Un estudio de Righelato y Spracken sobre biocombustibles

En el último númerod e Science se ha publicado un estudio de Righelato y Spracken, de la Universidad de Leeds, sobre alternativas para la mitigación del cambio climático.
Estiman estos autores que utilizar los biocombustibles para limitar las emisiones de CO2 es menos útil que plantar bosques, y que las emisiones netas de los biocombustibles son positivas.

Como en mi análisis de ayer sobre el trabajo de Schhwartz, debo insistir en considerar las hipótesis en que se basa la presente publicación.

En primer llugar, los autores limitan el periodo de estudio a 30 años. Es lógico, pues tras treinta años la captura de CO2 por los árboles desaparece.

En segundo lugar, los autores no consideran que plantar cereales para bio-etanol da dinero a los agricultores en ese mismo año, mientras que plantar bosques da dinero a los propietarios a los 30 años. ¿Cual puede ser el estímulo económico para plantar bosques?

En tercer lugar, los autores indican, que, como es evidente, la superficie de tierra que se necesita para substituir a los combustibles fósiles mediante biocombustibles es todo el suelo cultivable del mundo. Esto es evidente, y nadie propone que se substituya todo el combustible fósil mediante biocombustibles. Los biocombustibles, cultivados con tractores movidos por esos mismos biocombustibles, y con fertilizantes fabricados utilizando energía solar, son una ayuda importantísima para la captura de CO2, y como el resto de las energías  renovables, una inmesa ayuda para generar riqueza para capas amplias de población.

Los biocombustibles se pueden plantar en las tierras baldías, sin quitar suelo para los cultivos para la alimentación. En España, con 50 millones de hectáreas, se pueden dedicar 15 millones para alimentación, 15 millones para biocombustibles y 20 millones para bosques. No hay problema alguno para hacer esta mezcla.

En la búsqueda de soluciones contra el cambio climático lo que hay que hacer es buscarlas todas, no limitarse a una de ellas, como hace Dyson en el libro que comenté hace unos días, que basaba todo su interés en la biomasa: Necesitamos bosques, biomasa, biocombustibles, energía eólica, de las olas, solar térmica, fotovoltaica. Podíamos considerar también la nuclear, pero no parece necesario, ya que as anteriores poducirán mucho más de lo que puede producir la nuclear con un coste muy inferior.

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Un comentario

  1. Lamento comunicarte Antonio que tus razonamientos son bastante cuestionables con los biocombustibles. La refortastación basada en especies se crecimiento rápido y tala para productos madereros es una solución efizaz.

    Cultivar biocombustibles, es decir los "cobmustibles agroenergéticos" en tierras baldías de escasa fertilidad y sin regadío no darán más beneficios que los que obtengan de las subvenciones que pagamos todos los españoles. Para que produzcan la suficiente biomasa necesitarían mucho abono (más contaminación)y riego (ya tenemos bastante escasez de agua). El resto pronedría de países del tercer mundo, subiendo el precio del grano y generando más hambre y pobreza. Dew esto solo se beneficiarían ciertas multinacionales. Quizás a ti que suba el precio del pan, los huevos y los productos cárnicos, en un país desarrollado y con un buen sueldo no te importe, pero a los más pobres les importa y mucho, o ¿es que no lees las noticias?. O se alcanzan los de segunda generación y se aprovecha el biocomustible de los residuos orgánicos o lo que tu mentas no sirve más que para que unas pocas multinacionales campen a sus anchas.

    Del mismo modo confundes monocultivos forestales con vegetación natural a preservar y eso es muy grave. Más aun, parte de lo que tu llamas baldíos son hábitas naturales de gran valor ecológico. Y ´de la otra parte cultivar no sería muy rentable por la mala calidad del suelo.

    En resumen que tu discurso dista mucho de convencer, expecto a algunos claro está. Yo me cicunscribiría a hablar de lo que sé. Y lamento tener que volver a decírtelo pero parace que no haces caso de lo que comienza ya a comentar la prensa y que era una "crisis anunciada del despropósito agroenergético" desde mi bitácora desde hace un año.

    Que algo se puede sacar, pues si, algo es algo. Pero en ningun caso la solución y los 15 millones de hectareas para combustibles es una estimación ridículamente inviable.

    Juanjo Ibáñez

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