Un neurocientífico se enfrenta a un diagnóstico terminal mientras observa cómo su cerebro niega la muerte
En esta conmovedora reflexión publicada en The Atlantic, el neurocientífico David J. Linden, diagnosticado con cáncer terminal, explora cómo su mente reacciona ante una sentencia médica que le da únicamente de seis a dieciocho meses de vida.
Linden describe que a la vez que siente ira por la enfermedad, también experimenta gratitud por las relaciones que han dado sentido a su vida. Y eso le sorprende. “Puedo ocupar dos estados mentales aparentemente contradictorios al mismo tiempo”, escribe.
A partir de su experiencia, reflexiona sobre la naturaleza predictiva del cerebro y por qué éste es incapaz de imaginar su propia extinción. El autor analiza también el posible vínculo entre mente y cuerpo. Su experiencia personal le lleva a plantear que los estados afectivos podrían activar rutas biológicas que influyen en la progresión del cáncer.
El texto combina ciencia, vulnerabilidad y filosofía, invitando al lector a contemplar cómo vivimos, cómo anticipamos la muerte y qué queda para el cerebro cuando el futuro que esperaba se desvanece.