Las COP de Cambio Climático

Cada año, preparando las fiestas de Navidad y fin de año, se presenta un espectáculo circense en diversas ciudades del mundo. Hay circos de verdad, con leones, elefantes, equilibristas y payasos. Y está el circo de las ONG queriendo cambiar el mundo a fuerza de pura voluntad.

Los seres humanos somos, básicamente, animales. Con un barniz intelectual, seguro, pero un barniz muchas veces muy somero. Basta con ver las acciones de los terroristas cortando cabezas de niños, o poniendo bombas en supermercados. Como animales, todo nuestro esfuerzo es conseguir energía para sobrevivir, primero, y vivir cada vez mejor, a lo largo del tiempo. Durante miles y miles de años, la energía que conseguíamos era bastante escasa, y la pobreza era generalizada salvo en, quizás, un 1% de las poblaciones.

Un día descubrimos que podíamos utilizar la energía solar que habían capturado las plantas y habían adquirido los animalillos, durante 30 millones de años, en el Carbonífero, hace 300 millones de años, y que podíamos gastar esa energía de 30 millones en 300 años: 30.000.000/300 = 100.000. Es decir, que podíamos, no solo sobrevivir y aumentar exponencialmente nuestra población, sino vivir, todos, 12.500  veces mejor que cualquier otro animal (teniendo en cuenta el crecimiento de la población).

Claro, esa energía está basada en el carbono, elemento esencial de cualquier ser vivo, y para obtenerla, hay que quemar compuestos de carbo, combustibles fósiles. Y al quemarlos se genera CO2. El CO2 generado en la Tierra anteriormente a esta quema masiva, se acumulaba en los océanos, de una manera muy lenta. Cuando quemamos intensamente los compuestos de carbono, el océano no puede almacenar el CO2 a la velocidad que se produce y ese gas se acumula en la atmósfera. Se añaden unas partes por millón a la concentración “normal” de CO2 en el aire, esas cantidades adicionales retienen más radiación infrarroja que debe salir de la superficie hacia el espacio para mantener el equilibrio de temperatura en la Tierra, y como una manta, hace subir esa temperatura en su superficie. Punto.

Es uno más de los continuos  cambios de temperatura a lo largo de siglos, milenios, edades geológicas, pero este es muchísimo más intenso al ocurrir en 300 años y además, es el que nos afecta a nosotros.

Todos los seres humanos del planeta, como todos los seres vivos del mismo, necesitan y quieren cada vez más energía, y energía de alto ECdEI: Energía Conseguida dividida por la Energía Invertida para conseguirla. En otras palabras, mucha energía lo más barata posible.

Las técnicas de captura de energías solares distintas de las que utilizan la fotosíntesis, es decir, la fotovoltaica y la eólica, tienen rendimientos mucho más elevados que aquella, pero tienen un `problema enorme: No se pueden almacenar.

Estas energías se están instalando en diversos lugares del planeta. Pero la producción de energía no basta por si sola. Se precisa distribuir y almacenar. Es decir, se precisan nuevos tendidos eléctricos y nuevos modos de almacenaje. Ambas tecnologías son muy caras planteadas en niveles masivos. 

La población del planeta crece al ritmo de 70 millones de personas al año, 1.820 millones en 26 años de aquí a 2050. Adicionalmente, la población existente debe acceder a los niveles de disponibilidad energética de, al menos, la media de los distintos países del mundo.

El consumo medio mundial de energía es de 21 MWh por persona y año

Si reconocemos que en China deben acceder a ese nivel medio unos 600 millones, en India unos 1000 millones, en África otros 1000 millones  de personas y que de aquí a 2050 habrá unos 2000 millones de personas más en el mundo, podemos estimar que precisamos conseguir adicionalmente la mitad del   consumo mundial actual de energía de aquí a 2025, es decir unos 85 billones españoles de kWh anuales.

Para producir esa energía (sin saber como almacenarla) y estimando unas 2000 horas anuales de producción se precisan instalar 42500 GW de potencia solar nuevos de aquí a 2050 a nivel global. España está instalando 5 GW anualmente en la actualidad. En el mundo, sobre todo en China, India y África se precisaría instalar anualmente 340 veces la cantidad de potencia solar que se instala en un año en España, además de la que se debe instalar en el resto del mundo para sustituir los combustibles fósiles, al menos el doble de esta cantidad. Estamos hablando de instalar anualmente en el mundo unas 1000 veces más potencia que la que se está instalando en España cada año.

A esto hay que añadir la infraestructura eléctrica para poner esa potencia a disposición de los usos de transporte (coches y camiones eléctricos), el almacenamiento (hidrógeno) y los usos industriales.

A esto hay que añadir la transformación de 2000 millones de vehículos que utilizan combustibles fósiles, a propulsión eléctrica o hidrógeno. 

Para todo esto se precisan cantidades enormes de dinero. Dinero que se recobraría, pero a lo largo de décadas. El petróleo y el gas tienen un ECdEI entre 20 u 40. El ECdEI  de las energías solares está alrededor de 10, incluyendo la producción, el transporte y el almacenaje. Es decir, son energías al menos el doble de caras que las que estamos utilizando ahora.

Las cifras son gigantescas y nadie las pone en negro sobre blanco en los medios de comunicación, ni siquiera durante las COP.

El panorama es el de una persona corriendo delante de una manada de predadores, pero perdiendo terreno en cada paso que da.

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