Vive intensamente y muere joven

El animalito que presento es el pececillo conocido como Killifish turquesa o, Nothobranchius furzeri, para los amigos… más prusianos. Es una especie que vive en África –por la zona de Zimbabwe y Mozambique-, en zonas semiáridas con precipitaciones escasas y erráticas. Los huevos son resistentes a la desecación –incluso años-. Debido precisamente, a la poca duración de la época húmeda de esta zona, la esperanza de vida del pececillo es de unos pocos meses, por lo que se ha convertido en un modelo de investigación en envejecimiento…

Habría jurado –yo soy mucho de jurar y arrepentirme después- que fue James Dean, quien dijo aquello de “vive intensamente, muere joven y deja un cadáver bonito”. Seguro que muchos de vosotros también lo creíais… Pues bien, NO, no fue una frase premonitoria del malogrado “rebelde sin causa”. Al parecer, la frase aparece en un diálogo de la película “Llamad a cualquier puerta” de Nicholas Ray. No obstante, seguro que el bichito que os presento a continuación firmaría la dichosa frasecita…

El animalito al que hago referencia es el pececillo conocido como Killifish turquesa o, Nothobranchius furzeri, para los amigos… más prusianos. Es una especie que vive en África –por la zona de Zimbabwe y Mozambique-, en zonas semiáridas con precipitaciones escasas y erráticas. Los huevos son resistentes a la desecación –incluso años-. Debido precisamente, a la poca duración de la época húmeda de esta zona, la esperanza de vida del pececillo es de unos pocos meses, por lo que se ha convertido en un modelo de investigación en envejecimiento…

El Killifish vive en agua dulce africana y alcanza su madurez sexual solo 3 semanas después de la eclosión de los huevos, muriendo de viejo un par de meses después. Un editorial de Nature escrito por Ewen Callaway menciona varios estudios recientemente publicados que apuntan a la base genética que subyace tras esta existencia tan breve. Como digo, encontrar claves sobre el envejecimiento humano y ciertos tumores asociados a dicho proceso es lo que subyace tras estos estudios, puesto que experimentos que en otros modelos animales podrían llevar mucho tiempo, aquí, hablaríamos de solo unas semanas.

Es cierto que la mosca del vinagre o algunos gusanos también viven poco, pero estará conmigo en que el modelo del pez “James Dean” se ajusta más a nuestra propia existencia. Por todo ello, se acaba de secuenciar el genoma del Killifish por dos equipos, coordinados desde el Max Planck de Colonia, y un Instituto de Jena, en Alemania, según acaba de publicar la prestigiosa revista Cell.

Lógicamente, estamos ante una primera aproximación del estudio de la secuencia genética, pero ya se sugieren variaciones en los genes que participan en la detección de nutrientes, reparación del ADN dañado y envejecimiento; genes que han evolucionado para esta vida tan corta del pececillo y que, por lo tanto, pueden ser importantes para comprender nuestro propio proceso de envejecimiento. En particular, se ha estudiado el gen IGF1R, que ya ha sido relacionado con la longevidad extrema de ballenas en Groenlandia, ratas topo o algunos murciélagos. Asimismo, genes relacionados con este IGF1R varían muchísimos de unas cepas o variantes del killifish muy poco longevos de laboratorio con respecto a otros salvajes con hasta el doble de esperanza de vida, por lo que estamos ante genes clave.

Ah, y como no podía ser de otro modo, la técnica de modificación de genes, CRISPR-Cas9, premio Príncipe de Asturias 2015 y destacada principal hito del 2015 por Science, ha servido para quitar y modificar estos genes relacionados con el envejecimiento en este pez turquesa y estudiar su papel en lo que podría ser nuestro propio proceso de hacernos mayores. Y ya puestos, también se está estudiando la capacidad de los huevos de estos peces para entrar en “suspensión animada”, aguantar meses y meses en lo que se denomina “diapausa”, y volver a la vida activa, algo que también estaría relacionado con la longevidad…

JAL (DCC-CBMSO)

 DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL 09 DE ENERO DE 2016

Miércoles 00:05 h en Radio 5

Queremos comenzar el 2016, en primer lugar, deseándoles toda clase de dicha y éxitos y, por otra parte, escuchando a los oyentes. Así, Gregorio Gutiérrez nos propone hablar del Síndrome de Dravet, también conocido como Epilepsia Mioclónica Severa de la Infancia o SMEI, enfermedad de origen genético enmarcada dentro de la familia patológica de las canalopatías. Asimismo, hablaremos de biotecnología, entre otros temas…

El LAB de JALL,X y V a las 10:05h en Radio 5

 …

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