• Magma

    La cantidad de tierra no termina
    de cambiar nuestros ojos.
    Inútil extensión,
    para qué idioma,
    mínima lava aquí toda la luz.

    Líneas de tiza rojas: rejas
    por las que no es posible
    responder.
               Bajo su sombra
    qué espacio inmóvil
    pierde transparencia.
    No pierde: da, declina,
    mundo ofrece
    a cuanto de lo sido
    a ti
    te es anterior.

  • Soy Gagarin, el hijo de la tierra(fragmento)

    Soy Gagarin.
    He volado el primero
    y vosotros volasteis después que yo.
    He sido dado para siempre
    al cielo, por la tierra
    como el hijo de la humanidad.
    En aquel abril
    los rostros de las estrellas, que helaban sin caricia,
    cubiertas de musgo y de herrumbres,
    se calentaron
    por los lunares colorados de Smolensko.
    Pero los lunares han atardecido.
    Qué terrible me resulta
    que no quede ni un bronce, ni una sombra,
    no poder acariciar ni la hierba, ni un niño,
    ni hacer crujir el cancel de un jardín.

  • Variaciones en torno a la recta (ii)

    Una línea si es sólida
    sólo en sí se contiene.
    -Sólo en sí, si la línea
    es recta que se extiende.

    Una línea si es sólida
    y es recta no se quiebra.
    -Se quiebra lo que es flojo,
    lo que no tiene fuerza.

    Una línea si es sólida
    y es recta no se inclina.
    -Se inclina lo que es débil
    o lo que necesita.

    Una línea si es sólida
    es línea convergente.

  • Aritmética

                                                                   2 y 2 son 4,
                                     &nbs

  • Función de la línea

    Pero la línea no
    debe ser línea estética
    mera línea que adorna
    la vida, geométrica.

    No debe ser la línea
    sólo grata apariencia
    si detrás de esa línea
    lo incierto se concreta.

    Tiene que ser compacta
    al par que línea bella.
    -Línea que en el sentido
    más real se manifiesta.

    Tiene que ser incisa,
    por lo demás, abierta.
    -Lo mismo que el acero,
    que ahonda, más no cierra.

    Tiene que ser un dardo
    que serena y ordena.

  • El nacimiento

    Para 10 de unos cuarenta años
              Navarra
    o Navatta, no lo sabía
               resignada.
    en la pequeña habitación
    donde habíamos estado trabajando
    toda la noche
              durmiendo
    con intérvalos de diez o quince minutos
    su enorme barriga pesada
              marcada
    por los latidos de la contracción bajo la piel.

  • La vía láctea

    Busquemos, elijamos el centro de la vida
    entre trillones de galaxias mudas,
    una, quizás la más extraviada.
    Crucemos por la noche inquebrantable
    a través de la lumbre del misterio
    hasta llegar sin pausa al hogar encendido.
    Allí, en un rincón apartado del orbe,
    girando en la hermosura de sí misma,
    iluminada por difusos nimbos
    de rotundas estrellas transparentes,
    se yergue en los jardines siderales,
    esta casa común: la Vía Láctea.

  • Almendros

    En el invierno de Iowa
    todos los árboles son almendros

    hasta que sale el sol
    y derrite sus pétalos de nieve

    Entonces sueñan con la primavera
    que cubrirá de flores sus ramas

    Olvidan que detrás de los montes
    se esconde el otro sol

    que derrite las flores los árboles los pájaros
    y las cuatro estaciones

  • Dios mío ¿qué hago yo aquí?

    En un universo ciego y gigante
    con un billón de años luz
    de extremo a extremo,
    con un billón de galaxias
    y miles de millones de estrellas cada una,
    a veces, de noche,
    me pregunto mirando al cielo:
    Dios mío ¿qué hago yo aquí?

    ¿Cuál es la realidad, pregunto?
    ¿Dónde empieza y dónde acaba?
    ¿Es el hombre lo real?

    Y si además resulta que se expande
    a la velocidad de la luz,
    y resulta que yo me encojo con la edad,
    Dios mío ¿qué va a ser de mí?
    ¿Adónde van a llegar mis relaciones con el universo?

    Entonces, pienso como un junco pensante.

  • Operaciones matemáticas

    Que la luz es una brizna a la deriva
    en un erial eterno de tinieblas;

    que la densidad del vacío rivaliza
    con la terca oquedad del mundo:

    que el contenido del silencio sobrepasa
    a la sonoridad del mayor ruido:

    y que la vida se queda en capítulo
    de los anales de la inercia,

    es cierto.
                             Pero esta noche,
    tú y yo, aquí
    y ahora, hambrientos
    y desnudos,
    plenos en la fugacidad
    y soberanos
    de nue