2-7 junio 2009. Miami. Congreso Internacional de NeuroVirología: los virus que nos quieren comer el coco… (ULTIMA ENTREGA)

Nota: Post continuación del publicado el 19/06/2009 

Centrándome en el contenido científico del congreso, por supuesto, no puedo entrar en muchos detalles, pero sí mencionar algunas de las líneas expuestas más interesantes –cinco días de charlas de jóvenes científicos, viejas glorias, lecciones magistrales, galardonados y toda una tarde de pósteres con el maldito inglés de acento yankee dan para mucho…

Ver información previa del 19/06/2009.

 

Neurodegeneración y herpesvirus:

A pesar de tratarse de mi campo de investigación actual, debo reconocer que no pude sacar muchas conclusiones de las diferentes líneas presentadas en el simposio:

Varios son los miembros de la familia Herpesviridae implicados en neurodegeneración y que, tal y como confesó Henry McFarland (Bethesda, Maryland), parece que dicha implicación va y viene, según la moda, en oleadas, según se desprende del número de publicaciones que sobre los diferentes herpesvirus y MS han ido saliendo: Herpes Humano 6 (HHV-6), Epstein-Barr (EBV), HSV-1?… (más adelante volveré a este tema).

         Sobre la enfermedad de Alzheimer y herpes, la entrañable Ruth F. Itzhaki, de la Universidad de Manchester; señora adorable y que en las dos conversaciones que he podido mantener con ella, con casi 10 años de diferencia entre ambas, plantea sus quejas en el mismo sentido: está condenada al ostracismo por sus “teorías extravagantes”, investiga casi de la caridad (como otro que no voy a mencionar) y nos pide que la invitemos a dar una charla en el CBMSO –desde aquí, conmino a los poderes fácticos a que respondan a su llamada. Merece la pena escucharla-. El pequeño grupo de Itzhaki lleva años implicando a HSV-1 en Alzheimer. Es sabido que el virus reside latente en un porcentaje ligeramente mayor en el cerebro de ancianos que portan el alelo 4 de ApoE y que podría, dicho alelo, colaborar en una reactivación más frecuente, incluso en las famosas “calenturas” a lo largo de la vida. En la actualidad, el grupo de Ruth vincula directamente a la presencia de HSV-1 con la acumulación de A-beta intracelular (placas amiloides) –en cultivos celulares y en cerebros de ratón- y formación de tau hiperfosforilado (ovillos neurofibrilares) –en cultivos celulares-. Mediante técnica de PCR in situ, pudieron detectar DNA viral y su colocalización con las placas amiloides –con tinción de tioflavina S-. Al parecer, en los cerebros de pacientes con Alzheimer, más del 70% del DNA viral coincide con las placas. Por todo ello, Itzhaki propone, valiente aunque algo precipitadamente, tratamientos con agentes antivirales para tratar la enfermedad –ya sugiere haber observado la reducción de las placas y los ovillos in vitro-, así como la contemplación de vacunas contra HSV-1 al estilo de lo observado con los papilomas… Con único apoyo al trabajo anterior, desde el CBMSO se presentó un póster (María Jesús Bullido y cols.) con el título “Asociación de genes relacionados con la infección de HSV-1 y el riesgo de la enfermedad de Alzheimer”. Entre dichos genes se encuentran, a modo de ejemplo, TAP-2, EIF2AK2 o la 2-alfaquinasa, amén de la alfa2macroglobulina sugerida en un trabajo previo.

          Esclerosis y herpes sí, esclerosis y herpes no: sin entrar en muchos detalles, en una misma sesión –muy accidentada, por cierto, pues una tormenta tropical inundó el hotel, paralizó los grupos electrógenos y nos tuvieron que evacuar…- con el título “Enfermedades desmielinizantes y reactivación viral”, se enfrentaron las escuelas negacionistas (no herpes encontrado) y “confirmacionista” sobre MS. Si desde Sassari, Italia, nos hablaban de la regulación de la MS asociada a retrovirus, Emilie Jaquiery, Lausanne, Suiza –quien, por cierto, se llevó el premio al mejor investigador “in training”-, nos mostraba la presencia inequívoca de EBV reactivado en CSF de pacientes con MS –CD8 reactivos frente a células B infectadas con EBV en meninges de autopsias de pacientes con MS o en sangre de pacientes con MS de reciente establecimiento-. Como control de especificidad, de que la presencia y activación linfocítica era real, se utilizó otro herpesvirus, citomegalovirus, hasta la fecha no relacionado con neuropatologías (tiempo al tiempo dicen algunos…). No obstante, desde Aurora, Colorado, la charla siguiente, a cargo de Anna Sargsyan, negaba la mayor… y la menor: nada de EBV por ningún sitio en pacientes con MS. Eso sí, en su defensa y con actitud ecléctica, Anna confesó que su modelo no era igual que el de Emilie: los pacientes eran crónicos de forma secundariamente progresiva. Algo es algo… Por supuesto, “la facción” del HHV-6 y MS también estuvo presente. En este caso, defendida por el finlandés Jussi Virtanen, de la universidad de Helsinki, quien encontró anticuerpos contra dicho virus en el suero y CFS de pacientes con MS –en detrimento de HSV-1, que no apareció, según el mismo estudio, por ningún lado-… Por si fuera poco, también se ha visto DNA de HHV-6 en la mucosa nasal y saliva de pacientes con estado inicial de Alzheimer que habían perdido el sentido del olfato –algo, al parecer, relativamente frecuente en esta patología y que podría suponer una vía de entrada del virus al interior del CNS-. ¿Con qué nos quedamos? ¿Y HSV-1? Pues ahí estamos nosotros:

         El trabajo básico que presentamos versó sobre la infección de líneas oligodendrocíticas por HSV-1. Si bien ya se había visto la presencia de este virus en enfermos con MS y algunos trabajos lo señalarían como un factor etiológico a tener en cuenta, nuestro trabajo muestra cómo células diferenciadas y potencialmente productoras de mielina, el componente esencial de las vainas que protegen los axones, se volvían resistentes a la infección, en comparación con líneas celulares inmaduras. Además, dicha infección induce la expresión de proteínas presentes en las denominadas balsas lipídicas (lipid rafts), como Mal2, sugiriendo un papel a estas membranas especializadas en tráfico intracelular en la infección de oligodendrocitos por HSV-1. Por supuesto, estos trabajos preliminares quedan lejos de desvelar una posible implicación viral en MS pero, al menos, es un comienzo.

Finalmente, no querría terminar este pequeño repaso por el congreso de neurovirología sin “pincelar” un par de resultados frescos mostrados, asimismo, por algunos de los congresistas:

         En otra de las lecciones magistrales (Lectureship) organizadas por la ISNV, Nigel Graser, de la Escuela Universitaria de Medicina de Pennsylvania, y pionero en el establecimiento de los mecanismos de latencia de HSV-1, nos ilustró sobre la habilidad de dicho virus para asociarse con las histonas nucleares en estructuras conocidas como nucleosomas, que dan estabilidad y ayudan a la compactación del DNA, especialmente cuando el virus pasa a latencia como episoma (no se integra en el genoma celular). Esto habla de la importancia epigenética en la infección de neuronas por herpes. ¿Tiene importancia para la latencia? ¿Y para la reactivación? ¿Y para la implicación de HSV-1 en neurodegneración? No se sabe, pero supone otro importante paso en virología molecular.

         Desde la Universidad de Minnesota se anuncia que Células Madre Neuronales (NSC) procedentes de la zona subventricular, un nicho establecido para estas NSC, podrían migrar hasta los sitios dañados por la infección controlada en el cerebro de ratones con HSV-1. Esto podría aportar nuevos aspectos esperanzadores en la encefalitis provocada por HSV-1, con la posibilidad de movilizar clínicamente células multipotentes…

         Asimismo, por una técnica que ya es veterana, como el Sistema de Doble Híbrido en bacterias, ha permitido ver una posible implicación de la modulación de la respuesta inflamatoria en encefalitis inducida por HSV-1 en ratones a través de ICAM-5, proteína de adhesión muy conocida por los inmunólogos. Finalmente, estudios realizados en el Hospital Infantil de Filadelfia apuntan a un papel protector de algunos tipos de TLR (3 y 8, según los autores) mediante la inducción de la respuesta del interferón alfa, agentes efectores de la respuesta innata. Por cierto, también se vio como otro miembro reciente de la superfamilia de los interferones, el lambda, inhibía la infección de neuronas por HSV-1, posiblemente a través de la inducción, nuevamente, de TLR-3 –al parecer, este tipo de interferón, unido a PEG (polietilénglicol) se emplea ya en algunos ensayos en humanos con hepatitis C, en lugar del famoso interferón alfa, con menos efectos secundarios-.

 

Todo esto, y un paseo por los pantanos de los Everglades, dio de sí este interesante congreso. Ahora, mientras espero en la sala de embarque y con nostalgia, digo adiós a esta ciudad que nunca debió dejar de ser española, ¡pues eso!…

JAL (CBMSOUAM)

Escuchar la grabación de la entrevista sobre el Simposio en el Programa «A hombros de Gigantes«, de Radio 5…

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