La extraordinaria resistencia de las telas de araña se debe a su compleja estructura molecular. Se ha visto que cada hebra de seda arácnida está compuesta por miles de nanofilamentos que se agrupan para formar un "cable" resistente. Estos nanofilamentos miden solo 20 millones de partes de un milímetro de diámetro y se disponen en paralelo a lo largo de la fibra, lo que les otorga una notable resistencia a la tracción. Gracias a esa estructura, la tela de araña es hasta cinco veces más fuerte que el acero.
Se sabe también que, además de los nanofilamentos, la seda de esta araña presenta una técnica única de bucles que las refuerza. Cada milímetro de seda contiene aproximadamente veinte microbucles que ayudan a sostener y distribuir la tensión, impidiendo que la fibra colapse.
Este hallazgo no solo explica las propiedades excepcionales de la seda de araña, sino que abre la puerta a la ingeniería de nuevos materiales que imiten su resistencia y flexibilidad, lo que podría tener aplicaciones en medicina y tecnología.