60.000 científicos

Parece ser que España necesita 60.000 científicos adicionales a los que ya trabajamos aquí. ¿Es realista pensar que podemos formar este número de investigadores?

Hoy he pasado frente a una librería con dos ejemplares del libro de Michael Crichton en el escaparate.

 

Hoy hemos hablado en la universidad de la estadística de las matrículas: Las carreras de ciencias «duras»  y de las ingenierías, están en franca decadencia. Las que suben son las carreras del deporte, de la comunicación, carreras cortas, o incluso el sencillo rechazo de la universidad.

 

Hemos leido en los medios de comunicación que España necesita 60.000 científicos. Esto es así, es una realidad. Pero ¿cómo se consiguen 60.000 científicos? No es una cuestión de dinero, aunque también lo sea. Es una cuestión esencialmente de cultura. La ciencia es trabajo. Es amar el trabajo por encima del gusto por el lujo, la ostentación, la vida fácil. Es estar decidido a seguir con la investigación días, noches, fines de semana, vacaciones.

 

¿Existe esta cultura en España? ¿Qué es lo que se prima en España? Lo que pueden ver los jóvenes es que lo que se premia en la sociedad española es el mínimo esfuerzo, un trabajo medianamente bien remunerado pero que no exija gran esfuerzo, que lo que se vende bien es ajustarse a la norma, seguir la corriente.

 

La ciencia es romper la tradición, buscar cosas nuevas, nuevas formas de vivir. Es, en muy buena medida, ir en contra de las tradiciones sociales. La ciencia es una aventura de las sociedades pioneras, es abrir nuevos horizontes, sin preocuparse mucho de las comodidades de la vida.

 

El libro de Michael Crichton se venderá muy bien. Le dice a la sociedad lo que la sociedad quiere oir: Qué las alarmas son falsas, que la vida es fácil, que no es necesario procuparse.  Que la ciencia,  u otra instancia poderosa, ya resolverá los problemas que se vayan presentando.

 

Pero esto es lo contrario de la realidad. Para que exista ciencia, para que la ciencia resuelva algún problema, es preciso crear una cultura del esfuerzo, del trabajo constante.

 

Hoy he pasado un momento por un supermercado a comprar algo de comida. Hoy las cestas que proporciona ese establecimiento tienen ruedecillas. Se elimina hasta el pequeño esfuerzo de cargar una cesta de la compra. 

 

¿Podemos aspirar a conseguir 60.000 científicos?  Yo creo que no. Veo que la gran aspiración de la sociedad española es la fiesta, el puente, el poco esfuerzo, la solución fácil, el dejar a los demás el trabajo duro, el «qué inventen ellos», esa maldición que nos persigue desde hace tanto tiempo.

 

¿Conseguiremos esos 60.000 científicos?

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3 comentarios

  1. He leído sobre esa necesidad social de conseguir 60 000 científicos y atraer a 900 «autoridades». Creo que, en efecto, se trata de alcanzar una cultura colectiva. Se trata del reconocimiento a la labor de los investigadores. Por la vía del estatus, pero también de la remuneración económica y las cotizaciones a la Seguridad Social. Por supuesto, todo ello debe ir acompañado de un alto nivel de exigencia y presentación de resultados a los agentes financiadores.

  2. La voz de alarma se ha hecho oír una vez más: España necesita más investigadores. Lamento decir que esto no es nuevo y todos los argumentos aducidos para justificar el por qué esta carestía tampoco sorprenden. En mis años dedicados a la investigación, y desde distintas facetas, dentro y fuera de este país, he llegado a la conclusión que quien quiere, puede. No podemos negar que la falta de tradición investigadora nos retrasa, que todavía no tenemos un sistema de Ciencia y Tecnología consolidado y que los investigadores españoles, a veces desgastados en otras luchas, optan, pragmáticamente por solucionar sus vidas en otros países ( o incluso en cambiar de empleo). Conscientes de los problemas, busquemos soluciones y si ese es el objetivo, mejor dicho, la necesidad, póngamos manos a la obra. Por mi parte, así lo creo y así lo hago, intentando persuadir a las nuevas generaciones de jóvenes "cómodos y desmotivados", que prefieren una semana salimos encuentro de nuestros jóvenes en sus aulas para explicarles lo que nosotros pensábamos que ignoraban y para animarlos a considerar la carrera investigadora como opción en el futuro. Casi más de 800 encuestas nos esperan sobre la mesa, pero con un vistazo preliminar hemos recuperado el optimismo. En primer lugar, mayoritariamente tienen una percepción muy positiva sobre el profesional de la Ciencia, algo a tener muy en cuenta en esas edades donde se buscan referencias. En segundo lugar, y para tranquilizar a los que temen un abandono de las áreas científicas, señores/as, puede que tengamos muchos ingenieros/as, muchos médicos/as, muchos biólogos/as, menos químicos/as y algunos físicos/as. Me pregunto si estaremos preparados para cultivar esas vocaciones con ejemplos esperanzadores, sin pesimismos victimistas, transmitiéndoles pasión por nuestro trabajo, a pesar de todos los avatares que todos conocemos. Alguien me dijo un día cómo me atrevía a animar a los jóvenes a venir a este "circo". Tal comentario no hizo más que animarme en mi empeño ¿Cómo vamos a pedir apoyo al gobierno, a los agentes sociales, si nosotros mismos ya hemos perdido toda estima? Creo que es nuestro deber pasar el testigo de la investigación a los que vienen detrás, porque ellos, ellos también quieren. A por los 60000!

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