Fluorescencia en la mejora de la experimentación animal

Cuatro grupos de investigación de la Red de Enfermedades Tropicales (RICET) han desarrollado unas proteínas fluorescentes rojas a partir de la luciérnaga y un pólipo marino que permitirán evaluar la patogenicidad in vivo a tiempo real, realizar estudios de cribado de fármacos de alto rendimiento y constituyen un sistema de alerta en ciertas enfermedades mucho más precoz que los propios síntomas.

Cuatro grupos de investigación de la Red de Enfermedades Tropicales (RICET) han desarrollado una técnica basada en unas proteínas fluorescentes rojas a partir de la luciérnaga y un pólipo marino.

Estas proteínas fluorescentes permitirán evaluar la patogenicidad in vivo a tiempo real, realizar estudios de cribado de fármacos de alto rendimiento y constituyen un sistema de alerta en ciertas enfermedades mucho más precoz que los propios síntomas. Las proteínas fluorescentes rojas, que han sido probadas con la vacuna para la leishmaniasis patentada por la propia RICET, permitirán además reducir un 90% la cantidad de animales que exige sacrificar la actual metodología utilizada en experimentación, con la importancia ética que ello conlleva.

Proteína fluorescente roja a través de la piel...
Proteína fluorescente roja a través de la piel…

Para que un estudio científico sea considerado significativo, normalmente se sacrifican unos 4 animales a la semana durante 8 semanas como media, es decir, 32 animales. A esto habría que añadir otros 32 animales que forman el grupo control. Si como suele ocurrir, al estudiar fármacos se prueban varias dosis, con cada una de ellas deben sacrificarse esta misma cantidad de animales. En una investigación habitual se requieren unos 200 de ellos. Con la técnica de las proteínas fluorescentes un ratón sirve para el seguimiento de las 8 semanas que dura el experimento, mientras que en los ensayos clásicos habituales se necesitan 8 ratones, para sacrificar uno cada semana, es decir, se reduciría un 90% la cantidad de animales sacrificados.

Una cepa de Leishmania ha sido modificada genéticamente para que contenga la proteína mCherry, una de las proteínas fluorescentes más poderosas y que emite una luz con suficiente energía como para atravesar tejidos, lo que hace que sea fácilmente detectable. Esto ha permitido a los investigadores de la RICET seguir la evolución de una infección por leishmania con un detector de luz, sin necesidad de estar continuamente sacrificando grupos de animales como se hace habitualmente en experimentación. Algo de lo que, personalmente,me alegro mucho.

JAL (CBMSO)

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3 comentarios

  1. Estrictamente, lo que se desarrolló fue un parásito modificado genéticamente para que expresara la proteína, no la proteína en si, que fue diseñada por el laboratorio de Roger Y Tsien.

    El uso de técnicas no invasivas y que permitan la obtención de datos sin sacrificar animales, aparte de limitar el número de animales sacrificados, también minimiza el sufrimiento. Y al permitir el seguimiento individualizado lleva a experimentos más claros y con menos variabilidad entre grupos de animales. Gracias por tu noticia JAL

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