¿De dónde vienen los libros que compramos?: del supermercado

Publicamos en este mismo blog, la semana pasada el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de libros de los españoles, dedicando especial atención a la lectura. Añadimos ahora la parte de compra, en un excelente trabajo de Xavi Ayén que publica hoy el periódico catalán La Vanguardia. y que tiene que ver con el lugar donde se compran los libros. Desde hace tiempo se viene anunciando que las librerías estaban perdiendo ventas con respecto a grandes superficies e hipermercados, que aparecen en segundo lugar y que se posicionan bien de cara al futuro. Estimados alumnos y lectores de este blog: ¿Son los supermercados, hipermercados y grandes superficies, el mejor lugar para comprar libros? ¿Quién asesora en la compra de un libro en estas tiendas? ¿Qué está pasando con las librerías tradicionales?… Pasen y lean. Pasen y comenten.

Ya está. Ya ha sucedido oficialmente. Por primera vez, los hipermercados – Carrefour, Alcampo…- aparecen segundo lugar en el compran libros (11,6%), muy por detrás de las librerías tradicionales (45,1%), pero superando a las cadenas (Fnac, Casa del Libro… con el 11,5%) y a los grandes almacenes (El Corte Inglés… con el 10,7%). Son los datos, referidos al primer trimestre del 2008, de la muestra de la Federación de Gremios de Editores. Toda una revolución en los hábitos de compra, pues hace tan sólo siete años suponían un escaso 4,6% del total. Y la cosa irá a más. Un portavoz de Carrefour afirma: «Somos la segunda librería de España – tras El Corte Inglés- pero en nuestro ADN está grabado el ser líder».

Las cadenas también han más que doblado su parte del pastel. Tan sólo en los últimos tres años, la Fnac ha abierto seis tiendas (ya tiene 16, que serán 19 a fin de año), la Casa del Libro ocho, ha llegado Bertrand (Random House Mondadori) con seis centros y Topbooks (especializada en superventas) ya tiene cuatro.

Cada vez leemos más. Jesús Badenes, director general de Librerías del grupo Planeta, contextualiza las cifras: «Los hípers crecen, cierto, pero a la vez las librerías aguantan, venden más libros que nunca». Por ejemplo, El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón distribuye sus 1.400.000 ejemplares a lo largo y ancho de 10.000 puntos de venta diferentes, «de los cuales el 55% son librerías y el 45% cadenas e hipermercados», aclara Pere Matesanz, director comercial de Planeta. Vendiendo más que nunca, ¿por qué las librerías pierden cuota de mercado? Eso se explicaría por la subida del índice de lectura. Badenes recuerda que «en los años noventa sólo leía el 40% de los españoles y ahora estamos en un 56,9%. Subir 15 puntos el índice de lectura de un país es espectacular». Las causas serían varias, «pero una de ellas es que el libro ha entrado en las grandes superficies y eso ha hecho que personas que antes no compraban libros ahora sí lo hacen». Para Jorge Herralde, dueño de Anagrama, «antes el mercado era minúsculo, en los setenta francamente decepcionante. Ahora, se da un crecimiento en todos los nichos de lectores, especialmente en el que yo llamo el grupo de lectores-no lectores, los que se compran el premio Planeta, Zafón, Boris Izaguirre o Polònia, actividades, justo es reconocerlo, perfectamente legales y que no atentan contra nuestro ordenamiento jurídico. Como dice Alessandro Baricco, esto es como un huevo frito que se va haciendo gigante: crece muchísimo la clara pero también, aunque menos, la yema de lectores exigentes». Badenes matiza que «hay lectores que entran en la lectura a través de ciertos libros y luego pasan a otros», lo que Herralde no ve tan claro: «El espectador de Aquí hay tomate,con el tiempo, no forzosamente deviene un entusiasta de los filmes de la nouvelle vague».

¿Peligro en el súper? Las editoriales grandes sitúan en un 15% sus ventas en hipermercados, una cifra que seguirá creciendo (en Italia es el 30%). Ignacio Tolnado, de la Fnac, ve todo esto «de manera contradictoria. Por una parte, está bien que se vendan libros y, por otra, es necesario conservar la red de librerías. La venta de unas pocas docenas de títulos en otros comercios ofrece una visión muy estrecha de la cultura y pone en peligro la propia red de librerías al privarles de la venta más fácil y rentable». Y, si hasta ahora, libreros y editores coincidían en defender el precio fijo de los libros, Carrefour mantiene una postura diferente: «Creemos que el precio libre siempre beneficia al bolsillo del cliente».

Sólo los más vendidos. La cadena Topbooks abrió su primera tienda en Bilbao en 1995 y en el 2005 ha empezado a expandirse. Ahora ya tiene cuatro centros (tres de ellos en la comunidad de Madrid) y seguirá creciendo. Su filosofía: tiendas situadas en el centro de las ciudades que solamente venden aquellos títulos que tienen éxito. Ruth González, su directora de marketing, lo explica así: «Creamos unos espacios de venta distintos, donde el cliente pueda pasar un rato disfrutando del libro. Ofrecemos algo más: cafetería, tienda de chocolate… Nos diferenciamos de las librerías clásicas en dos cosas: el tipo de producto y en cómo lo exponemos. Seleccionamos muchísimo, así que compramos menos títulos que otras librerías. Así, los cuidamos más, los exponemos mejor y el cliente los encuentra fácilmente. Y el día que decidimos devolverlos o dejar de comprarlos es porque el público no los quiere».

Hacia el almacén único. En la actualidad, los almacenes en España tienen, según los cálculos del sector, alrededor de cien millones de libros. En Guadalajara está el más grande, el de Logista (Planeta), con 59.000 metros cuadrados y un movimiento de 40 millones de libros anuales. Si hasta hace poco España se dividía en zonas con un pequeño almacén en cada región, la tendencia clara es, según coinciden todos los consultados, hacia el almacén único. La gran mayoría está en el centro, «porque es más fácil repartir desde ahí», apunta Matesanz (Planeta). Jorge Herralde – que ya tiene sus libros en Guadalajara, con Logista- puntualiza que «una cosa es que haya un único almacén y otra que las distribuidoras mantengan su diversidad. La concentración logística debe ser neutral, como una vía férrea». Sin embargo, Daniel Fernández apunta maliciosamente: «No sé si a las editoriales pequeñas y medianas les gusta que Planeta, Santillana o Random House sepan exactamente cuántos ejemplares venden de cada uno de sus títulos, eso las hace más vulnerables». Los almacenes únicos tienen de bueno que «sabemos exactamente los libros que nos quedan y los envíos se simplifican» (Herralde) pero un efecto colateral negativo, que apunta Fernández: «Los libros llegan en 48 horas, pero si en una farmacia se considera un buen sistema que la medicina te llegue al día siguiente, no estoy seguro de que a la gente le parezca bien esperar un libro dos días, porque a lo mejor le apetece empezar a leer esa misma noche».

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265 comentarios

  1. Actualmente se compran más libros en el hipermercado y como consecuencia de esto ha aumentado el número de lectores. A mí no me parece mal que en los hipermercados se vendan libros, pues los hipermercados diariamente los visita mucha gente de todo tipo porque se les ayuda a reducir tiempo a la hora de hacer la compra porque pueden encontrar de todo en una misma tienda y vendiendo libros en los hipermercados se pueden atraer lectores. También es cierto que en los hipermercados tan sólo se suelen encontrar las novedades o los títulos con más éxito y en ocasiones a un precio más reducido que en las librerías, pero no podremos encontrar títulos con poco éxito o de materias especializadas, para eso las personas que estén interesadas siempre acudirán a las librerías. Además en as librerías te dan una mayor atención y saben de qué van los libros y pueden aconsejarte, pero pienso que en las secciones de los hipermercados como por ejemplo la carnicería o la pescadería si que trabajan personas que tienen conocimientos en esos oficios, por lo tanto en los hipermercados se podría contratar a personas entendidas en libros para las secciones de libros para que recomienden a las personas que lo deseen sobre libros y a la vez dirijan a las personas hacia las librerías para encontrar otros títulos o libros más especializados. Y pienso que las librerías no van a desaparecer por el motivo mencionado anteriormente, que tienen libros de materias más especializadas y más libros de los que podemos encontrar en los hipermercados.

  2. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de esto? Las últimas están claras: como dice al principio del documento, ¿quién nos asesora al comprar un libro en un supermercado? Por otro lado, la variedad de libros que encontramos en estos lugares es mucho más pobre. Pero, como todo, también tiene ventajas. Personas que normalmente no leen y, por tanto, nunca irían a una biblioteca, pueden ir a un súper, ver un libro físicamente atractivo y comprárselo. Como dice el artículo, en estas superficies las exposiciones de los libros son más llamativas.

    En conclusión, la venta de libros en los grandes supermercados es beneficiosa para personas que no tengan por costumbre leer y no resulta ningún problema para los lectores habituales ya que estos pueden seguir yendo a sus librerías tradicionales.

  3. La verdad es que a mi me parece estupendo que se vendan libros en los grandes almacenes, puesto que mucha gente que acude al supermercado con la principal idea de comprar comida,se puede ver atraída en cierto momento por algún ejemplar.

    Esto no sucedería si no se distribuyeran en las grandes superficies, porque como se suele decir "comemos con los ojos", en este caso, yo diría "compramos con los ojos", es decir, tal vez no te habías propuesto comprar un libro pero al verlo sientes curiosidad e incluso interés, y lo adquieres.

    Por lo que yo estoy totalmente a favor de que se puedan vender libros, como se pueden vender objetos decoración o complementos de cualquier clase en los grandes almacences.

  4. Actualmente, encontrar libros en supermercados o hipermercados no es novedad y realmente considero que es una ventaja puesto que nuestro alcance con los libros es mas ligera e inmediata, sin embargo, no debemos dejar a un lado, aquellos lugares que considero adecuados,aunque tradicionales, para también adquirirlos, como son las librerías, las cuales, están más cualificadas para dar información sobre determinado libro que interese.

    En definitiva, es bueno adaptarse a los nuevos tiempos, pero es más importante no perder lo entes tradicional, que muchas veces manejan mejor la información sobre la lectura de libros.

  5. Es curioso ese temor que se ha creado entorno a las bibliotecas para coger un libro, ¡o quizás es mejor decirlo de otra forma!, que curios es que la gente cada vez compren más libros en los supermercados. Desde el punto de vista del fomento de la lectura es un punto a favor, ya que cada vez más gente se pone a leer, pero este no es el tema, de lo que se trata es de ese aumento de los libros en los supermercado.

    En mi opinión el supermercado es uno de los lugares done la gente pasa más el tiempo y que mejor sitio para que las editoriales expongas sus libros a toda clase de personas que por allí transcurren. Personas que por alguna razón son incapaces de entrar en una biblioteca, ya sea bien por que se sienten mayores, o en desacordes con las personas que se encuentran en las bibliotecas o quizás por falta de tiempo.

    Quizás no sea tan mala la idea de mezclarte los libros con la comida.

  6. Parece que el título del texto juega un poco con la clásica frase: ¿De donde vienen los niños? De París (o los traen las cigüeñas). Esto me recuerda a lo que comenté sobre la máquina expendedora de libros en la estación de autobuses de Príncipe Pío. Supongo que es útil por si no llevas ningún libro y te espera un largo viaje, pero es absolutamente impersonal el hecho de tener que elegir entre diez títulos de Best Sellers y después marcar AB25 en la máquina. Pronto habrá máquinas expendedoras de cualquier cosa…por ejemplo, de ramos de flores por si se te ha olvidado el día de la madre (si es que no existe ya). En mi caso nunca he comprado un libro en un supermercado, ni pretendo hacerlo. Para mi es muy importante que cada cosa este en su sitio (la comida en el supermercado y el libro en la librería) y me gusta tener la ayuda de un buen librero, así como me apasiona el olor de las viejas librerías y sus libros. Normalmente, en mi familia, compramos los libros en el rastro (la mayoría de ellos de segunda mano, que tienen el doble de historias) o en estas viejas librerías en las que parece que no ha entrado nadie desde hace años. Me encanta charlar con el típico bibliotecario entrado en años al que le preguntes por el libro que le preguntes siempre parece que lo ha leído. Además pienso que hay mejores títulos y más variados en estas tiendas especializadas. En los supermercados supongo que estarán los mas vendidos o los libros más conocidos y anunciados. Por otra parte, entiendo que haya gente (seguramente sea la que no lea muy a menudo) que prefiera comprar en estas grandes superficies, ya que los precios son muy competitivos y si sabes lo que buscas o te importa poco que libro comprar no necesitas asesoramiento del “no cualificado” de turno.

  7. ¿Y qué más da mientras suban los índices de lectura? Esta reflexión es algo precipitada pero en cierto modo cierta. Es un gran dato que evidencia el progreso de nuestra sociedad y creo que existe mercado suficiente para todo tipo de comercios.

    Existen, al menos, dos perfiles muy diferenciados de clientes así como de cadenas distribuidoras. Un muy buen ejemplo de ello se muestra en la película “Tienes un e-mail”. Meg Ryan encarna a la librera de barrio de toda la vida que dedica especial cariño a cada uno de sus libros y que se ve acorralada ante la llegada de una gran cadena como podría ser la Fnac, que pone en peligro la supervivencia de “la tienda de la vuelta de la esquina”. Es cierto que las grandes superficies, como refleja la película, en ocasiones ponen en grandes dificultades al pequeño comercio, sin embargo no creo que desaparezca la cultura del sábado por la mañana con el abuelo en la librería de barrio.

  8. No le veo el aspecto negativo a que el índice de compra de libros de las grandes cadenas de supermercados aumente cada vez más. Si bien es cierto que se ven perjudicadas las librerias, dentro de las cuales podemos acceder a una correcta guía sobre qué y cómo elegir un libro para comprar, actualmente el bolsillo del comprador no está para andarse con rodeos.

    Las grandes superficies donde se venden libros suelen conjugar el ambiente con otros productos, como es el caso de los supermercados como Carrefour, en donde podremos ir, o no, a comprar un libro (refiriendome a que por ejemplo estemos haciendo la compra del mes) pero siempre están ahí y uno puede verse tentado a echar un vistazo y quien no dice que acabe comprando un libro. Si de aumentar el índice de lectura se trata, considero que es una buena opción el que tengamos esta posibilidad de acceder a los libros por nuestra cuenta, y en la mayoría de los casos a un precio más asequible… sobre todo cuando de libros escolares se trata, y obviamente siempre y cuando tengamos una ligera idea de lo qué es lo que buscamos.

  9. Las grandes cadenas comerciales aprovechan en la actualidad,la potenciación de venta de libros en sus espacios.Podemos encontrar grandes libros en ellos,probablemente lo más vendidos y buscados ,pero no todos.Esta generalización de las grandes superficies ha hecho que las bibliotecas tradicionales pierdan cierto valor y no nos interesemos por la riqueza cultural que cada una de ellas nos ofrecen.¿O no es mejor recibir algún consejo de una persona experimentada?Opiniones,hay muchas.

  10. Desde pequeña, he visto en la televisión que en España no se leía y que los niños debíamos coger hábito de lectura. Ahora el hecho es que se lee más y no creo que importe dónde adquiere la gente los libros.

    Entiendo que la gente compre los libros en los grandes almacenes porque la gente conoce mejor su situación en la ciudad, los libros son más fáciles de encontrar y pueden pedirte casi cualquier libro a la editorial, por extraño que sea. También comprendo que las típicas librerías con mucha tradición no quieren ver su terreno pisoteado por los grandes almacenes, aunque yo creo que es una lucha perdida porque lo mismo pasa con los supermercados, los hipermercados han comido terreno a las tradicionales tiendas de ultramarinos y ya son muy pocas las que quedan. Todo esto pasa por la distribución de los libros y por la publicidad que estos almacenes hacen de los libros, llevando por ejemplo a los autores famosos a firmar libros o habilitando centros de lectura dentro del establecimiento,como dice el artículo que hasta incluso puedes acceder a una cafetería.

    Ahora en vez de decirle a los niños que deben leer más, ¿debemos decirles que los libros que lean los compren en librerías y no en los grandes almacenes?, yo creo que no, además es verdad lo que dice el artículo, porque aunque se lea más eso no significa que se lean buenos libros y es eso lo que ahora hay que inculcar y no dónde se deben comprar esos libros.

    Lo positivo que nos muestra el artículo es que ahora se lee más y que el índice de lectura ha subido de forma espectacular, hemos solucionado ese problema que es bastante importante.

  11. las cosas son así: las personas cada vez somos más vagas, por lo tanto, vamos a ir a donde menos esfuerzo nos cueste comprar el libro. Y, ¿qué cuesta menos: comprar el libro una vez que ya te has desplazado hacia el supermercado o desplazarte a una librería solo a por un libro?

    Yo personalmente tengo una librería al lado de mi casa , por lo que me cuesta menos ir ahí. Pero no se lo que haría si estuviera más cerca el "super". Una posible solución para este problema es la iniciativa de la cadena Topbooks de situar sus tiendas en el centro de las ciudades, cerca de lugares de transito del público. O bien, utilizar la táctica: "si no puedes vencerlos, unete a ellos". Me explico, si los grandes centros comerciales se quedan con las ventas es por la concurrencia de gente que hay en ellos, por eso, lo mejor es situarnos cerca de ellos y que intente superar nuestro trato personalizado.

  12. El mundo de los libros está sufriendo una transformación más que evidente para convertirse en "el negocio" de los libros. Los hipermercados y grandes superficies ven otra oportunidad más de sacar beneficio, esta vez, a costa de la cultura, vendiendo principalmente los libros más exitosos. Además, las recomendaciones de los empleados de estos centros ( en algunas grandes superficies ni existen ) muchas veces ocultan intereses y órdenes por parte de los directivos que buscan cumplir unos objetivos empresariales, en vez de defender lo que se considera una de los mayorres legados culturales de nuestra sociedad: el Libro.

  13. Tanto para vender libros como cualquier otra necesidad cotidiana, las grandes cadenas comerciales están engullendo a los pequeños comercios tradicionales, que cada día luchan por mantenerse a flote. A los compradores nos atraen los precios competitivos, pero no deberíamos olvidar que es esa "tienda de la esquina" la que siempre nos proporciona lo mejor para nosotros y con mucho más cariño. Por otro lado, creo que deberíamos preocuparnos por más por fomentar la lectura que por criticar los lugares de venta de libros.

  14. Los supermercados se aprovechan de la cantidad de gente que acude a realizar sus compras, exponiendo una selección de lo más solicitado, pues a estas empresas les interesa única y exclusivamente las ganancias y no van a aventurarse a ofrecer algo que no sea tan solicitado. Con esto quiero decir que lo más difundido del momento lo encontrarás en un supermercado, sin embargo una librería, a parte de ofrecer una atención exclusiva y personalizada, tiene la ventaja de ofrecer un amplio abanico de posibilidades no tan conocidas pero no por ello con menos valor.

  15. Sí, cada vez se lee más y, tal vez sea a las estrategias que los grandes empresarios han elaborado en las grandes superficies.

    Seamos realistas, si los libros, además de venderse en librerias, se venden en lugares cotidianos, en lugares de día a día, la gente los ve con mayor frecuencia, llamando su atención y creando mucho más interés por ellos. Esto conllevaría a la compra de al menos de uno de ellos, por lo tanto la tasa de ventas aumenta. Los grandes empresarios, probablemente, hayan utilizado el tópico de "matar dos pájaros de un tiro"; consiguiendo un aumento de beneficios y además fomentando la lectura. ¿Algo mejor?.

  16. Tal vez una de las causas que ha producido un aumento en las ventas de los libros de los supermercados sea la comodidad. La comodidad de ir a la compra y poderte llevar el premio planeta en tu carro de la compra. Eso ha hecho que muchas personas apuesten más por comprar en los supermercados, a esto hay que añadirle otro factor: el precio. No en todos los sitios encontraremos el mismo precio, las empresas luchan por equiparar el precio del producto pero mientras haya una que se oponga, habrá una lucha y esto favorecerá al consumidor.

    Por ahora, se está consiguiendo fomentar la lectura, ¿no es eso de lo que se trata?

  17. En el momento en el que venden libros en el supermercado, supone una mayor aproximación de los libros a las personas. La gente que va a hacer la compra, seguro que si se encuentran con la sección de libros, se parará para ojearla; por lo que están más al alcance del lector, ya que no tiene que ir a otro establecimiento a buscar un libro.

    Por otro lado, también es cierto que en estos supermercados, normalmente, solo se encuentran los libros que son “best-sellers”. Por lo tanto, es necesario mantener también el uso de las librerías tradicionales para los verdaderos amantes de la lectura, que buscan un tipo de lectura más específica.

    Se debe tener en cuenta también, que la asistencia que te pueden ofrecer en una librería es mucho mejor que la del supermercado, ya que los libreros que trabajan en ellas, son especialistas en este campo.

    Hay que tener en cuenta a las librerías tradicionales; pero si vender libros en el supermercado ha hecho que aumente el número de lectores, no puede ser algo negativo.

  18. Vender libros en grandes superficies comerciales, es una manera muy acertada de acercar los libros al gran público. Aunque en muchas ocasiones, la persona que compra libros, lo hace porque en esos momentos ese libro tiene un gran éxito. Creo que en la grandes superficies los libros que están a la venta no son, en la mayoría de los casos, libros especializados; para eso están las librerías de toda la vida, en las que uno recibe un trato más personal. Yo las prefiero.

  19. Las pequeñas librerías son importantes puesto que el vendedor te ayuda a elegir cuando no estás decidido, te ayuda a buscar el libro más apropiado sobre un tema…,es decir, están para ese público indeciso a la hora de elegir, ya que alguien que sabe que libro quiere leer no tiene inconvenientes en ir a una gran superficie y sin el consejo de ningún dependiente, agarrarlo y pagarlo. Lo importante de este asunto es que aumenten los índices de lectura.

  20. No es comparable comprar un libro en una librería en la que te atienden personalizadamente, los libreros están bien informados sobre todos los títulos y saben exactamente que recomendarte; que comprar en un supermercado un libro. El contacto que tiene el cliente con los libros es totalmente distinto ya que pasamos de estar en un lugar tranquilo dedicado especialmente a éstos a un lugar lleno de fríos pasillos en los que los libros ocupan un lugar entre la sección de higiene y la de papelería. Indudablemente el mejor lugar para comprar un libro es una librería, allí encuentras mayor variedad de títulos, no solo best sellers como en supermercados y el personal está muchísimo más cualificado que en grandes superficies.

  21. Los libros que compramos no vienen ni de las librerías ni de los supermercados, pero es ahí donde nosotros los adquirimos. Las librerías están más especializadas y allí te informan mejor sobre los libros que te puedan interesar más. Sin embargo, en los grandes hipermercados, simplemente cuando vas a hacer la compra y pasas por la sección de librería a lo mejor te paras y coges algún que otro libro. De esa manera es como los grandes supermercados van teniendo mayores compradores de libros, o también se puede deber a donde se sitúan los puntos de venta.

  22. No veo mal que los supermercados vendan libros pues considero que acercan la lectura a otros sectores de la sociedad que no acudirían a una librería. Es una forma de conseguir nuevos lectores.

    Pero no creo que sean reemplazables las librerías puesto que lo que une a sus clientes es el gusto por la lectura; y lo encuentran en un ambiente cercano, con un nivel de especialización muy elevado y con el contacto directo del librero como asesor. Esto es lo que hace a las librerías un lugar único e irremplazable.

  23. Libros, esa fuente de ideas que cada vez más, nos podemos encontrar dónde no imaginariamos.

    Ahora hasta en las grandes superficies podemos encontrar algunas estanterias repletas de ellos junto a la música, películas, juegos para el ordenador o las consolas. Pero los libros que podemos comprar son los best seller, manuales de cocina, libros para niños, y algún otro más. Pero no creo que esto afecte a la venta de las "pequeñas" librerias en las que encontramos todo tipo de libros, en las que el trato es mas personal, y en las que a veces puedes sentirte como en una biblioteca.También es verdad que "se han puesto de moda" la compra en grandes cadenas, que ofrecen un servicio que está entre las anteriores.

    Está situación, de lucha entre la pequeña libreria de siempre y las grandes cadenas, se pone de relieve en la película "Tienes un e-mail". Pero si lo que importa es el aumento de los índices de lectura, la llegada de los libros a las grandes superficies supone un punto positivo y es una forma más de fomentar la lectura.

  24. Los índices de lectura han ido subiendo durante los últimos años, a cambio, los dueños de las librerías, los verdaderos enamorados de la literatura, pierden clientes y por tanto importancia en las editoriales. Los grandes almacenes han conseguido acercar los libros al lector, pero lo único que conocen de muchos de ellos son los premios que han ganado, mientras las librerías están más enteradas del mundo literario.

  25. El aumento de las ventas en las grandes superficies está relaciondo con la mayor accesibilidad de éstas a la hora de obtener el libro deseado. Pero accesibilidad no es sinónimo de variedad, los supermercados no te ofrecen más que los libros más vendidos sin embargo si se quiere adquirir libros más difíciles de encontrar las librerías son las que mejor ofrecen ese servicio. Por ello pienso que tanto las grandes superficies como las librerías deben convivir juntas mejorando los sevicios al lector y contribuyendo a fomentar la lectura.

  26. Los supermercados tienen una gran variedad de productos, pero no siempre, por muy grandes que sean estos establecimientos, encuentras aquello que necesitas.

    En cuanto a los libros, no vas a encontrar la misma variedad en un supermercado que en una librería. En esta última tienes muchas más posibilidades de conseguir el libro que quieres, ya que el número de éstos a disposición del comprador es mucho mayor.

    El único inconveniente por el que puedan verse afectadas las librerías o papelerías a las que solemos recurrir con más frecuencia, es que en los supermercados se tiende a encontrar precios más baratos.

  27. Últimamente la venta de libros se ha extendido de una forma increíble a diversos puntos de venta y centros como fnac el corte inglés etc. Antes era costumbre acudir a la librería más cercana de nuestra casa si necesitábamos algún libro pero hoy en día podemos acudir a diferentes lugares, incluso la franquicia de el corte inglés cuenta con una tienda exclusiva de libros en la calle preciados. Son muchas las estrategias que se emplean para la venta, por ejemplo, el centro fnac de Callao cuenta con una sala específica para llevar a cabo ahí tus lecturas, eliges el libro que te resulta curioso o que andabas buscando y puedes dirigirte a esa sala para tomarte un rato de descanso mientras lees tus libros o colocan las novedades en libros nada más terminar de subir las escaleras mecánicas, pero en parte es lógico que centros comerciales de este tipo o supermercados acaben vendiendo más libros puesto que son sitios a los que por lo general las personas siempre suelen acudir con mucha más regularidad y lo más probable es que a medida que pasa el tiempo nos encontremos con más sorpresas de este tipo y los libros se vendan en muchos otros sitios diferentes que no hubiésemos imagina nunca

  28. El auge de las grandes superficies a la hora de vender libros puede explicarse con la aparición de una nueva modalidad de libros. Son aquellos best sellers que se manufacturan como panes, cuyo estilo viene muy cargado con influencias de fotografía y cinematografía, que podrían perfectamente encajar con el modelo argumental de telenovela venezolana, y que normalmente son aptos para todos los públicos. Están fabricados para vender, para gustar. No estoy queriendo decir que hoy cualquiera puede escribir un libro, pero sí que esta nueva generación de textos comienza a tomar forma.

  29. ¿Hace cuánto que no visitas una librería? Cuando digo librería, no me refiero a la sección de libros de un supermercado. Cada vez acudimos menos a las librerías tradicionales. Tal vez por falta de tiempo o por lo cómodo que es tener los libros al lado del pasillo de los congelados. Esto no sólo afecta alas pequeñas librerías, otros establecimientos como las panaderías o las antiguas tiendas de ultramarinos, van desapareciendo porque parte de su clientela prefiere ir a unos grandes almacenes donde hay (casi) de todo.

    No se puede comparar el trato de un librero, que probablemente se haya leído el libro por el cual preguntas, que un señor trajeado que lo mismo te vende un aspiradora que un jamón.

    Es una pena, pero, las pequeñas librerías están desapareciendo.

  30. En la venta de libros no creo que influya el donde se compren, si en un supermercado, en grandes almacenes o en librerías especializadas, ya que en una librería, puedes pedir opinión sobre los libros, pero también se suele ir con una idea predeterminada del libro que quieres comprar.

    Aún así en los centros comerciales o en los grandes almacenes los libros suelen destacar de alguna manera, mediante la publicidad por estar expuestos como “libros de la semana”, o “libros del mes” y este tipo de publicidad hace que las decisiones de los consumidores sea más fácil.

    Si los centros comerciales venden más es porque la sociedad se ha acostumbrado a tenerlo todo en este tipo de centros; pero eso no quita que los hábitos de lectura hayan disminuido debido a que disminuyan las ventas de los libros en las propias librerías.

  31. Tres tipos de lugares donde comprar libros y un mismo objetivo: consumir cultura.

    Entrar en una librería es una experiencia única e irrepetible. En ella no se respira el mismo aire que el que encontramos en unos grandes almacenes. Sin embargo, el abaratamiento del precio del libro es un ejercicio que las grande superficies pueden permitirse practicar; pero las librerías no ganan tanto dinero como para hacerle la competencia a sus "adversarios" en ese aspecto. Porque no hay que engañarse: esto es la guerra.

    Es evidente que comprar barato satisface los bolsillos de todo el mundo, pero la gente debería empezar a plantearse qué tipo de experiencia quiere llevarse a casa. Cuando yo compro un libro no busco cualquier cosa: quiero que me hablen con pasión de él.

  32. Vivimos en una sociedad de consumo en la que los libros son un producto más del mercado. Por ello mismo, son cada vez más los libros que se venden en grandes almacenes. Dejando de lado el hecho de que el número de lectores españoles haya aumentado; los supermercados, a diferencia de las librerías, se frecuentan casi a diario. De esta manera, es más fácil que una persona compre un libro de casualidad en los grandes almacenes a que esté realmente interesado en alguno y se tome las molestias de ir hasta una librería. Sin embargo, bien es cierto, que la atención y la experiencia que ofrece un librero no es igual a la de un simple dependiente. Por tanto, la ventaja de comprar libros en supermercados es el rápido acceso aunque todavía no disponen de la gran especialización que tienen las librerías.

  33. El hecho de que poco a poco los hipermercados vayan sumando y aumentando sus ventas de libros puede verse desde dos posiciones muy distintas.Po una parte,y como aspecto positivo, que estos centros sean grandes comerciantes de libros es una buena noticia,ya que todo lo que sea difundir la cultura y los conocimientos que se pueden encontrar en el interior de un libro es plenamente satisfactorio aunque se vendan básicamente libros comerciales, los conocidos best sellers. Sin embargo otra visión contraria a esto, sería la que piensa que la compra de un material literario en un centro distinto a una librería es muy poco fiable, ya que por norma general los empleados de un hipermercado no son conocedores de la cultura literaria, no así los libreros que pueden aconsejarte y guiarte en cualquier aspecto relacionado con la lectura de un libro. En definitiva el debate está abierto pero todo sea por la difusión de la cultura con los medios y consejos apropiados, debe ser acogido por todos.

  34. Actualmente preferimos acceder a cualquier bien de la forma más rápida y con el precio más económico posible. Esto se ha plasmado en el cambio de establecimiento para comprar libros de los consumidores, que ahora prefieren comprarlos en los hipermercados, y así aprovechar para hacer el resto de compras que necesitan y encima a un precio más barato. Este cambio no es algo negativo, porque los hipermercados permiten que más gente acceda a la lectura. Pero creo que es necesario hacer una matización: es bueno comprar los libros en los hipermercados si ya se conoce el título del libro que te interesa y si es un libro comercial, no muy especializado; mientras que si lo que se busca es asesoramiento por parte de los empleados del establecimiento o libros de carácter más especializado, no hay nada mejor que las librerías tradicionales o las cadenas.

  35. En cierta forma, no creo que el que se vendan libros en el supermercado sea algo tan negativo, tampoco lo óptimo, pero puede que sea un punto medio. Actualmente la falta de tiempo es el mayor problema de las personas, que leen y que no leen.

    El comprar un libro en una librería es una experiencia, sobre todo si te conocen y ya saben que tipo de libros te gustan. Yo podría compararlo con comer en un buen restaurante en el que sabes que todo lo que te ofrezcan va a valer la pena, pero siempre sabes que el camarero te va a recomendar lo que más te va a gustar, o lo que mejor le queda al chef. La gran mayoría de las veces quedas feliz con lo que te llevas.

    Siguiendo con la comparación, comprar un libro en un supermercado, es como ir a un restaurante de bufete o autoservicio, en el que a lo mejor encuentras algo bueno, pero como nadie va a ayudarte quién sabe con que te vayas.

    En fin, el día que no puedes darte el lujo o gusto de pasarte por una librería, pero te encuentras haciendo la compra en el super, ¿por qué no llevarte el libro también?.

  36. El aumento de las ventas de libros en grandes superficies se debe a diversos factores favorables:publicidad, mejores precios y comodidad entre otros, es normal que los supermercados,centros comerciales etc, desbanquen a los pequeños comercios ,pasa con todo,el mercado actual se rige por la ley del mas fuerte y los libros son un producto como cualquier otro.Los pequeños establecimientos tienen poco a su favor,quizá un trato mas cercano y un buen asesoramiento, pero el trato amable en la sociedad actual cada vez es menos valorado y el asesoramiento del tendero se sustituye por recomendaciones de amigos,profesores o simplemente por una búsqueda en internet.

  37. El hecho de que los libros que compremos vengan de supermercados y de grandes superficies es beneficioso para unos y desfavorable para otros. Por una parte, agilizan a la vez que facilitan la adquisición de los volúmenes en los que estemos interesados, algo elemental en esta sociedad, siempre con prisa, que puede acceder a la cultura al mismo tiempo que hace la compra semanal. Por otra, las pequeñas librerías sufren una derrota aplastante en cuanto al número de ventas, dado el hecho de que quizá se menosprecie la atención, el consejo ante la duda y la recomendación del librero, y se prefiera una compra rápida, económica, que siempre suele desembocar en un best seller sobre la mesilla de noche de tres cuartos del sector lector de la población.

  38. Está claro que con el paso de los años el hábito de la lectura entre los españoles ha aumentado considerablemente, y por ello es lógico que todos estos grandes almacenes hayan decidido introducirse en el mercado de la lectura para aprovechar los beneficios que les pueda otorgar. Sin embargo, creo que no debemos olvidar la importancia que la red de librerías españolas tiene en este mundo cada vez más expandido. No debemos olvidar que vivimos en un mundo en el que somos consumidores mucho más exigentes que hace años, que buscamos productos y servicios que mantengan una óptima relación calidad-precio. Por eso tenemos que ser conscientes de que ante un mismo producto, en este caso libros, el servicio ofrecido por grandes almacenes frente a librerías es a día de hoy muy distinto, siendo más especializado y más personalizado a los gustos del consumidor el ofrecido por las librerías, en oposición a la superficialidad y frialdad que aún encontramos en los grandes almacenes. La creciente tendencia en las ventas en grandes almacenes nos muestra un futuro en el que serán los propios consumidores los que decidan el devenir de las pequeñas librerías, que son las víctimas de estos cambios en los hábitos de los lectores de los últimos años.

  39. Poco se valora el gran papel que realiza el librero en la sociedad y su cultura, con unos conocimientos que posiblemente no poseen los jóvenes que trabajan en el Carrefour y que dos días antes trabajaban en la zona de lácteos. Además las grandes superficies son como muchos cines, no muestran las publicaciones independientes que a veces son de muchísima mejor calidad y a las cuales se les cierran gran número de puertas. Creo que en temas como ése cada uno debe ocuparse de lo suyo y no de lo de los demás.

  40. Es cierto que en una librería podemos encontrar asesoramiento para localizar alguna literatura específica, género, editora, autor, etc. La nueva cara del consumismo nos lleva a comprar también libros en las grandes superficies o simplemente, y de alguna manera no muy discreta, llaman nuestra atención para recordarnos que están ahí, que podemos disfrutar de ellos estemos en el lugar que estemos. No lo veo mal. Al fin y al cabo vender libros, sacar provecho económico de ellos es al final otro negocio que no comienza precisamente en un estante de librería o de centro comercial. Lo importante sería aprender lo nuevo que podamos descubrir en ellos; que sea grata la lectura, que alimente el espíritu para ser mejores personas cada día a pesar del consumismo que nos invade entre otras cosas de nuestra sociedad.

  41. Los hipermercados basan su política económica en la concentración del mercado, esta actuación permite al cliente o comprador satisfacer todas sus necesidades al mismo tiempo. Siendo este último elemento -el tiempo- el más escaso y valorado en la sociedad actual, es obvio el por qué del éxito de los hipermercados en general y específicamente en el sector libros.

    Sin embargo, este hecho no provocará la eliminación de las pequeñas y clásicas librerías donde los libros son considerados como ‘tesoros’ y donde el librero puede ofrecer un trato personalizado.

    Con el paso del tiempo, los índices de venta de libros en los hipermercados se incrementará pero las librerías seguirán conservándose por su alto valor cultural y por el prestigio con el que son denotadas dentro de la sociedad.

  42. El volumen de libros publicados ha aumentado considerablemente en los últimos años. Es coherente pensar que se produzca, por tanto, un incremento equitativo de los puntos de venta.

    Cierto es, que la venta en las librerías es más personal y exclusiva, pero a fin de cuentas, hay que ver esta posibilidad de comprar en grandes almacenes e hipermercados como un paso hacia delante, como una manera de ayudar al fomento de la lectura.

    Está claro que este aumento de los canales de distribución, va a tener una repercusión negativa en las llamadas "librerías de toda la vida", no obstante, no podemos olvidarnos de que en ellas, el nivel de especialización es infinitamente mayor del que podemos encontrar en grandes almacenes o supermercados, y tampoco, de que los hipotéticos compradores son conscientes de ello.

    Cada uno es libre de elegir donde prefiere comprar, y eso es precisamente lo más importante, hay una diversificación de los lugares de venta que permiten al consumidor ELEGIR.

  43. Me parece pecar un poco e inocente por parte del sector del libro impresionarse porque la globalización llegue hasta ellos, esto como en todos los demás sectores tiene una parte positiva y una parte negativa.

    A todos nos parece muy bien que el índice de lectores haya subido pero seria impensable esta subida si el libro no se hubiera introducido en nuestra vida cotidiana

    No se puede pedir que unos grandes almacenes no vendan libros lo que debería pasar es que los autores y las editoriales fueran mas exigentes a la hora de elegir donde se vende su libro evitando que este sea vendido como un kilo de merluza por un dependiente sin formación adecuada.

  44. Es muy cómodo comprar libros a la vez que haces la compra, ahorras tiempo y en muchas ocasiones dinero, ya que suelen tener siempre descuentos. Es por esto por lo que creo que ha aumentado el índice de ventas de los hipermercados,supermercados y grandes superficies, ya que lo que importa, y cada vez más, es nuestro bolsillo.

  45. Como dice en el artículo la venta de libros en hipermercados tiene su lado positivo y su lado negativo. Lo bueno está en la mayor distribución de la cultura y lo malo en la poca especialización que tienen los hipermercados en esta sección hace muy vanal la compra.

    Habrá gente que gracias a esto comience a leer pero serán muy pocos los que salgan de la lectura típica, de los best-seller que se venden en estas superficies.

    Por eso la gente que realmente tiene interés por leer y no solo eso, sino por hacerlo bien, seguirá acudiendo a las pequeñas librerias donde con cercacanía te recomiendan las mejores obras y donde siempre encontrarás algo interesante que degustar con la mente.

  46. En la actualidad es fácil encontrar cualquier libro debido a la gran posibilidad de venta que nos ofrecen los hipermercados y las múltiples páginas de Internet. Las librerías tradicionales y puestos de algunas plazas no deben ser olvidadas, pero también debemos abrir nuestra mente a las diferentes oportunidades que se nos dan.

  47. Cuando necesitamos un medicamento no vamos al supermercado de la esquina a comprarlo, pues lo mismo debería pasar con los libros. Los supermercados y las grandes áreas comerciales no son lugares apropiados para la compra de estos artículos, ya que en sus estanterías sólo encontramos una muestra representativa del mercado, dominada por los "Bestsellers". Mientras tanto, obras maestras de la literatura que tuvieron peor suerte se van amontonando en las pequeñas librerías, hasta desaparecer.

  48. La lectura de este post me ha recordado a la película "Tienes un e-mail". Si no la han visto, parte de la trama cuenta como un gran almacén obliga al cierre a una pequeña librería de barrio. Si lo miramos desde un punto de vista empresarial lo importante es la venta, da igual cómo, dónde… Desde la perspectiva del cliente, cada cual buscará aquello que le interese ya sea precio, trato, valores añadidos a la compra… Es curioso ver la evolución del mercado editorial pero creo que lo realmente importante es que se lee cada vez más y eso nos enriquece tanto personalmente como a nivel social.

  49. ¿De dónde vienen los libros que compramos?

    Del supermercado…. ¿Y?

    No creo que la pequeña librería tenga asustarse ante el incremento de ventas en lo que a libros se refiere de los supermercados. Aunque pequeño y aparentemente desamparado ante el ciclón de los supermercados, este especializado comercio no tendrá que preocuparse siempre que mantenga sus principios y a sus libreros, aconsejando y guiando a quienes ven en los libros algo más que páginas llenas de palabras.

    Pero no hay que quitar importancia a los supermercados, pues aunque no hayan llevado los libros a sus estantes con el ingenuo propósito de ofrecer la cultura, sí que lo están consiguiendo. Seguramente hay muchas personas que mientras se debaten entre comprar atún o bonito del norte pasan por una estantería con un gran cartel promocional y por la simple inercia de ver que parece oferta, se acaban llevando el libro a su casa… No importa el título ni el autor, estaba bien de precio. Bien, si esas personas al ojear el libro en sus casas terminan por leérselo terminarán por pasar por la sección de libros mas asiduamente cuando vayan a la compra y llevándose alguno más a sus casas…. Y será así cuando poco a poco, vayan adquiriendo interés y terminen acudiendo a la librería a que ese librero con su voz calmada y prudente les recomiende un libro semejante a aquel que por alguna razón hizo de un mero comprador un buen lector

  50. Personalmente, no me parece el lugar más apropiado un hipermercado para adquirir un libro. Las librerías tradicionales ofrecen un servicio personalizado y nadie mejor que el personal de esa librería para guiarte a la hora de escoger un libro. No obstante, la posibilidad de comprar libros en un hipermercado tambén hace posible el acercamiento de cultura a mayor numero de sitios, pero en las secciones de librería de estos hipermercados, solo podemos encontrar, en la mayoría de los casos aquellos libros que tienen un mayor tirón comercial. Digamos que está bien para empezar.

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