La realidad no determinista y el libre albedrío

De vez en cuando se vuelve a la afirmación Calvinista de que la realidad, el mundo, el Universo, es determinista. A veces se afirma que los sucesos son una sucesión de causas y efectos perfectamente regidos por leyes inflexibles. Es perfectamente posible preguntarse si estas afirmaciones tienen algún viso de corrección, si son correctas. Se dice a veces que preguntarse si el Universo es determinista es formular una pregunta que no debe hacerse. Pero todas las preguntas pueden y de hacerse. Lo contrario es el nihilismo budista que carece, no de sentido, que también,  sino esencialmente de interés. 

¿Es determinista el Universo? Está regido por leyes resumidas en ecuaciones. Estas son de dos tipos, lineales (2+3=5) y no lineales (5 = raíz cuadrada de (3^2 + 4^2)). Las primeras representan casos ideales inexistentes en la naturaleza: El péndulo matemático simple, el electrón aislado, y entelequias similares. Los casos existentes, medibles, son casos de entes en interacción. Esta debe representase mediante ecuaciones no lineales. Adicionalmente, la evolución de los entes, u objetos del Universo viene dada por las soluciones de esas ecuaciones, no por las ecuaciones mismas. 

Pero las soluciones dependen de las condiciones iniciales y de contorno de los sistemas y éstas son arbitrarias. Al ser los sistemas reales sistemas no lineales, cualquier minúscula fluctuación, cualquier diferencia en esas condiciones se amplifica hasta hacer que el sistema tenga componentes aleatorias muy importantes. 

Los choques entre dos esferas rígidas y elásticas son no lineales. Dependen de la inversa de la tangente trigonométrica del ángulo de aproximación entre ambas, que es una función no lineal.  Una ligerísima imperfección en sus superficies, o en su esfericidad, inevitable siempre, lleva al cabo del tiempo, en un conjunto de muchas de estas esferas interaccionando en choques múltiples en un recinto cerrado, a movimientos irrepetibles, esencialmente aleatorios. El mejor ejemplo es el del bombo de la lotería de Navidad en España. 

Las leyes deterministas de la física solo son aplicables a modelos matemáticos ideales, ni siquiera a modelos numéricos, pues estos tienen siempre errores en las últimas cifras decimales de su representación. 

Un número tremendamente elevado de interacciones no lineales hace que el indeterminismo no sea un resultado cognitivo de la mente humana, sino una realidad del Universo. 

El libre albedrío existe. 

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2 comentarios

  1. Si bien estoy de acuerdo con las premisas, he de decir que no comparto la conclusión. Es cierto que, incluso si el universo fuera determinista (e.g. la colisión de las dos bolas de billar, de acuerdo con la mecánica clásica), sería imposible, en la práctica, predecir el resultado de una carambola, porque habría que conocer con infinita precisión la posición y velocidad de todos y cada uno de los átomos (de las bolas, el taco, la mesa, la atmósfera… ¡el universo entero!) en el instante inicial. De acuerdo, eso es imposible. Pero el hecho de que yo no pueda predecir el número que va a salir del bombo no le resta un ápice de determinismo.

    Y de ahí a concluir que existe el libre albedrío (en este ejemplo, ¿nos referimos a la capacidad del bombo de escoger qué bola quiere entregarnos?) hay más de un paso. Desde el punto de vista personal, me encantaría pensar que realmente soy responsable de mis propias decisiones; como científico, me veo en la obligación de contestar que no tengo ni idea.

    Un cariñoso saludo a todos los budistas que estén leyendo estas líneas, aunque no les importe.

  2. Gracias por el comentario. No se trata de predecir. El ser humano no tiene nada que ver con la evolución de los sistemas. Se trata de que estos evolucionan con componentes aleatorias muy importantes. Olvídese de usted. Si los sistemas evolucionan con componentes aleatorias, no hay determinismo. Y no, no me refiero a que el bombo escoja nada, pues el bombo no puede escoger. Si ahora nos referimos a los seres humanos, nuestras acciones están igual de determinadas como la salida de una u otra bola del bombo. Por lo tanto, si ante la bifurcación de un camino en otros dos o en otros muchos, elijo uno de ellos, habrá una parte de la elección que tenga que ver con si soy zurdo o no, por ejempllo, (lo cual también es algo con componentes aleatorias) pero otra parte será una elección que yo tomo libremente.

    Ah! quizás a usted, libremente, le interese el budismo. Una filosofía cuyo objetivo es una disolución que ocurre, con filosofía o sin ella, no tiene ningún interés para mí.

    Muchas gracias y saludos.

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