El medio ambiente y nosotros

Los huracanes se suceden con una periodicidad fija. Unas veces descargan  sobre Nueva Orleans, otras sobre Texas, otras sobre Mexico y Guatemala.

Una actitud ante los problemas ambientales y humanos es aislarse: Es decir eso no va conmigo, yo vivo mi vida, lo que yo hago es cuestión mía y no tengo  nada que ver con los demás.

Pero esto es una falacia. La vida de cada uno de nosotros es necesaria  para todos los demás y cada uno de nosotros vivimos solo porque los demás  (y por «los demás» quiero decir todos los demás, todo el resto del universo,  vivo o inerte) viven también. Aunque pensemos que cada uno somos muy pequeño, de cada uno depende la vida de los demás y de esta vida, de nuevo la nuestra.

Aunque esto no pegue mucho aquí, lo que voy a decir es una buena ilustración  de lo que quiero hacer entender: Hoy algunos catalanes han enviado al  Parlamento español una declaración en la que vienen a decir que ellos han  decicido cualquier cosa, que no me voy a meter en ella, y el resto de los  españoles lo único que debemos hacer es decir amén. Pero esto no es así  de fácil. Cataluña vive porque vive el resto de España. Los catalanes  nos venden y nos compran productos, ideas, servicios. Yendo a Alcalá todas las mañanas uno se asombra del tren de camiones que viajan de y hacia  Cataluña. Nuestras vidas están inextrincablemente entrecruzadas. Los catalanes tienen mucho que decir acerca de su vida y su gobierno, pero el resto de los  españoles tenemos tanto o mas que decir que ellos de esos temas, porque,  queriendolo o no, vivimos juntos.

Una familia nunca vive sola, sino que solo vive porque vive con el resto  de sus parientes y con el resto de la sociedad: Ninguna persona tiene el  derecho de decidir su vida por si sola, sino que debe escuchar y consultar  a sus co-personas.

Ningún ser vivo vive solo. Los seres humanos no podemos permitirnos vivir  nuestra vida de espaldas a lo que nos rodea, a nuestro medio ambiente.

El mensaje «creced, multiplicaos y dominad la Tierra» es esencialmente  erróneo, como lo es la idea de que ni una gota de agua de los ríos vaya al mar,  como deforestar los países, como destrozar el medio ambiente bajo la noción  de que los seres humanos son los «dueños» de la creación.

Hasta el movimiento de cada átomo deriva del movimiento de los demás. No existe  «el» átomo de hidrógeno, sino 10^50 (o más) átomos de hidrógeno, todos ellos  en interacción.

Tenemos que trabajar todos juntos, no porque sea mejor para los demás o para  el «Medio Ambiente», sino por el egoista motivo de que es mejor para  cada uno de nosotros.

Es por ello por lo que las rencillas, las guerras, los rechazos, el encerrarse en  el capullo de seda, no solo son inútiles, no solo son métodos ineficientes  de supervivencia, sino que son dañinos para cada uno de nosotros, y para  todos en general.

Los seres vivos, los seres humanos, nos necesitamos los unos a los otros.