Noti2
Fecha
Fuente
El Confidencial
Autor
José Luis Gallego

El mundo debate en París cómo poner freno a la contaminación por plásticos

El objetivo es avanzar hacia un acuerdo global para detener los vertidos de este material, que podrían pasar de los 14 millones de toneladas actuales a los 37 millones de toneladas en 2040

Durante esta semana se celebra en París el segundo período de sesiones del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN-2) de la ONU sobre la contaminación por plásticos. Hasta el próximo viernes, los gobiernos, las organizaciones medioambientales y las empresas que han viajado hasta la capital francesa intentarán consensuar un documento de base para alcanzar un tratado global contra este grave problema. En total asisten 2.800 participantes: 900 delegados gubernamentales de 175 países, 1.700 miembros de oenegés ecologistas y 200 representantes de sindicatos y organizaciones empresariales.

Según la ONU, la rápida aceleración de la contaminación por plásticos representa uno de los problemas medioambientales más graves a los que debemos hacer frente, pues genera impactos negativos a todas las escalas: ecológica, económica, social y sanitaria, convirtiéndose en la principal causa de pérdida de biodiversidad en los ecosistemas terrestres y, muy especialmente, en el medio marino.

El plástico está llegando a todos los rincones del planeta: desde las fosas abisales hasta las cumbres del Himalaya; desde los desiertos hasta el interior de las selvas y los rincones más remotos del Ártico y la Antártida. Para los expertos de las Naciones Unidas, si no se ponen en marcha medidas eficaces y de manera urgente, la cantidad de residuos de este material que se acumulan en los océanos podría triplicarse en los próximos años, pasando de los 14 millones de toneladas anuales que se vertían en 2016 a una proyección de hasta 37 millones de toneladas por año antes de 2040.

Como señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estamos ante una verdadera "crisis global" contra la que es necesario actuar rápidamente y de manera coordinada. Según sus cálculos, alrededor de 7.000 millones de los 9.200 millones de toneladas de plástico producidas entre 1950 y 2017 se han convertido en residuos plásticos. Unos residuos que, en su mayor parte, seguirán contaminando los ecosistemas durante miles de años.

Todavía estamos a tiempo

Sin embargo, la contaminación por plásticos podría reducirse en un 80% si los gobiernos de todo el mundo desarrollan una serie de cambios profundos, tanto legislativos como industriales, para promover una verdadera economía circular del plástico, en la que este material deje de ser utilizado para la fabricación de productos de usar y tirar y pase a ser un recurso una vez convertido en residuo.

El presidente Emmanuel Macron apelaba a la responsabilidad de todos en la inauguración del encuentro: “Debemos acabar definitivamente con un modelo globalizado e insostenible que consiste en producir plástico en China para luego exportarlo en masa a países en desarrollo que no tienen los adecuados sistemas para la recogida y tratamiento de sus residuos”. Unos residuos que acaban colapsando los ríos hasta llegar al mar y esparcirse por todo el planeta.

Además, tal y como señaló el máximo mandatario francés, la contaminación por plástico está estrechamente vinculada con el avance del calentamiento global del planeta al ser una de las principales causas de la crisis climática. “A los actuales ritmos de producción —alertó—, la industria de los plásticos emitirá 56.000 millones de toneladas de CO₂ de aquí a 2050”.
Basta de fabricar, usar y tirar plástico

Para hacer frente a este reto medioambiental de una manera eficaz es necesario repensar los procesos de fabricación y el patrón de consumo del plástico a todos los niveles: desde las empresas hasta los consumidores. Tal y como ha señalado estos días Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA y presidenta del comité reunido en París, uno de los principales problemas es que “Actualmente usar y tirar sale gratis. La externalidad del coste medioambiental y para la salud humana es enorme, y, en cambio, no tiene impuestos”. Además, no puede ser que “el coste del polímero bruto virgen, elaborado a partir de petróleo, sea más barato que el del material reciclado” por lo que encarece el coste de los productos que optan por esta opción más sostenible.

Por otro lado, para esta economista danesa, “es necesario avanzar en la reformulación de los productos. Hoy en día queremos que los productos de gran consumo sean líquidos: desde el champú hasta el detergente o la pasta de dientes. Porque amamos la vida práctica. Pero hay muchas cosas que podemos deslicuar y consumir de manera sólida, libres de envasado plástico”.

La reunión del CIN-2 que está teniendo lugar en la sede de la Unesco en París constituye el siguiente paso de un proceso que comenzó en febrero de 2022 con la reanudación del quinto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y en la que se adoptó una resolución histórica para alcanzar un gran acuerdo internacional, consensuado por todos los países y jurídicamente vinculante, sobre la reducción de la contaminación por plásticos, especialmente en el medio marino.

Según el reciente informe de la ONU "Cerrando el grifo al plástico", en el que se demuestra cómo el mundo puede poner fin a la contaminación que genera su abandono y crear una economía circular, “los plásticos son el cúmulo más grande, dañino y persistente de la basura marina y representa al menos el 85% del total de residuos que llegan al mar”. El informe propone diversas medidas para acabar con este grave problema: desde la retirada de los subsidios a los combustibles fósiles que hacen más baratos los polímeros vírgenes, hasta la prohibición de los plásticos difíciles de reciclar o de los elaborados con productos químicos peligrosos para la salud y el medio ambiente.

Según el reciente informe de la ONU "Cerrando el grifo al plástico", en el que se demuestra cómo el mundo puede poner fin a la contaminación que genera su abandono y crear una economía circular, “los plásticos son el cúmulo más grande, dañino y persistente de la basura marina y representa al menos el 85% del total de residuos que llegan al mar”. El informe propone diversas medidas para acabar con este grave problema: desde la retirada de los subsidios a los combustibles fósiles que hacen más baratos los polímeros vírgenes, hasta la prohibición de los plásticos difíciles de reciclar o de los elaborados con productos químicos peligrosos para la salud y el medio ambiente.

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