El milagro de P. Tinto (Javier Fesser, 1998)
Reseña de Sergio Martínez:
Cuando llega a tus manos una película en cuya carátula aparece un anciano ataviado con un traje de astronauta similar al disfraz del famoso muñeco de neumáticos “Michelín”, las expectativas que te haces sobre ella pueden ser pocas o ninguna. Cuando te fijas en que dicho anciano no es ni más ni menos que Luis Ciges, uno de los secundarios por excelencia del cine español, protagonista del film, dichas expectativas aumentan. Pero cuando descubres que detrás de este proyecto está la mente creadora de los surrealistas e inolvidables cortometrajes Aquel ritmillo (1995) y El secdleto de la tlompeta (1995), convirtiéndose en los cortometrajes más premiados del cine español, incluyendo el Goya al primero de ellos, las expectativas sobre la película se tornan innumerables y variopintas.
Javier Fesser realiza su ópera prima con El milagro de P. Tinto. Tras un largo recorrido en el mundo de la publicidad, con más de 150 anuncios realizados, y del cual se puede observar una narrativa y puesta en escena característica que conserva aún día, decide volcarse en el mundo del séptimo arte fundando la productora Películas Pendelton junto a Luis Manso que será su productor ejecutivo desde ese momento hasta en la actualidad.
En esta productora surgirán sus dos cortometrajes anteriormente nombrados, los cuales gracias a la multitud de premios y al apoyo de la crítica le valió para hacerse un hueco en el mundo del séptimo arte.
El paso de realizar cortometrajes a una película, lo dio en el momento en que estaba a punto de ser padre, donde el director sufrió un ataque de pánico al preguntarse el qué iba a ser capaz de transmitir a su hija. La respuesta llegó tras dos años de trabajo en forma de guión, escrito con hermano Guillermo (colaborador de Gomaespuma), donde junto a influencias del cine que ha visto, y vivencias propias, especialmente las relaciones familiares, cuenta la experiencia de su paternidad con otros personajes y en otro contexto, cuya combinación con lo anterior es el resultado de El milagro de P. Tinto[1](nótese ya por el título de la película cierto grado de autobiografía, ya que los apellidos del director son Fesser Pérez de Petinto).
Si hay algo que no cabe en duda, es que Javier Fesser es un tipo familiar. Siendo el penúltimo de nueve hermanos, ya contó con sus hermanos y su padre en algunos spots y en sus cortometrajes. En el segundo corto que va a dirigir, El secdleto de la Tlompeta, le propuso un papel a su padre, y otros dos a los componentes de Gomaespuma, siendo su hermano uno de ellos. Tras esto llegó el paso hacia El milagro de P. Tinto, donde contó con su hermano, Guillermo Fesser, a la hora de escribir el guión, quien declaró:
“Son vivencias de la infancia, pero contándolas de una manera distinta. Yo tenía un padre que luego, años más tarde, tuve que compartir con Javier. De nuestros recuerdos surgen muchas cosas en el guión y un retrato de una época de España que, mientras para otros es negro, para nosotros es optimista por los años en que nos tocó vivirla.”[2]
Y es que el tiempo en El milagro de P. Tinto es un tema tabú debido a la confusión provocada por la combinación de elementos, sobre éste Fesser indicó:
“Es indiscutible que el mundo de P. Tinto es España. No hay nada que no exista, no hay nada inventado. España es lo que conozco, y es lo que me interesa. La época y el lugar concreto en el que ocurre todo no me importan en absoluto. Cuando en un periódico se anuncia el estallido de la guerra, no digo si es la Civil o la de Sarajevo. Sólo me interesa el concepto: la guerra es la guerra, y la guerra siempre es una putada.”
El milagro de P. Tinto cuenta la historia de un anciano (Luis Ciges) que desde que tenía ocho años ha soñado con tener una familia junto a su mujer Olivia (el cual hace un dibujo en el que sale junto a su mujer y nueve hijos, referencia inequívoca a la familia Fesser), tener descendientes que sigan regentando el negocio familiar: una artesanal fábrica de obleas con bendición y licencia del Estado Vaticano. Pero la pareja lo desconoce todo del sexo, y por mucho rezar a San Nicolás, pasan 50 años y los hijos no llegan. Hasta que un día aparecen una pareja de marcianos en un ovni con apariencia de seiscientos, y un “tercer hijo” fugado de un cortometraje en blanco y negro.
Con respecto al casting, Fesser siempre ha optado por personajes que rocen la caricatura, además de elegir un reparto mayoritariamente nuevo en el mundo del séptimo arte para El milagro de P. Tinto, como Silvia Casanova, Pablo Pinedo, Emilio Gavira y Janfri Topera que vienen del mundillo del teatro, y de un reparto que lleva consigo desde que comenzó en el mundo de la publicidad y desde que fundó Películas Pendelton. Con respecto a sus castings llenos de personajes de lo más variopintos indica que “el mundo está mucho más lleno de Crispines que de Supermanes. Mi casting no es tan raro ni tan extremo, pero resulta chocante porque se aparta de la norma establecida en cine y televisión”.[3]
Con respecto a los estereotipos creados por la televisión y el cine, en cuanto él como espectador declaró que “me gusta ver gente nueva. Yo no tengo experiencia en dirigir actores, pero todos los que hemos intervenido en este filme hemos puesto mucha pasión y han salido cosas curiosas o, al menos, distintas”.[4]
Con respecto a los marcianos, ambos actores vienen de mundos muy distintos. El primero, Emilio Gavira, es un actor teatral e intérprete de ópera, mientras que el segundo, Javier Aller, viene directamente de la calle, nunca se había colocado delante de un cámara, cuyo encargado del casting, Paco Pino, se topó con él por la calle, y aunque en un principio no estaba interesado en realizar el film (ya que supondría raparse su melena) finalmente éste accedió.[5]
Hay actores salidos de la propia factoría Fesser, como es el de Janfri Topera, que fue descubierto por Fesser en el casting de un anuncio para “Gomaespuma”, el de Mariano Delgado y el de Pablo Pinedo, un habitual ya en la factoría Fesser y que sirve en esta película como referencia al cortometraje El Secdleto de la tlompeta.
Pero si había alguien claro para esta película, ese era Luis Ciges para el papel de P. Tinto, ya que para Fesser, P. Tinto nace en su cabeza siendo Ciges. La relación entre el actor y el director comenzó con la creación de su primer cortometraje Aquel ritmillo donde el protagonista absoluto era Ciges, una relación que comienza a raíz de cuando uno empieza su carrera y el otro se dispone ya a cerrarla, siendo capaces de trabajar en perfecta sintonía. Para Fesser, el actor Luis Ciges tiene unas características de ternura, encanto y surrealismo mágico que, solo tenía él para interpretar a un personaje que de otra forma sería imposible creerlo.
Al igual que con Javier Aller, tuvieron que convencer a Ciges para que realizara la película, ya que éste se sentía viejo para protagonizar el film. Además, este comentó que ni le gustaba el guión y que no lo entendía. Pero finalmente, convencido por Fesser, optó a realizarlo y llegó a reconocer que se trata de una obra que estremece y donde hay cosas curiosísimas y divertidas[6]. Ciges terminó acuñando a la película el término de “melodrama familiar y comedia transreal”[7]
Con respecto a P. Tinto de joven, el elegido para interpretarlo fue el popular presentador televisivo Carlos Soto, que, según palabras del propio Fesser, “se parece mucho más a Luis Ciges que su propio hijo, Luis Ciges Jr., también actor”.
Si hay algo en esta película que destaque, eso es el contraste entre mundos. Podemos encontrar un mundo soviético en blanco y negro, el mundo extraterrestre, el mundo de los P. Tinto, y el mundo real.
El mundo soviético se correspondería al cortometraje inicial en blanco y negro del que se escapa Panchito-José (Pablo Pinedo) y a los recuerdos y pasado de éste. Javier y Fesser y César Macarrón (dirección artística) decidieron basarse en la idea mental que tenían sobre un manicomio en Rusia, no pasó por una documentación rigurosa como el resto de la película. Es de este mundo del que se escapa Panchito- José, en cuya sala de examen (construía en un servicio público) está encabezada por un cartel que reza “La lobotomía os hará libres”, un guiño personal de Fesser que aún no puede olvidar un cartel similar en su colegio con el mensaje “La verdad os hará libres”[8].
En el mundo extraterrestre están más atrasados que nosotros, llegando a la tierra en una versión ovni del Seiscientos, con logo de Seat incluido. Su traje espacial tampoco deja nada que envidiar a los humanos: un casco que, en realidad, es un escurridor bocabajo y jersey de cuello alto. Además, su mapa estelar no es ni más ni menos que un patrón de Burda[9].
El mundo de P. Tinto se compone de su casa Apeadero en mitad de ninguna parte, donde la única actividad es la del cartero interpretado por Mariano Delgado, y el paso del Expreso Pendular del Norte cada 25 años. En este mundo el exterior es un mundo mucho más chillón que los interiores, que representan un mundo gris apagado, donde todo está más entonado[10].
Por último, un mundo real correspondiente a cuando irrumpe la NASA en casa de P. Tinto, un mundo bastante cerrado alejado de lo personal del mundo de P. Tinto, contado de la perspectiva que tiene Fesser de ver a la NASA gracias al cine de Spielberg (una clara referencia a E.T.)[11].
En composición se trata de un mundo personal creado por Javier Fesser y su hermano, llevado a cabo por César Macarrón, donde no hay nada que no exista. Un mundo en el que han recolocado de forma personal cosas que conocemos, que todos hemos tocado alguna vez. Esta idea de rescatar objetos le viene de la película Delicatessen (1991) de Jean-Pierre Jeunet, de la cual Fesser indica que “toda esa intención de diseño se basa mucho en el reciclado que conoces.” En El milagro de P. Tinto los objetos están recolocados de forma personal para que adquieran una forma que no tienen cotidianamente[12].
En este universo creado por Fesser los “objetos reciclados” (así los define él) tienen un elemento nostálgico y personal: el ovni Seiscientos, la gaseosa en botella de vidrio, las cartas de familias, el No-Do (en la película es el NuDo cuya voz en off es la del propio Fesser) y, entre otros, la bombona de butano, seña característica de la factoría Fesser y seña de identidad de su productora Películas Pendelton, que tiene como origen el recuerdo infantil del propio Fesser de cuando vivía en una casa bastante friolera y necesitaban un par de bombonas para entrar en calor. Además destaca su color anaranjado como poder metafórico: ese peso absurdo que todos debemos llevar sobre nuestras espaldas[13].
Con respecto a su predilección por los objetos antiguos, Fesser declaró que “a nivel estético, los objetos antiguos me sugieren muchas más cosas que los modernos. Tienen pasado, tienen una historia que puedes contar. Por ejemplo, un ordenador puede ser muy útil, pero no me despierta ningún interés, no sé donde colocar la cámara para “retratarlo”. Sin embargo, con una televisión Phillips de las de tubo da igual dónde pongas la cámara: tiene vida. Pesa más su belleza que su funcionalidad. Ha habido que invertir más esfuerzo para lograr esa belleza”[14].
La banda sonora la componen temas como “Mirando al mar” de Jorge Sepúlveda, que da inicio a la película, “A loco” de Luisa Linares y los Galindo, versionada al final del filme por Jarabe de Palo y Celia Cruz, “Ahora vamos despacio”, “Soy fea” y “La vaca lechera” convertida en “Tengo un ovni formidable” por Juan Luis, colaborador de Guillermo Fesser en Gomaespuma[15], que se combinan con la banda sonora original de Suso Sáiz, interpretada por la filarmónica de Praga, siendo esta un cóctel explosivo para nostálgicos.
Las continuas referencias en la película hacen gala a los recuerdos nostálgicos del propio Fesser y al legado que le quiere dejar a su primera hija (actualmente tiene tres hijos).
Una de ellas es el mundo del TBO, en especial el mundo de Las Aventuras de Tintín creado por Hergé, llevado a pantalla bajo la fotografía firmada por Javier Aguirresarobe, utilizándolos como referencia para plasmar las sensaciones vividas por Fesser durante su infancia y cuando se anunció su paternidad. Además, del cohete utilizado por Panchito-José en su sueño para volver con su madre, recordándonos a la bombona de butano, tiene la influencia del cohete de las aventuras espaciales de Tintín en “Objetivo: la Luna”.
Las referencias a películas vienen en forma de parodia. Una de ellas es sobre “E.T., el extraterrestre” (1982) de Steven Spielberg, donde la NASA se topa con un E.T. muy humano, y “Sonrisas y lágrimas” (1965) de Robert Wise, cuando Olivia descubre el verdadero sentido del “tralarí, tralarí”. Otra de ellas es, indicada por el propio Fesser, sobre la película “¡Bienvenido, Míster Marshall!” (1953) de Luis García Berlanga, del que se siente un profundo admirador, en relación al Exprés Pendular del Norte, ya que los americanos que pasan de largo en el film de Berlanga, tienen su eco en el tren que pasa como una exhalación por delante de la casa de los P. Tinto, sin parar, porque, para qué va a parar si pasa cada 25 años[16].
El personaje de Usillos (interpretado por Janfri Topera) está inspirado en los personajes Pepe Gotera y Otilio de Ibáñez. Además los productos MIKASA utilizados por éste para dar caza a los marcianos, son una referencia clara a los productos marca ACME de los dibujos animados de El Coyote y el Correcaminos de la Warner Bros.
No podía faltar una referencia a la familia de Javier Fesser, siendo ésta la que interpreta la multitudinaria familia “Los Peláez”.
Por último, derivan de su segundo cortometraje personajes como el esforzado Pablo Pinedo con su bombona de butano, el cura, los lugares solitarios en medio del campo, etc. Fesser declaró sobre porqué hacer portador a Pablo Pinedo de una bombona de butano que “hay mucho marciano suelto. Lo que pasa es que, en vez de llevar una bombona de butano, tienen un teléfono móvil o una agenda electrónica y les vale para lo mismo”[17].
Fesser ha conseguido a través de El milagro de P. Tinto crear una comedia surrealista basada en la nostalgia y en los valores familiares del propio director. Estamos ante una obra que comenzó con el temor a su inminente paternidad y que, a simple vista, puede parecer una comedia más, pero se trata de una carta, cuidada hasta el mínimo detalle, que escribe el director a su próxima hija sobre el legado que le va a dejar a ésta, y sobre lo que le va a aportar ella a él. Esto queda grabado en el guión en la última frase de la película:
“Olivia y yo, que siempre habíamos querido un hijo para enseñarle, nos dimos cuenta de que lo más grande de esta aventura estaba en lo que nosotros habíamos aprendido de él. Por eso estoy ahora con los ojos cerrados y subido alto, muy alto, cerca de donde se guardan los deseos. He subido aquí para pedir desde lo más sincero de mi corazón, revivir los momentos más felices, momentos de los que sólo un hijo sería capaz de regalarme”.
La nostalgia y los temores personales de Fesser se dan la mano en esta comedia surrealista que culmina con una puerta abierta hacia el futuro: una puerta abierta hacia la paternidad y a lo que ésta ha venido a enseñar.
Bibliografía:
- CANO, Juan Luis/FESSER, Guillermo: 20 años de Gomaespuma, Aguilar, 2004.
- COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999.
Otros autores de este libro son: Juan de Pablos, Guillermo y Javier Fesser, Alexis López, Daniel Monzón, Marcos Ordóñez, Sergi Sánchez, Antonio Trashorras, Álex Zinéfilo y la colaboración especial de Cándida.
Hemeroteca:
Archivos de publicidad de El milagro de P. Tinto de la Filmoteca Española de Madrid y archivo de la hemeroteca digital del periódico La Vanguardia:
Webgrafía:
http://biografias.estamosrodando.com/javier-fesser/
http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Ciges
http://tepasmas.com/curiosidades/milagroptinto
http://3.bp.blogspot.com/_VuInhYOnAJY/TM3PSbRYkcI/AAAAAAAAAY4/maT80C_mZ2c/s1600/portadaptinto.jpg
http://elpais.com/diario/1997/08/28/cultura/872719205_850215.html
http://html.rincondelvago.com/el-milagro-de-p_tinto_javier-fesser-de-petinto.html
Sergio Martínez, 2013.
[1] Presentación Director en Comentarios sobre la película en el DVD de El milagro de P. Tinto
[2] PIÑA, Begoña: Javier Fesser revive su infancia en El milagro de P. Tinto, La Vanguardia, 17 DIC. 1998
[3] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 16.
[4] L. MONJAS, Chusa: Javier Fesser estrena su primera película, “El milagro de P. Tinto”, El Diario Vasco, 17 DIC. 1998.
[5] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 46-47.
[6] LARRAGUIBEL, Claudia: A reír como niños, El País, 11 DIC. 1998.
[7] TRASHORRAS, Antonio, coautor de El milagro de P. Tinto: El libro oficial: Los marcianos se toman un gazpacho, El Periódico, 18 DIC. 1998
[8] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 186-187.
[9] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 185-186.
[10] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 39.
[11] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 34.
[12] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 34-35.
[13] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 192-193.
[14] SÁNCHEZ, Sergio: La belleza de lo feo, El Cultural, 13 DIC. 1998.
[15] CANO, Juan Luis/FESSER, Guillermo: 20 años de Gomaespuma, Aguilar, 2004. Pág. 260.
[16] COSTA, Jordi: El milagro de P. Tinto: El libro oficial, Biblioteca Dr. Vértigo, 1999. Pág. 53.
[17] CORTIJO, J.: La parada de los perros verdes, ABC: Guía de tiempo libre, 18 DIC. 1998.
[…] bombona de butano siempre está presente en las películas de Javier. Recuerdos de su niñez (El milagro de P. Tinto en MadrI+D) convertido en una de sus señas de identidad. Comparte esto:CompartirFacebookTwitterMe gusta:Me […]