Realidades del Cambio Climático

Lo que escribo es una descripción de la realidad. No aconsejo, ni sugiero, ni apoyo, ni condeno. La ciencia se debe a la realidad, y así escribo. 

Un investigador del CSIC ha avisado en la UIMP, otra vez, sobre los riesgos del Cambio Climático. Hubo muchos que ya avisaron una y otra vez desde hace 30 años, ante el rechazo, no solo de la sociedad, sino de las instituciones meteorológicas y científicas. Ahora es ya muy tarde.

La población humana crece exponencialmente, como lo hace la concentración de CO2 en la atmósfera. Pero las medidas contra este último aumento solo crecen, si lo hacen, de forma polinómica, es decir, mucho más lentamente, de manera insuficiente. 

En ciencia es preciso decir la verdad, sin paños calientes. Y la verdad es que ya no hay tiempo para revertir la situación.

Se habla mucho de un “Cambio del modo de vida, del ‘modelo occidental’ ”. Algunos biólogos afirman esto, con otros que se etiquetan a sí mismos como ecólogos. Pero biólogos y ecólogos se dedican a la vida, como objeto de su ciencia. Y la vida se define como búsqueda constante de energía, por la que unos seres vivos matan, o desplazan a otros seres vivos. 

El modo de vida actual, el modelo occidental es, como no puede ser de otra manera, la búsqueda constante de la energía, y del conseguir cada vez más energía para cada individuo y su familia; y reproducirse. Ir en contra de esa definición de la vida es negar ésta. 

La energía solar actual puede proporcionar más energía que la fósil, pero con mucha menor densidad espacial, y mucho más lentamente. Al final se impondrá, pues la energía solar fósil se está agotando (pero le quedan de cien a doscientos años). Este problema de la densidad espacial y baja disponibilidad temporal no se toma en cuenta cuando se habla de frenar el cambio climático. Pero debe mencionarse, para que los ciudadanos lo conozcan.

Cuando desde instituciones, y desde los medios de comunicación, se habla una y otra vez de frenar el cambio climático se está engañando, probablemente de manera inconsciente, a los ciudadanos. Los mismos que hablan de esto, hablan de ayudar a las poblaciones crecientes del tercer y del segundo mundo, que quieren disponer, las primeras, de medios para la supervivencia, las segundas, de los lujos de las poblaciones del primer mundo. Si el mensaje es: “No sobrevivan”, “Acepten una vida pobre”, estos mensajeros son radicalmente inconsecuentes consigo mismos. 

Es claro que en el primer mundo se despilfarra mucha energía. Es totalmente posible eliminar ese despilfarro. Pero de esto se habla muy poco. Se estimula el paso a coches eléctricos (los camiones son otra cosa) pero se estimula muy poco el reformar los edificios para que gasten el mínimo posible de energía. No hay plan para eso en la UE.

Para la supervivencia se precisan fertilizantes sintéticos, nitrógeno capturado de la atmósfera en cantidades masivas, lo que precisa mucha energía ahora mismo y muy concentrada. Para los edificios para albergar a as nuevas personas que van a habitar el mundo se precisan cemento y acero, se precisan carreteras con asfalto, canales, cobre para los cables eléctricos, baterías para los vehículos eléctricos, puertos y  aeropuertos.

Una vida sin todo esto, sin el “modelo occidental” es la vida de la que quieren escapar los que hoy viven en la miseria. Sin fertilizantes sintéticos y sin canales de irrigación la Tierra mantiene la población que mantenía antes del descubrimiento del proceso de Haber-Bosch, unos mil, como mucho dos mil millones de personas.

Los “ricos” podrían donar todo su dinero a los pobres. Y podrían rebajar sustancialmente sus propiedades. Pero eso resolvería algún problema durante no más de diez años. Luego habría que volver a las condiciones actuales. 

Se pueden hacer muchas cosas, pero hay que contar con la realidad (que no se suele mencionar) de la energía, y la realidad de la mezcla de maldad y bondad del ser humano, con la cual tampoco se suele contar y que acabamos de ver con la guerra de conquista decimonónica, o de búsqueda de espacio vital hitleriana, comenzada el 24 de Febrero contra Ucrania.

Es posible rehacer los discursos sobre el cambio climático, casi todos, describiendo la durísima realidad a que nos enfrentamos. 

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