El problema de la corrupción en los estados

La corrupción surge cuando los gobiernos de los estados prefieren el aplauso popular o el dinero frente a la dura realidad. Se puede discutir, y hay libros por miles,  sobre lo que sea la realidad, pero dentro de los límites de este pequeño blog  la realidad es esencialmente lo que vemos con nuestros ojos. Estoy estos días disfrutando de un pequeño intervalo temporal lejos de las obligaciones docentes, pero disfrutando solo un poco, comparado con lo que podría hacerlo. Estoy en un pueblo de Andalucía, Isla Cristina. Podía haber elegido una playa en vez de un pueblo, pero las urbanizaciones de las playas son un auténtico horror en cuanto aglomeraciones y falta de servicios. Por el contrario, los pueblos tienen servicios y sus zonas de baño están más vacías. Pero en este pueblo reina el salvajismo, producto de la corrupción de la droga. Chicos muy jóvenes con BMW’s que no pueden salir de una actividad pesquera en declive.  Pueblo sucio porque esos mismos muchachos, y los que reparten droga en motos atronadoras, se ocupan de llenar sus calles de porquería. ¿Qué puede hacer una policía municipal cuyos miembros son familia de los mismos que se dedican a la droga?

Los padres de la patria, los redactores de la Constitución metieron la pata hasta el corvejón cuando la redactaron estimulando las diversas autonomías locales. No solo dejaron a los alcaldes la responsabilidad de la clasificación del suelo, sino que en vez de unificar, como en Alemania, las policías en una única, con distintas secciones, mantuvieron las policías municipales con jurisdicción en el interior de los pueblos.

A eso se une hoy el ansia de riqueza de personas y partidos políticos, y la falta de valentía para reconocer que la vida exige disciplina y aceptar tareas difíciles: Es mucho más gratificante, sobre todo en forma de votos, el animar a los ciudadanos a seguir las líneas de mínima pendiente, o las cuestas abajo: trabajar lo mínimo posible, elegir las carreras más sencillas, eliminar las asignaturas más duras de los currículos educativos, etc., etc.  

Cuando una ministra decide proponer algo realmente efectivo para una vida común más agradable, el comprar terrenos costeros para frenar la destrucción del litoral, cuando esa misma ministra obliga a cerrar un hotel ilegal en un paraje protegido, esa ministra sale del gobierno.

La corrupción empieza por el llenarse el bolsillo de dinero, y acaba por aceptar la venta de droga, el ruido infernal y la idea de que en vez exigir que nadie moleste a los demás, se sugiere a los ciudadanos que no se sientan molestados por cualquier actividad de los demás: La idea no es que las personas no vociferen en los restaurantes para celebrar un cumpleaños, sino que las que no lo están celebrando dejen de hablar con sus comensales, que dejen de sentirse molestos por lo que otros hacen.

La idea es clara: Si se sigue por esa pendiente de que la gente puede hacer lo que estime oportuno (los derechos individuales) se acaba por aceptar que una persona expulse a otra de su casa, porque la primera decide que la prefiere a la suya, o que una persona mate a otra porque le estorba en sus caprichos individuales.  Una vez entrados en la pendiente de ‘Yo hago lo que me viene en gana, como lo haces tu’, no hay policía e el mundo que pueda garantizar la vida de los ciudadanos. O la ley se acpta por todos, o no se puede hacer cumplir.

¿Cómo se va a impedir la corrupción en la policía si los policías ven la corrupción en los alcaldes?  

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3 comentarios

  1. Esto, como dije en un comentario anterior, es una cuestión cultural. No se altere señor Elvira, porque nada va a cambiar. Mejor viva en Japón una temporada, y disfrute de un oasis de sensatez en la vida diaria.

    Sobre la cuestión cultural, le invito a pasarse por mi blog para descubrir unas experiencias personales que resumen este punto de vista mío.

    http://vidaenmarte.wordpress.com/2007/12/27/una-cuestion-cultural-o-el-cabron-de-los-caquis-granainos/

    y

    http://vidaenmarte.wordpress.com/2008/05/06/la-espana-del-escupitajo/

    Escritos en momentos de ira, lo reconozco. Tal vez hay cosas que hoy matizaría.

    Un saludo a todos.

    (Para comentarios sobre ballenas y delfines debajo de esta línea: eso mismo critico yo, pero una cosa no tiene que ver con la otra)

  2. El problema que usted relata, no es de el de un pequeño pueblo, sino mas bien es el problema de nuestra sociedad en general.

    La gente de este país quiere tener dirigentes, policías, jefes, …, pero no para aceptar y respetar las normas que imponen. Sino para poder señalar a alguien cuando a ellos les piden cuentas y poder soltar la excusa de: "si lo hace hasta mi jefe…" o la de "si la policía es la más corrupta…".

    Y no es que diga yo que esté al cien por cien de acuerdo con su deseo de regular los derechos individuales por el continuo miedo a molestar a los demás. Sigo defendiendo el derecho de cada uno a hacer lo quiera, pero siempre con respeto y tolerancia a los demás.

    Aquí no estamos hablando de una celebración de cumpleaños en un comedor de una facultad, o de si alguien puede echar a otro de su casa (cosa que, dicho sea de paso, me parece totalmente lícita y respetable). Aquí se está hablando de respetar y hacer respetar la leyes a todos y para todos por igual.

    Estoy totalmente de acuerdo en que la ley es una. Y se tiene que hacer cumplir para todos. Y se tiene que castigar de igual manera a los que la incumplen, ya sean mangantes de poca monta, traficantes a gran escala, policías, alcaldes o políticos. Pero la pregunta es: ¿Quién va a ser la persona o el organismo que haga cumplir la ley a los que son los encargados de que la ley se cumpla?

    El problema de todo esto, bajo mi punto de vista, es que se ha perdido el respeto a la autoridad por completo. Estamos hartos de ver escándalos en los ayuntamientos, y policías llevados a juicio por corrupción.

    ¿Podemos criticar a un padre policía que no denuncie a su propio hijo traficante?

    ¿Podemos criticar a un funcionario de un ayuntamiento que concede licencias para las casas de sus primos de Murcia?

    Claro que podemos, pero la respuesta será siempre la misma: “pero si hasta <ponga aquí su dirigente favorito> lo hace, ¿porque no puedo hacerlo yo?”

    En definitiva, hemos tocado fondo. Los políticos me hacer reír, la policía me sorprende cada día más, los alcaldes son peleles cegados por el dinero y los intereses de los suyos…

  3. No sé si mi opinión pueda valer de mucho, si tenga algo que ver con el tema, o si lo tomé para cualquier lado. Estoy por terminar el colegio y estoy por tener que enfrentarme a un mundo laboral, una facultad, y a empezar a defenderme sola. Es difícil. Y me parece más difícil aún cuando leo o escucho como se sucede el mundo que hasta hoy me fue ocultado. Ahora, se me vienen a la mente, millones de preguntas, ¿se puede parar la corrupción? ¿a cuántos les interesa combatirla?, ¿no habría que empezar desde abajo?, ¿o hay que empezar desde lo más grande?, ¿mi generación, es conciente de esto?. Me horroriza ver las actitudes de la gente que tendría que indicarnos el camino. Saben, desde mis 16 años, solamente en el colegio, veo innumerables casos de corrupción, por supuesto en medidas pequeñas, pero acaso no tendrían que empezar por nosotros que somos el futuro? En cambio, por ejemplo, en los colegios privados somos números, víctimas de incontables estafas en las cuotas, y si también puede contarse como corrupción (yo considero que si) las actitudes de más de un docente que por ejemplo nos está diciendo que no está permitido el uso de célular en clase y a los minutos saca el celular y le manda un mensaje a la amiga porque es el cumpleaños. Esas cosas, ¿no son corrupción?, las incontables contradicciones de los que nos tendrían que marcar el camino, ¿no son corrupción?. ¿Qué tipo de incentivo tenemos nosotros los adolecentes para hacer las cosas bien, o correctamente, si todo a nuestro alrededor se cae a pedazos?. Quizás esté un tanto distraida del tema que ustedes estaban tratando, pero no pude resistirme a dejar una mirada extremadamente jóven e inexperta, anonadada y buscando respuestas que no parecen llegar. Y lamento decir que cada día se me hace más difícil verle algún futuro a la sociedad. Minorías contra mayorías, parece imposible llegar a algo.

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