Biopolítica y Salud Pública (17): Biopolítica global y la historia de “la salud mundial” (2ª parte: la Fundación Rockefeller)

Por Javier Segura del Pozo

Médico salubrista

 

Como ya dijimos en nuestra pasada entrega, “la salud mundial” es la gran conquista del siglo XX por parte de la salud pública e higiene del siglo XIX. Este nuevo espacio biopolitico (ver serie «Biopolitica y Salud Pública») no solo fue construido, fruto del acuerdo entre los estados, por nuevas organizaciones internacionales, como la Sociedad de Naciones (primero) y la OMS (después), sino por el papel muy activo de organizaciones filantrópicas no gubernamentales como la Fundación Rockefeller (FR). Esta organización surge de los beneficios de una gran empresa petrolera estadounidense como la Standard Oil Company y de su creador el multimillonario, John D. Rockefeller (acusado de implicaciones con el trafico de armas y otros asuntos muy lejanos de la filantropía). Sin embargo, va a jugar un papel muy activo en apoyar proyectos de lucha contra enfermedades, como la malaria o la anquilostomiasis, a la vez que fomenta reformas sanitarias (algunas de inspiración muy social) en muchos países del mundo, incluidos los países europeos en la época de entreguerras. La FR llegó a hacerse cargo de un tercio del presupuesto de la Organización de salud de la Sociedad de Naciones (de la que EE.UU. no formaba parte), dio becas para formar múltiples epidemiólogos, microbiólogos, estadísticos  y salubristas (médicos, enfermeras), entre ellos ilustres españoles como Marcelino Pascua o Antonio de Ortiz de Lanzaburi y tuvo una importante influencia en la sanidad contemporánea europea, incluida la española. ¿A que respondió esta intensa actividad, que persiste hoy día? ¿Pura filantropía,  alineamiento con los intereses geoestratégicos (y biopoliticos) norteamericanos o estrategia e intereses particulares de los Rockefeller?

 

 

La Fundación Rockefeller, ¿precedente de las ONG’s internacionales?

 

Ahondar en la Fundación Rockefeller (FR) y en su creador, John Davison Rockefeller, es comprobar el complejo juego de intereses contradictorios que están asociados a algunas obras filantrópicas internacionales, fundadas por empresarios multimillonarios, y a la propia complejidad de los actores envueltos en la historia de la salud mundial. Según la Wikipedia española, “John Davison Rockefeller, Sr. (8 de julio de 183923 de mayo de 1937) fue un empresario industrial estadounidense con una participación importante en la industria petrolera. Fundador de la Standard Oil, hoy en día conocida como la ExxonMobil, la más grande de sus descendientes. En un período de más de cuarenta años, Rockefeller consolidó a la Standard Oil como la compañía petrolera más grande del mundo. Fue considerado, por mucho tiempo, el hombre más adinerado del mundo. Sus logros empresariales fueron controvertidos. Acusado de prácticas monopolistas, fue denunciado por periodistas e investigadores. Se asocia a la familia Rockefeller con la planificación de la primera y segunda guerras mundiales, con la supuesta finalidad de obtener beneficios económicos con la venta de armas y suministros a los países beligerantes”. En internet podeis encontrar multiples páginas que asocian a la FR con todo tipo de males y conspiraciones, desde el apoyo al comunismo, el nazismo y la eugenesia, hasta al imperialismo yankie. Valga de ejemplo esta web, al parecer de inspiración cristiana, en la que teneis un capitulo titulado «The Rockefeller Family Fortune» , que independientemente de la escasa credibilidad que nos pueda inspirar su teoria conspirativa, tiene el valor de haber reunido multiples ilustraciones de la epoca.

 

 

 Izquierda Rockefeller y su hijo John D. Rockefeller, Jr. in 1915.  Derecha: Rockefeller satirizado en 1901 por una caricatura de Puck como soberano. Fuente: Wikipedia

 

Si nos atenemos a la versión en ingles de la Wikipedia, “J.D. Rockefeller proporcionó $250 millones a la FR, que se orientó hacia la salud pública, le enseñanza de la medicina y el arte. Dotó a la  Johns Hopkins School of Hygiene and Public Health, la primera escuela de salud publica como tal. Convirtió el Peking Union Medical College en una gran institución y ayudó en el alivio de la Primera Guerra Mundial”

 

En 1913, a la vez que la propia FR, se crea su División de Salud Internacional “para promover la salubridad (“sanitation”) y la difusión del conocimiento de la medicina científica”, tomando un papel activo en trabajos de higiene en todos los continentes. Como podemos deducir, junto con los estados como actores fundamentales de las biopolíticas globales, surgen actores no gubernamentales de inspiración filantrópica. Tal vez, podamos ver aquí el origen de las actuales ONG’s internacionales. Aunque en el caso de la FR, su poderío y capacidad de financiación de organizaciones internacionales, se coloca mas al nivel de lo que actualmente son fundaciones como la Fundación Bill Gates que a las ONG’s que trabajan en paralelo a la OMS.

 

Inicialmente la FR tenia como meta el control de los problemas asociados a la anquilostosomiasis y la fiebre amarilla en los estados del sur de EEUU, el Caribe y America Latina, donde llevo a campañas militares-sanitarias del gobierno estadounidense, especialmente concerniente en Panamá. En tiempo de guerra y postguerra en Europa, se ocupó de financiar actividades antituberculosas al gobierno de Francia (US$ 424.000 en 1917) y a la propia Liga de Naciones (US$ 492.000 en 1922)[1]. Posteriormente, el propio Servicio de Inteligencia Epidemiológica de la Liga de Naciones fue financiado enteramente por la FR. Según Bashford[2], el hecho de que la Oficina de Salud de la FR tuviera una naturaleza mas trasnacional que internacional o intergubernamental (pero “trasnacional” desde la base de EEUU y trabajando en muchos sentidos para los intereses de EEUU) es de particular significado en la genealogía de la globalización biopolítica.

 

 

Wilbur A. Sawyer y sus colegas de la División de Salud Internacional (International Health Board) de la FR  en Leesburg, Georgia. El Dr. Sawyer estaba en Georgia y Alabama inspeccionando los programas de control de malaria and anquilosyomiasis desde agosto a octubre de 1924. En la foto, vestidos con ropa para cazar mosquitos, (de izqda a dcha) Dr. M. E. Barnes, Dr. Ralph K. Collins, Sawyer, Dr. Charles N. Leach, Dr. Marshall Balfour, Mr. Sellersy  Mr. Drensky. Fuente: profiles.nlm.nih.gov/LW/B/B/L/G/

 

 

La Fundación Rockefeller y España

 

En nuestro país, la FR tuvo un papel fundamental no solo en la financiación de ciertos proyectos (principalmente de lucha anti-palúdica), tanto directamente como a través de su conexión con la LNHO[3], sino en la formación de epidemiólogos como Marcelino Pascua o Antonio Ortiz de Landázuri, que fueron la base de la posterior administración moderna de Salud Pública y de la vigilancia epidemiológica.

 

Como dice Esteban Rodríguez Ocaña, en su interesante trabajo sobre la FR y su intervención en la creación de la sanidad contemporánea española[4], la fundación concedió un número apreciable de becas en las primeras décadas del siglo XX, priorizando la lucha antipalúdica y la formación de la enfermería de salud pública. Al igual que sigue ocurriendo actualmente, el escaso conocimiento del ingles era una barrera a superar, al igual que las reticencias de los responsables sanitarios (por ejemplo, Francisco Murillo Palacios) a tener colaboradores mejor formados que les pudieran “hacer sombra”. No menos actuales eran las dificultades para aprovechar la formación adquirida en la mejora de la administración. La falta de puestos de trabajo bien remunerados y la dedicación exclusiva en salud pública parece ser un déficit crónico:

 

“Bailey [ver más adelante] se escandalizó ante la inexistente frontera entre la responsabilidad pública y el provecho privado que se advertía en que, por ejemplo, varios de los altos cargos del Instituto Nacional de Higiene mantuvieran un laboratorio particular de fabricación de sueros, que hacía la competencia al propio Instituto, o que Murillo, sin renunciar a la Dirección general, asumiera el cargo de jefe de la oficina de verificación de productos bioterapéuticos, siendo dueño de una empresa que los fabricaba.”

 

Las becas se concedían a través de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) presidida por José Castillejo. Las buenas relaciones de este y de Gustavo Pittaluga con Wickliffe Rose responsable de la división de salud de la FR,  hicieron posible la puesta en marcha del programa, que además de la formación de expertos se basaba en áreas de demostración que debían servir de ejemplo nacional. Como apóstol de la FR en este proyecto, que podemos llamar de modernización, se envió a Charles Bailey, que  perteneció al Cuerpo de Sanidad de Estados Unidos, antes de pasar al servicio de la Fundación Rockefeller entre 1916 y 1941, y que se ocupó de los asuntos españoles de 1924-1929, ganándose el respeto de las autoridades y de los círculos cercanos a Castillejo y Pittaluga.

 

En el centro, retrato de Wickliffe Rose como miembro del Hygiene Reference Board Of The Life Extension Institute, Inc. Fuente: http://www.gutenberg.org/files/19598/19598-h/19598-h.htm

 

 

 “Existieron varios modelos de beca, en función de su duración, entre 4 y 24 meses. Los agentes de la Rockefeller preferían las estancias más largas, advertidos de la dificultad con el inglés que presentaban la mayoría de los candidatos. La estancia típica se dividía en tres partes consecutivas: estudio del idioma, curso en la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins en Baltimore y viajes por distintos centros sanitarios del Este y Sur de los Estados Unidos, así como europeos, en su caso, cuando se trataba de becas de dos años. Las becas de cuatro y seis meses se concedían, casi siempre, para estancias en centros europeos, y la mayoría lo fueron en relación con la lucha antipalúdica. La duración de la beca estaba prefigurada, en muchos casos, según el puesto que ocupaba el becario en la sanidad española, de forma que cuanto más cercano al Director general, menos tiempo se les concedía. A Ortiz de Landázuri, a Sadí de Buen (ambos, de la D.G.S.) o a José Alberto Palanca (inspector provincial de Sanidad en Madrid) no se les permitió estar más de seis meses alejados de sus responsabilidades, bien que los dos primeros consiguieron sendas prórrogas que les permitieron completar sus programas de trabajo. En cambio, a Francisco Ruiz Morote, inspector provincial en Cáceres, Marcelino Pascua o Antonio del Campo Cardona, estos dos sin vinculación con la administración sanitaria, aunque aspiraban a tenerla a su regreso, se les permitió sin problemas cumplir dos años de formación entre Estados Unidos y Europa.”

 

La verdad es que al leer estas líneas me ha sorprendido como las historias y dinámicas se repiten, y como se parece este modelo de relación de la FR con la administración publica española al modelo seguido en el Programa de Epidemiología Aplicada de Campo (PEAC). Este se inició a principios de los 90 por un programa de colaboración entre la Escuela Nacional de Sanidad y los CDC de EEUU, con el objetivo de formar epidemiólogos de campo e introducir los métodos estadounidenses de vigilancia epidemiológica en la administración de salud pública española. Los alumnos seleccionados eran fundamentalmente funcionarios de las unidades de vigilancia epidemiológica de las comunidades autónomas y del estado. Además se daba la circunstancia que el director español del programa, el Dr. Ferran Martínez Navarro, también era un gran admirador de los entonces salubristas “ilustrados y modernos” (como Gustavo Pittaluga y Marcelino Pascua) y conocedor de la historia de la FR. El “apóstol” estadounidense, miembro del CDC, fue el Dr. Rullán que tutorizó las primeras promociones de PEAC. ¿Se repitió la historia de colaboración entre los intereses estadounidenses y la administración española de Salud Pública? Creo que la FR ha seguido sufragando los gastos de becas y celebración de cursos y jornadas internacionales, como las de la red del TEPHINET, pero desconozco el papel jugado por la FR en el PEAC.

 

El caso es que, según Rodríguez Ocaña: “La intervención norteamericana, (…) resultó decisiva para configurar los aspectos más destacados del modelo sanitario que intentó implantar la República y que, en buena medida, se mantuvo tras la guerra civil, aunque sometido a extinción por la falta de interés del régimen de Franco. La exigencia de una formación especializada, para lo que se creó la Escuela Nacional de Sanidad, el establecimiento del servicio de Estadística como columna vertebral de la D.G.S., la organización sanitaria interior según el modelo sectorizado de centros de Higiene rural ensayado en Cáceres y sancionado por la Conferencia internacional de 1931. así como la inspiración de un régimen de incompatibilidades en el ejercicio de cargos públicos fueron consecuencias directas de la presencia de la Fundación Rockefeller. De este modo se establecieron unos horizontes estratégicos de calidad y de servicio que volvieron a conectar con los propósitos reformistas de los años setenta, tras el largo sueño a que los sometió el franquismo.”

 

 

 

La alianza entre la Fundación Rockefeller y la Organización de Salud de la Liga de Naciones

 

¿Cómo se produjo la participación de la FR en la Sociedad de Naciones? Reproducimos a continuación varios párrafos del interesante artículo de Weinding antes mencionado, que nos ilustra sobre el dinamismo de la alianza entre los expertos internacionales de la FR y del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones (LNHO). Estos expertos se enfrentaron con el esquema predominante a nivel nacional de la medicina social de base bacteriológica y acabaron recuperando ideas propias de la medicina social virchowiana. Su avance permitió alcanzar una madurez teórica y metodológica y un cuerpo de experiencias, fruto de los proyectos y áreas de demostración, que aunque se congeló durante la 2ª guerra mundial, constituyeron una sólida base para la recogida del testigo por la nueva OMS en 1947, en cuya fundación participaron personajes tan importantes en la etapa anterior como Andreas Stampar. Tanto este como otros actores y experiencias fueron el germen de la idea de Atención Primaria de Salud que cristalizó en 1978 en la conferencia de Alma Ata.

 

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la familia Rockefeller siguió teniendo un protagonismo activo en la consolidación de las organizaciones internacionales. Por ejemplo, su intervención fue decisiva para que la sede de las nueva Organización de las Naciones Unidas (ONU), que sustituyó a la Sociedad de Naciones (desprestigiada y vaciada de autoridad en la decada de los 30), se instalara dentro de EE.UU.  en la ciudad con mayor proyección economica y politica mundial: la ciudad de Nueva York. Respondiendo a un pedido del primer Secretario General de la ONU, Trygve Lie, a Nelson Rockefeller, su padre, John D. Rockefeller Jr, anuncio el 11 de diciembre de 1946 que donaria a la ONU la inmensa cantidad de $ 8 millones y medio de dolares para comprar los terrenos de Turtle Bay en Manhattan, donde actualmente se encuentra la sede.[7]

 

Volviendo al periodo de entreguerras, ambas instituciones, la FR y la LNHO, estaban interesados en un concepto y unas estrategias de salud trasnacionales, que eran inalcanzable por los modelos nacionales imperantes sobre higiene publica. Según palabras del responsable de la división de salud de la FR,  Wickliffe RoseExisten determinadas funciones sanitarias que tienen un carácter internacional; los gobiernos nacionales no pueden llevarlas a cabo; dichas funciones resultan esenciales para la salud de las personas de todos los lugares.” El choque entre los expertos internacionales y los representantes de los estados y los intereses nacionales (en la década de la pujanza de los nacionalismos) estaba pues servido

 

Según Weinding: “Se empezaron a desarrollar unas relaciones muy innovadoras entre la Fundación Rockefeller y el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones, que sirvieron para configurar los sistemas de salud pública de muchos países. Al contar con una visión más amplia de la cooperación internacional entre los expertos, los responsables de la FR consideraron inadecuados el legado de tratados intergubernamentales y de acuerdos sanitarios heredados del período anterior a la Primera Guerra Mundial.”

 

“La alternativa a establecer un telón de acero sanitario de puntos de desinfección y de cuarentena era la de proporcionar asistencia a un programa de salud positiva basado en la medicina preventiva. Europa del Este se encontraba preparada para aplicar el nuevo régimen de sanidad pública diseñado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins’. Los sistemas de formación en las líneas americanas debian servir para sustituir la dependencia en las instalaciones de salud pública y de la educación médica existentes en Alemania y Austria que había prevalecido hasta 1914. Los objetivos del Consejo Internacional de Salud fueron proporcionar asistencia «a los organismos oficiales de sanidad pública para que desarrollen medidas administrativas» y realizar investigaciones de campo encaminadas a la prevención de determinadas enfermedades, como la anquilostomiasis, la fiebre amarilla y la malaria. Aunque el Consejo se dio cuenta de que era necesario adaptarse a «las condiciones, las tradiciones, las necesidades y las costumbres locales», se dedicó fundamentalmente a divulgar los métodos estadounidenses en materia de sanidad pública, estrategia que los responsables de la Fundación Rockefeller consideraban que iba más allá de la perspectiva limitada de la bacteriología alemana o de la microbiología francesa. Por lo tanto, la FR era proclive a sustituir otras influencias extranjeras relevantes en España como la microbiología francesa.”

 

“Los institutos de higiene debían ser los baluartes contra la propagación de epidemias al actuar como núcleos de una nueva infraestructura de clínicas y de centros de salud compuestos por médicos y personal de enfermería formados en los modernos métodos de salud pública. La mejora de la nutrición y de la higiene personal debían promover la resistencia física del cuerpo ante las infecciones, mientras que el amplio programa social y de medicina preventiva estaba destinado a reforzar la estabilidad política mediante la construcción de unas estructuras administrativas internas. El equilibrio de poder entre los expertos y los representantes de los estados quedó sin resolver.”

 

“En 1923 España estaba representada en el Comité de Salud por Angel Pulido, antiguo Director General del Departamento de Sanidad Pública de Madrid. En 1924, éste se vio sustituido por Gustavo Pittaluga de la Facultad de Medicina, quién asistió a casi todas las reuniones del Comité de Salud hasta 1936. Pittaluga jugó un papel activo en la comisión para la malaria y promovió la extensión de los trabajos del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones a Cuba y a Africa.”

 

 

Despues del exilio de 1936, y tras serle negado el visado de entrada a los EE.UU., el Dr. Gustavo Pittaluga, se acabó  instalando en Cuba a partir de 1942, donde falleció en 1956

 

“Los británicos y los franceses admitían que la Sociedad de Naciones podía aumentar sus competencias al respecto mediante una comisión para epidemias, con el fin de hacer frente a la amenaza del tifus y del cólera procedente de Rusia, lo que se correspondía con su política de consolidación del nuevo estado polaco como un estado tapón frente al imperialismo alemán y al comunismo soviético.”

 

A estos intereses de tapón del comunismo tampoco era ajeno el propio gobierno de EEUU. Según dice Rodríguez Ocaña, en el articulo repetidamente mencionado: “La intervención norteamericana en la Gran Guerra se acompañó del interés de dicha Fundación por Europa. Su relación  con Francia o Gran Bretaña se basaba en que habían sido  países aliados durante la guerra, y con los estados centroeuropeos como forma de creación de un «cordón sanitario» para preservar Occidente de los diversos «contagios» ruso-soviéticos”.  Sin embargo, la acción de la FR aparece a veces como al margen de la politica de EE.UU. En este sentido, tomemos en cuenta que EE.UU. no pertenecia a la Sociedad de Naciones y que en el periodo de entreguerras siguió una politica aislacionista respecto a los paises europeos. ¿Era una estrategia diferente, e incluso enfrentada, de la de la FR o se complementaban? ¿Al reforzar los organismos internacionales y a los expertos de la cultura tecnica transnacional no estaba debilitando a las potencias y politicas nacionales y coloniales de Francia o Gran Bretaña, ademas de la propia Unión Sovietica?

 

 

La Fundación Rockefeller y los proyectos de reforma sanitaria:  Andreas Stampar y los precedentes de Alma Ata

 

Indudablemente la FR, a través de su influencia en las administraciones públicas de los países europeos, contribuyó a aumentar la influencia y el prestigio de los propios EE.UU. entre las elites intelectuales europeas, incluidas aquellas de ideología más izquierdista. Me pregunto si el gobierno de EE.UU. y la FR se repartieron papeles en un objetivo común de aumentar la influencia política, social y económica de EE.UU. en Europa, es decir, en la extensión del imperio norteamericano. La FR, especialmente por su vinculación con la prestigiosa Escuela de Salud Pública de Hopkins. con marcada vocación social, y por su abogacía por programas de reforma sanitaria, se ganaría la simpatía de las elites izquierdistas, apartándolas de la esfera soviética. El gobierno de EE.UU. pondría, en el momento oportuno, los límites a este izquierdismo. Así, según Rodríguez Ocaña, las simpatías y apoyo de la FR a Gustavo Pittaluga, no impidió que el gobierno de EE.UU. le negase el visado de entrada, una vez que no formaba parte de la administración española e iniciaba su exilio en 1936 a consecuencia del golpe de estado franquista. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en el caso del socialista Marcelino Pascua, quien despues de su exilio, formó parte de la plantilla de la Escuela de Higiene y Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, durante tres cursos academicos (1944-1948), antes de ser contratado en abril de 1948 como Jefe de la Sección de Estadística Médica de la OMS en Ginebra [8]. 

 

Según Weinding: «El Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones fue creado en junio de 1921. Rose[5], que se reunió con Ludwick Rajchman[6] en marzo de 1922, favoreció que el programa de la Fundación Rockefeller para Europa del Este fuera puesto bajo la autoridad de la nueva Oficina de Salud de la Sociedad de Naciones. Rose respaldó un elaborado programa de intercambios del personal de la sanidad pública y los acuerdos sobre información en materia de epidemias.”

 

 

Portada del libro de Ludwick Rajchman, director de la Organización de Salud de la Sociedad de Naciones y con estrechas relaciones con la FR, titulado «Por el bien de la humanidad»

 

“La FR aprobó los contactos con reformadores radicales en materia de salud, tales como el carismático yugoslavo, Andreas Stampar, un socialista de tendencias radicales. Stampar pretendía trasponer las unidades sanitarias de condado y las innovaciones sanitarias de Estados Unidos, tales como los “Kentucky closets” (Gabinetes Médicos de Kentucky), a la nueva Yugoslavia. La visión de Stampar de la atención primaria de salud impartida por las instituciones públicas era compartida por la Fundación, que también tenía una opinión crítica de la práctica médica privada y, en su lugar, confiaba en un sistema de sanidad pública con una base científica. Los médicos debían ser «trabajadores sociales» en vez de estar confinados improductivamente en hospitales y clínicas. Aunque Stampar creía en una administración nacional unitaria, la tendencia hacia la organización federal fue reafirmada por una propuesta de programa para la creación de un nuevo centro de formación de salud pública, un instituto epidemiológico y una oficina central de sanidad para Croacia y Eslovenia, con sede en Zagreb y bajo la presidencia de Stampar.‘* El programa de Zagreb formaba parte de un programa internacional del Consejo Internacional de Salud destinado a proporcionar asistencia a los institutos centrales de higiene del estado en su calidad de centros de investigación, de administradores de la sanidad pública y de proveedores de atención primaria de salud. Se crearon nuevos institutos en Varsovia, Praga y Budapest. No resulta sorprendente observar la colaboración del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones y de la Fundación Rockefeller a la hora de patrocinar dichos programas. La Escuela de Higiene de Madrid se vio influenciada por desarrollos internacionales más amplios.”

 

Izquierda: Foto de la comisión interina que preparó en 1946 en Ginebra la Conferencia Sanitaria Internacional de Nueva York. A la izquierda se va al profesor croata Andrija Štampar, consultor de la comisión y al canadiense  Dr Brock Chisholm, primer Director General de la OMS. El profesor Andrija Stampar (1888-1958), científico croata y profesor de la Universidad de Zagreb, fue una autoridad en el campo de la epidemiología y un pionero de la medicina preventiva. Como experto en la Liga de Naciones trabajó tres años (1933-1936) en China, desarrollando allí los servicios de salud (foto de la derecha: Stampar en Lanchow, China estableciendo un servicio sanitario). Durante la Segunda Guerra Mundial fue arrestado por los nazis alemanes y mantenido bajo arresto en Graz, Austria. Fue uno de los fundadores de la OMS y muy activo en promocionar servicios sanitarios en Afganistán, Egipto, Sudan y Etiopia. Escribió la declaración introductoria de los estatutos de la OMS y se le considera el autor de la definición de salud, que fue difícilmente entendible por muchos expertos suyos contemporáneos. Además, fue el primer presidente de la organización (siendo el Dr. Chisholm nombrado Director General) y, como tal, en 1948 Andrija Stampar presidió la Primera Asamblea Mundial de Salud de la OMS celebrada en Ginebra. Fuente:  www.croatia.org/crown/articles/9595/1/Andrija…

 

“La Gran Depresión obligó al Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones a desafiar las opiniones que defendían un papel minimialista de esta institución en relación con la normalización biológica y con la elaboración de la información estadística y de los informes de inspección de las fábricas de los países miembros. Los organismos técnicos y económicos de la Sociedad de Naciones aplicaron unas políticas dirigidas a la mejora de unas condiciones de vida cada vez más deterioradas. La cooperación entre la Organización Internacional del Trabajo y el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones marcó una nueva etapa más innovadora a la hora de desarrollar una medicina social sobre una base económica. Se realizaron una serie de estudios y de conferencias dedicadas a estudiar cómo la salud se veía configurada por la dieta y por las condiciones económicas y de vivienda. El Organismo de Salud juntó sus fuerzas con la OIT para organizar estudios sobre higiene rural y para analizar las relaciones entre la sanidad pública y los seguros de enfermedad.”

 

Marcelino Pascua formó parte de la secretaría del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones durante el período 1928-30. Estos años fueron cruciales a la hora de formular la política de orientación social del Organismo de Salud. El gobierno español jugó un papel activo al apoyar esta colaboración. En 1930, España propuso la celebración de una Conferencia Europea sobre Higiene Rural. Una importante delegación española asistió a la Conferencia sobre Higiene Rural celebrada en 1931. Su presidente, Gustavo Pittaluga, comentó: Esta Conferencia se celebra como consecuencia de los esfuerzos emprendidos por España para remodelar su vida interna. Las recomendaciones incluían programas de seguros y centros rurales de salud’. Por lo tanto, este hecho supuso una mayor internacionalización del modelo de Stampar.”

 

 

La nueva medicina social y la «salud positiva»: todo aplazado por la guerra y retomado con la fundación de la OMS

 

Siguiendo aprovechándonos del articulo de Weinding: “En septiembre de 1932, el cambio de política del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones se reflejó en el Informe sobre Depresión Económica y Sanidad Pública, Se subrayaron los defectos de las estadísticas nacionales de caracter agregado a la hora de ocultar la pobreza, y el informe resaltó la necesidad de realizar estudios sobre la morbilidad, la nutrición, los efectos psicológicos del desempleo y los efectos de la pobreza en los jóvenes y los niños.”

 

“Los expertos en medicina social reconocían que los datos estadísticos en materia de morbilidad y de mortalidad proporcionaban una idea poco adecuada de las condiciones sanitarias. Siguiendo los pasos del Milbank Memorial Fund, los responsables de la Sociedad de Naciones diseñaron un nuevo concepto de «indicadores sanitarios», basados en factores demográficos, médicos, culturales y medioambientales, centrando la atención en los factores existentes en localizaciones geograficas restringidas como la densidad de población, la morbilidad, los problemas mentales y el alcoholismo, así como en el gasto y en la disponibilidad de servicios sanitarios. El primero de dichos estudios se realizó en New Haven, Conneticut, en 1936; el segundo se llevó a cabo en el distrito rural de Metiikövesd en Hungría. René Sand inició un ambicioso estudio en Bruselas”“. Tras abandonar su lugar en el Comité de Salud en 1936, Pittaluga estuvo en la Secretaría del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones en 1937 como uno de los expertos médicos en materia de refugiados que trabajaba en dicho organismo como consecuencia de los trastornos políticos ocurridos en la decada de 1930. El Organismo de Salud estaba en camino de desarrollar un nuevo concepto de «salud positiva», justo en el momento en el que Europa estaba a punto de lanzarse a una guerra total.”

 

“Entre 1930 y 1934, la financiación de la FR no cesó y se asignaron 700.000 dólares adicionales, debatiéndose en profundidad un «acuerdo de financiación»; y en 1934, Rajchman obtuvo 400.000 dólares USA a repartir en cuatro anos y que estaban libres de condiciones en cuanto a su distribución entre las diversas actividades del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones4’. Este hecho implica que la Fundación Rockefeller contribuyó en parte al desarrollo de los programas radicalmente innovadores de Rajchman, y lo que es más importante, le concedió una autonomía esencial a pesar de todas las reticencias oficiales.”

 

“A principios de la década de 1930, la Fundación Rockefeller deseaba distanciarse del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones que adoptó una postura cada vez más radical. La FR argumentó que el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones no constituía un caso especial sino que era, fundamentalmente, un ministerio de sanidad pública similar al de cualquier otro gobierno. Cualquier donación de la Fundación Rockefeller al Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones otorgaría demasiada autonomía a este organismo: por lo tanto, todas las ayudas debían tener un carácter temporal y la FR empezó a estudiar estrategias de ruptura.”

 

En nuestra proxima y ültima entrega «De la higiene de las migraciones a la salud sexual y reproductiva» cerraremos estos tres articulos sobre «biopolitica gobal y la salud mundial».

[1] La aportación de la FR llego a suponer un tercio del presupuesto de la Organización de Salud de la Liga de Naciones

[2] Alison Bashford “Global biopolitics and the history of world health” History of the Human Sciences, Vol. 19, No. 1, 67-88 (2006). En: http://hhs.sagepub.com/cgi/reprint/19/1/67

 

 [3] Ver:  Weinding, “La Fundación Rockefeller y el organismo de salud de la Sociedad de Naciones: algunas conexiones españolas” Rev. Esp. Salud Pública, 2000, vol.74, no.mon, p.00-00. ISSN 1135-5727. en: http://www.scielosp.org/pdf/resp/v74nmon/weinding.pdf

 

[4] RODRIGUEZ OCANA, Esteban. «La intervención de la Fundación Rockefeller en la creación de la sanidad contemporánea en España». Rev. Esp. Salud Publica [online]. 2000, vol.74, n.mon [citado  2009-07-17], pp. 00-00 . Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/resp/v74nmon/ocana.pdf

 

[5] Wickliffe Rose y Frederick Russell, fueron los principales enlaces del Consejo Internacional de Salud (International Health Board – II-IB) de la Fundación Rockefeller son la Liga de Naciones.  

 

[6] Ludwick Rajchman, el carismático Director del nuevo Instituto de Higiene de Varsovia, presidió la Comisión para Epidemias de la Sociedad de Naciones desde 1921, desarrollando con habilidad un Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones de carácter permanente a partir de una institución temporal de emergencia. Ludwick Rajchman se distanció de sus patrocinadores franco-británicos e intensificó las relaciones con la Fundación Rockefeller

 

 [7] «How the United Nations came to Turtle Bay». En: Eric Homberger. «The Historical Atlas of New York City». Henry Holt and company. New York. 2005

 

[8 ] Jose Almenara Barrios y otros. «Historia de la bioestadictica. La genesis, la normalidad y la crisis.» Quorum editores. Cadiz 2003. pag 177

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11 comentarios

  1. Muy interesante. Soy un historiador de la medicina y estoy investigando sobre Antonio Ortiz de Landázuri. ¿Podría ayudarme?

    Muchas gracias

    Justo Hernández

  2. […] internacionales, como la Fundación Rockefeller (ver en este blog: Biopolítica global y la historia de “la salud mundial” (2ª parte: la Fundación Rockefeller)[4]) o la UNICEF, que plantean que los objetivos de APS son muy ambiciosos y proponen una reducción […]

  3. Excelente trabajo, casi tanto como el de la FR y demás intereses en ocultar la supremacía de Béchamp sobre Pasteur, y en suprimir el maravilloso legado de Rene Quinton.

    Muy bien documentado. Muchas gracias por las aportaciones

  4. […] La Fundación Rockefeller (insitucionalidad no gubernamental) tuvo importante influencia en la fundación de centros de salud en China e India en los años 30 del siglo XX para el manejo de la salud materno- infantil, la malaria y la tuberculosis. Experiencias que serán muy importantes para la nueva organización sanitaria internacional con organismos de Naciones Unidas (OMS, UNICEF, FAO, etc) donde participan reconocidos exponentes de la salud comunitaria mundial como Andrija Stampar, Ludwik Rajchman, y John Boyd Orr entre muchos otros.[13] […]

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