El accidente del Prestige, efectos sobre la salud: Crisis medioambiental

Hoy se cumplen 5 años del accidente del Prestige y ya no quedan dudas de sus efectos sobre la salud de las personas que participaron en la recogida del fuel en el mar y las costas gallegas.

 

El 13 de Noviembre de 2002 comenzó el accidente del petrolero Prestige que acabó con su hundimiento cinco días más tarde. Las 40.000 toneladas de fuel pesado vertidas han afectado a la costa gallega, la costa asturiana, cántabra y vasca. El vertido también amenaza a las costas francesas y portuguesas.

 

 

La recuperación de las costa tardará años. Las familias que viven directamente del mar en las zonas afectadas se han quedado sin su medio de vida y otras miles ya han visto afectada su supervivencia. Las tareas de limpieza tardarán meses. Además, las 37.000 toneladas restantes hundidas a 3.800 metros de profundidad son una bomba ecológica que dejará sentir sus efectos durante decenios.

El 14/06/2007 el Diario Médico escribió este artículo que reproducimos íntegro a continuación

 

 

Foto de Fernando Ortega

Foto de Manuel Pajuelo

El vertido del Prestige  produce síntomas respiratorios

Un estudio multidisciplinar realizado por la Separ en marineros que participaron en las tareas de limpieza tras el desastre ecológico del Prestige ha determinado la presencia de alteraciones respiratorias, especialmente de las vías altas, relacionados con el vertido.

El Estudio Epidemiológico de las repercusiones clínicas biológicas y funcionales del vertido del fuel del buque Prestige sobe la salud respiratoria en marineros de la costa de Galicia (Separ Prestige), realizado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), ha determinado una alta prevalencia de trastornos respiratorios en los pescadores gallegos que participaron activamente en la recogida de fuel oil tras el hundimiento del Prestige en noviembre de 2002 frente a las costas de Galicia. Los resultados se publican en el American Journal Respiratory and Critical Care Medicine.

Francisco Pozo, del Servicio de Neumología del Hospital 12 de octubre de Madrid, Joan A. Barberá, neumólogo del Hospital Clínico de Barcelona, y Héctor Verea, neumólogo del Hospital Juan Canalejo de La Coruña han dirigido el trabajo, con la participación de un equipo multidisciplinar de neumólogos, epidemiológos, toxicólogos y expertos en genética de varios centros. La investigación ha recibido financiación del Fondo de Investigación Sanitaria, de la Red de Centros sobre Enfermedades Respiratorias y de la Separ.

Para llevar a cabo el trabajo, cuya primera fase se realizó entre enero de 2004 y febrero de 2005, se determinó la exposición al vertido en función de la cantidad que hubiera llegado a las costas.

Los investigadores se centraron en la zona más expuesta, la Costa de la Muerte hacia el sur, y en la que menos chapapote recibió, hacia la costa asturiana. En ambas zonas existían 44 cofradías de pescadores de bajura y mariscadores, con un total de 9.050 adscritos. Más del 75 por ciento del total respondió a las preguntas planteadas en cuestionarios telefónicos, personales y por correo.»Esa primera aproximación nos sirvió para identificar el grado de exposición y los síntomas, entre un año y medio y dos después de que se produjera el hundimiento». ha explicado a DM Francisco Pozo.

Exposición al fuel

Se establecieron dos grupos:

  1. los de mayor exposición, definidos como aquéllos que hubieran participado en las tareas de limpieza, e incluyendo a los que recibieron una exposición máxima, entendida como aquélla que se produjo en los días siguientes al hundimiento, al realizar el trabajo cinco días a la semana durante cinco horas diarias, y
  2. los que no participaron, tanto en áreas afectadas como no afectadas.

«Los datos que resultan del estudio demuestran que la prevalencia de trastornos respiratorios, fundamentalmente de las vías bajas -tos, producción de esputo, dificultad respiratoria, obstrucción y goteo nasal-, eran más frecuentes en los sujetos con mayor exposición. Además, los síntomas tendían a ser más frecuentes cuanto más tiempo hubieran estado trabajando en las tareas de limpieza, cuantas más tareas hubieran realizado y si no llevaban o llevaban en pocas ocasiones la mascarilla protectora. También observamos, aunque no lo podemos confirmar, que a medida que se alejaban del tiempo de la exposición, los síntomas respiratorios iban disminuyendo».

Por tanto, se puede concluir que la participación en las actividades de limpieza del fuel del Prestige no fue inocua, sino que produjo trastornos respiratorios que persistieron durante un tiempo prolongado desde la exposición. Por eso será necesario obtener más datos en investigaciones longitudinales o de seguimiento para definir el alcance y la posible reversibilidad de las alteraciones. De ahí, la importancia de los resultados aún por determinar de la segunda fase del trabajo.

Segunda fase en proceso

Todavía no se han obtenido todos los resultados de la segunda fase del trabajo, que consistió en seleccionar una muestra de 800 sujetos, que representara a los individuos expuestos y no expuestos al chapapote para estudiarla con mayor profundidad. Del total de individuos seleccionados,

  • 600 participaron en las tareas de limpieza (expuestos)
  • 200 no lo hicieron (no expuestos).

Para recoger los datos necesarios, una unidad móvil de neumología recorrió 17.500 kilómetros de la costa gallega entre julio de 2004 y febrero de 2005. Esta consulta estaba dotada con un laboratorio de función pulmonar y otro de analítica sanguínea, atendido por una especialista y tres enfermeras. A los sujetos y seleccionados se les formularon varias preguntas, se les realizó una exploración física y una prueba de función pulmonar. Además, se llevó a cabo una recogida de muestras de aire exhalado para la determinación de marcadores pulmonares de inflamación y estrés oxidativo, y una extracción de sangre, para estudios de toxicidad genética. Estos resultados demostrarán la repercusión respiratoria en profundidad y a largo plazo de las mareas negras.

 

 

Consuelo Ibáñez Martí, médico epidemiólogo y salubrista

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2 comentarios

  1. Es una lástima lo que puede provocar el crecimiento insostenible al medio ambiente y a las personas.Una verdadera catástrofe ecológica en nuestro único hogar, el Planeta.

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