Cuando la homeopatía sale de la consulta del médico…

Siempre desde el respeto –el mismo que exijo para mí- hoy quiero hacer una entrada algo más personal; describir una experiencia vivida en primera persona, como paciente y que, a todas luces, vivirán cientos de pacientes todos los días… Hoy –bueno, ya ayer lunes-, me han recetado desde la consulta de otorrinolaringología de un hospital bien conocido –incluso por reyes-, ¡homeopatía!

Siempre desde el respeto –el mismo que exijo para mí- hoy quiero hacer una entrada algo más personal; describir una experiencia vivida en primera persona, como paciente y que, a todas luces, vivirán cientos de pacientes todos los días… Hoy –bueno, ya ayer lunes-, me han recetado desde la consulta de otorrinolaringología de un hospital bien conocido –incluso por reyes-, ¡homeopatía!

Los hechos transcurrieron así:

Desde hace unos meses tengo una pequeña molestia en mi oído izquierdo. Un pequeño quiste que me he propuesto revisar. He acudido, a última hora de la mañana, al otorrino del Hospital Universitario Quirón de Madrid. En la consulta, una médico –¿o se dice médica?- me ha tratado con total profesionalidad: inspección ocular, limpieza, pruebas de audiometría tonal –donde me han vuelto a decir una de las frases que más odio y que cada vez se me repite con mayor frecuencia: “normal… para su edad”- Hasta aquí, todo normal. No se preocupe. Al parecer, no es nada grave; un pequeño quiste de grasa que no molesta ni para la ventilación ni para la audición –para mi edad…-.

En el informe de la doctora se describe todo correctamente y se me receta la pomada Bactroban, un medicamento convencional relacionado con el tratamiento de, según el vademecum, foliculitis. Hasta aquí, todo correcto. ¡Hasta aquí!

Aunque al principio no la entendí –o no quería entenderla-, me lo repitió varias veces. Como complemento a ese antiinflamatorio, me iba a recetar unas gotas –creo que bebibles- de un producto HOMEOPÁTICO… No daba crédito. Le pregunté si sabía lo que era un producto homeopático y le dije que, por supuesto, no quería ningún bote con agua y azúcar. Le dije que sentía vergüenza y tristeza que una profesional recetara en la consulta de un hospital homeopatía –varios comentarios en twitter me han propuesto que denuncie el caso al defensor del paciente; algo que estoy pensando-. Me dijo, siempre sin perder la sonrisa –atractiva, por cierto- que quién era yo, a lo que respondo, ya con hastío, que científico. Ella me dice que también lo es –no quise entrar en mayor detalle sobre este particular-. Comento que si sabe que la dilución de hasta 30C -1030– está más allá del número de Avogadro y, por lo tanto, la posibilidad de encontrar moléculas en el compuesto era más que improbable. Ella me dice que no siempre se diluye tanto, como si diluir varios órdenes de magnitud menos solucionara la historia…

Pude ir más allá en mis argumentaciones –pero finalmente no lo hice- aportando algunos datos recientes que en un siempre claro y conciso artículo aparecido en la revista de la SEBBM dedicada, el último número, enteramente a la pseudociencia firmaba mi compañero y amigo José Miguel Mulet, profesor titular del área de Bioquímica y Biología Molecular, Departamento de Biotecnología, Universidad Politécnica de Valencia. En dicho artículo, por ejemplo, se menciona que la homeopatía surge del médico sajón Samuel Hahnemann, quien tuvo una sobredosis de quinina y creyó estar experimentando los síntomas de la malaria, concluyendo que “lo similar cura lo similar”, eso sí, diluido hasta el infinito. El argumento científico de la homeopatía surge, por lo tanto, de un subidón de quinina de un tipo hace unos 200 años. Hace unos meses –marzo 2015-, el gobierno australiano publicó los resultados del ensayo más amplio para tratar de ver la efectividad –o falta de ella- de los productos homeopáticos. Lógicamente, el resultado fue negativo. Australia, al parecer, no incluirá esta práctica en el sistema público de salud. También, hace poco, en California, EEUU, la firma Boiron pagó 12 milloncejos del ala para evitar un juicio por propaganda engañosa. Por desgracia, y mientras tanto, la Organización Médica Colegial de España ha decidido considerar a la homeopatía como “acto médico”, aunque a realizar única y exclusivamente por médicos, es decir, que el agua con azúcar se considerará casi como medicamento prescribible por profesionales. ¡Una locura!

En fin, que decidí dar por terminada mi consulta, con una sonrisa forzada y, juraría, un “adiós cielo” por parte de la doctora. Por supuesto, al final renuncié, por inercia, incluso al fármaco antiinflamatorio, con una duda que sigue persiguiéndome: ¿Sabría, esta profesional de la medicina, que los fármacos homeopáticos son un engaño y, a pesar de ello, los receta o, por el contrario, los receta sin conocimiento de causa? En cualquier caso, la respuesta deja en mal lugar a una clínica tan conocida como la mencionada anteriormente…

Dos cosillas más para terminar:

–         Si un médico receta homeopatía, ¿cualquier farmacéutico estará obligado a venderla?

–         ¿Conocéis eso de «confíe en su médico»? Pues yo, hoy, no he podido hacerlo…

 

Por cierto, si queréis ver en directo “un suicidio” homeopático… ésta es vuestra ocasión

JAL (DCC-CBMSO)

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DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL 18 DE AGOSTO DE 2015

Esta semana mi+dtv trata sobre la localización de galaxias enanas; la posibilidad de que unavacuna contra una bacteria pudiera proteger contra algún tipo de cáncer infantil y la negativa de la Unión Europea a detener la experimentación con modelos animales.

Se aproxima el mes vacacional por excelencia. Como hormigas obreras, miles y miles de españoles marcharán en interminables formaciones motorizadas hacia sus lugares de descanso. Uno de los más solicitados seguirá siendo la playa y, con ella largas horas bajo un sol de justicia. Unos meses antes, se activará otra alarma, la de la “operación bikini”. Dieta y Sol serán el hilo conductor de Entre Probetas. Charlamos con María Astudillo, Bióloga y especialista en nutrición y con Ángel Pizarro, dermatólogo y oncólogo especialista en vigilancia de lunares.

La semana pasada hablamos de una enfermedad, desmielinizante, neurológica que se suele presentar en adultos jóvenes, la Esclerosis Múltiple. Hoy, queremos hacerlo de otra que, aunque muchos pueden confundirla con la anterior -principalmente por el nombre-, no tiene nada que ver: La Esclerosis Lateral Amiotrófica o ELA. Entre Probetas le muestra las claves científicas y clínicas para no confundirlas más. Hablamos con José Julián Pérez, hijo del considerado enfermo de ELA más longevo de España, y colaborador de ADELA, Asociación Española de ELA.

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5 comentarios

  1. Has hecho bien en «enfrentarla», quizás así, poco a poco…

    Yo presenté una reclamación en la farmacia…y no debió de llegar a nada porque no se nada de ella.

  2. ¿Te fijaste si había cámara oculta? A ver si te conocía y se estaba quedando contigo.
    ¡Cosas veredes!

  3. Jejeje, Jaime. Pues la verdad es que tendría gracia que saliera yo ahora en YouTube con cara de póker, jeje.

    Bernardo, lo triste es que con esos cartelones fluorescentes que tienen muchas farmacias en la puerta… poco podemos hacer… más que seguir al pie del cañón divulgativo…

  4. No es por meter cizaña, pero sobre homeopatía se habla en otro sentido otro blog de este mismo sitio http://www.madrimasd.org/blogs/patentes/2015/09/02/122/
    Eso sí, acaban concluyendo «además de necesitarse investigación más intensa y mejor diseñada, la homeopatía se beneficiaría de un tratamiento serio por parte de la AEMPS. Un procedimiento de aprobación que requiera una evidencia equiparable a la de los medicamentos convencionales y que no se permita la venta sin indicación médica.»

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