Conocimiento: patrimonio de la humanidad
Los gobiernos son responsables de asegurar la preservación del conocimiento archivado en objetos digitales, para facilitar el acceso al mismo a corto y largo plazo. Se trata de un gran reto que tiene su origen en el movimiento de «Open Access».
En países pioneros como Estados Unidos y Gran Bretaña, se están llevando a cabo políticas de apoyo gubernamental e institucional al acceso abierto, ejemplificadas en la «Federal Research Public Access Act of 2006 » (EEUU), o en la declaración del Research Council UK en la que se manifiesta su posición acerca del acceso abierto a la producción científica y de investigación.
La idea que quieren transmitir es que el conocimiento resultante de la investigación realizada con fondos públicos, debe estar disponible y accesible para uso público, de foma rápida y eficiente, para lo cuál es necesario que se depositen los resultados de investigación en archivos abiertos.
Esto enlaza con un debate que tuvo lugar en el curso de verano «Los Archivos Abiertos y los Repositorios Institucionales: una opción de futuro para la edición científica y el acceso al conocimiento«, celebrado en El Escorial durante los dias 3 al 7 de julio. En dicho debate se habló de la necesidad de desarrollar políticas públicas para establecer un mandato a nivel nacional, regional o local, con el fin de preservar el conocimiento científico y asegurar el acceso al mismo.
Las universidades en su papel de grandes productoras de conocimiento científico, han de tomar la iniciativa y posicionarse a la cabeza del movimiento «Open Access». Así lo ha entendido la European University Association. En su última conferencia (29-junio-2006) los miembros del Consejo decidieron crear un grupo de trabajo sobre Open Access, compuesto por expertos en la materia. Ya veremos cuáles son los resultados.
No existe una única estrategia de actuación al respecto. Por supuesto es necesario favorecer el debate y tener en cuenta a todos los agentes implicados en la generación de conocimiento, como las instituciones públicas y privadas que financian la investigación, y los propios autores/investigadores.
Si consideramos que el conocimiento debe constituirse en patrimonio de la humanidad, al que cualquier persona tiene derecho, estamos en el buen camino. Cada vez estamos más cerca de alcanzar la utopía histórica de «acceso al conocimiento universal».
ES CURIOSO QUE EN UN CURSO DE OPEN ACCESS NO ESTÉN DISPONIBLES LAS COMUNICACIONES EN INTERNET.