La economía, la crisis y el medio ambiente

Parece ser que la economía empeora «porque la idea que tienen los empresarios de las perspectivas es desfavorable»

Vivimos en el siglo XXI y tenemos que sufrir problemas económicos por causa de las «expectativas». La economía deriva de la existencia de riqueza, es decir, de energía, y de la capacidad para convertir la energía en trabajo útil (e inútil, pero derivado de la sobreabundancia de energía). Las crisis económicas se han producido siempre por esperar que las cosas vayan mejor de lo que van: Esto lleva a gastar hoy el dinero de mañana, esperando que mañana traiga más. Y no puede traerlo si no conseguimos más energía. El sistema económico tradicional, o neoclásico, solo considera flujos. Supone que ya está ahí la energía y que lo que se trata de de poner en marcha cada vez más motores para convertirla en trabajo útil. O capurarla uno, o unos y quitársela a otros.

Pero mirando la historia, las mejoras reales, no virtuales, de la calidad de vida de los seres humanos no han derivado de la puesta en marcha de motores, sino del incremento de energía disponible.

Hoy podemos incrementar esa cantidad de energía: Podemos capturar la energía solar con rendimientos al menos 10 y hasta 15 veces superiores a los de la fotosíntesis de las plantas.

De nuevo: Las soluciones propuestas pasan todas por mantener los flujos: hacer más casas, más carreteras, más, más, más. Pero la realidad es que es muchísimo mejor mantener o reducir los flujos y aumentar la disponibilidad de energía. Si repartimos lo poco, todos tocamos a poco. Pero si incrementamos lo que vamos a repartir, a cada uno nos toca un pastel mayor. Claro, si lo que hay es poco y se concentra en muy pocas manos, mejor para esas manos, que no tienen interés en aumentar la riqueza general. Pero notros si tenemos ese interés.

La única solución a la pobreza, la única forma real de aumentar la riqueza es aumentar la cantidad de energía disponible. Y curiosamente esa es también la mejor forma de detener el cambio climático.

Enfin!

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Un comentario

  1. Creo que te equivocas. La disponibilidad de más energía per cápita no es la "única" circunstancia que hace crecer la riqueza (o la calidad de vida, que no tienen por qué ser la misma cosa). La energía no la queremos los humanos para acumularla, sino para usarla en la transformación del mundo físico que nos rodea.

    Y ahí está la clave del problema. Aunque seamos capaces de solventar la crisis energética que se avecina, nuestro paradigma sigue siendo el del consumo, que conlleva no sólo el consumo de energía, sino también el de materia.

    Un saludo.

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