Una vez vistas desde cerca, las similitudes entre la inteligencia artificial y la humana se desvanecen
En este artículo publicado en Quanta Magazine, la periodista Yasemin Sapakoglu rompe uno de los mitos de la inteligencia artificial: que estos sofisticados algoritmos funcionan de manera análoga a cómo lo hacen nuestros cerebros humanos.
De la mano de muchos expertos en el campo, Sapakoglu explica que el cerebro es tremendamente complejo, con 86 mil millones de neuronas formando redes densas y dinámicas, con miles de conexiones y mecanismos químicos y eléctricos, que lo sitúan a años luz de las redes neuronales artificiales de la inteligencia artificial.
En el artículo se argumenta que la inteligencia artificial ha demostrado ser muy buena realizando tareas como reconocimiento de patrones, generación de texto y resolución de problemas científicos, pero carece de la capacidad de "entender" o "razonar" como lo hace el cerebro. Mientras que un ser humano o incluso un gusano pueden aprender interactuando con su entorno, los sistemas digitales requieren grandes cantidades de datos para entrenarse.