Safaris en Cáceres

¿Qué quiere el ser humano? Estamos en el siglo XXI y  los genes de hace millones de años salen una y otra vez a la superficie. No contentos con matarnos entre nosotros por nada, seguimos matando animales sin necesidad de comida, por «deporte».

Me han comentado al blog de la carrera de coches y motos hacia Dakar, que «es un deporte». Si estas cosas son «deporte» yo soy una gacela. Para mí, deporte es ejercitar los músculos del cuerpo: Subir una montaña, nadar un par de kilómetros, un buen partido de tenis, unas horas esquiando,  unas horitas subiendo cuestas en la bici, y cosas similares: algo que (salvo nadar) te lleve después a una buena ducha para quitar el sudor. El rally es una exhibición de dinero donde unos salvajes se complacen en emitir toneladas de CO2 sin más motivo que demostrar que los coches de las marcas que les pagan funcionan. Si el rally es un deporte, también lo debe ser el circo de la Fórmula I, que, para mi modesto entender, es una estafa del tipo de la que venden los conjuntos de jugadores multimillonarios de fútbol, que son cualquier cosa menos equipos, y cualquier cosa menos deportistas.

Cazar leones o gacelas en todoterreno (leones que los empleados de la finca llevan hacia los cazadores) es esencialmente asesinato, para satisfacer el instinto de matar desarrollado a lo largo de esos millones de años en que pasábamos hambre en las sabanas. Puedo, con alguna dificultad, comprender al cazador de conejos que, solo con su perro, trata de ser más listo que aquellos, y tras una jornada en la que ha andado 30 km, vuelve a casa con un par de roedores para la cena. Pero cazar gacelas en una finca extremeña, como disparar a perdices batidas por ojeadores, y similares sistemas de matanzas son, simplemente, asesinatos.

Mantengo que el medio ambiente somos nosotros, y nosotros somos los que debemos sentirnos a gusto paseando por el monte, disfrutando de la compañía de animales, protegiéndolos y respetando su vida y sus hábitos. Empleé parte del tiempo durante el puente de la Constitución en paseos por las marismas de Huelva: Paseos a pie, sin motos (que atronaron parte del recorrido), sin todoterrenos, sin caballos, disfrutando de las aves acuáticas durante horas y horas, en medio de una naturaleza, domesticada, pero aun así naturaleza. No sentí el menor deseo de pensar «¿Y si me hubiera traído una escopeta?». Me satisfacía ver a las grullas, a las avefrías, a las cigüeñas, a los martines pescadores, a todo tipo de gaviotas y patos, a otras muchas aves,  volar, buscar su alimento, disfrutar de la vida.

¿Por qué matar? Si viendo volar un pato sentimos deseos de matarlo es que nos sale de muy dentro  el gen asesino que debemos dejar, conscientemente, de lado.

Somos animales racionales. ¿No es hora, ya, en el siglo XXI, de dejar un poco atrás la parte animal y concentrarnos en la parte racional?  ¿No es hora de integrarnos en la naturaleza, no como animales, sino como seres racionales?