Patógenos entre las entrañas de los edificios

Debemos admitir que una mala calidad del aire ha jugado un papel muy importante en la transmisión del Covid 19; el riesgo está en espacios interiores mal ventilados con aire compartido. Al igual que se acabó con las epidemias de cólera en el siglo XIX separando aguas residuales y potables, necesitamos establecer los cimientos para una adecuada calidad del aire en el interior de nuestros edificios, mediante una revolución arquitectónica e ingenieril, reduciendo significativamente la presencia de patógenos en el aire y contribuyendo de esta forma a la salud global...

En 1897, Carl Flügge, un microbiólogo e higienista alemán, demostró que al respirar exhalamos diminutas gotas que se nebulizan en el aire y pueden transportar virus y bacterias. En 1955 William F. Wells, científico estadounidense, demostró que la tuberculosis también podía transmitirse a través del aire. Ya puestos, en 2021 la revista The Lancet, publicó un artículo sobre la transmisión aérea del Sars-Cov-2. En uno de sus diez argumentos concluía que el contagio de hurones sanos, conectados a través de un conducto de aire con otros infectados, solo podía explicarse por aerosoles infecciosos, ensayo similar al realizado por Wells.

Asimismo, el pasado año, Science publicó un artículo que acaba con un dogma sobre la transmisión de enfermedades respiratorias, “tradicionalmente se pensaba que los patógenos respiratorios se propagan entre personas a través de gotas grandes al toser o por el contacto con superficies contaminadas. Ahora se ha demostrado que lo hacen a través de aerosoles, que pueden flotar y viajar en corrientes de aire, infectando a personas que los inhalan a distancias cortas y largas”. Y surge una pregunta: ¿Puede el aire en edificios propagar enfermedades?

En 2003 en el complejo residencial Amoy Gardens de Hong Kong, se produjo un brote de una nueva neumonía, el SARS, con cientos de contagiados en viviendas dispuestas verticalmente, con conductos de saneamiento y ventilación compartidos. La conclusión fue que “los desagües secos del baño proporcionaban una vía para que los residentes inhalaran aerosoles infecciosos que entraron a las viviendas por la presión negativa de los extractores”. Décadas más tarde, en agosto de 2020, científicos coreanos, tras estudiar un brote de la Covid19 en un edificio de Seúl, concluyeron que los vecinos infectados vivían en apartamentos conectados verticalmente a través de conductos de ventilación de los baños, por donde habrían viajado aerosoles infecciosos, estableciéndose esta vía de contagio como la única posible. ¿Y en España?

A principios de verano de 2020, un inmueble de Santander, sufrió un brote con 16 contagiados en 4 viviendas, las cuales se encontraban conectadas a través de los baños por un conducto de ventilación compartido. En aquellos días había muy pocos contagios en la ciudad, esta circunstancia llamó la atención de un vecino, David Higuera, ingeniero de profesión, el cual alertó a las autoridades sanitarias regionales de su teoría del contagio a través de ciertos conductos, haciendo referencia al caso de Hong Kong.

El brote de Santander se cerró con un confinamiento de todos los vecinos en el edificio, sin una clara conclusión de las vías de contagio, aunque estudios posteriores hacen pensar, como indicó David Higuera, que pudo transmitirse por los conductos de ventilación. Existen otros casos similares, un edificio en Bilbao, en Albacete, incluso varios edificios en Leganés. Los brotes súbitos en residencias de ancianos en muchos casos pueden estar relacionados con una insuficiente ventilación. Vale, pero… ¿Qué podemos hacer?

El fenómeno está documentado, aunque técnicamente poco estudiado. Debemos admitir que una mala calidad del aire ha jugado un papel muy importante en la transmisión del Covid 19; el riesgo está en espacios interiores mal ventilados con aire compartido. Al igual que se acabó con las epidemias de cólera en el siglo XIX separando aguas residuales y potables, necesitamos establecer los cimientos para una adecuada calidad del aire en el interior de nuestros edificios, mediante una revolución arquitectónica e ingenieril, reduciendo significativamente la presencia de patógenos en el aire y contribuyendo de esta forma a la salud global.

JAL (NeuroVirología UAM)

Director de Cultura Científica del CBMSO

DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL 04 de MARZO de 2022

ENTRE PROBETAS

Martes 21:03 h en Radio 5

Fundación Blanca Morell y el glioblastoma

01/03/202233:52

Existen tantos tipos de cáncer -o más- que de tejidos y linajes celulares. Hoy vamos a hablar con los fundadores de la Fundación Blanca Morell y expertos en uno de los más agresivos, el glioblastoma. Como siempre, Wikipeke, otras noticias y la canción del invitado cerrarán el programa.

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