la librería de turno, y es entonces cuando decide comprarlo, de esta manera la persona que acude a los grandes supermercados pueden hacer varias cosas a la vez, desde comprar los yogures que le hacían falta hasta el libro que tanto ansiaba leer. Las diferencias de comprar un libro en las librerías a comprarlo en los grandes supermercados es quizás la falta de asesoramiento por parte del librero, que e puede ayudar o recomendar a partir de lo que estas buscando, otra diferencia de interés desde mi punto de vista es que, seguramente en los grandes supermercados se venderán aquellos libros más vendidos, los libros que estén de moda, sin embargo, en las librerías te ofrecen una temática mucho más amplia.
Un ejemplo que me llama la atención, no es sólo la venta en los grandes supermercados, sino también cuando vamos a desayunar, comer, o cenar a un VIPS, que antes de entrar en el restaurante, tienes que pasar por una zona a la que podemos denominar, un mini-supermercado, dónde e encuentras también con libros, es decir, no sólo compramos libros en los grandes supermercados, sino también en este tipo de “restaurantes”.
No tiene nada de malo que los libros se vendan en los supermercados ya que, esto ayuda a fomentar la lectura entre un sector de la población que nunca jamás hubiese entrado en una librería a ojear un libro, ayuda a despertar la curiosidad de la gente, aunque sea con un bestseller, lo importante es LEER, porque siempre enriquece.
No todo el mundo tiene que leer manuales especializados en aeronáutica espacial o química, igual que no todo el mundo escucha música clásica, ve los documentales de la 2 o va al teatro.
La lectura no es solo aprendizaje, también es entretenimiento, evasión, imaginación, diversión…me gustaría ver el porcentaje “real” de universitarios que consumen libros especializados, más allá de los que les hayan obligado a leer en la carrera.
Más gente de la que creemos engloba esa lista de “falsos lectores”, y creo que encima se permiten el lujo de criticar a los que leen bestseller.