La inteligencia de los científicos

Los países, o naciones si se quiere, además de ingresos externos, como fue la plata del Potosí en la España del XVI o es actualmente el dinero ganado en tierras lejanas y dejado aquí por los turistas, necesitan generar riqueza interna, aunque no sea más que para aguantar los problemas derivados del agotamiento de esas fuentes externas.

Una parte básica de esa riqueza la produce la investigación. Sabemos que España dedica poco dinero a investigación. Sin embargo, y este es el punto que quiero hacer notar en este blog, España dedica mucho esfuerzo a la misma, con escasos resultados. ¿De donde sale la paradoja? 

 

Los profesores universitarios deben dedicar unas 16 horas semanales a la docencia, de manera que les restan al menos otras 24 para la investigación. Pero las universidades no proveen para ello: Aunque son instituciones de investigación, la investigación en ellas viene, de nuevo, de fuentes externas. Estas fuentes son contratos, generalmente escasos y sin continuidad, para conseguir los cuales los profesores dedican una buena parte de esas 24 horas.

 

Se hace mucha investigación, pero se hace de manera proletarizada: La idea es brillante, por parte de aquellos que tendrían que financiarla: Se impone el ambiente de que para prosperar en la profesión es preciso publicar, no importa si cosas importantes o meras continuaciones de artículos, lo que importa es el número de ellos. Puesto que «hay que prosperar»,  incluso sin que eso signifique dinero, sino una cierta fama, aunque sea fama en círculos limitados, los investigadores trabajan como locos, 60 horas semanales, para producir artículos, resultados de investigaciones que rara vez tiene aplicación práctica y que son desconocidas hasta por sus propios colegas, al no quedar registrados en bases de datos.  De la mera acumulación de trabajos, por mera estadística, algunos son útiles y engendran corpus científico.


El resultado es satisfactorio: Gracias a una competitividad muy mal pagada, como la de los equipos de fútbol de tercera, se consiguen resultados razonables y figuras tipo canterano que van dando calidad (que sale muy barata) a la ciencia del país.

 

Somos nosotros, corriendo por una acreditación, corriendo por una habilitación que nos produce un sueldo inferior al de cualquier comercial de empresa, los que por dos duros, hacemos una ciencia razonable, de muy alto rendimiento si la comparamos con la inversión , pero de muy bajo rendimiento si la comparamos con el esfuerzo dedicado.

 

Somos nosotros los que aceptamos las reglas del juego. Y sin embargo, se supone que, al menos en la media de las notas académicas obtenidas, somos de los más inteligentes del país.

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2 comentarios

  1. Me alegra que usted, siendo catedrático se haga eco de la realidad social investigadora. Porque, sin ánimo de ofender, parece que los catedráticos viven en su mundo particular, en el cual ya no "necesitan publicar" para prosperar. Yo creo que el problema fundamental es el de las plazas fijas. Nadie puede negar que después de conseguir tu plaza viene la relajación, se baja el ritmo porque ya no necesitas publicar tanto, porque los trienios de investigación te los van a dar igual aunque no hagas nada.

    Uno se embarca en una carrera sin sentido, donde el único afán es publicar y publicar, pero no te queda otro remedio, porque los señores del tribunal de tu plaza (casi siempre catedráticos) únicamente son capaces de valorar el número de papeles que has publicado….porque, siendo realistas, no se puede dar una plaza por algo llamado "proyecto docente".

    Las reglas del juego no las ponemos nosotros señor de Elvira, las reglas del juego tienen que cambiarlas ustedes, los catedráticos, que son los que tienen la influencia y el poder para hacerlo. Por qué no dijeron ustedes en su momento: "Nos ponemos en huelga, y en la universidad española no va a haber mas clases ni mas investigacion hasta que todos nuestros becarios tengan contrato, seguridad social y cobren 200.000 ptas al mes…..", aunque también podían haber dicho los becarios: "nos ponemos en huelga y en esta país no publica nada ni dios hasta que nos den lo que pedimos"……pero ya se sabe….."Cuando sobre un sistema no actúa ninguna fuerza exterior, el sistema permanece indefinidamente en reposo o en movimiento rectílineo y uniforme"

  2. muy bueno el comentario de awifredo, estoy casi plenamente

    de acuerdo, la aquiesciencia entre las dos partes, la explotadora,

    en este caso cátedros y demás bien-avenidos del sistema, y de otra

    parte, los explotados, los becarios y jóvenes meritorios, que deseando

    ‘labrarse’ un futuro y conseguir una ansiada plaza entran en el juego

    de la parte explotadora, es el alma mater del sistema….

    de cualquier manera siempre estará en más alto grado ‘la culpa’

    en la parte explotadora, que es la que tiene el poder de cambiar las reglas que en la parte explotada…digamos que el problema es equivalente, si admitimos este simil extremo,

    al de la prostitutas y los proxenetas, y evidentemente la carga del

    mal, si así se quiere considerar, está antes en los proxenetas que

    en las meretrices, que muchas veces no les queda otra vía de acción

    que soportar situaciones humillantes por puro instinto de

    supervivencia…

    en definitiva, tenemos un sistema que está a la altura moral

    e intelectual de nuestra peña de cátedros, y ahí está el resultado

    ni más ni menos, un cuasi cero-pelotero…vamos que un premio

    Nobel todavía el sistema español lo tiene a bastante años-luz.

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