¿De dónde vienen los libros que compramos?: del supermercado

Publicamos en este mismo blog, la semana pasada el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de libros de los españoles, dedicando especial atención a la lectura. Añadimos ahora la parte de compra, en un excelente trabajo de Xavi Ayén que publica hoy el periódico catalán La Vanguardia. y que tiene que ver con el lugar donde se compran los libros. Desde hace tiempo se viene anunciando que las librerías estaban perdiendo ventas con respecto a grandes superficies e hipermercados, que aparecen en segundo lugar y que se posicionan bien de cara al futuro. Estimados alumnos y lectores de este blog: ¿Son los supermercados, hipermercados y grandes superficies, el mejor lugar para comprar libros? ¿Quién asesora en la compra de un libro en estas tiendas? ¿Qué está pasando con las librerías tradicionales?… Pasen y lean. Pasen y comenten.

Ya está. Ya ha sucedido oficialmente. Por primera vez, los hipermercados – Carrefour, Alcampo…- aparecen segundo lugar en el compran libros (11,6%), muy por detrás de las librerías tradicionales (45,1%), pero superando a las cadenas (Fnac, Casa del Libro… con el 11,5%) y a los grandes almacenes (El Corte Inglés… con el 10,7%). Son los datos, referidos al primer trimestre del 2008, de la muestra de la Federación de Gremios de Editores. Toda una revolución en los hábitos de compra, pues hace tan sólo siete años suponían un escaso 4,6% del total. Y la cosa irá a más. Un portavoz de Carrefour afirma: «Somos la segunda librería de España – tras El Corte Inglés- pero en nuestro ADN está grabado el ser líder».

Las cadenas también han más que doblado su parte del pastel. Tan sólo en los últimos tres años, la Fnac ha abierto seis tiendas (ya tiene 16, que serán 19 a fin de año), la Casa del Libro ocho, ha llegado Bertrand (Random House Mondadori) con seis centros y Topbooks (especializada en superventas) ya tiene cuatro.

Cada vez leemos más. Jesús Badenes, director general de Librerías del grupo Planeta, contextualiza las cifras: «Los hípers crecen, cierto, pero a la vez las librerías aguantan, venden más libros que nunca». Por ejemplo, El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón distribuye sus 1.400.000 ejemplares a lo largo y ancho de 10.000 puntos de venta diferentes, «de los cuales el 55% son librerías y el 45% cadenas e hipermercados», aclara Pere Matesanz, director comercial de Planeta. Vendiendo más que nunca, ¿por qué las librerías pierden cuota de mercado? Eso se explicaría por la subida del índice de lectura. Badenes recuerda que «en los años noventa sólo leía el 40% de los españoles y ahora estamos en un 56,9%. Subir 15 puntos el índice de lectura de un país es espectacular». Las causas serían varias, «pero una de ellas es que el libro ha entrado en las grandes superficies y eso ha hecho que personas que antes no compraban libros ahora sí lo hacen». Para Jorge Herralde, dueño de Anagrama, «antes el mercado era minúsculo, en los setenta francamente decepcionante. Ahora, se da un crecimiento en todos los nichos de lectores, especialmente en el que yo llamo el grupo de lectores-no lectores, los que se compran el premio Planeta, Zafón, Boris Izaguirre o Polònia, actividades, justo es reconocerlo, perfectamente legales y que no atentan contra nuestro ordenamiento jurídico. Como dice Alessandro Baricco, esto es como un huevo frito que se va haciendo gigante: crece muchísimo la clara pero también, aunque menos, la yema de lectores exigentes». Badenes matiza que «hay lectores que entran en la lectura a través de ciertos libros y luego pasan a otros», lo que Herralde no ve tan claro: «El espectador de Aquí hay tomate,con el tiempo, no forzosamente deviene un entusiasta de los filmes de la nouvelle vague».

¿Peligro en el súper? Las editoriales grandes sitúan en un 15% sus ventas en hipermercados, una cifra que seguirá creciendo (en Italia es el 30%). Ignacio Tolnado, de la Fnac, ve todo esto «de manera contradictoria. Por una parte, está bien que se vendan libros y, por otra, es necesario conservar la red de librerías. La venta de unas pocas docenas de títulos en otros comercios ofrece una visión muy estrecha de la cultura y pone en peligro la propia red de librerías al privarles de la venta más fácil y rentable». Y, si hasta ahora, libreros y editores coincidían en defender el precio fijo de los libros, Carrefour mantiene una postura diferente: «Creemos que el precio libre siempre beneficia al bolsillo del cliente».

Sólo los más vendidos. La cadena Topbooks abrió su primera tienda en Bilbao en 1995 y en el 2005 ha empezado a expandirse. Ahora ya tiene cuatro centros (tres de ellos en la comunidad de Madrid) y seguirá creciendo. Su filosofía: tiendas situadas en el centro de las ciudades que solamente venden aquellos títulos que tienen éxito. Ruth González, su directora de marketing, lo explica así: «Creamos unos espacios de venta distintos, donde el cliente pueda pasar un rato disfrutando del libro. Ofrecemos algo más: cafetería, tienda de chocolate… Nos diferenciamos de las librerías clásicas en dos cosas: el tipo de producto y en cómo lo exponemos. Seleccionamos muchísimo, así que compramos menos títulos que otras librerías. Así, los cuidamos más, los exponemos mejor y el cliente los encuentra fácilmente. Y el día que decidimos devolverlos o dejar de comprarlos es porque el público no los quiere».

Hacia el almacén único. En la actualidad, los almacenes en España tienen, según los cálculos del sector, alrededor de cien millones de libros. En Guadalajara está el más grande, el de Logista (Planeta), con 59.000 metros cuadrados y un movimiento de 40 millones de libros anuales. Si hasta hace poco España se dividía en zonas con un pequeño almacén en cada región, la tendencia clara es, según coinciden todos los consultados, hacia el almacén único. La gran mayoría está en el centro, «porque es más fácil repartir desde ahí», apunta Matesanz (Planeta). Jorge Herralde – que ya tiene sus libros en Guadalajara, con Logista- puntualiza que «una cosa es que haya un único almacén y otra que las distribuidoras mantengan su diversidad. La concentración logística debe ser neutral, como una vía férrea». Sin embargo, Daniel Fernández apunta maliciosamente: «No sé si a las editoriales pequeñas y medianas les gusta que Planeta, Santillana o Random House sepan exactamente cuántos ejemplares venden de cada uno de sus títulos, eso las hace más vulnerables». Los almacenes únicos tienen de bueno que «sabemos exactamente los libros que nos quedan y los envíos se simplifican» (Herralde) pero un efecto colateral negativo, que apunta Fernández: «Los libros llegan en 48 horas, pero si en una farmacia se considera un buen sistema que la medicina te llegue al día siguiente, no estoy seguro de que a la gente le parezca bien esperar un libro dos días, porque a lo mejor le apetece empezar a leer esa misma noche».

Leer artículo completo en La Vanguardia

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265 comentarios

  1. Todos decimos lo cómodo que es comprar los libros en el supermercado al que acudimos a abastecernos los fines de semana, pero acto seguido aseguramos con CONFIANZA CIEGA que "las librerías pequeñas y las librerías especializadas no van a desaparecer", esto es lo que se denomina una "creencia irracional", opinión que no puede ser controlada con ninguna regularidad experimental, que acaba generando INQUIETUD, espero que esto no suceda y sería mala suerte si sucediera.

    Pues no, si nadie compramos en este tipo de librerías acabaran cerrando por que son un negocio como otro cualquiera que si no tienen clientes tiene que cerrar.

    Por otro lado la compra en este tipo de librerías implica un conocimiento de las novedades editoriales o de los libros especializados, que no está al alcance de cualquiera, comprar revistas de novedades literarias o de temas especializados en un ámbito del saber, para tener una perspectiva de lo que es interesante, de lo que es novedoso, que por cierto el problema es que queremos que la gente lea y que considere interesante aquello que, en nombre de no se que norma intelectual, los escritores a los que no se lee consideran interesante, por esta regla de tres, cuanto menos lectores tengas más escritor DE CULTO eres. Estoy de suerte pues considero que es lo que pasa en este blog, todos escriben y nadie se lee en un constante "monólogo colectivo", con lo cual cada vez que opino sobre algo me siento como esos escritores de culto y mi ego mejora.

    En cuanto a lo del librero servicial, como se ve que acudís poco a este tipo de librerías.

    Resumiendo:

    a) La gente lee más, esto bueno.

    b) La gente lee lo que le da la gana, esto mejor.

    Yo, si conozco y estoy interesada en un libro concreto, se lo encargo a mi librero Juan Carlos un tipo estupendo y no por el mito.

    Si no se que libro leer, pues a mi me gusta leer a veces sin rumbo, me voy a la Fnac, además en domingo por la tarde y me doy lo que en mi familia se considera "Darse un Homenaje", este si, este también, y dejo que a la aventura aparezca un libro interesante para mi, que al fin y al cabo soy quien lo va a leer.

    Esto es larguísimo, suerte ser de culto.

  2. Con este texto nos damos cuenta de dos temas importantes; Por un lado, el aumento de los lectores, cada vez somos más los que nos aficionamos por la lectura y que nos da igual donde compremos el libro, lo que nos interesa es tener ese ejemplar en nuestro poder. A la vez que hacemos la compra, paseamos… compramos un libro y esto se tiene que agradecer a las grandes superficies, porque gracias a ellas podemos decir que la forma de comprar el libro ha cambiado…Las grandes superficies han acercado el libro a las formas de vida, estilos o formas de comprar del lector.

    Pero por otro lado, con éste Boom de los grandes almacenes, se pierde de alguna forma el concepto de la librería de toda la vida, donde es el propio librero quien te recomienda el libro o te resume…, en las librerías tenemos un trato más cercano, sentimos que nuestra opinión en cuanto a un libro importa más o que las criticas que hacemos de un libro tienen o un apoyo u otra forma de ver la misma historia y todo porque le librero tradicional nos escucha y entiende de la materia

    ¿Qué es mejor comprar en una gran superficie o en una librería tradicional? No creo que el donde se compre sea lo importante, lo importante es que todos perseguimos el mismo interés. LEER

  3. Soy de las que piensa que cualquier forma para difundir la lectura es buena, hay que hacer llegar los libros a la gente, y estoy segura, que muchas personas sólo se compran un libro porque mientras están comprando naranjas, en la estantería de al lado, ven un libro que les llama la atención y deciden comprarlo, pero sin embargo, nunca se les ocurriría ir a una librería, ni a una biblioteca. Si acercamos los libros a la gente conseguimos más lectores.

    Pero, un supermercado jamás podrá ofrecer lo que encontramos en la librería, un experto en libros. El librero conoce los libros, y siempre nos puede orientar sobre que comprar, según nuestras necesidades o preferencias. Por esto creo que los lectores, que no leen un libro sólo de manera ocasional, preferirán ir a una librería, donde saben que alguien les puede aconsejar, y donde, por supuesto encontrarán más variedad de libros (y no sólo los best-seller o los premios como en las grandes superficies).

    Además el trato que se le da al libro en librerías y en supermercados es totalmente diferente: en el supermercado no hay ninguna diferencia entre como te venden un libro y como te venden galletas. Por el contrario, en la librería, se sabe que no sólo importa el título del libro, el autor o una portada bonita, sino que el contenido de los libros también importa, y quizá ahí está la magia para los lectores, la librería es el lugar ideal para perderse entre miles de libros.

  4. En este artículo e dice que se venden más libros que nunca, por eso yo no veo la negativiad a que los grandes hipermercados vendan libros, es cierto que la atención personalizada y la información que tienen las librerías tradicionales sólo se puede encontrar en ellas, sin embargo el hecho más importante es que se venden libros, y que su venta ha aumentado, con independencia de quién los venda. Es un tema difícil para los dependientes de librerías, porque, en efecto, ellos se ven desfavorecidos con esta situación. También es cierto que las frandes superficies nunca tendrán un volúmen de libros tan grande como las librerías, que desde siempre son las encargadas de la venta de libros. Pero lo más importante es saber que se lee, y que tanto un tipo de negocio como el otro están aumentando sus ventas.

  5. el punto bueno que hay que sacar de toda esta lectura, por encima del resto, es el hrcho de que el numero de lectores esta aumentando,esto hay que pensar que esta aumentando en esta epoca, con esta sociedad cada vez mas restresada y tecnologica.

    por otro lado, la batalla entre grandes superficies y librerias, ya lleva bastantes años, y seguira, ya que cada uno tiene unas ventajas y unos inconvenientes, los supermercados, proporcionan mas numeros de ejemplares, tienen mas variedad y ademas en ellos entra mas personas a lo largo del dia, pero por otro lado, las liberiras tienen el encanto de que siempre hay alguien que te puede aconsejar, con el que puedes hablar sobre los libros, es mucho mas personalizada y mas intima.

    por esto pienso que dependiendo de la persona, puede acudir a un sitio o a otro, pero creo que deberian existir los dos tipos de puntos de ventas, deberian de convivir juntos, ya que ambos nos proporcionan lo mismo, el poder comprar libros.

  6. Creo que la entrada de los libros en los supermercados tiene ventajas negativas y positivas.

    Por una parte, la venta de libros en supermercados es un modo de acercar la lectura aquellas personas que compran habitualmente en estos grandes almacenes, y no tienen tiempo o no habían prestado mucho interés por las librerías tradicionales. Es un modo de fomentar la lectura a un sector de la sociedad, que quizás de otro modo no hubieran tenido este impulso en la compra de un libro.

    La entrada de los libros en estos grandes supermercados, tiene la ventaja que los precios de los libros son más asequibles que en las librerías. Pero no debemos olvidar por otro lado, que los expertos por excelencia de la lectura la traen consigo desde hace muchos años las librerías tradicionales o las tiendas especializadas de libros que existen hoy en día.

    El trato cercano, junto con el consejo personal y la experiencia que traen consigo, nunca se podrá dar en estos supermercados o hipermercados, y a pesar que el precio de estos no sea tan asequible, siempre tendrás un clima más acogedor y un gran entendido en la materia.

  7. Personalmente no creo que se deba considerar la CULTURA como un producto de consumo más. La cultura influye en la conciencia de la gente, estimula sus inquietudes, cambia su manera de pensar y transforma sus relaciones con el mundo. La cultura es el alimento de los hombres libres, proporciona a los pueblos la capacidad de desarrollarse libremente, sin ataduras, sin complejos…

    Pero vivimos en una sociedad en la que predomina la inmediatez. Los avances cada vez son más rápidos y muchas veces no tenemos tiempo de asimilarlos. Esta sociedad que corre continuamente, que vive con prisas, se refleja en nuestra vida diaria, y esto afecta directamente a nuestros hábitos de consumo. Queremos tenerlo todo al alcance de la mano, y no ir de un sitio a otro para adquirir distintos productos, además, exigimos horarios flexibles y precios asequibles… ¿Qué otro modelo nos queda que los hipermercados? Los grandes mall estadounidenses son el paradigma de esta sociedad de consumo inmediato. Por esto, aunque personalmente preferiría que este mundo fuera un poquito más despacio, veo normal que se vendan libros en los supermercados, y no me parece algo negativo. Tampoco tengo muy claro que alguien que por primera vez compra un best seller en un supermercado se vaya a aficionar a la lectura y vaya a acudir a librerías donde la variedad de títulos le permita elegir algo que realmente le llene. Pero si por tener este tipo de libros al alcance de la mano, alguien, de vez en cuando compra un libro y lo lee, creo que vamos avanzando. Lo importante es que lean y el supermercado tiene la capacidad de acerca la lectura a mucha gente que nunca entraría en una librería.

    Creo que es responsabilidad nuestra, de los lectores habituales, mantener vivas las librerías. Exigimos algo que no tienen los supermercados, algo que sólo ellas (y las bibliotecas) pueden ofrecernos: variedad cultural. Por eso, el triángulo biblioteca-lector-librería, no creo que vaya a romperse nunca, porque dependemos unos de otros y retroalimentamos nuestra necesidad de permanecer juntos.

  8. Estoy en el Top 10

    Los libros que se venden en los supermercados son para aquellas personas que no tiene la idea de comprar un libro. Hoy en día hay un porcentaje muy alto de libros que “se venden por si mismos” , son estos libros lo que se venden mayoritariamente en los supermercados, libros que encadena las listas de los más vendidos, libros de los que no has dejado de escuchar y ver publicidad incluso antes de salir al mercado. El supermercado se ha convertido en un canal de distribución para comprar “ese” libro que me han recomendado.

    Hemos olvidado la figura del verdadero “librero” ese que sabía el tipo de libros que te gustaba y que no te intentaba verder alguno de lo “Top 10” sino aquellas pequeñas obras de artes que llegan a pocos pero son un tesoro para esas personas. Por mucho que sigan las librerías, han perdido su seña de identidad, y auque sabes que ahí seguirás encontrando diferentes libros, lo único que las diferencia de los supers es el volumen de libros que tienen.

  9. No entiendo por qué quejarse de que cada vez más las grandes cadenas aumentan su porcentaje de ventas frente a las pequeñas librerías. Está visto y comprobado que estas también aumentan sus ventas, si leemos más ¿qué más da donde me compre el libro? La cuestión es que me lo voy a leer, pero no sólo yo, también quizá mi amiga, y mi vecino, y mis padres… seguramente todos nos leamos el mismo libro. Personalmente, la referencia que tomo para leerme un libro, normalmente es el criterio de la gente de mi entorno, entonces, cuando lo quiero, voy a tiro hecho, si ya sé que me lo quiero leer, lo compro en el primer sitio que veo, es cuestión de comodidad, ¿en un super? Quizá es que está en el sitio oportuno en el momento adecuado para que yo sólo tenga que pasar por caja…

  10. Todo tiene su parte buena y mala, sus matizaciones. Cierto es que el hecho de comprar libros en grandes superficies no especializadas convierte tal actividad en algo más mecánico y menos exquisito o exigente, que hace que los lectores tiendan a inclinarse por lo que algunos llaman pseudoliteratura (premios Planeta, "best sellers", …), sin embargo, esto supone una cierta democratización de los contenidos literarios, ya que la adquisición de libros se convierte en una actividad mucho más extendida.

    El temor que me viene a la mente es que tal éxito acabe con las tiendas de toda la vida, lugares llenos de tesoros por descubrir, donde lectores entusiasmados se encuentran con vendedores igualmente apasionados para hallar nuevas obras, aunque estas no hayan sido premiadas o no sean éxitos de ventas. Pues en cierto modo, las grandes superficies escogen lo que nos va a gustar y hemos de leer, y eso es lo más triste de todo este cambio.

  11. Es sorprendente que tanto en supermercados como hipermercados se vendan tal cantidad de libros, pero no negaremos que ofertan un gran volumen de ellos por lo que existe una gran disponibilidad que a lo mejor en una pequeña librería no pueden ofrecernos.

    Aún así, este hecho es asombroso ya que nunca imaginé que se vendieran tantos libros como dicen las estadísticas. Por una parte, que se vendan libros es el supermercado es una alternativa para aumentar el número de lectores que van a hacer la compra de la semana o del mes, ya que en estas superficies ofrecen descuentos, ofertas (3×2), etc. Por otra parte, se pierde ese “ambiente” que nos sumerge cada vez que entramos en una librería, ese silencio que la envuelve cuando estas buscando un libro, o la necesidad de que el librero te ayude en tu búsqueda de novedades.

    Estoy de acuerdo en que se vendan libros y se “capte” a más lectores en los supermercados, pero no creo que sea el sitio más idóneo para venderlos.

  12. Ya es una realidad que los libros no sólo se venden en las librerías tradicionales, actualmente los hipermercados también se dedican a ello. Esto, como todo, tiene sus ventajas y desventajas.

    Los hipermercados centran sus ventas en los best-seller, en las novedades de las editoriales famosas o en las memorias de personajes “famosos”. Están dedicados a un público con prisas, que tiene claro lo que quiere y que en muchas ocasiones sólo tiene el propósito de quitarse del medio un regalo de cumpleaños. En estos establecimientos no hay nadie al que puedas preguntar, que te asesore, si pasa algún trabajador del supermercado, tú piensas, ¿sabrá de libros o será el de la sección de bricolaje…?. En cambio, en las librerías tradicionales, el trato es más personalizado, hay más variedad de libros, y siempre te pueden ayudar en tu decisión. En la librería puedes pasar horas ojeando libros hasta que encuentras aquel que te gusta, es un mundo más tranquilo.

    A pesar de todo, la venta de libros en supermercados, según el artículo, ha hecho que más personas se interesen por los libros, algo que siempre es gratificante. Además, estos establecimientos a menudo ofrecen descuentos.

    Por tanto, cada lugar tiene sus clientes, necesidades, y momentos, pero uno no tiene por qué excluir al otro. Lo ideal sería complementarlos y saber donde acudir dependiendo de la ocasión

  13. Sara Carmona Pérez OP UCM 2008

    Más espacios donde adquirir libros, mayor oferta de estos y con ello viene inevitablemente una desatención personalizada de los libreros. Pros y contras de un hecho consolidado. Y recordando la película de Mec Ryan y Tom Hanks “Tienes un e-mail”, por desgracia esa “tiendecita de la esquina”, donde van los verdaderos asiduos a la lectura, irá cerrando sus puertas porque las ofertas, los grandes espacios abiertos y las torres de libros estratégicamente apilados se adecuan más al modo de vida actual.

  14. Como el tiempo pasa, y el mundo se evoluciona, es normal consecuencia que los acostumbres vayan a conventirse tambien. Estamos iendo hacia un mundo incansable, lleno de cosas por hacer, donde pero no se quiere renunciar a encontrar un espacio para la propia persona todavia.

    En este situaccion la cultura en particolar va buscando un su nuevo sitio, una su nueva forma para conformarse a las necesidades de este siglo. Es asì que hemos llegado a la continua buscada de un resumen, que nos permite de disfrutar de mas cosas a lo mismo tiempo, encontrando en una sorta de “sinestesia” la soluccion.

    Juntos a los grandes hipermercados que han ido a sustituir las pequenas tiendas, ofrecendonos un monton de producto en un mismo lugar, ha nacido tambien un nuevo fenomeno cultural, que mira a una mas grande distribuccion, aprovechando del efecto que tiene sobre el consumo el conjunto de exito y ahorro. Para llegar hiperbolicamente alla venta complementaria de otros servicios que en teoria hacen de contorno, pero que a veces arriesgan de volverse a attraccion primaria de consumo.

    Es claro que todo eso va a perjuicio del los titulos meno famosos, de los editores minores y de las pequenas tenda tradicionales… pero al final quierer senalar este hecho como unicamente malo puede ser una vision demasiado misoneista, porquè tenemos que tener en cuenta que el desarrollo se plantea sobre las pedidas, y evidentemente eso es lo que la majoria de la gente quiere ahora. Es normal que el mercado se conformes en esta maniera, se limita a darnos contestas.

    La sobrevivencia de los libros, de las libreria, de la lectura tradicionales depende de nosotros. Si queremos olvidar o queremos seguir con lo que nos apartiene de siempre. Es claro que el aprovecho del best seller vendido al Carrefour no tiene nada a che ver con l’aura que nos transmite el libro, mas apreciado, vendido en aquella vieja libreria de Calle No Sè. Es propio de la apreciadora minoria el debere de no dejar de existir, y pedir.

  15. Es curioso ese temor que se ha creado entorno a las bibliotecas para coger un libro, ¡o quizás es mejor decirlo de otra forma!, que curios es que la gente cada vez compren más libros en los supermercados. Desde el punto de vista del fomento de la lectura es un punto a favor, ya que cada vez más gente se pone a leer, pero este no es el tema, de lo que se trata es de ese aumento de los libros en los supermercado.

    En mi opinión el supermercado es uno de los lugares done la gente pasa más el tiempo y que mejor sitio para que las editoriales expongas sus libros a toda clase de personas que por allí transcurren. Personas que por alguna razón son incapaces de entrar en una biblioteca, ya sea bien por que se sienten mayores, o en desacordes con las personas que se encuentran en las bibliotecas o quizás por falta de tiempo.

    Quizás no sea tan mala la idea de mezclarte los libros con la comida.

  16. No veo negativo el hecho de que los hipermercados cada vez vendan más libros. Es más, gracias a ellos el número de lectores va en aumento,¡están creando lectores!. La explicación es clara: la comodidad. Ya que estás ahí, te pasas por la sección de libros y hechas un vistazo por si encuentras alguna ganga (que normalmente encuentras) y es posible que algún libro despierte nuestro interés y lo compremos. Ésta comodidad al adquirir el libro es la que está proporcionando el éxito de estos establecimientos. Pero no hay que olvidar a nuestras queridas librerías tradicionales a las que sólo acudimos los verdaderos aficionados a la lectura para comprarnos un determinado libro. Aunque los hipermercados hayan aumentado sus ventas, las librerías siguen aguantando y vendiendo más libros que nunca.

  17. La verdad es que son las dos caras de una misma moneda: todo tiene sus ventajas e inconvenientes.

    Las grandes superficies se benefician de ello, es una nueva fuente de ingresos, y parece que va en aumento. Pero creo que éstas son muy frías… nos exponen los libros (que normalmente suelen ser los más vendidos), en mogollones, con ofertas… todo es muy superficial y sin cuidado.

    Una librería tiene encanto. El olor de las estanterías de madera, todo cuidado y ordenado, la atención del librero simpre dispuesto a ayudarnos y aconsejarnos… es un espacio único. Único, cuidado y reservado exlusivamente para los libros, como tiene que ser.

  18. La venta de libros en las grandes superficies es una buena idea porque en mi opinion fomenta o induce más a la lectura entre una parte de la población que quizá antes no lo hacía.

    Estos centros son visitados diariamente por millones de personas que ponen al alcance de los usuarios todo tipo de productos sin necesidad de varios desplazamientos para la compra de uno sólo, por lo que la lectura y los libros en este sentido se ven beneficiados siendo acojidos por nuevas personas que antes no tenían interes en ellos. Pero si es cierto que esto puede traer como consecuencia

    la posible pérdida de las antiguas o clásicas librerías. Lo ideal sería que la existencia del mundo librero estuviera presente en ambos lugares respondiendo ambos a las distintas demandas o necesidades que la sociedad tenga, para unos serán mejor las librerías y para otros los centros comerciales o grandes superficies.

    El gran factor importante es que se daña enormemente a la literatura porque en las librerías podemos encontrar, buscar, consultar o ver infinidad de libros que indudablemente los grandes comercios no van a tener, ya que estos poseen sólo los más vendidos o famosos o que han tenido una publicidad previa. De esta manera se dejan a un lado títulos que tienen igual de importancia y valor que los que poseen de una mayor difusión y comercio.

  19. Entiendo perfectamente los problemas que la ‘globalización’ provoca en la sociedad de consumo: El pez grande se come al pequeño. Nos hemos vuelto personas muy cómodas y anteponemos esa comodidad al resto de cosas. Si podemos obtener más facilmente un articulo de consumo eso es lo que realmente nos importa.

    Ya no se trata de satisfacer unas necesidades básicas, ahora buscamos hacerlo de la forma más sencilla y que nos suponga el menos esfuerzo posible.

    Y aunque esto se convierta en un verdadero problema, los hechos hablan por sí solos. En España se lee (aunque cueste creerlo), y aunque nos pese aceptarlo es por la facilidad que tenemos a la hora de obtener libros. Si no fuera así leeríamos mucho menos.

    Es una pena que se pierda el verdadero significado de la obtención de un libro, la magia en la búsqueda de ese intrumento de placer y del ritual que se debía seguir…

    Ahora es más fácil, más accesible, más mecánico.

    ¿Facilidad para poder leer un libro VS motivo por el que se lee?

    Si, es triste. Pero todos nos beneficiamos de esa ‘facilidad’.

    Lo confieso: el último libro que me compré no fue en una librería, fue en la tienda de artículos de la puerta de embarque de un aeropuerto hace un par de semanas.

    La diferencia está en el motivo de la compra. Y yo lo compré porque de verdad quería leerlo.

  20. A la hora de hablar de lectura, y sobre todo en España, lo importante a nivel superficial,no es dónde compran los lectores sus libros, sino si los españoles leemos más o no. Según los datos leemos más, la “culpa” de ello probablemente la tengan la diversificación de los espacios en los que podemos acceder a un libro, tanto bibliotecas , através del préstamo, como librerías y otros nuevos tipos de tiendas, sin olvidar la rápida localización de estos vía buscadores en internet o los portales de grandes superficies y tiendas como La Casa del Libro.

    Son los nuevos medios los que están haciendo que los consumidores de libros novatos se decanten por estos novedosos espacios, dejando a un lado las librerías tradicionales.

    La búsqueda por temas es mucho más rápida en las grandes superficies, aunque se deja a un lado la recomendación y el trato directo de las librerías tradicionales, al igual que está ocurriendo con la compra-venta de cualquier tipo de producto o servicio en todo el mundo.

    El concepto de libro como pasatiempo, está creciendo, no sabemos si para bien o para mal, los lectores recurren cada vez más a las grandes superficies. Aun así la idea primordial, es que, independientemente del tipo de lector que estemos hablando, los españoles leemos más.

  21. Supongo que cuantos más libros se vendan mejor , aunque suene mal. A mi forma de ver, yo recurriría a un hipermercado si busco un libro en concreto actual, ya que es más posible que tengan más unidades que e una libreria del centro de la ciudad, es para lo único que iría a comprar un libro en estos establecimientos. Siempre es mejor recurrir en los demás casos a las librerias ya que tienes la asistencia personalizada de un entendido en libros que te guía en lo que buscas, encuentras libros más curiosos, libros antiguos, libros que jamás estarán en los supermercados. Es una buena forma de llegar a más gente la de vender en los supermercados pero no con el sentimiento que produce un libro. Tiene ventajas e inconvenientes pero al fin de cuentas lo que significa es que si se venden libros en más sitios a parte de librerias, es porque la gente quiere leer, les gusta leer, y eso es bueno.

  22. El mercado es cada vez más competitivo y la oferta y la demanda marca su funcionamiento , no olvidemos que los libros no dejan de ser un bien y que las compañías que pueden sacar beneficio de ellos lo van a hacer a toda costa. Los grandes almacenes o hipermercados han visto en el sector literario un buen nicho de mercado y están obteniendo en muchos casos un nuevo tipo de cliente , aquel que va a hacer la compra del mes y que al pasar por la sección de libros se percata de la enorme cantidad de ejemplares y decide hacerse con uno de ellos , hecho que no entraba en sus planes de compra y para nada tenía previsto. Seguramente no sea un lector habitual , pero ninguno hemos nacido siéndolo y algo nos impulsó a convertirnos en lectores , y por esto no debemos de catalogarlo simplemente aplaudir que haya tomado esa determinación y haya optado por comprarse un libro y no cualquier otra cosa.

    Es cierto que las pequeñas librerías están en competencia directa con estos hipermercados , pero ellos trabajan con la diferenciación y la oferta , mientras los pequeños establecimientos ofrecen otro servicio. No acudimos a carrefour a compar un libro especializado o cuando queremos recibir consejo , ahí nos dejamos caer por una de esas peuqeñas librerías si lo que queremos es un trato más directo , más preocupado por nuestra elección , y eso también se agradece.

    Es por esto que no veo ni mal ni bien la venta de libro en hipermercados , entiendo que son competencia y que a la vez ofrecen servicios diferentes y que en función de lo que tú demandas acudirás por voluntad propia a uno u otro sitio.

  23. Es una alegría saber que las ventas en las librerías despuntan respecto a las ventas de libros en otros establecimientos. Esperemos que tengan razón y esto vaya a más, pues dice mucho de nuestros hábitos de lectura. También es agradable conocer lo mucho que ha subido el índice de lectores en esta útlima década y, al igual que con las librerías, espero que esta tendencia siga creciendo.

    En cuanto a la diversificación de los establecimientos en los que podemos comprar libros, es como todo, tiene aspectos positivos y otros que no lo son tanto. Me parece que esta diversificación permite una apertura mayor a la lectura, facilita la compra de libros por parte de consumidores que a lo mejor no son lectores habituales. Es lo que tienen las grandes superficies, al reunir de todo en un mismo espacio, puedes ir a comprar chorizo y unos yogures y salir de allí con los yogures, el chorizo, un juego de sábanas, un tendedero y vete tú a saber cuántas cosas más. Pero también debemos darnos cuenta de qué tipo de libros son los que encontramos en una gran superfice. Libros "vendibles": todos los éxitos en papel, esos títulos por todos conocidos, que tu vecina a leído, tus compañeros de trabajo y tus amigos también y tú, si no lo has hecho, ya estás tardando. No digo que ésto sea negativo, pero la gente que de verdad ama la lectura va más allá de estos títulos, de esta rama "comercial" de la lectura.

    Sobre la cadena Topbooks, me parece muy interesante lo que están tratando de crear: no sólo un espacio donde adquirir libros, sino también un espacio donde disfrutarlos, pudiendo tomarnos un café a la vez que nos recreamos en su lectura. Obviamente, para poder tener unas buenas cifras de ventas tienen que centrarse en esta rama comercial de la lectura. Ojalá algún día el tipo de negocio que está creando Topbooks lo podamos encontrar en establecimientos con una variedad de libros más amplia y profunda.

  24. Me encantan las librerías, y asean grandes o pequeñas, tienen un alo de misterio que me fascina, miles de historias reunidas y encuadernadas bajo una apariencia inquietante, que te invitan a imaginar hasta donde solo un lector puede experimentar.

    El olor de estas tiendas o cadenas especializadas es del mismo modo especial, llegas allí y respiras miles de tramas, personajes y lugares, que penetraran en el bagaje cultural de quien los lea, ya sea porque le fascinó el título, porque se lo recomendó otro, o porque necesitaba una vía de escape a un universo nuevo y apasionante.

    Entras y te pierdes entre montañas de libros y comienzas a pasear por los angostos pasillos que separan unas pobladas estanterías de otras; y empiezas a leer títulos, y todos te gustan, ya que evocan parajes donde te gustaría estar, o historias que te gustaría vivir.

    Para mi entrar en una tienda de libros siempre ha sido esperar a que llegase aquel libro que me hiciera vivir igual que a Bastian, cuando roba un ejemplar de la tienda “Libros de Ocasión” , una “Historia Interminable”.

  25. La venta de libros es un negocio y como todo negocio, lo que prima son los beneficios. Es lógico que las grandes superficies se impongan en número de ventas a las librerías tradicionales ya que pueden vender más barato y llegan a una mayor cantidad de compradores potenciales. Pero no creo que desaparezcan del mapa las librerías tradicionales, y menos las especializadas. Las grandes superficies están bien cuando buscas los típicos Best Selles, pero si buscas algo más concreto se debe recurrir a las librerías especializadas o tradicionales, donde el espectro cultural es más amplio.

    Creo que una forma de revitalizar la venta de libros en estas librerías podría ser la compra por Internet. Cada vez hay mas gente que compra libros vía online y es un terreno donde poder competir con las grandes superficies de tu a tu, o por lo menos de una forma más justa.

  26. En el mundo en el que vivimos y mucho mas con la dichosa crisis. La gente no piensa pagar mucho más cuando puede obtener un libro mas barato en algún otro sitio. Es verdad que los hipermercados abarcan casi todo y una parte importante son los libros, pues ofertan los libros mas baratos que algunas librerías. Es normal que la gente que no tenga un valor sentimental o que le de igual comprarlo en una librería que un hipermercado, lo hará en donde le cueste menos. Todo tiene sus pros y sus contras. No es solo el problema con los libros, ocurre con todo las superficies se comen al pequeño comercio. Aunque yo creo que la gente que quiera seguirlo haciendo de forma habitual en una librería lo seguirá haciendo porque confía en ellas o le gusta la atención especializada. Tal vez puedan bajar un poco sus ventas pero no creo que la gente dejara de comprar en una librería.

  27. Todo tiene su encanto, una librería tradicional no se puede comparar con un hipermercado o con unos grandes almacenes. La librería tradicional es más acogedora, más pequeña y repleta de libros por todas partes. Si vas a una librería es porque tienes un interés exclusivo en comprar un libro y no de paso que comprabas el pan, pues viste un libro que te resultó interesante. Esa es la gran diferencia. Las librerías son para gente que busca el placer en la lectura, que sale a la calle con la intención de volver a casa con un libro que leer, mientras que en los supermercados te los meten por los ojos mientras haces la compra y te resulta tentador. Esos son los dos tipos de consumidor, los apasionados y los que encuentran la lectura un buen entretenimiento.

    Por otra parte, me parece muy buena idea la que están teniendo algunas cadenas de convertirse en una especie de biblioteca, en lugares agradables en los que puedes disfrutar de la lectura al mismo tiempo que te tomas un café o un chocolate. A lo mejor la solución para que los grandes gigantes no acaparen todo el mercado es esa, hacer de las librerías espacios interesantes donde compartir un buen libro con más gente y en un ambiente distendido.

  28. El sector editorial comercializa con un producto que goza de muy buena posición social y cultural, pero con ello no logra encubrir, que no se trata más que de un negocio mecanizado por las leyes de mercado. Partiendo de esta premisa, habría que diferenciar entre los que abogamos por el fomento de la lectura como hecho en sí mismo, y los que ven en los hipermercados y grandes almacenes un peligro para sus pequeñas empresas, es decir, las librerías. Las cifras subrayan que las ventas anuales de libros están en su punto más álgido, pero aún así las editoriales se siguen quejando de que el sector no va bien; los libreros se echan las manos a la cabeza por la caída de sus negocios, pero las estadísticas nos ilustran con un 45,1% a su favor, como lugares de mayor consumo librero. ¿Contradicción o juego de intereses?

    No deberíamos caer en la trampa de estos últimos interesados y pensar que, porque la compra de libros haya crecido en los grandes espacios de consumo general, vayan a desaparecer las publicaciones científicas, especializadas, o la literatura de calidad. Lo que sucede ahora es que, el mercado se ha diversificado, al igual que el prototipo de consumidor, y los beneficios no revierten exclusivamente en las pequeñas librerías. Los que buscamos títulos de calidad seguiremos acudiendo a las librerías, o cadenas de librerías si queremos manejar unos precios competitivos e incluso aprovechar ofertas. Los que busquen entretenimiento, quieran estar al día en las últimas novedades y bestseller, y no acudan a las librerías por falta de tiempo, costumbre o experiencia, lo harán a los hipermercados y grandes almacenes. Un punto a favor para estos últimos, es que la mitad de los ejemplares que ofertan y venden están destinados al público infantil, o lo que es lo mismos, lectores en potencia. ¿Dónde está el problema?

    – La Federación de Gremio de Editores de España ya ha publicado el informe del «Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros» del tercer trimestre de 2008.

    http://www.federacioneditores.org/0_Resources/Documentos/NP_Lectura_2008_v2.pdf

    – El estudio completo del primer trimestre de 2008 se puede consultar y descargar en castellano desde la sección Estudis d’Interès de la página del Gremi d’Editors de Catalunya. http://www.gremieditorscat.es/Biblioteca/Estudis.asp

  29. Por muchas cadenas de hipermercados, libros baratos, y tiendas de chocolates que existan nunca se podrá conseguir el encanto que tienen esas pequeñas librerías de toda la vida. Pero no es sólo eso, todo se está intentando hacer multinacional; pero existen cosas que deben guardar su sentido original. Lógicamente las personas piensan más en su bolsillo y los grandes almacenes ofrecen solución a ese problema: libros BARATOS (esa gran palabra que mueve a las masas…). Evidentemente hay que ver el lado bueno, y es que esa expansión de los grandes almacenes por todo el país permite a los consumidores tener mejor acceso a libros; pero libros en un lugar impersonal. La diferencia es clara, se encuentra en el ejemplo más sencillo: un librero seguramente se lee muchísimos de los libros que vende; es una persona con criterio, cultura… y si te recomienda un relato sin duda se le hace caso. La mayoría de los dependientes de todos los grandes almacenes como mucho saben el autor y el precio, y si te lo recomiendan es porque ven simplemente que es un “best seller”. No es justo que algo tan valioso como una librería (llena de magia, encanto, y muchas de éstas con cuentacuentos, autores, etc.) esté en declive, puesto que es la cuna del libro.

  30. En mi opinión no me parece algo negativo que los libros que se compren hoy en día vengan de un supermercado, éstos, en los tiempos que corren, van incorporando cada vez una mayor variedad de productos en sus secciones, la lectura es una más.

    Lo que me parece que puede perjudicar al sector es el hecho de que las grandes superficies solo apuesten por un número demasiado reducido de títulos. Muchas veces es muy difícil encontrar un libro que ya no esté de moda o no haya acabado de salir a la venta.

    Pienso que la mejor solución podría ser el hecho de poder encargar los libros a través de este tipo de comercios.

  31. Vivimos un momento en el que no es fácil encontrar un hueco para sentarse a leer unas páginas. Menos aún para ir a las librerías a bucear entre las estanterías buscando aquel libro que nos apetece vivir.

    No creo que el supermercado sea el lugar idóneo para difundir literatura, pero al menos, es tan digno como otro cualquiera.

    Al menos, acercando los libros a los espacios más visitados, conseguiremos que más gente se anime a probar aquel libro del que todas sus vecinas hablan o el que siempre ve en el metro de camino al trabajo. Ahí, ya hemos leído un lector, que quizá no sea el más erudito, pero que ya se ha enredado en el mundo de las letras.

    De todas formas, la librerías de hoy en día, funcionan cada vez más como un hipermercado. Se pierde el concepto de librero al que pedir consejo, tanto como el de mancharse las manos de polvo mientras se descubren pequeñas joyas olvidadas.

    Toda nuestra sociedad funciona como un gran supermercado y el mundo de la literatura no iba a escaparse.

  32. Las grandes cadenas de hipermercados han impuesto un modo de consumo a todos los ciudadanos. Se acude en familia con el coche y allí a nuestro alcance se encuentran todo tipo de productos esperando a ser metidos en el carrito. El libro no podía quedarse fuera.

    Posiblemente los hipermercados no sean el mejor lugar para comprar un libro pero si eso sirve para acercar la lectura a la gente, a mi me parece bien.

    ¿El libro cómo bien cultural o cómo bien de consumo?. Pues depende, creo que está bien que la cultura esté en todas partes, y vistas las cifras, observamos que no han disminuido las compras en las librerías especializadas, más bien han visto incrementadas sus ventas muy por delante de las grandes superficies, quedémonos con esa noticia y miremos el lado positivo: y es que los hábitos de lectura de los españoles han aumentado.

  33. Sinceramente me parece espectacular que se vendan libros en los hipermercados, en las cadenas, en los grandes almacenes. Porque esto por una parte quiere decir que se lee mucho más y por lo tanto que se necesita más.

    Y por otra parte, cuanto mayor competencia haya, para los lectores mucho mejor. Va haber espacios para todos los distintos grupos de lectores, va haber lugares más especializados, lugares que se basen en la relación calidad/precio, sitios basados en flexibilidad económica, etc. Por lo tanto cada uno va poder decidir cual le beneficia más, si busca rapidez, bajos precios, si busca atención y apoyo en sitios mas especializados, si busca sitios que ofrezcan además servicios adicionales como cafeterias y pastelerias (Lee y merienda), no nos podemos quejar de la incorporación del libro a los distintos mercados ya que beneficia a todos.

  34. A pesar de lo que mucha gente opina, estoy bastante a favor de que los libros ocupen un lugar dentro de las grandes superficies ya que debido al gran crecimiento demográfico y urbanístico que algunas ciudades como Madrid han experimentado, muchas veces resulta bastante incomodo el desplazarse desde el extrarradio hasta la zona centro para poder acudir a esas tradicionales librerías. Por lo tanto considero positiva esta intrusión y ya no solo por esa comodidad sino que también porque eso facilita que el público lector aumente ya que gracias a esas grandes superficies los libros han logrado acercarse incluso a aquellos que antes no leían como bien se apunta en el artículo.

    Es conveniente apuntar que siempre que la cultura no encuentre fronteras para su expansión (como podrían ser por ejemplo el cobro de un canon por préstamo en las bibliotecas públicas) no debemos ser nosotros quienes se las impongamos…

    Hoy día las grandes superficies abarcan todo. Vivimos en un mundo con prisas que busca desaforadamente facilidades, y esto puede resultar en ocasiones positivo y al mismo tiempo negativo. Negativo en el sentido de que las librerías tradicionales ven como pierden cuota de mercado y, también, deben hacer frente a las grandes campañas publicitarias llevadas a cabo por las grandes superficies las cuales además ganan con respecto a estas librerías en su forma de exponer y en el tipo de productos que ofertan ya que muchas de ellas disponen, principalmente, de best sellers … Otro aspecto en el que difieren ambas es en que las grandes superficies además puedes disfrutar de otro tipo de servicios, desde supermercado, peluquería, cafetería…

    El único inconveniente que quizás encuentre en las grandes superficies es que los dependientes de estas secciones de libros estén quizá, y sólo quizá, menos preparados en este ámbito…sin embargo el librero de toda la vida presenta un trato más personalizado…pero es que no todo pueden ser ventajas, no?.

  35. La verdad es que me cuesta comentar este artículo, creo tener una posición, pero también me identifico con la opuesta. Por una parte, si sigue creciendo el nivel de venta de libros en los supermercados, ¿qué será de las librerías? Pero por otro lado, ¿no queremos fomentar la lectura? Pues por ello, ¿qué más se puede pedir que poner libros a la venta en el supermercado donde todo el mundo puede encontrarlos fácilmente? Si algo hay que impedir, es que los supermercados hagan competencia desleal a las tiendas de libros estableciendo precios mínimos.

  36. Supermercado: márketing

    Librería: interés

    la diferencia entre ambos está en el modo de vida que llevamos hoy en día. en las grandes superficies tratan de aunar best seller, rentabilidad, comodidad y tiempo. el consumidor o lector de librería nos busca sólo encontrar algo con lo que entretenerse porque sea lo más vendido…

  37. Dentro de poco hasta en los “chinos”( en el todo a 1€) podremos compran los grandes best seller del mes, supongo que esto será una de las consecuencias de la globalización.

    Y como todo, esto tiene también sus dos caras. Por un lado creo que la gente cada vez busca mayores facilidades, para que vas a ir primero a una frutería, después a la carnicería y en último lugar a la panadería si en una gran superficie puedes encontrar todo. No se si es cuestión de comodidad o simplemente ganas de no marearte y dedicar el tiempo a otras cosas, puede ser que todo este unido.

    La otra cara de la moneda, o de la venta de libros en los supermercados es que perdemos en calidad en cuanto a la atención que recibimos. Es decir un pequeño frutero te tratara mejor y podrá recomendarte más, por tanto es probable que la fruta que compres sea la acertada… es decir que el experto en libros es el librero, no un stand de una gran superficie….Pero después de todo lo importante es leer ¿no?, pues si esto hace que la gente lea más y compre más libros a por ello.

  38. Creo que son acertadas todas las iniciativas que defiendan a los pequeños comercios dedicados a estos menesteres (entendido esto como la venta de libros).

    Obviamente no podemos equiparar el trato recibido en una pequeña librería, donde la persona que se dispone a venderte un libro se considera nutrida en este ámbito de la lectura; al recibido en unos grandes almacenes, donde muy posiblemente la formación del personal a cerca de lo que vende se restrinja a la contraportada o snopsis de los Best-Sellers del mes.

    Sin embargo, creo que cualquier punto es válido siempre que se sepa que se está buscando; aunque insisto en que el asesoramiento nunca será de la misma índole.

  39. Llegan a nuestras manos de diversas formas. Algunos te los ha dejado algún amigo (y probablemente se te haya olvidado devolvérselo), otros, por el contrario, llegaron a ti en alguna fecha especial de manos de algún familiar. Y por último, aquellos que tú decides, esos que tienen tu nombre solo con ver la portada.

    Pero, ¿hay algún lugar en concreto en el que encuentres EL libro? Estoy segura de que llevas tiempo queriendo continuar una saga que dejaste a medias y, por casualidad, te encuentras el libro que te falta cuando vas a un hipermercado a por una silla de plástico. Además es probable que, ya puestos, hojees algún otro que has encontrado interesante.

    Por esta razón, a la pregunta de si es correcto que los libros se encuentren en los hipermercados respondo: sí, ¿por qué no? Al fin y al cabo, dejando a un lado los temas económicos, la cultura es libre y debe estar lo más a la mano posible.

  40. El hecho de que se pueda encontrar un libro en un supermercado es otra característica más de la sociedad en la que vivimos. No tenemos tiempo para dedicar ni siquiera a la compra, por eso decidimos ir a las grandes superficies, donde tenemos "todo a mano" y con una flexibilidad de horarios mucho mayor que la de los pequeños comerciantes. A parte de esto, los precios en los supermercados suelen ser más atractivos para el consumidor.

    Pero esto también tiene otra cara. Comprar los libros en el supermercado lleva consigo muchas desventajas. No tendremos a una persona especializada que nos pueda recomendar y atender de forma personal, teniendo en cuenta nuestras necesidades como lo haría un librero; y fomentando tanto las grandes superficies acabaremos por perderlo. Además creo que en los supermercados ofertan lo que más se venden, osea, bestsellers y libros firmados por algún personaje famoso y personalmente me parece que es limitar al lector y que no siempre encontrará lo que busca.

    Me parece bien que se vendan libros en todas las tiendas, ya que es una manera más de fomentar la lectura y que esté al alcance de todos, pero por otra parte creo que no deberíamos perder las librerías, ya que son la esencia de los libros, aportan humanidad y es de gran utilidad la ayuda que supone ese trato personalizado para los lectores.

  41. El hecho de que los supermercados y las grandes superficies vendan libros tienen efectos contradictorios, favorecen

    que la venta de libros llegue a un publico más abierto, aumentan las ventas, y mientras que las librerias clásicas

    se mantengan en ese aspecto no habrá problema. Al crecer las ventas la lectura prolifera, cosa que para nada se

    puede considerar negativa, pero ¿hasta qué punto puede atenderte, recomendarte alguien en un Alcampo o Carrefour?

    La atención lo es todo y desde luego nadie te va a atender como el librero de toda la vida, el hombre que conoce

    el libro que te vende y en ocasiones incluso sabe el libro que te gustará, eso no se encontrará en los supermercados

    por mucho tiempo que pase.

  42. En estos últimos años es habitual ir a cualquier supermercado y encontrarte cada vez más gente comprado libros, casí siempre son libros de texto pero se compran de todo tipo. Nose si será por el precio o por la comodidad, supongo que por comodidad, sobre todo en las familias a la hora de realizar sus compras. En mi caso, no habituo ha comprar libros en supermercados suelo ir a sitios más específicos como Fnac o el Corte Ingles. Pero son establecimientos también masificados, reconozco que las librerias tradicionales cada vez tienen menos auge y con tristeza (por mi parte) veremos como desaparecen debido a la escases de compradores y seran sustituidas por supermercados, hipermercados, grandes almacenes…

  43. Que vengan del "súper" responde a dos claves que se extraen del anterior texto.

    Primero: "el precio libre" que defiende Carrefour: precisamente, por no ser un lugar donde se venden los libros normalmente la gente piensa (y en ocasiones acierta) en que estos pueden ser más baratos en los grandes almacenes

    Segundo: en referencia a la filosofía de Topobooks, Carrefour se rige por todo lo contrario: Todo tipo de libros para no tener que andar buscando y poder encontrarlo todo en un mismo lugar.

    a esto yo añadiría que hoy las familias hacen la compra para grandes periodos y se acercan a estos grandes almacenes donde lo tienen todo y de ahí la facilidad que les supone comprar ya un libro y no tener que acercarse a librerías que alomejor no les "pillan" bien.

    Esta nueva forma de adquisición de libros me parece muy positiva porque la cuestión es que se fomente la lectura, eso sí, es quizás menos personalizada.

  44. El texto ,que se argumenta a cerca de este tema, es un evidente reflejo de la venta de libros hoy en día. Aunque es un asunto, que no nos debería extrañar, ya que no sólo está ocurriendo esta situación en el ámbito de la lectura, sino en muchos otros. Los grandes supermercados, galerías etc, están acabando con la labor de la mayoría de las paqueñas tiendas particulares, debido a su poder de concentración y de comodidad en cuestión de espacio y tiempo.

    En el caso del libro, está claro, que en una gran superficie nunca obtendremos la variedad y asesoramiento que en una librería especializada, pero debemos de reconocer, no cayendo en la hipocresía, que la mayoría de la gente opta por la comodidad y deja de lado, en muchos casos, la calidad por suponerle un esfuerzo mayor.

  45. El hecho de que los supermercados y las pequeñas librerías convivan a la vez no es un tema del todo incompatible. Estos grandes supermercados cuentan con los tipos de libros que más interesan a la sociedad, como son los best-seller o aquellos de mayor reconocimiento. Pero, por otra parte, las pequeñas librerías también suelen tener este tipo de libros además de que cuentan con otros especializados en diferentes temas, así como son el arte, arquitectura, medicina, historia, etc. Otra ventaja de estas pequeñas superficies es que en ellas la profesionalidad de sus dependientes es mayor ya que hay alguien especializado para asesorarte mejor, mientras que en las grades superficies, al ofertar de todo tipo de productos, no cuentan con ningún especialista en estos temas. Finalmente, lugares como Carrefour y Alcampo, entre otros, tienen una mayor flexibilidad de horarios para beneficio de sus clientes quienes además, pueden hacer devoluciones de los productos, en este caso los libros, sin ningún tipo de inconveniente. Así, el lugar de la venta de los libros no lo considero tan relevante mientras que el objetivo de estos se cumpla, que sea aumentar la venta de libros.

  46. Sinceramente, no veo mal que hoy en día podamos encontrar los libros en todas partes, de echo quizás sea ese el motivo que a echo que aumente el índice de lectura en España no¿?..Actualmente con la globalización tenemos DE TODO EN TODOS SITIOS, en los estancos ya no solo se vende tabaco, tambien bolsos, collares, cuadros…en los supermecados no solo hay comida sino medias, calcetines, revistas…las tiendas de ropa no solo venden ropa,ahora tienen su propia marca de colonia, maquillajes…Veo bien que se sigan conservando las librerias tradicionales que son las que mejor te asesoran y conocen los libros, pero, si pueden tener mas puntos accesibles para comprarte un libro..por qué no?

  47. Esto es una consecuencia lógico, y que ha pasado con todo, y es que el grande se va comiendo al pequeño, es lógico que si en un carrefour te puedes comprar desde comida hasta ropa, ahora puedas comprarte libros, cierto que si quieres uno específico será difícil que lo encuentres, pero para eso están las librerías propiamente dicho. Pero es indudable que el hecho de que en el carrefour puedas comprarte un libro que todo el mundo habla de él, fomenta la lectura.

    El mayor problema de esto es que las pequeñas librerías poco a poco irán desapareciendo, es la consecuencia de una glibalización incluso en el mercado de los libros, es una pena sí, pero la verdad prefiero comprarme un libro por 15 euros que por 20.

  48. ¿A favor o en contra? yo prefiero quedarme con un poquito de cada una.

    Las cifras del número de lectores han aumentado, creciendo de este modo la rivalidad entre las grandes superficies y las librerias tradicionales.

    Deberíamos preguntarnos, ¿por qué la gente va al al "súper"? está claro que por la comodidad y la rapidez de tener todo en un mismo lugar. Además, si a ésto le añades la sección de material escolar, la de libros, la de maletas, etc. mejor que mejor.

    Por contra, ésto ha provocado que algunas empresas pequeñas no puedan hacer frente a estas pérdidas, y tengan que cerrar.

    Pero, ¡las librerias no pueden desaparecer!, porque forman parte del encanto de comprarte un libro. En ellas, siempre te encontrarás los mejores libros, y no como en los grandes almacenes que sólo colocan en los estantes los libros más exitosos y más comerciales.

    En la diversidad está el gusto, y ambas deben convivir en paralelo, porque de este modo, seguirá aumentando el número de lectores, que es en definitiva, lo más importante.

  49. El tema que se plantea en el texto, puede resultar un poco complejo, y muy difícil de posicionarse de un lado o del otro, ya que bajo mi punto de vista, las librerías tradicionales cumplen con su función de estar más cerca del lector, aconsejarle, compartir opiniones sobre un mismo libro,…etc.

    Esto tipo de cosas está claro que en el supermercado o hipermercado no te las puede ofrecer ya que aquí el lector se enfrenta sólo ante la decisión de llevarse un libro u otro, pero tampoco podemos perder de vista la accesibilidad y comodidad que los supermercados aportan en esta sociedad actual, en la que las largas jornadas de trabajo a las que se enfrentan los ciudadanos, sumado a las eternas caravanas de tráfico para regresar del trabajo a casa, hace que el tiempo se reduzca en gran medida, y se aproveche a la vez para realizar la compra e incluir una porción de cultura, aventuras y emociones, junto con todos los comestibles y bebidas.

    Yo creo que hay cabida para los 2 tipos de superficies, siempre y cuando cada una potencie sus principales características y beneficios propios, para que todos los ciudadanos en su plena libertad puedan elegir lo que más les convienen en cada momento.

  50. ¿porque no? La verdad que poder comprar un libro al supermercado que voy cada mes es algo que me apasaiona ya que si leer gusta y además matas dos pájaros de un tiro (haces la compra de comida y la comrpa de libros) es genial.

    También la fnac es un edifico mítico donde te ofrecen miles y miles de libros y está bien,pero si aparte tenemos más en nuestra mano y que se expanda en más establecimiento es más beneficioso para la población lectora.

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