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EL PSICO DE LO BIOSOCIAL
El modelo biopsicosocial es el marco en el que, en nuestra opinión, deberíamos situarnos los profesionales sanitarios, lo dijimos hace poco (1). Tal vez sea así ya, aunque volvemos a recalcarlo porque la experiencia nos demuestra que es más un deseo que una realidad completa.
Se contrapone al modelo biomédico. Esto nos parece que enfrenta inadecuadamente lo médico con lo psicológico y social. Por eso usamos más el adjetivo biologicista para referirnos a las explicaciones que sobrevaloran lo fisiológico, estructural o genético, o desconsideran la influencia de lo social o psicológico.
En cualquier caso, la interacción entre lo biológico, social, ambiental y psicológico parece evidente en cualquier proceso que afecte a la salud y a la enfermedad. Como fisioterapeutas, de hecho, asumimos que los llamados determinantes sociales (cultura, familia, trabajo, condiciones económicas, apoyos) y las implicaciones psicológicas (desequilibrios, alteraciones, cogniciones, motivaciones, emociones, conductas) condicionan el resultado de nuestro trabajo. Tanto es así, que no es raro que los sanitarios sean conscientes del limitado alcance de sus intervenciones sin el abordaje de los componentes psicosociales.
Hay condiciones psicológicas que complican un cuadro de enfermedad física (2). En primer lugar, si preceden al desarrollo de la afección. También pueden hacer que esta empeore, por ejemplo, tras el cese de la intervención sanitaria. Igualmente, los fisioterapeutas lo vemos en nuestra cotidianeidad, durante el tratamiento (recurrencias, recaídas, ausencia de respuesta). Esos factores psicológicos, como tales, pueden constituir riesgos e influir en la patología, con exacerbaciones, quejas, discrepancias, rechazos, prejuicios, falta de colaboración, conductas no saludables.
No decimos nada nuevo. En contextos multiprofesionales, como el hospital, a veces parece que parcelamos al paciente, con ópticas fragmentadas, que no somos capaces de alejarnos y ver esa totalidad que rodea la enfermedad física. Aparte de no lograr ayudar podemos generar frustración en el paciente y en otros profesionales que sí adopten una visión más amplia.
Sin exhortar, como petición, porque todos seremos pacientes, miremos lo menos visible, miedos, temores, dudas, propósitos, aspiraciones, opiniones o deseos. No curaremos, tal vez, pero el paciente sentirá su psique atendida.
Referencias:
1. González-García, JA. La indisociable e indisoluble unidad, ¿y qué? 8/6/2025. Acceso 20/7/25 en https://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2025/06/08/la-indisociable-e-indisoluble-unidad-y-que/
2. Belloch, A., Sandín, B., & Ramos, F. (Eds.). (2020). Manual de psicopatología (Vol. II). McGraw-Hill Interamericana de España.
