La Copla en la Biblioteca Nacional de España

Texto: Juan Miguel Sánchez Vigil

La sección de Música y Audiovisuales de la Biblioteca Nacional sorprende con un proyecto que rompe moldes. En un ejercicio de disciplina expone 218 documentos para cumplir con una de las misiones por excelencia: la difusión. Así lo manifestaron las comisarias, Nieves Iglesias y Alicia García Medina, entusiasmadas con el proyecto.

Decir copla es decir microhistorias; decir copla es decir emigración, miedos, venturas, muerte, traición…; decir copla es decir vida como cantó Carlos Cano:

 

No es canción,

se llama copla

y cabe dentro la vida.

 

Del viejo aparato de radio Philips que se muestra en una de las vitrinas brotan las canciones de los programas de sobremesa, las “peticiones del oyente” magistralmente dirigidas por aquel locutor que se llamó Juan de Toro, y  a las que respondían con la voz quebrada los mitos de la canción: Raquel Meller, Miguel de Molina, Pepe Pinto, Pastora Imperio, Valderrama, Antonio Molina, Carmen Morell, Pepe Blanco, Lola Flores, Dolores Abril, Angelillo, Rocío Jurado… y, en la cima de la montaña la gran reina: doña Concha Piquer.

Vinilos, folletos, libros, carteles, cromos, álbumes… estampas de colores planos con los rostros populares.  Me detengo en el libro de Marcel d´Isard: La canción de Joselito. Miro al niño prodigio y escucho La campanera.

Al fondo, en el audiovisual creado para la ocasión, el cine de blanco y negro me lleva a las tardes de programa doble y a los gritos callejeros: ¡la goleaaaaaaaaaadaaaaaaa! ¡ha salido goleaaaaaadaaaaaaaaaaa!

Hubo un tiempo en que la copla fue denostada. Su identificación con el régimen la relegó al oscurantismo. Ahora sale de los cajones de la mano de los profesionales de la Biblioteca Nacional: la canción española hecha ciencia.

Tengo en la mesa el disco que usé como fondo en el programa de radio que un día inventé para una emisora pública. Escucho a Carlos Cano y siento pena, no por la música o la letra, sino porque él, mi admirado, ya no podrá disfrutarlo.

 

 

La Copla en la Biblioteca Nacional

Del 3 de febrero al 12 de abril de 2009

Paseo de Recoletos, 20

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5 comentarios

  1. Este texto demuestra que España tiene sensibilidad y que hay grandes artistas. Yo también sigo escuchando a Carlos Cano y me emociono cada día. Espero que otros trabajos como este salgan a la luz. Felicidades a la Biblioteca Nacional.

  2. Es verano en un pueblo de Toledo, mes de Julio de 1.96…1.97…Como todos los años mi abuela que permanece en Madrid se ha acercado a Modesto Lafuente, cerca de casa y ha hecho su "petición del oyente" Para mi nieta en su ¿? Cumpleaños, tu abuela y bisabuela que no te olvidan. Acto seguido suena año tras año la inmarcesible Perlita de Huelva.

    Hoy cumple mi niña

    un añito más…

    Estamos en el patio, rodeadas de vecinas que cosen y por un momento soy protagonista, niña de ciudad trasladada en verano a un pueblo de La Mancha , ventajas de la capital que te permiten acercarte a Radio Intercontinental y encargar una canción para tus seres queridos, era como un Interflora de la canción.

    Probablemente se podía pedir por correo, pero nosotros lo teníamos tan cerca que era casi cotidiano.

    A los 16 cesó la costumbre, ni era el momento, ni era la edad, mis gustos musicales a mi entender "más maduros" me acercaban a la canción de autor y protesta … a desalambrar.

    Con el tiempo volví a la copla, Don Juan Valderrama, tan denostado…

    Gracias abuela por hacer de aquellos veranos, un día del mes de julio, una fecha señalada.

  3. Suscribo con el mismo ardor e intensidad las palabras de Maria. A mí también me dedicaban canciones mis padres y todo esperábamos junto a la radio que saliera nuestra petición. Cosas sencillas, como la vida misma, que ahora sin ser nostálgicos, valoramos positivamente.

  4. Gracias por esa pasión…

    En la radio, ahora, a las 15,30 del viernes 6 , suena El emigrante de Valderrama…

    Miro por la ventana y veo las vías del tren… Llega mi padre y canta… Ya nunca más se repetirá la escena.

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