Un nuevo estudio alerta de que este efecto acelerador sobre la corrosión puede provocar la liberación de radionúclidos al medioambiente
El proceso de corrosión del vidrio y la cerámica se acelera cuando al entrar en contacto con contenedores metálicos, lo que podría afectar de manera significativa a la vida útil de los recipientes que almacenan residuos nucleares, según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos).
La investigación, realizada por la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), analiza las interacciones entre diferentes productos que se usan juntos para almacenar residuos radioactivos, ya que hasta ahora se evaluaba solo la corrosión de materiales individualmente sin tener en cuenta el contacto entre ellos.
Los desechos radioactivos, generados a partir de la actividad de las centrales nucleares, se entierran a grandes profundidades.
Algunos se almacenan en recipientes de vidrio o cerámica, que a su vez se encierran en contenedores metálicos para evitar el contacto con el medio ambiente y, finalmente, en un depósito profundo bajo tierra.
Los expertos señalaron que, a lo largo del tiempo, el entorno del recipiente puede penetrar en los residuos.
El equipo de científicos, liderado por Gerald Frankel de la Universidad Estatal de Ohio, estudió la corrosión del vidrio de borosilicato y la cerámica de titanato de bario en condiciones de depósito simuladas y comprobó que se acelera al entrar en contacto con el acero inoxidable.
Así, alertaron de que este efecto acelerador sobre la corrosión puede provocar la liberación de radionúclidos al medioambiente y urgieron a que esto se considere detalladamente al evaluar la seguridad de la eliminación de residuos y la selección de materiales utilizados en ella.
