Las Hurdes: Tierra sin Pan. Luis Buñuel, 1932.

Análisis de Sonia Arquero:

“Las Hurdes: Tierra sin pan” es un documental rodado por Luis Buñuel en 1932, justo al principio de la Segunda República Española, periodo muy breve que dura desde 1931 hasta 1936. Este documental, de apenas treinta minutos, se rodó durante el Bienio social – azañista (1931 -1933), durante el cual surgieron grandes ideas de izquierdas, y donde se produjo una revolución cultural en la que las mujeres votan por primera vez.

La República tenía una “misión pedagógica” que quería cumplir con el cine. Pretendían usarlo, creyendo que la cámara sería objetiva, para mostrar una buena cara de la sociedad y ocultando siempre el lado negativo y desagradable que toda realidad posee. [i] Sabían que el problema de nuestro país era la educación, que en comparación con otros países europeos dejaba a España como un país tercermundista.

Marañón y Buñuel pensaban lo mismo sobre el gran problema de la sociedad: “El problema vital de nuestro país es, ante todo, un problema de instrucción, y que todos nuestros males se curarán con una droga y nada más que con ella, que se llama: conocimiento”[ii]. Sin embargo, Buñuel no lo veía con la misma perspectiva, y por esta razón, hizo el documental como signo de denuncia y protesta hacia la autoridad. Por lo tanto ésta reaccionó mal y la censuró.

Esta polémica tiene dos vertientes: por una parte nos encontramos con un documental de “misión pedagógica” completamente contrario a lo que pretendía la República. A diferencia de otros documentales como “Estampas”, en “Las Hurdes” se muestra la realidad tal y como es, aunque en muchos aspectos provocada (como el artificial despeño de la cabra, que en realidad fue abatida con una escopeta, o la muerte fingida de la niña con enfermedad de encías). En “Estampas” se muestran niños felices, y sin embargo, en “Las Hurdes” se muestra la realidad de niños tristes, pobres y olvidados, por ejemplo los niños que eran vendidos en el colegio, o los otros que mojaban pan en el agua.

Y por la otra parte nos encontramos con una película dual. Aunque se dice que Luis Buñuel abandona el surrealismo que usó en “Un perro andaluz” no es del todo cierto. La forma de usar las escenas es cruda, objetiva y cortante, cosa que ya había hecho en “La Edad de Oro”. Nos habla de las enfermedades como el paludismo, de las provocadas por los incestos cometidos, y lo acompaña con imágenes sobrecogedoras que hacen que nos afecten e impresionen mucho más. Y se ven sellos como el burro atado por las patas mientras se lo comen las abejas, que coincide con una de las obsesiones de Buñuel en su etapa surrealista (otra escena provocada).

Buñuel no hace “Las Hurdes: Tierra sin pan” para favorecer los ideales pedagógicos de la República, ni para darle mala fama a la población de las Hurdes, como le acusaba Pio Baroja, sino para denunciar, como un compromiso personal, la situación tercermundista por la que pasaban ciertas zonas de España, permitida por el gobierno del momento.

Sonia Arquero. Mayo, 2010.


[i]“-¿Por qué enseñar siempre el lado feo y desagradable?- preguntó. Yo he visto en las Hurdes carros cargados de trigo [falso –apostilla Buñuel: los carros sólo pasaban por la parte baja, por la carretera de Granadilla, y eran escasísimos]. ¿Por qué no mostrar las danzas folklóricas de La Alberca, que son las más bonitas del mundo? Respondí a Marañón que, al decir de sus habitantes, cada país tiene los bailes más bonitos del mundo y que él demostraba un nacionalismo barato y abominable. Después de lo cual me marché sin añadir una palabra y la película siguió prohibida” Estudios sobre Las Hurdes de Buñuel. Javier Herrera.

[ii] Estudios sobre las Hurdes de Buñuel. (Evidencia fílmica, estética y recepción). Javier Herrera. Renacimiento Iluminaciones (2006). España

Compartir:

Deja un comentario