La ciencia y lo sencillo

Hay físicos (teóricos) que insisten, aún hoy, en que la física es, exclusivamente, el estudio de los sistemas sencillos, dejando para otras disciplinas la consideración de los sistemas complejos.

Si ignoramos el dogmatismo de Moisés en la montaña, aunque aquí no hay ningún Moisés, sino algunos miles de personas solamente, física es una palabra griega que en español es »naturaleza».

La física es el estudio de la naturaleza, y propongo, sin dogmatismos, que volvamos a su significado original. La naturaleza es compleja, y lo que sabemos en física se refiere en su mayoría a sistemas simples.

Se estudian »ad nauseam» los osciladores lineales, y se desprecia el estudio de los osciladores reales, osciladores acoplados o dobles y triples. Por ejemplo.

Esto es, evidentemente, el resultado de solo 400 años de estudio e investigación, y mas aún, de 400 años de rechazar sistemáticamente los problemas complicados y los sistemas complejos por no saber como resolverlos. La petición de sencillez para la física refleja mas que nada la cobardía de dejar de lado lo que no se conoce y concentrarse en lo que ofrece soluciones sencillas.

Esto se ve hoy potenciado por el esquema de promoción y el tipo de proyectos de investigación financiados. Para el primero, se precisa, para no quedarse en la calle, en la universidad y en los institutos de investigación, la presentación de decenas de artículos publicados en revistas de colegas (»peer review» = »Yo te pongo bien tu articulo y tu me pones bien el mío»). En los segundos, se demanda, para su concesión, que se expongan en la petición los resultados que se van a conseguir y cuanto de esos resultados se va a conseguir cada tres meses.

Evidentemente, para publicar al menos doce artículos por año se precisa abordar problemas ya resueltos o tan sencillos que pueden asimilarse a ejercicios de clase. Para poder garantizar, antes de realizar un proyecto, que es lo que se a conseguir, se precisa que esto esté ya conseguido. Es como plantear que un proyecto de investigación sea como un edificio: Se sabe como hacerlo, se sabe cuanto crecen las paredes cada mes y se puede, incluso, aportar un dibujo detallado de cual va a ser el resultado final.

De esta manera nadie se propone, hoy, investigar un problema complejo, o presentar para su financiación, un proyecto que busque descubrir algo que no se conoce.

¿Cual es el resultado?

La falta de descubrimientos radicales en las últimas décadas. Estamos como estaba la física cuando un profesor recomendó a Planck dedicarse a otra rama del saber, pues no se descubre desde hace 30 años nada nuevo. Incluso lo del Higgs era una proposición hecha hace 50 años.
El mundo es complejo, no sencillo. No existe »el» átomo de hidrógeno sino quintillones de átomos en interacción, y esto mismo es válido para protones, electrones y las demás excitaciones de la materia. En cuanto a los quarks, componentes de los protones, solo tienen existencia en familia, no hay »un» quark aislado, y por lo tanto sus propiedades son todas derivadas de sus interacciones.

El mantenimiento de la investigación de sistemas simples lleva a un esquema tipo Universidad de Salamanca en el siglo XV, investigaciones absolutamente alejadas de la realidad, estudios de posibilidades, el sexo de los ángeles y cuantos caben en la punta de un alfiler.

Hoy ya se habla poco de supercuerdas y espacios de 13 dimensiones enrolladas ¿? sobre si mismas (una dimensión es un concepto, no una realidad. Es difícil entender que quiere decir una dimensión enrollada), pero cuando se hablaba de ello, se sugerían x-llones de parámetros ajustables. Esto se parece como un electrón a otro a las disquisiciones sobre el sexo de los ángeles, o a las películas de Matrix: Todo es posible y nada es real.

No se si volveremos a la ciencia desde la mística. Pero tenemos una receta infalible para ello. Validar todo lo que digamos en el laboratorio, o mediante observaciones repetidas y controladas. Las validaciones deben ser hechas por grupos independientes de laboratorios y universidades diferentes. Solo así tendremos ciencia en vez de elucubraciones angélicas.

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