¿Es vieja la economía que nos gobierna?

Siguiendo con la idea de las viejas doctrinas que nos gobiernan, y que tan difícil hacen que avance el cuidado del Medio Ambiente, tenemos el problema de que aun muchas personas asumen como propias las bases de lo que los anglosajones denominan la «Dismal Science», la economía, que según muchos autores se ocupa de cómo repartir la escasez.

 

Es una reliquia del siglo XVIII, cuando fue escrita la obra fundacional de esa ciencia. En aquellos momentos se asumía que la naturaleza, el ser humano y la sociedad eran algo estático, que la riqueza estaba dada ( y no se podía relacionar con la energía, pues el concepto se creó en la segunda mitad del siglo XIX) y que lo único que se podía hacer era repartir esa escasez. Incluso Marx siguió esa filosofía subyacente, e incluso hoy en los ministerios de economía del planeta se cree en ella.

 

Hoy aun siguen en el aire muchos de esos conceptos erróneos. Se considera economía la fuerza  humana de trabajo, las bolsas, los juegos malabares con el dinero.

 

Pero esas ideas subyacentes son a todas luces falsas. La riqueza es -esencialmente- la energía disponible y el capital es la energía potencial. La energía se puede capturar en cantidades arbitrarias, siempre sometidas a la ley de crecimiento de entropía, que es algo distinto.

 

Se pone muchas veces el ejemplo de que, por ejemplo, el aire no es un bien económico, pues es abundante, mientras que si lo son los diamantes, pues son escasos. La descripción es casi correcta (hoy el aire tiene problemas) pero no sirve casi de nada. Los diamantes pueden tener un enorme precio, pues exigen una enorme energía para extraerlos de las minas, pero no afectan a la economía, ya que representan una cantidad ínfima en los intercambios económicos.

 

La fuerza de trabajo es de nuevo energía: Energía para darle de comer, energía para moverla, energía para realizar trabajo (que es esencialmente y por definición, energía).

 

Puesto que la riqueza, es decir, la energía, no está dada en cantidades limitadas, sino que se puede capturar sin límite apreciable, necesitamos una nueva filosofía que considere que la tarea de la economía no es administrar la escasez, sin hacerla desaparecer, crear riqueza.

 

Hoy lo que nos debe preocupar, la preocupación económica no es la energía, sino la entropía. 

 

¿A que estamos esperando?

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Un comentario

  1. Yo creo que la riqueza energética no es riqueza en sí misma. Es una condición sine qua nom se puede generar riqueza económica, pero son conjuntos disjuntos. Supongamos que España no tuviera problemas energéticos, que generáramos toda la energía necesaria y de un modo limpio, seríamos más ricos? energética y medioambientalmente sí, entrópicamente el que ha ganado es el Universo, pero económicamente no. La riqueza energética es el punto de partida desde el cual podemos empezar a generar la económica, pero no son necesariamente lo mismo. Además, yo creo que mi habitación ya está lo suficientemente desordenada como para encima hacerme más rico entrópicamente.

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