El pisito. Marco Ferreri, 1958.

Análisis de Rubén Zamora Rodríguez:

“El Pisito” (1958) supone el debut como realizador del también productor, guionista, crítico e incluso actor (en Donne e Soldati de Luigi Maleaba) italiano Marco Ferreri. Su vinculación al movimiento del neorrealismo italiano se manifestó en  proyectos como la revista filmada Documento mensile con la colaboración de los autores Zavattini, De Sica, Visconti, Fellini y Antonioni  entre otros. Estos cineastas son el modelo para la primera generación de profesionales españoles salidos del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), origen de la disidencia cinematográfica que dominará la década de los 50, personificada en los directores Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem. Tomaron contacto personal a través del Ciclo de cine italiano en Madrid celebrado en 1951 y 1953. Las circunstancias impedían una imitación directa pero sirvió para pensar en un cine diferente al oficial aportando una idea de cambio general de la temática, estética e industria cinematográfica que culmina con las conocidas Conversaciones Cinematográficas de Salamanca (1955) congregando por primera vez a profesionales del cine español de toda ideología y condición.

Para Ferreri, el neorrealismo significaba profundizar en la investigación de la realidad, rescatando los elementos que le permitían ensalzar lo cotidiano. Su llegada a  España en 1956, en este clima de aparente apertura y cambio, y el encuentro con Rafael Azcona le hará modificar esta visión y captar lo irónico, lo grotesco y metafórico que subyace en las capas profundas de la sociedad española de la época.

“El pisito” es la adaptación cinematográfica de la novela del propio Rafael Azcona y el primer proyecto en conjunto que llevaron a cabo después de varios fracasos previos. Ferreri sin perder su patrón neorrealista, presenta la amargura vestida de comedia, con un traje hecho a jirones de humor negro y bordado con hilos de absurdo y esperpento rompiendo con el realismo que predica la ortodoxia disidente. Este nuevo modo de ver la realidad, vista con la lente de lo grotesco, deformándola y subrayando sus aspectos más monstruosos e inquietantes será su seña de identidad y estará presente en toda su filmografía.

“El Pisito” supuso una superación del lenguaje cinematográfico disidente desarrollado en España durante la década de los 50 y junto con la presencia de Ferreri y la motivación que insufló entre los jóvenes realizadores, fueron fundamentales para la renovación cinematográfica en las décadas posteriores.

Rubén Zamora Rodríguez. Mayo, 2010.

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