¿De dónde vienen los libros que compramos?: del supermercado

Publicamos en este mismo blog, la semana pasada el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de libros de los españoles, dedicando especial atención a la lectura. Añadimos ahora la parte de compra, en un excelente trabajo de Xavi Ayén que publica hoy el periódico catalán La Vanguardia. y que tiene que ver con el lugar donde se compran los libros. Desde hace tiempo se viene anunciando que las librerías estaban perdiendo ventas con respecto a grandes superficies e hipermercados, que aparecen en segundo lugar y que se posicionan bien de cara al futuro. Estimados alumnos y lectores de este blog: ¿Son los supermercados, hipermercados y grandes superficies, el mejor lugar para comprar libros? ¿Quién asesora en la compra de un libro en estas tiendas? ¿Qué está pasando con las librerías tradicionales?… Pasen y lean. Pasen y comenten.

Ya está. Ya ha sucedido oficialmente. Por primera vez, los hipermercados – Carrefour, Alcampo…- aparecen segundo lugar en el compran libros (11,6%), muy por detrás de las librerías tradicionales (45,1%), pero superando a las cadenas (Fnac, Casa del Libro… con el 11,5%) y a los grandes almacenes (El Corte Inglés… con el 10,7%). Son los datos, referidos al primer trimestre del 2008, de la muestra de la Federación de Gremios de Editores. Toda una revolución en los hábitos de compra, pues hace tan sólo siete años suponían un escaso 4,6% del total. Y la cosa irá a más. Un portavoz de Carrefour afirma: «Somos la segunda librería de España – tras El Corte Inglés- pero en nuestro ADN está grabado el ser líder».

Las cadenas también han más que doblado su parte del pastel. Tan sólo en los últimos tres años, la Fnac ha abierto seis tiendas (ya tiene 16, que serán 19 a fin de año), la Casa del Libro ocho, ha llegado Bertrand (Random House Mondadori) con seis centros y Topbooks (especializada en superventas) ya tiene cuatro.

Cada vez leemos más. Jesús Badenes, director general de Librerías del grupo Planeta, contextualiza las cifras: «Los hípers crecen, cierto, pero a la vez las librerías aguantan, venden más libros que nunca». Por ejemplo, El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón distribuye sus 1.400.000 ejemplares a lo largo y ancho de 10.000 puntos de venta diferentes, «de los cuales el 55% son librerías y el 45% cadenas e hipermercados», aclara Pere Matesanz, director comercial de Planeta. Vendiendo más que nunca, ¿por qué las librerías pierden cuota de mercado? Eso se explicaría por la subida del índice de lectura. Badenes recuerda que «en los años noventa sólo leía el 40% de los españoles y ahora estamos en un 56,9%. Subir 15 puntos el índice de lectura de un país es espectacular». Las causas serían varias, «pero una de ellas es que el libro ha entrado en las grandes superficies y eso ha hecho que personas que antes no compraban libros ahora sí lo hacen». Para Jorge Herralde, dueño de Anagrama, «antes el mercado era minúsculo, en los setenta francamente decepcionante. Ahora, se da un crecimiento en todos los nichos de lectores, especialmente en el que yo llamo el grupo de lectores-no lectores, los que se compran el premio Planeta, Zafón, Boris Izaguirre o Polònia, actividades, justo es reconocerlo, perfectamente legales y que no atentan contra nuestro ordenamiento jurídico. Como dice Alessandro Baricco, esto es como un huevo frito que se va haciendo gigante: crece muchísimo la clara pero también, aunque menos, la yema de lectores exigentes». Badenes matiza que «hay lectores que entran en la lectura a través de ciertos libros y luego pasan a otros», lo que Herralde no ve tan claro: «El espectador de Aquí hay tomate,con el tiempo, no forzosamente deviene un entusiasta de los filmes de la nouvelle vague».

¿Peligro en el súper? Las editoriales grandes sitúan en un 15% sus ventas en hipermercados, una cifra que seguirá creciendo (en Italia es el 30%). Ignacio Tolnado, de la Fnac, ve todo esto «de manera contradictoria. Por una parte, está bien que se vendan libros y, por otra, es necesario conservar la red de librerías. La venta de unas pocas docenas de títulos en otros comercios ofrece una visión muy estrecha de la cultura y pone en peligro la propia red de librerías al privarles de la venta más fácil y rentable». Y, si hasta ahora, libreros y editores coincidían en defender el precio fijo de los libros, Carrefour mantiene una postura diferente: «Creemos que el precio libre siempre beneficia al bolsillo del cliente».

Sólo los más vendidos. La cadena Topbooks abrió su primera tienda en Bilbao en 1995 y en el 2005 ha empezado a expandirse. Ahora ya tiene cuatro centros (tres de ellos en la comunidad de Madrid) y seguirá creciendo. Su filosofía: tiendas situadas en el centro de las ciudades que solamente venden aquellos títulos que tienen éxito. Ruth González, su directora de marketing, lo explica así: «Creamos unos espacios de venta distintos, donde el cliente pueda pasar un rato disfrutando del libro. Ofrecemos algo más: cafetería, tienda de chocolate… Nos diferenciamos de las librerías clásicas en dos cosas: el tipo de producto y en cómo lo exponemos. Seleccionamos muchísimo, así que compramos menos títulos que otras librerías. Así, los cuidamos más, los exponemos mejor y el cliente los encuentra fácilmente. Y el día que decidimos devolverlos o dejar de comprarlos es porque el público no los quiere».

Hacia el almacén único. En la actualidad, los almacenes en España tienen, según los cálculos del sector, alrededor de cien millones de libros. En Guadalajara está el más grande, el de Logista (Planeta), con 59.000 metros cuadrados y un movimiento de 40 millones de libros anuales. Si hasta hace poco España se dividía en zonas con un pequeño almacén en cada región, la tendencia clara es, según coinciden todos los consultados, hacia el almacén único. La gran mayoría está en el centro, «porque es más fácil repartir desde ahí», apunta Matesanz (Planeta). Jorge Herralde – que ya tiene sus libros en Guadalajara, con Logista- puntualiza que «una cosa es que haya un único almacén y otra que las distribuidoras mantengan su diversidad. La concentración logística debe ser neutral, como una vía férrea». Sin embargo, Daniel Fernández apunta maliciosamente: «No sé si a las editoriales pequeñas y medianas les gusta que Planeta, Santillana o Random House sepan exactamente cuántos ejemplares venden de cada uno de sus títulos, eso las hace más vulnerables». Los almacenes únicos tienen de bueno que «sabemos exactamente los libros que nos quedan y los envíos se simplifican» (Herralde) pero un efecto colateral negativo, que apunta Fernández: «Los libros llegan en 48 horas, pero si en una farmacia se considera un buen sistema que la medicina te llegue al día siguiente, no estoy seguro de que a la gente le parezca bien esperar un libro dos días, porque a lo mejor le apetece empezar a leer esa misma noche».

Leer artículo completo en La Vanguardia

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265 comentarios

  1. Existen las Librerías y los departamentos de Librería.

    El librero tradicional es feliz vendiendo a sus clientes buena literatura, el jefe del departamento de librería de un supermercado, hipermercado o gran almacén es feliz, vendiendo. Ya sé que el librero tiene que comer y se esfuerza en vender el mayor número de ejemplares, pero tiene ese extra que el otro se pierde, ¡es feliz vendiendo libros!

    Durante años, he trabajado en librerías. En librerías y en departamentos de librería. Me encantaba hablar con los comerciales de las editoriales, seleccionar los títulos para hacer los pedidos, conocer las nuevas publicaciones y reediciones de títulos descatalogados, asistir a presentaciones de libros…, me encantaba hablar con los clientes, que me contasen sus descubrimientos literarios y disfrutaba con las recomendaciones de lecturas inolvidables ¡cuánto me enseñaron! Me gustaba oler los libros, incluso quitarles el polvo, colocarlos en sus muebles; descubrir que llegaba en el pedido, ese libro, que algún cliente me había pedido por favor que le localizase, pues no lo encontraba en ninguna parte.

    Un día, trabajando en el departamento, mi jefe me pidió que le hiciera una selección de los 100 títulos más vendidos por nosotros. Una de las secciones de la librería era “los diez más vendidos”, y mi jefe, la quería convertir en “los cien más vendidos” Esto suponía, dar más espacio a dicha sección, sacrificando otras secciones de títulos únicos y extraordinarios, pero de venta minoritaria.

    Le mire con descaro y con sarcasmo le dije: “quiere usted también, que coloque los libros por tamaño y por colores” Me miró sorprendido, creo que le había parecido una buena idea.

    Por favor, póngame: dos kilos de tomate, dos lenguaditos y ese libro que tiene usted ahí con el lomo amarillo.

    PD El precio de los libros es fijo y está protegido por ley. En otra ocasión hablaremos de los descuentos.

  2. Es un poco paradójico, que nos preocupemos de que las ventas de libros en supermercados estén cobrando importancia, si esto ha conllevado un aumento del número de lectores en España ¿no?, además esto no significa que las librerías hayan dejado de venderlos, sino que simplemente se están vendiendo más. A mi no me parece un problema que los hipermercados aumenten el numero de venta de libros, todo lo contrario, la gente busca comodidad, y si tienes muy claro que libro quieres adquirir, no veo el inconveniente de comprarlo en un carrefour, o similar. Otra cosa es cuando se necesita un asesoramiento, en este caso si que entra en acción la figura importante del librero, y eso no lo encuentras en un supermercado, en las librerías tradicionales se encargarán de ayudarte en tu elección.

  3. Cualquier sitio es bueno para comprar un libro.

    Siempre hay un cumulo de factores que afectan a la hora de tomar la decisión de dónde vas a comprar un libro, y sobre todo, depende del tipo de lector.

    Yo compro muchos libros en supermercados o en departamentos de librería de grandes superficies. Estas comprando y simplemente no puedes controlar la tentación de parar a echar un vistazo a los libros que están colocados en grandes montones. Echas un vistazo y, de vez en cuando, alguno se cae al carro de la compra sin querer…ups!

    Esos sí, hay pocas sensaciones más satisfactorias que la que sientes cuando entras a una librería, a una de las de verdad, una donde, cuando simplemente estas curioseando entre los libros, se te acerca un librero y te empieza a aconsejar o a hablarte de algún libro con tanto entusiasmo que al final te lo acabas llevando a casa, cuando en realidad tenias pocas o ninguna idea de salir de la librería con algún libro.

  4. La gente lee más, pero lee los best-seller, o bien porque se ha creado una polémica alrededor del libro en cuestión, o porque un personaje famoso ha ganado un premio importante, o por la publicidad generada detrás de ese libro, que consigue “un boca a boca” muy substancial, eso es lo que lee la gente de la calle, por eso mismo ,es lo que se vende en los supermercados, los libros más vendidos, o a mi gusto los que denominaría, “los que están de moda”, algo que no me parece mal, puesto que los hipermercado compran aquello que tienen por seguro que venderán, creo que éstos no eclipsan a las librerías de toda la vida, puesto que ellas, ofrecen una oferta mas variada y de calidad, es allí donde acudes, cuando necesitas un libro muy determinado. Los clientes, es decir, los lectores de siempre, los que leen por placer, por cultura, por ser fiel a un escritor determinado, por descubrir nuevas historias, acuden a sus librerías.

    Creo que en parte los supermercados han conseguido crear nuevos lectores con esos best seller que venden, puesto que quizás en un futuro obtienen el gusto por la lectura y acudirán a las librerías para descubrir cosas nuevas, y que la parte negativa, son los ingresos que les quitan a las pequeñas librerías, vendiendo esos “libros de moda” que supondrían antes, dinero seguro todas las semanas.

  5. Basta con un viaje en cualquier andén de cualquier línea de metro, para darse cuenta que cada vez hay más libros viajeros, pero tristemente, los mismos libros, todos repetidos. Son los famosos best seller, es decir, los libros más vendidos, aquellos que sus editoriales han podido costearse una buena y persistente publicidad, para que en grandes superficies como los supermercados, se lea y relea el mismo cartel publicitario. Aunque, en principio parezca un poco decepcionante, que sólo se lea esos pocos libros o los ganadores de diferentes premios literarios, hay que tener en cuenta que a la larga son muchos aquellos que se enganchan a la lectura y acaban leyendo otros libros. Y, además, sabiendo que nuestra sociedad cada vez demanda más tiempo, comprar todo con rapidez, no es de extrañar que la solución esté en los hipermercados, donde aquello que queremos, y lo que en un principio no, está en un mismo lugar, desde artículos de primera necesidad hasta artículos de ocio. Sólo con el dato de que ha subido 15 puntos el índice de lectura, en sólo una década, es para estar a favor de este cambio de punto de venta de la lectura.

  6. Efectivamente el crecimiento de la lectura ha provocado el nacimiento de nuevos lectores, y por lo tanto, un aumento considerable en la industria del libro. La distribuición de la venta de las publicaciones es evidente que se ha dispersado; hoy día, se encuentran en pleno crecimiento los grandes almacenes, supermercados e hipercardos en los cuales lo mas abundante, sin duda, es la diversidad de oferta de productos disponibles. Por lo tanto, es evidente que el lector pueda encontrar su próxima elección de lectura paseando por los pasillos de estos "gigantes" cuando está buscando tomates para su ensalada. Debemos ver pues, que la oportunidad de aquiririr una obra literaria sin tener que desplazarte a un punto diferente del habitual, considerando que algo habitual es hacer la compra, puede proporcionar ventajas al producirese ahorro de tiempo y dinero. No obstante, considero que la idea de la venta de literatura en estos "gigantes mercantieles" es de aporte positivo para el lector. Sin embargo, no debemos olvidar el cuidado a las pequeñas librerías tradicionales a las cuales se les debe asegurar su existencia y permanencia.

  7. Es perfectamente lógico y normal que las grandes superficies vendan libros y más lógico es que, siendo éstas líderes en ventas de todo tipo, también sean líderes en ventas de libros. La diferencia está en si los libros deberían venderse únicamente en librerías especializadas y con personal que sepa asesorar y que esté especializado en este campo o por el contrario suceder lo que está sucediendo, que se vendan en grande almacenes. La verdad es que las personas cuando van a comprar un determinado artículo suelen acudir a las grandes superficies porque allí con seguridad encontrarán lo que buscan y normalmente lo que se busca es un último éxito. Si necesitan algo más específico o que no se pueda hallar tan fácilmente si que acuden a las pequeñas librerías especializadas, pero el sector que tiene este tipo de consultas más específicas es minoritario. Así es razonable que los grandes almacenes superen en ventas a las librerías tradicionales.

  8. ¿Es bueno o es malo que los grandes supermercados vendan libros? Pues mi opinión es que si y que no. Me explico.

    Antes de nada, me gustaría diferenciar dos conceptos clave en mi razonamiento. Son “fomento de la lectura y calidad de lectura”.

    Creo que es bueno que vendan libros, porque así se “fomenta la lectura”, cosa que hace falta en este país.

    Antiguamente las personas no compraban libros básicamente por pereza. La sociedad se ha vuelto vaga, y lo que triunfa en la calle es lo práctico, lo cómodo y lo rápido. A la mayoría de la gente se le quitaban las ganas de invertir tiempo en ir exclusivamente a una librería (casi siempre están en el centro de la ciudad) a comprar un libro. Ahora es mucho mas practico ir a hacer la compra del mes a un gran supermercado, y a la que te llevas dos tomates, te llevas un libro (casi siempre premiado o publicitado hasta la saciedad). Con ello se gana que la gente lea mas (que repito que hace falta en este país), pero también se pierde, porque si las mayores características que tiene la lectura, son que nos hace mas libres y nos ayuda a pensar, comprando este tipo de libros, se nos coarta el libre albedrío de elegir un titulo que nos llame la atención por su contenido, y se nos encasilla en un tipo de lectura muy comercial y domesticada.

    La solución a todo este conflicto, podría ser que los grandes supermercados ensancharan su catalogo de títulos (cosa que veo imposible).

    Por ello, aquí tenemos el debate, ¿que preferimos que la gente lea, o que la gente lea calidad? Yo personalmente prefiero calidad, pero admito que una vez que alguien se inicia en la lectura, su campo de visión se ensancha, y quizá así abandonen los supermercados y vayan a las librerías. Por algo se empieza.

  9. Los supermercados están adquiriendo mucha importancia y más clientes en cuanto a la adquisición de libros porque los que los compramos pensamos que les podemos adquirir a precios más bajos que en las tiendas especializadas. Otro factor a tener en cuenta es que los libros en los supermercados están situados en lugares estratégicos y que sin querer te llama la atención una portada muy llamativa y optas por comprarlo; o te acuerdas que tienes que comprar un regalo a una amiga o amigo y no sabes el que, por lo que piensas que un libro sería el regalo que mejor encajaría.

    No veo la diferencia entre comprar un libro en el supermercado o en las librerías especializadas ya que a nosotros lo que nos debe interesar es el libro en sí y no el lugar del cual proceda. Aunque el comprar un libro en el supermercado tiene un inconveniente: el cliente escoge el libro que mejor le parezca, a simple vista, y corre el riesgo de no acertar en la elección ya que no hay nadie, especializado en los libros, que le pueda aconsejar. Por lo tanto si tu compras un libro en una librería puedes pedir ayuda al librero y él te recomendará el libro que vea que más necesites o que mejor se adapte a tus peticiones.

    Al adquirir libros en los supermercados estamos terminando con las relaciones tendero-cliente, hecho que puede suponer que las personas que se dediquen al ámbito de los libros pierdan la pasión y la ilusión acerca de su trabajo. Otra consecuencia negativa de esta situación es que muchas librerías tradicionales tengan que cerrar sus puertas.

  10. ¿Quién no ha oído o visto antes este problema de la mano de algún autor o de alguna película?Sin ir más lejos, recuerdo la manera en que Carlos Ruiz Zafón describía estos maravillosos lugares en "La sombra del viento". Creo que una buena librería nunca sustituirá, o al menos para mi, a los hipermercados de libros. Aunque puede ser que la oferta de libros sea menor, las librerías nos dan mucho más, algo que sin duda los lectores sabemos apreciar: nos ofrecen un trato más personalizado y más cercano, su personal generalmente es más atento pues estos negocios no están marcados por las prisas de los "grandes almacenes". Nos ofrecen un espacio más tranquilo y agradable donde poder ir ojeando libros, hasta escoger el que más nos convenza. Conocen mucho mejor los libros ya que viven rodeados de ellos y nos pueden aconsejar sobre una buena lectura y no solo informarnos sobre el último best seller. Pero creo que los pequeños comerciantes de estas librerías deben tener esto muy en cuenta ya ue es lo que les diferencia y valora de los grandes "supermercados", es decir, no deben olvidar lo que les distingue y aprovecharse de ello.

  11. ¿De qué nos quejamos? Resulta que todo el mundo esta intentando fomentar la lectura, ¿hay mejor forma de fomentarla que encontrar los libros cuando damos una vuelta por el supermercado o haciendo la compra? La librería pequeña siempre existirá porque es en establecimiento donde los veteranos en lectura suelen efectuar su compra. Es una buena forma de obtener nuevos lectores.

  12. La modernidad nos persigue, la globalización va de su mano. Pocas tiendas especializadas quedan , ahora en una tienda de chinos puedes comprarte un martillo o inlcluso un perchero o una peluca de Marylin Monroe. En cuanto a los libros, tiene sus pros, como que probablemente el mero hecho de estar comprando queso azul para tus invitados, puedas a su vez comprarte un libro, desgraciadamente BEST-SELLER que te ha recomendado un colega del trabajo. Por otro lado, no confío en los best seller, les tengoo fobia, es una pena que solo salgan estos libros a la luz cuando hay otros maravillosos para los que tengas que mover cielo y mar para conseguirlos. Eso si, la lectura crece, la pregunta será si es gracias a los supermercados.

  13. Nunca llueve a gusto de todos. Nos lamentamos y llevamos las manos a la cabeza, porque en el pasado los libros solo eran accesibles para unos pocos, y ahora que están al alcance de (casi) todos, también nos quejamos. Cierto es que en las grandes superficies, ni te aconsejan, ni hay libros difíciles de encontrar, y que la mayoría de sus stands están repletos de best-sellers (que no sé porqué, últimamente parece que best-seller fuese sinónimo de basura, opinión que no comparto ya que un libro para entretener, divertir, o simplemente agradar no tiene porque ser profundo o intrincado, con que nos aporte algo y nos haga pasar un rato placentero ya es más que suficiente), pero, ¿y qué? El dinero mueve el mundo, deberíamos saberlo a estas alturas ( y más estudiando publicidad), y si se pueden adquirir libros de forma más barata, me parece perfecto. Esto nos permite comprar libros, a veces sin proponérnoslo, al igual que echamos al carrito unas galletas que no teníamos en lista, por el simple hecho de verlas y sentirnos atraídos. Las librerías tradicionales no desaparecerán, sólo estarán a la espera de que esos lectores que busquen consejo, libros únicos, o una atención personalizada, entren por sus puertas.

  14. Cada vez es mayor el numero de libros que se adquieren en las grandes superficies y no tanto en las pequeñas librerías. Esto, entre otros factores como el económico, se debe en parte también a la falta de tiempo del que disponemos en la sociedad en la que vivimos hoy día. Los consumidores compran sus libros en los supermercados en la mayoría de las ocasiones porque, además de ser más baratos y tener más libertad a la hora de elegirlos, no disponen de tiempo suficiente y material para acudir a una librería.

  15. Es cierto que las grandes superficies son una forma muy cómoda y rápida de realizar las compras diarias,semanales

    o mensuales.Pero a su vez, tiene grandes inconvenientes y uno de los más notables es la desaparición progresiva de

    los pequeños comercios especializados ya que por comodidad o bien por dejadez vamos olvidando viejas costumbres.

    Esto es exactamente lo que ocurre con las pequeñas librerías.Los grandes centros comerciales van comiendoles terreno

    a pasos agigantados hasta el día(no tan lejano me temo) en que las hagan desaparecer.Actualmente y aún habiendose

    incrementado el porcentaje de lectura en España,la gente pierde el verdadero interés por los libros,se guía por

    modas y prefiere leer cualquier ‘best seller’ que en ese momento sea líder de ventas,olvidándose de la cantidad de libros

    ‘escondidos’que una pequeña librería puede ofrecernos.No debemos olvidar tampoco ese trato directo,servicial y sobre todo,

    esa enorme experiencia con la que un dependiente apasionado por la lectura puede recormendarnos un gran libro.

    En las pequeñas librerías el trato oferente-demandante es mucho más cálido y especializado.Encontrar libros

    acordes con nuestros gustos es mucho más sencillo con un buen asesoramiento,algo que últimamente pasamos por alto.

  16. yo se el truco!! Carrefour llena esa especie de contenedores que tienen distribuidos por los pasillos con cualquier libraco que les sobre en el almacén y les pegan un gran cartel que pone: uno por 9.99, dos por 15.99€! y claro, así quien se va a resistir??

    ya sabemos que a los españoles les encanta eso de revolver en los cajones, de pelearse con su colega consumidor y robarle cualquier ganga de las manos. ¿qué más da que libro que sea? si el de al lado lo quiere, tiene que estar bien!

    esto me hace llorar, ¿pero es que NADIE disfruta yendo a las librerías y paseándose por las altas estanterías esperando encontrar una gran reliquia? no saben nada de eso, ni siquiera saben que lo pueden encontrar más barato…

  17. Sorprendente…

    No creo que la venta de libros en sitios como hipermercados sea algo malo. Todo lo contrario, si la venta de libros se realiza en más lugares, los libros llegarán a más gente.

    Pero si es sorprente que se vendan más libros en hipermados que en las propias librerías.

    En mi opinión, en cuantos más lugares se vendan los libros mejor, pero si es verdad que no tenemos que quitarle importancia al papel que tienen las librerías.

  18. Respecto a esta noticia,creo que lo único bueno es el aumento de la lectura,si los grandes almacenes como el corte inglés, carrefour,etc venden libros es porque cada vez hay más lectores.

    Está claro que es muy cómodo ir un día de compras y de paso pasarte por la sección de libros y ver las novedades,pero hay que tener en cuenta que las librerías son los lugares ídoneos para comprar un libro,porque es allí donde te asesoran y te recomiendan, es el lugar tradicional de compra.Si lo cambiamos lo que hacemos es que el país no crezca y sólo crezcan las grandes superficies;

    No podemos dejar que Alcampo,Carrefour,…se establezcan como el 1º lugar de compra de libros.

  19. Pienso que no debemos alarmarnos por el hecho de que los hipermercados cada vez vendan más libros.

    En mi opinión, las personas que compran libros en los supermercados son personas que habitualmente no solían comprar libros, y que, al verlos tan a mano en los supermercados los compran, ya que, suelen tener ofertas y precios bajos. Considero que el hecho de que haya mucha gente que compre libros en hipermercados, no significa que la gente que habitualmente compra libros en las librerías tradicionales dejen de hacerlo.

  20. No creo en el futuro de los libros junto a los quesos o la pasta de dientes.

    Cada cosa en su lugar. Los libros deben de estar donde han estado toda a vida, bibliotecas, librerias especializadas o no pero librerias etc.

    Entre otras cosas debe de ser así porque la figura del librero la veo sumamente importante, es el que más te puede ayudar a la hora de escoger un libro o a la hora de encontrar lo que estas buscando. No me veo preguntando a un reponedor de yogures si me puede buscar el libro de historia que me piden el la facultad para un examen la verdad.

  21. Influye en que cada vez se compren más libros en los supermercados varios factores, uno de ellos es que las necesidades y hábitos de los consumidores han cambiado, la mayoría de la gente ya no tiene tiempo, y compra todo lo que necesita en estos sitios. Aquí entran las estrategias de los supermercados, siempre se pasa al lado de las secciones de libros así como las de juguetes, cosas que normalmente no vas a comprar.

    Además ofrecen títulos recientes y bestsellers para llamar más la atención del consumidor.

    Se observa sobre todo en la campaña de vuelta al colegio las colas enormes que se forman para reservar o recoger los libros de los niños. Salvo en estas ocasiones que ofrecen ofertas especiales con precios muy competitivos, el resto de las ocasiones, los consumidores creo no compran más libros aquí por que puedan estar más baratos, sino que les viene “de paso”. Así cuando vamos a hacer la compra de la semana, pasamos a dar una vuelta por la sección de películas y libros, y si vemos alguno que nos interesa, o que nos han recomendado, ya lo cogemos con el resto de la compra.

  22. Mientras leía la parte del comentario de Ruth Gónzalez recordaba una película que trata este mismo tema. "Tienes un e-mail", a parte de ser un film romanticón, narra la historia de dos personas que se conocen por la apertura de una centro comercial en donde se ofrece al cliente un lugar donde comprar libros, tomar un café, hacer tus compras diarias y disfrutar del tiempo de ocio. Este centro comercial se sitúa a dos calles de una pequeña tienda de libros que lleva 2 generaciones abierta. La más éxitosa de todo el barrio y que ve que por causa del centro comercial sus ventas endecrecen hasta al punto de cerrar sus puertas. Esa librería, pequeñita y acogedora, recogía libros como fueran personas. La dueña de la tienda conocía a todos, lo sabía todo sobre ellos, pero unos precios más económicos en un lugar frío pensado para la sociedad de hoy le llevó a la ruina.

    Esta película es del 1999, creo recordar, así que si ves que la librería de la esquina de tu calle está en liquidación no te preocupes es el proceso de extinción de la vida tradicional. Tranquilo, seguro que pondrán un locutorio o una tienda de alimentación (a lo mejor con libros para comprar, quién sabe).

    Por cierto, los estudios dan datos de un aumento de la lectura en los españoles, ¡estupendo!, pero no habrá que investigar mejor ¿qué libros leen?. Porque seguro que han leído los más vendidos o los de autores famosos, y eso queridos míos es dejarse llevar por la masa.

  23. ¡Ah, Leopold! Esa ironía me abruma jaja, una lectura con chope siempre sabrá mejor.

  24. Los libros que compramos deberían proceder de las librerías, un señor de un hipermecado no nos va a aconsejar y ayudar igual que un librero con años de experiencia. Si necesitas un determinado libro referente a una modalidad y quieres que te aconsejen el librero te dirá que el libro que necesitas es ese por esto y por lo otro pero el señor del hipermecado no tendrá ni idea porque su labor no es la del librero sino la de vender la mayor cantidad de libros posible.

  25. Pienso que no sólo las librerías deben vender libros.

    Antes los libros eran caros y no todo el mundo accedía a ellos, sin embargo, eso ha cambiado y cualquier persona puede adquirir un libro en cualquier punto de venta.

    Está claro que como un librero nadie te va a aconsejar, que los vendedores de centros como Carrefour o Alcampo no te van a recomendar un libro u otro como lo haría un profesional en este campo. Pero creo que la llegada de libros a este tipo de centros ha hecho que gente que antes no se acercaba a las librerías, ahora sea capaz de llevarse un par de libros cada vez que hace la compra.

    Aún así hemos dado u paso hacia adelante y hemos conseguido aumentar el número de personas que leen, eso es lo verdaderamente importante.

  26. Desde hace algún tiempo se lleva fomentando que la gente lea más. Se ha conseguido y eso es lo importante, que la gente se de cuenta de la cantidad de cosas buenas que aporta la lectura. Hay que tener en cuenta que estamos en el S.XXI y no es la primera vez que escuchamos que los centros comerciales se están haciendo con el control de ciertas actividades que antes realizaban pequeños comercios. Pongamos el ejemplo de los numerosos cines que han sido cerrados en calles principales de Madrid. Otro ejemplo podría ser la cantidad de pequeños comercios (fruterías, mercerías, tiendas de ropa…así hasta un sin fín de ejemplos) o bien que han tenido que cerrar o bien que tienen unas condiciones muy duras y complicadas para salir adelante. Si es verdad que el trato no es para nada semejante…pero en la sociedad en la que hoy vivimos para poder evolucionar en ciertos aspectos hay que desechar otros.

  27. Yo pienso que hay un poco de todo en esta cuestión. Por una parte, está claro que la persona a la que le gusta leer y suele comprar libros no va a obtener los mismos resultados en un supermercado, puesto que no está bien asesorada, los dependientes de la sección de lectura no suelen saber aconsejar, ni los títulos de los que disponen…por tanto me parece fundamental el papel de las librerías tradicionales por todo lo que conllevan y suponen para el lector.

    Pero por otro lado, no me parece que haya nada de malo en que se vendan libros en las grandes superficies. Es cierto que son tratados como un producto más, pero pienso que es una buena forma de acercar los libros a gente que igual no los compraría. Es decir, puede que alguien que no suele comprar libros (que no tiene tiempo para ir específicamente a una librería, o porque no se le ocurriría sin más), decida comprar el último best-seller o cualquier otra novela sólo porque lo ha visto al pasar cuando iba a por los congelados. Pienso que es acercar los libros a más gente, y dar oportunidad a aquellos que no suelen leer. Bien es cierto que vivimos en un mundo que no para ni un segundo, y poder comprar todo en un mismo lugar facilita bastante las cosas. Pero como he dicho antes, depende de la relación que cada uno tenga con los libros, y también el uso que se vaya a hacer de ellos. Igual también la gente que compra libros en supermercados no los piensa leer, y los compra para regalarlos, por eso no le hace falta saber si un libro es bueno o no…

  28. No me parece mal la venta de libros en las grandes superficies, ya que puede ayudar a acercar más los libros a la población. A la vez que van hacer la compra la gente puede pasarse un rato por la zona de libros. Aunque a mí particularmente no me gusta mucho comprar en las grandes superficies como el carrefour, etc…ya que la mayoría de libros que tienen son best-sellers y hay ocaciones en las que el libro que busco no lo tienen.

    La Fnac o por ejemplo La casa del Libro me parecen sitios más interesantes a la hora de buscar un libro en concreto, ya que tienen una gama muy amplia y si lo que estás buscando no lo tienen lo puedes encargar.

    Ésto anterior, siempre que estés buscando en concreto, pero si lo que quieres es buscar algo nuevo para leer, lo mejor son las pequeñas librerías donde el librero te puede aconsejar según tus gustos que libros te van a gustar más.

    El descenso de las compras en las pequeñas librerias es por culpa tanto de las grandes superficies como sitios como la Fnac.

    También decir que las pequeñas librerías son muy escasas. Por ejemplo en mi barrio nunca ha habido una librería, por lo que es normal que la gente busque algo cercano como alternativa, en este caso un centro comercial.

  29. Que las grandes superficies vendan libros ha hecho, de alguna forma, que los libros lleguen a más usuarios, incluso a los que no lo eran, ya que mientras haces la compra, te encuentras con el expositor de libros y te puede llamar la atención alguna obra en especial. Pero el lugar más idóneo para vender un libro es, sin duda, la librería.

    En las librerías, los libros están en su ambiente. En ellas encuentras personas que te pueden aconsejar a elegir un determinado libro y surcar nuevas experiencias. Además tienen más cantidad de títulos, tanto actuales (de novedades) como libros inéditos, clásicos, así como libros de diferentes materias. En las grandes superficies te puedes encontrar con algún libro de fotografía, naturaleza, cocina, etc. pero en casos puntuales, y con dos o tres títulos para elegir.

    Las librerías yo creo que siempre van a existir, porque aunque las grandes superficies puedan vender más libros (de ficción, históricos,…, es decir, libros para leer como ocio) que las librerías, a causa de que los precios sean más económicos, estas últimas siempre tendrán libros más difíciles de encontrar, con ello me refiero a manuales, tratados, etc. de determinados temas.

  30. La figura del librero fue muy importante a la hora de difundir libros:

    él era quien te aconsejaba, quien te abría las puertas de ese mar inmenso que es la literatura, aquel que buscaba por tus intereses hasta encontrar ese libro que te hiciera descubrir algo nuevo.

    En la sociedad actual eso ha cambiado: El mundo va rapido, y eso se traduce en un proceso de "busca y encuentra", en el que no nos detenemos en los pequeños detalles.

    Por eso han aumentado las ventas de libros en los grandes almacenes. Ya tienes internet, que te dice que leer y que no, solo te queda comprarlo.

    Pero quizás deberiamos dar una vuelta por esas pequeñas librerías

    y descubrir todo lo que nos pueden ofrecer todavía.

  31. La respuesta a esta pregunta depende de dónde compre cada lector los libros que lee y de la implicación que tenga cada individuo en la cuestión. Es cierto que por comodidad, los grandes establecimientos son un blanco fácil para resolver este interrogante, pero no la única. Otra respuesta posible, son las ferias del libro, mercadillos antiguos, lugares de intercambio o colecciones inéditas de libros que hoy resultarian imposibles de encontrar en el típico establecimiento. En clase comentábamos el otro día que también podemos obtener libros de otras bibliotecas, lo que antes resultaba más o menos fácil. Ahora esto resulta cada vez más complicado ya que se han perdido grandes obras y algunas de ellas únicas.

    Los grandes almacenes nos ahorran tiempo y nos permiten resolver la compra de alimentos, ropa o un libro, vamos, que matamos dos pájaros de un tiro. Sin embargo, aquí se pierde la magia y la tradición que suponía el disfrutar de tu tiempo buscando el libro que tanto deseabas, comentando con otros apasionados del mismo arte, pidiendo consejo, compartiendo.

    Los libros vienen de dónde cada uno quiera que vengan y del grado de involucración.

  32. No escapan tampoco los libros de las nuevas tendencias de nuestra “era del anonimato y la impersonalidad”, de hecho, es cada vez más frecuente encontrar estanterías y estanterías de libros en los grandes hipermercados, almacenados y publicitados como si de lechugas se tratara. Nadie encuentra esto atractivo, pero tampoco hay quien diga nada. Han prostituido la figura del libro, y al prostituirla la han matado.

    A día de hoy uno pasea por el pasadizo de San Ginés y ya no encuentra grandes grupos de gente mirando libros, tan sólo algún anciano despistado que tal vez desconoce la oferta de dos por uno que hay en el supermercado dos calles más allá con el libro que él busca. El Pasadizo de San Ginés ya sólo se llena de gente por la noche, cuando cientos de personas esperan que abra la discoteca de la esquina.

    Pero qué decir, es natural este giro de los libros hacia los supermercados, la propia sociedad lo ha ido poco a poco forzando: el plan familiar del sábado por la mañana ha cambiado. Ahora la gente elige ir a hacer la compra a la gran superficie más cercana en vez de dar una vuelta viendo los guiñoles por el Retiro y acabar en el Paseo del Prado después de recorrer varias veces, en una y otra dirección, los puestos de la Cuesta de Moyano.

    Reivindiquemos la resurrección del libro y su vuelta a la virginidad de las librerías. Volvamos a comprar, cambiar y vender libros al librero de pelo canoso al que parece que las gafas le van a caer de la nariz de un momento a otro. Y volvamos a abrir ese libro de páginas amarillentas que lleva décadas sin abrirse, abrámoslo y aspiremos lentamente su aroma único, ese aroma a sabiduría que recorre todo el cuerpo como un escalofrío.

  33. Bueno lo importante es que leamos y que dejemos de ser un país de analfabertos en cuanto a lectura se refiere. Aunque todavía estamos muy por debajo de los países que están a la cabeza como Suecia, Finlandia y Alemania (lo cual explica muchas cosas) me parece interesante la iniciativa de tener los libros en el super, así aquellos que no solían leer simplemente por el hecho de no acercarse a una librería, pueden sentirse tentados al tenerlo a mano junto con los geles de baño y sinceramente un país que lee más es beneficio para todos.

    Por supuesto que sería casí un sacrilegio que eso supusiera la muerte de las pequeñas librerias del barrio, pero espero que eso no pase pues todavía somos muchos los que preferimos ir a un lugar un poco lúgrube, con aspecto asimétrico y con estanterías rebosantes de libros descolocados a charlar un par de horas sobre el último libro que te llevaste y para convencerte sobre la última joya literaria que esta escondida entre el polvo y la maraña de libros enredados.

  34. Bueno lo importante es que leamos y que dejemos de ser un país de analfabertos en cuanto a lectura se refiere. Aunque todavía estamos muy por debajo de los países que están a la cabeza como Suecia, Finlandia y Alemania (lo cual explica muchas cosas) me parece interesante la iniciativa de tener los libros en el super, así aquellos que no solían leer simplemente por el hecho de no acercarse a una librería, pueden sentirse tentados al tenerlo a mano junto con los geles de baño y sinceramente un país que lee más es beneficio para todos.

    Por supuesto que sería casí un sacrilegio que eso supusiera la muerte de las pequeñas librerias del barrio, pero espero que eso no pase pues todavía somos muchos los que preferimos ir a un lugar un poco lúgrube, con aspecto asimétrico y con estanterías rebosantes de libros descolocados a charlar un par de horas sobre el último libro que te llevaste y para convencerte sobre la última joya literaria que esta escondida entre el polvo y la maraña de libros enredados.

  35. Es evidente que las grandes superficies incrementan sus ventas debido a sus ofertas, sus ediciones de bolsillo, y su rápida y cómoda gestión. La compra de libros en este sector debería ser ocasional, esto es, cuando realmente nuestro bolsillo se queja o cuando nuestro tiempo, paciencia y necesidades son limitados.

    Recuerdo un día en la Casa del Libro en el que buscaba una novela de misterio y encontré un libro que era diferente a los demás, que no se por qué pero llamó mi atención. Lo gracioso fue que en frente de mí había un hombre que al parecer conocía a la autora, que era una chica que había ganado un premio y había conseguido publicar su novela. Con aquel hombre debatimos sobre la importancia de las librerías y de seguir apostando por ellas, ya que si nos gastamos una suma de dinero en ropa, accesorios o en una entrada de cine, podemos también contribuir a la seguridad de la permanencia del pequeño negocio frente a la gran superficie.

  36. Por un lado estos datos suponen una buena noticia ya que se vendan donde se vendan, lo que se está haciendo es poner el libro al alcance de todo el mundo, distribuyéndolo mejor y aumentando el volumen de producción de unidades. Además, los libros que se llevan a las grandes superficies suelen ser sobre todo las novedades del mes, los "best-sellers" y las ediciones de bolsillo. El fondo de librería que te ofrece una librería tradicional le saca muchísima ventaja y se la seguirá sacando durante mucho tiempo a los supermercados. Lo único que, bajo mi punto de vista sucede ahora es que el público lector se divide en dos partes, los "lectores comerciales y casuales" que irán a comprar los libros al supermercado, y los lectores de toda la vida que seguirán yendo a la librería de siempre, en busca de obras con mayor antigüedad y libros especializados. Por otro lado, el peor parado sin duda es la pequeña librería, ya que perderá mucho dinero de best-sellers, libros de bolsillo, etc. en favor de los grandes almacenes, pero aun así, veo muy difícil que la librería tradicional desaparezca.

  37. No veo la parte negativa de vender libros en un supermercado, es más, lo veo como algo bastante positivo. A las pequeñas librerías sólo van lectores habituales que buscan un trato más personalizado y asesoramiento profesional, en cambio al súper va todo el mundo por lo que los libros llegan a un público mayor. Cierto es que no van a tener la misma cantidad y calidad de libros que tendrían en una típica librería, pero es una forma de acercar la lectura a todos los públicos. ¿Quién no ha ido al supermercado y al final se ha traído algo que no estaba en su lista? Pues con los libros puede pasar lo mismo, vas tranquilamente con tu carro y de repente encuentras un libro que te llama la atención y te lo llevas. Se que todo esto se ve más bien como reducir la lectura a los libros más comerciales, porque en los supermercados no van a tener todos los libros, pero bueno, por algo se empieza ¿no?

  38. Realmente a la hora de buscar un libro concreto, poca gente acude a los hipermercados, ya que en estos establecimientos lo que se suele encontrar casi exclusivamente son best-seller. Por este motivo, no creo que la venta de libro sen centros comerciales como Carrefour supongan la desaparición de las pequeñas librerías, a pesar de que los precios sean más bajos. De todas formas me parece poco correcta su venta en estos centros que consideran los libros como una simple mercancía más, por que ¿a quién se le ocurre juntar los libros con el embutido?.

  39. Es estupendo ir a una librería de las de toda la vida. Al entrar parece como si te sumergieras en otro mundo. Centenares de ejemplares se te ofrecen colocados por temas, géneros, autores, títulos. Puedes encontrar casi todo lo que desees, y si no, la persona encargada puede que te lo busque, o te lo pida a la editorial, si es que no lo hay allí en ese instante. Eso es perfecto. Así pues, ¿quién necesita que un gran centro comercial venda libros junto a pijamas o lechugas? Puede que yo no, o sí, no lo sé. Lo cierto es que no me estorba que así sea. Puede que alguien vaya a por un paquete de natillas de cuatro unidades y ya de paso vea un libro con un título llamativo y una hermosa portada. No es habitual lector, pero se anima, lo coge junto a los lácteos, lo paga en caja y esa tarde, lluviosa y fea, sin nada que hacer, lo lea y, bajo su sorpresa (porque no ha leído en su vida nada más que lo que le obligaron en el instituto), aquello le guste. Y un día paseará por la calle y verá el nombre del autor en otro libro, en cualquier sitio, y entrará y lo comprará, a ver si la experiencia se repite. Y no se repite sin más, se agranda, y decide leer todo de ese autor, y luego todo de ese género, y recuerda el día de las natillas como un día feliz, y acude de vez en cuando a ese centro comercial, por si hay algo que vuelva a hablarle y tenga que volver a iniciar un nuevo proceso. Es posible que un buen día acuda a una biblioteca en busca de los libros que en el centro comercial no encuentra. Y también es posible que alguien le diga que allí no encontrará nada más que novedades y le recomiende una librería. Irá, y ya no habrá natillas, ni lechugas; sólo libros. Y encontrará lo que buscaba. Fin del proceso. Ahora tenemos un lector. Se ha ganado un lector junto a la sección de bricolaje, ¿qué pasa? ¿qué hay de malo en ello? Ningún lector renunciará a ir a sus librerías a por sus libros, pero la literatura es también ocio, entretenimiento, es, como diría Blas de Otero, para la inmensa mayoría. ¿O somos Juan Ramón Jiménez y pensamos que se debe escribir para la minoría? ¿Qué piensan los escritores actuales? Si alguien coge entre sus manos un libro y se lo lee, da igual dónde lo haya encontrado. Se ha ganado un lector. La literatura al alcance de todos. Cervantes hubiera sonreído satisfecho al ver su Quijote en la estantería del Carrefour.

  40. En principio no encuentro ningún problema porque el cliente compre un libro en un supermercado;

    La cuestión es que ahora se leé más, y por tanto la gente se reparte más a la hora de comprar un libro.

    Es evidente que aquel que acude a una libreria va en busca de un libro que en un centro comercial no va a encontrar, dado que en el centro comercial, la venta esta dirigida a llegar a un público más general con ventas tipo bestseller.

    Por tanto las ventas se reparten y si algo tiene de bueno la venta en supermercado es que esto abre la puerta a personas que quizas en otras situaciones no hubieran comprado nunca antes un libro.

    Si las ventas se mantienen como siempre en librerias especializadas, esto no les perjudicará y por tanto nadie saldra mal parado.

  41. Lo importante del tema, independientemente del lugar que sea más apropiado para su venta, es que se fomente la lectura.

    Ahora bien, dicho esto creo que la venta de libros en supermercados hace que aumente el número de lectores, puesto que a una gran superficie se acude por muchos motivos de compra, y si de paso ves algún libro interesante pues lo compras aunque en un principio no lo tuvieses en mente. Pero por otro lado, ¿qué hay de las librerías de siempre que nos aconsejan sobre cada uno de los libros? Personalmente soy partidaria de comprar en librerías tradicionales por el trato personal y porque no sé hasta qué punto una gran superficie tiene variedad de lecturas.Es decir, que aunque "El niño con el pijama de rayas" sea un buen libro, no estoy dispuesta a leer sólo los best-sellers del supermercado.

  42. ¡ Qué triste! El lugar del libro está en la librería. Pienso que es mejor comprar los libros en las grandes librerías como la “FNAC” o “La casa del libro”, lo que supone un ahorro similar al que se puede obtener en el supermercado, al tiempo que no se desvincula al libro de un ambiente cultural y puedes tener una buena atención a la hora de buscar algo concreto. No obstante, a la hora de pedir consejo, el mejor lugar es la pequeña librería.

  43. La verdad, no me sorprende leer que las grandes superficies se estén haciendo con gran parte de la venta de libros, poniendo de este modo en peligro la existencia de las librerías tradicionales. No me sorprende porque en definitiva esto está pasando con todo: pequeñas mercerías de barrio, carnicerías, ferreterías… se están viendo obligadas a cerrar sus puertas por culpa de estos "gigantes" capaces de comprar al por mayor y vender a mejor precio. A este fenómeno yo lo denomino "teoría de la selección natural", aquí el más fuerte se come con patatas al más débil. No estoy de acuerdo pero es así. Ahora bien, somos nosotros (los consumidores) los únicos que podemos acabar con esto o dejar que se convierta en una matanza sin piedad. Lo que está claro es que estos establecimientos nunca nos ofrecerán un servicio post- venta, una atención personalizada, un consejo de verdad… del modo en el que lo hace (en este caso) una librería convencional. Llega el momento de decantarse entre calidad o comodidad y confió en que el estrés y el ritmo de vida que llevamos no os lleve a elegir lo segundo.

  44. Las librerías de barrio son y serán siempre los lugares más apropiados para todo lo que se refiere a la cultura y a la enseñanza.

    En ellas, podemos encontrar desde un sacapuntas hasta el último libro publicado por un escritor.

    El problema llega cuando aparece la competencia:las grandes superficies; muy visitadas a lo largo de la semana por consumidores que dedican una parte de su tiempo a observar los nuevos materiales de papelería que ofrece el mercado.

    A simple vista, podemos decir que éstos últimos han ganado,pero no es del todo cierto. Con echar un vistazo durante los meses de Septiembre de cada año a las colas que se forman a las puertas de la librería de barrio, nos damos cuenta que son imprescindibles.

    Sin embargo, por falta de existencias recurrimos a la segunda opción.

    Los precios no varían mucho de uno a otro. La diferencia está en la exposición al público que ofrece el supermercado, es decir, cualquiera compra el libro que más le convence situado en las grandes estanterías que están a su disposición.

    No disponemos de una venta tan directa con terceras personas.

    Todo esto son posibles acercamientos, pero en verdad, el que decide es el rey: un consumidor con mayor o menor confianza.

  45. El principal problema que veo en que se vendan más libros en los supermercados que en las librerías, es que las últimas empezarán a cerrar, tarde o temprano. Esto pasa igual con los pequeños negocios en general, como las tiendas de fotografías, que cada vez quedan menos.

    Muchas veces, y es la diferencia principal entre uno y otro lugar, es que las librerías son más especializadas y más personales. Pero, a veces, las circunstancias actuales hacen que las cosas cambien… tenemos menos tiempo y mientras haces la compra puedes llevarte un libro, una película o un disco de música. Por otro lado, y de forma positiva, esto ha hecho que el hábito de la lectura sea mayor y se difunda de diferente manera.

  46. Como comprar un libro no es lo mismo que comprar una docena de huevos creo que su punto de venta no son los supermercados. Si vas a comprarte el último Premio Planeta o El juego del ángel, estupendo cómpralo en el super. Pero ¿y si lo que buscas es otra cosa?, evidentemente en un supermercado no te van a recomendar qué libro llevarte (estoy hablando de algo más que un best seller).

    Por eso soy partidaria de las librerías de toda la vida, porque la persona que te atiende realmente ama los libros. Por suerte el dueño de la librería a la que vamos siempre nos conoce, ya son muchos años, y nos aconseja siempre sobre qué libro va a gustarnos más a cada miembro de mi familia. Yo creo que ahí está el buen sabor de una librería de siempre, puedes hablar con el dueño sobre algún título durante horas. En cambio dudo que en carrefour (o cualquier otra grande superficie) te atiendan de este modo. Creo que de una persona que se lee 30 libros al mes puedes aprender mucho y es algo que no debería perderse.

  47. Me ha gustado lo que en el articulo se llaman los lectores-no lectores, creo que esa es una tendencia que se esta extendiendo. Si te fijas en los libros que va leyendo la gente en el metro el 80% son siempre los mismos titulos. Ahora esta de moda el juego del angel (que yo tambien me estoy leyendo ahora), el niño del pijama de rayas y los girasoles ciegos (este gracias a la peli). Se nota mucho que en los hipermercados siempre estan a la venta los mismos libros, y que le gente los compra porque son "famosos". Si que creo que esto pejudica bastante a las librerias de toda la vida, porque los best sellers siempre se han vendido y es lo que mas dinero generaba, y ahora con la competencia de estos grandes almacenes la caja de las librerias se esta viendo resentida.

    Yo abogo por la continuidad de las librerias de antaño y por el no comprar libros en grandes almacenes, aunque bien es cierto que estan ayudando a que la gente se acostumbre a leer, aunque sean noveluchas como el codigo da vinci, pero algo es algo.

  48. No los conocía, pero en realidad no me sorprenden los datos dados por Jesús Badenes. Yo creo que, aunque el número de libros vendidos está aumentando, los niveles siguen siendo muy bajos; y que aumente el número de ejemplares vendidos en hipermercados es algo normal ya que es uno de los lugares que más frecuenta el público. Es un establecimiento al que todos accedemos una vez por semana por lo menos y realmente me alegro que la gente lo utilice también para comprar cultura. Dejando esto a un lado, la gente debería comprar en librerías aconsejado por esas figuras tan entrañables como son los libreros y las libreras; o por lo menos el prototipo de librero que yo tengo en mente.

  49. Puede que no sea un signo tan negativo la acción de vender libros en las grandes superficies, ya que cada vez, por suerte, se lee más aunque no mejor.

    La subida de los índices de lectores en este país ha hecho que el mercado del libro se haya generalizado, llegando incluso a las grandes superficies, hecho que estas últimas lo vean más como un negocio que como una forma de adquirir conocimientos.

    Para las grandes superficies esto significa la apertura de un nuevo mercado en el cual solo existe la publicidad de los libros más vendidos, ya que son los únicos que podemos encontrar cuando vamos a estos centros comerciales, la acción de leer por leer, rehusando la lectura selectiva que podemos hacer en una pequeña librería, ya que podemos encontrar una mayor variedad de libros que no son sólo los más vendidos, podríamos decir que estamos ante una pérdida de lo tradicional.

    No sabría decir si estamos ante una acción negativa o positiva de la lectura, decantándome más por ser un hecho positivo ya que todo lo que signifique leer es productivo aunque matizando que deberíamos ser más selectivos a la hora de escoger el libro del que vamos a disfrutar.

  50. Estamos presenciando de forma paulatina la defunción de la entrañable librería pues en los tiempos que corren, se considera que ya no hay cabida para los conocidos como "negocios de toda la vida", parece ser que ya no nos interesamos por recibir un trato directo y personal a la hora de adquirir un libro, si no que ahora nos molestamos más, por encontrar un precio que se adapte mejor a nuestro bolsillo y es que como en el texto se apunta, hasta hoy eran los editores y los libreros los que coincidían en fijar el precio de venta de los libros, pero en la actualidad, con la entrada emergente de los supermercados e hipermercados en este mercado, es evidente, que éstos consiguen atraer a un mayor porcentaje de lectores, pues como afirma Carrefour, el precio libre siempre beneficia más a la economía del cliente. Tras este inciso, reconduzco mi visión, que un principio pudo parecer negativa con respecto a los grandes almacenes, para recalcar precisamente este logro, uno de los mayores que se han conseguido en este sentido, como ha sido el de incrementar notoriamente el número de lectores y ¿debido a qué? pues, entre otras causas a que los libros han superado la delgada línea que les apartaba de muchos otros lugares en los cuales, también pueden gozar del contacto con sus fieles admiradores.

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