Saul Alinsky y las reglas del buen rebelde

Por Javier Segura del Pozo

Médico salubrista 

“Todo cambio implica desorganización de lo anterior para la organización de algo nuevo”, dijo Obama durante un discurso. Pocos sabían que se basaba en una cita de Saul Alinsky, destacado activista americano, organizador comunitario y paisano suyo de Chicago, que inspiró la llamada revolución de los patios traseros (Backyard Revolution). La apreciable influencia que Alinsky sigue teniendo, no solo entre los trabajadores comunitarios y activistas sociales anglo-sajones, sino entre prominentes políticos americanos, como Obama o Hillary Clinton (que hizo su tesis de licenciatura sobre la obra de Alinsky), y el hecho de que sus tácticas de agitación sean imitadas también por los movimientos reaccionarios americanos, como el Tea Party, hace que merezca la pena que dediquemos un capitulo de nuestra serie de Desarrollo comunitario , al legado de Alinsky. 

 

 

A la izquierda: foto de graduación universitaria de Hillary Clinton en 1969 con 23 añitos en el Wellesley College, donde presentó su tesis de licenciatura en ciencias políticas sobre Saul D. Alinsky. Fuente:http://www.boston.com/news/nation/articles/2007/03/04/a_students_words_a_candidates_struggle/. A la derecha: foto de Obama durante una clase en un instituto de Chicago, en las que expone las ideas de Alinsky sobre el análisis del poder, ayudándose de un esquema en la pizarra. Fuente: http://www.thenextright.com/category/blog-tags/saul-alinsky. Ambas fotos han sido profusamente utilizadas, en los últimos dos años, en medios y bloggs de la extrema derecha americana (y española), para «probar» que EE.UU. estaría gobernada por “peligrosos marxistas que siguen las enseñanzas de radicales como Alinsky, que buscaban destruir la democracia americana”.

 

 

La revolución de los patios traseros (Backyard Revolution)

 

«Debemos siempre recordar que una auténtica organización del pueblo, aquella en la que éste confíe totalmente y considere definitivamente como propia, debe estar enraizada en las propias experiencias del pueblo. Esto es esencial si la organización se va a construir y fundar sobre el pueblo».

(Alinsky, 1969, Reveill for Radicals)

Saul Alinsky (1909-1972) desarrolló su activismo social en el Chicago de los años 30, castigado por la gran depresión y controlado por la Mafia, que albergó los llamados vecindarios de patios traseros (Back-of-the-yards neighbourhood). En estos patios traseros construidos en áreas industriales deterioradas de grandes corrales de ganado, se concentraba la población en situación de pobreza extrema[1]. En 1938 le encargaron a Saúl Alinsky, como estudiante de postgrado de arqueología, contratado como criminólogo por el estado de Illinois, una investigación sobre las causas de la delincuencia juvenil. Como un observador del mundo de Al Capone, llegó a la convicción de que la conducta criminal era un síntoma de la pobreza y ausencia de poder de los más desfavorecidos.

También, de que no podía seguir siendo un observador distante. Él había crecido en el barrio judío de Chicago, con una educación materna, que le llevaba a la convicción apasionada de que la justicia social podía alcanzarse a través de la profundización de la democracia, y que, en vez de conformarse con lo dado, había que rebelarse contra lo que estaba claramente mal. Sus métodos no tenían una gran base teórica, sino que se guiaban por la premisa de que enseñar a las comunidades pobres como podían organizarse, no solo les restauraba su dignidad, sino que les permitía enfrentarse eficaz y estratégicamente a los poderosos[2].

Desarrollando estos métodos organizativos[3], fundó organizaciones populares de base (People’s organisations)[4] , que extendieron la llamada revolución de los patios traseros (Backyard Revolution), a través de varias ciudades norteamericanas (Chicago, California, Michigan, Nueva York, Kansas city, etc). Mediante asambleas de consejos de patios trasero (Backyard council meeting), las comunidades aprendían a  usar los cauces de  participación democrática y reivindicación de sus derechos civiles, para defender sus intereses y luchar contra la discriminación racial, la pobreza y el aislamiento social. 

 

 [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=G8UTKs2AiqU&NR=1[/youtube]

Video de presentación del documental “The Democratic Promise: Saul Alinsky & His Legacy” (La promesa democrática: Saul Alinsky y su legado) (1999). El famoso abolicionista Frederick Douglas escribió: “El poder no concede nada sin demanda previa”. El film es la historia de gente sencilla, demandando a los poderosos el gobierno de sus propias vidas. Narrado por el actor Alec Baldwin, el documental examina tanto la historia de la organización de comunidades, a través de la obra de Saul Alinsky, así como el estado actual de este proceso de organización comunitaria en algunos barrios y organizaciones actuales de Nueva York y Tejas. En un sentido más amplio, el programa trata sobre la restauración de la democracia americana a través de la participación compartida del público en la vida civil; un antídoto vital para una era de incremento de la alienación ciudadana y la apatía del votante (No solo en EE.UU., añadiria yo). Fuente: http://www.itvs.org/films/democratic-promise

 

 

El primer paso en la organización comunitaria es la desorganización comunitaria

Alinsky tenía una profunda fe en la democracia americana, pero no era un ingenuo. Las cosas no se conceden, sin pelea. Sabia que los explotados tenían que enfrentarse de forma inteligente a los poderosos, que corrompían los valores de esta democracia y aprovechaban sus reglas de juego para sus fines de dominación y explotación. Sus métodos de lucha eran no violentos, pero, a la vez, radicales. Radicales en sus intenciones (ir a las raíces y no a los síntomas) y en sus tácticas: identificar al contrincante (el poderoso, el explotador), acosarle sin tregua y batirle sin piedad. A la vez, ganarse la confianza de la comunidad, sacarla de la apatía, implicarla en el activismo y enseñar a organizarse eficazmente frente a los enemigos. Su formula era la combinación de los verbos agitar, antagonizar, educar y organizar.

“Si tu función es atacar la apatía y llevar a la gente a participar, es necesario atacar los patrones preexistentes de vida organizada en la comunidad. El primer paso en la organización comunitaria es la desorganización comunitaria.

 

 

Foto de Saul Alisnky. Fuente y fechas desconocidas

 

 

Reglas para radicales (Rules for Radicals)[5]

Alinsky recogió en 1946 su filosofía y métodos organizativas en un libro ya clásico denominado Reveill for Radicals (se podría traducir como Toque de diana para radicales). En 1971, un año antes de su muerte, escribió otro libro, donde,  mediante 11 reglas o recetas, sintetizaba sus enseñanzas. Éstas eran el  fruto de las batallas de lucha comunitaria más exitosas llevadas a cabo, no solo en su experiencia anerior de los años 40 y 50, sino  por la activa generación rebelde americana de los años sesenta (de las luchas por los derechos civiles y las protestas contra la Guerra de Vietnam). Emulando el estilo del breviario de “El Príncipe”, pretendía ser el Machiavello de los desposeídos.

Según Alisnky, un activista debe empezar por superar las sospechas ante el recién llegado (especialmente si viene de fuera) y ganarse la credibilidad. Después, debe empezar con las tareas de agitación: restregar los resentimientos, airear las hostilidades y buscar las controversias. Un organizador debe atacar la apatía y estropear los patrones previos de vida comunitaria complaciente, donde a la gente le resulta fácil el aceptar una situación mala. (Recordad: El primer paso en la organización comunitaria es la desorganización comunitaria).

 

Izquierda: Portada de «Reveill for Radicals» (1946); Derecha: Portada de «Rules for Radicals» (1971)

A través de un proceso que combina esperaza y resentimiento, el organizador comunitario trata de crear un «ejército de masas» que trata de fichar el máximo número de reclutas de organizaciones locales, iglesias, servicios comunitarios (incluidos, los de salud), sindicatos, bandas de barrio e individuos. Alinsky proporciona en el libro una serie de 11 reglas, que deben ser adaptadas a la vida real y a las situaciones concretas.

 
Regla 1: El Poder no es solo lo que tienes, sino lo que tus oponentes creen que tienes. Si tu organización es pequeña, oculta tus números en la oscuridad y arma barullo, para que todo el mundo crea que tienes más seguidores de los que tienes.

Regla 2: Nunca vayas más allá de la experiencia de tu gente. El resultado es confusión, temor y repliegue.

Regla 3: Siempre que sea posible, ve más allá de la experiencia de tu oponente. Así le causarás confusión, temor y repliegue.

Regla 4: Provoca el que tus oponentes no vivan a la altura de su propio libro de reglas. “Puedes destruirlos con esto, ya que no podrán seguir obedeciendo sus propias reglas, así como la iglesia cristiana no vive a la altura del cristianismo”.

Regla 5: El ridículo es la más potente arma del hombre. Es difícil contraatacar el ridículo, y enfurece a la oposición, que después tiene una reacción que te favorece.

Regla 6: Una buena táctica es aquella que divierte a tu propia gente. “Si tu gente no se lo está pasando muy bien, hay algo que falla en tu táctica”.

Regla 7: Una táctica que se alarga demasiado, se convierte en una lata. El compromiso se transforma en algo ritual, cuando la gente se interesa en otros asuntos.

Regla 8: Mantén la presión. Usa diferentes tácticas y acciones y usa los sucesos del periodo en tu provecho. “La premisa mayor de las tácticas es el desarrollo de operaciones que mantendrán una presión constante sobre la oposición, que le llevará a reaccionar a favor tuyo”.

Regla 9: La amenaza es más terrorífica que el hecho en sí. Cuando Alinsky deja caer que un gran numero de pobres iban a encerrarse en los aseos del aeropuerto O’Hare, las autoridades municipales de Chicago rápidamente aceptan un compromiso a largo plazo para organizar los guettos. Imaginaban a cientos de pasajeros saliendo de los aviones y encontrándose los aseos ocupados. Después imaginaban el bochorno internacional y el daño a la reputación de la ciudad.

 Regla 10: El precio de un ataque exitoso es disponer de una alternativa constructiva. “Evita ser atrapado por un oponente o un entrevistador que dice: Eso está bien, pero ¿y tú que harías?”

Regla 11: Escoge el objetivo, congélalo, personalízalo, polarízalo. No intentes atacar empresas o administraciones abstractas. Identifica un responsable individual. Ignora los intentos de desplazar o dispersar la responsabilidad

Según Alinsky, la principal tarea del activista u organizador es acosar a un oponente hasta que reaccione “El enemigo adecuadamente aguijoneado y guiado en su reacción será tu mayor fortaleza”.

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Este artículo forma parte de la serie “Desarrollo comunitario”, escrito por Javier Segura del Pozo, que lleva las siguientes entregas publicadas hasta ahora:

  1. Desarrollo comunitario-Community development
  2. Desarrollo comunitario radical, según Margaret Ledwith
  3. Las uniones de crédito (”Credit union”)
  4. Las comunidades compasivas: el bienestar en el  final de la vida
  5. Food mapping: midiendo el acceso a alimentos saludables
  6. Salop Drive Market Garden, un ejemplo de Agricultura Urbana.
  7. El enfoque ABCD de desarrollo comunitario
  8. El mapa de recursos de una comunidad (Asset mapping)
  9. La investigación apreciativa (Appreciative inquiry)
  10. El banco de tiempo
  11. José María Arizmendarrieta y el movimiento cooperativo de Mondragón
  12. “Healthy living centres” o centros de vida saludable, Gran Bretaña (1999-2010)
  13. Saul Alinsky y las reglas del buen rebelde

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[1] Leer la novela de Upton Sinclair “La jungla” (The Jungle) de 1906, sobre las terribles condiciones de vida en los Union Stock Yards

[2] Estos párrafos estan basados en una traducción del texto de Margaret Ledwith, “Community development. A critical approach». BASW. 2008. Pag 88.

[3] http://www.itvs.org/films/democratic-promise

[4] En 1936 dejó las agencias estatales y fundó el Consejo de la Vecindad (Backyard council). Más tarde, fundó la Fundación de las Áreas Industriales (Industrial Areas Foundation-IAF), con el fin de llevar su método a las reformas en áreas urbanas en declive. En los años sesenta fundó la vecindad TWO para organizar las comunidades afro-americanas. La IAF formó a cientos de lideres ciudadanos, sindicalistas y activistas americanos prominentes, como por ejemplo Cesar Chavez y Dolores Huerta.

[5] Basado en una traducción del texto de The Citizen’s Handbook (en: http://www.vcn.bc.ca/citizens-handbook/rules.html)

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9 comentarios

  1. Me gustaría compartir con vuestro blog dentro del Ambito del «Desarrollo Comunitario» el tema del Papel del ciudadano en temas de salud y de los servicios sanitarios que nos parece importante profundizar, debatir y proponer líneas de trabajo y compromiso.

    El tema tiene muchos aspectos y probablemente demasiado amplio y tengamos que ir acotando.

    Se me ocurren algunos aspectos:

    -Derechos y deberes de la ciudadanía en temas de salud y de los servicios sanitarios. Ámbitos individual y colectivo

    -Participación comunitaria en salud. Historia, marco conceptual, derecho y/o instrumento,….

    -Instrumentos y organos de participación comunitaria

    -Situación en el Sistema Sanitario Español. Luces y sombras. Desarrollo legislativo y politico y social

    -Como promoverla.

    -La información sanitaria al servicio de la ciudadanía para la toma de decisiones

    -las distribución del poder en los sistemas sanitarios,…

    Seguro que entre todos/as somos capaces de construir algo interesante y debate.

    Me informáis que o parece, si es posible en vuestro blog y como lo podemos hacer

    Un saludo

    Juan Luis

  2. Hola Juan Luis,

    La propuesta que haces es muy interesante. Por supuesto que cualquiera de los temas que propones desarrollar o debatir podria incluirse en la serie de DC del blog. Todos ellos giran alrededor de la «partcipacion comunitaria», que es como en nuestro medio se ha enfocado el DC. O bien, desde la vertiente de la «investigación-acción».

    ¿De qué estamos hablando cuando usamos estos términos? ¿Participar? ¿En qué? ¿En la gestion de un centro de salud? ¿En las decisiones que se toman en un barrio o en una ciudad? ¿Participar o compartir el poder de decision? ¿Es lo mismo?

    ¿Hablamos incluso de poder tomar las propias decisiones sobre la salud al margen del sistema santario? ¿Hablamos de autonomia, de desmedicalización?

    ¿Participar o Reivindicar?

    Cuando hablamos de partcipacion comunitaria, entramos pues en el campo del poder ¿En qué situaciones se comparte el poder?

    ¿Hablamos del derecho a la partcipacion reconocido por una ley? ¿Porque no se cumple la ley? ¿como se hace efectivo este derecho? Reprodusco una de las citas de este artículo sobe Alinsky: “El poder no concede nada sin demanda previa”.

    Propongo que arranques con la redacción de uno de los temas que propones. Cualquiera. Lo publicariamos, con la invitacion a ser debatido. Es una forma de tirar del hilo. Podriamos hacer recircular este debate y el material resultante(en otros blogs, otros foros, etc).

    Otras personas interesadas podrian animarse a arrancar con otros temas de los que propones o proponer otros. Siempre desde la optica de la experiencia y el conocimiento que cada uno puede aportar o compartir. Nunca desde lo puramente académico o como si hicieramos un temario de oposición. Desde la libertad de cada uno y sin cortarse porque uno crea que debe ser un erudito para escribir.

    ¿Que te parece? ¿Te animas?

    Un saludo

    Javier

  3. Gracias Javier:
    Me parece correcto
    Las preguntas que planteas son las que creo que todos nos planteamos y son aspectos de la tematica que podemos ir opinando y aportando experiencias, vivencia y evidencias.
    Iré mandando reflexiones y algunos debates y ver como conseguimos avanzar
    Confio poder dominar al control de seguridadpara que te entre este comentario

  4. […] Saul Alinsky (1909-1972) fue un activista y pensador estadounidense, considerado el “padre” del community organizing, una corriente estadounidense de organización comunitaria. Fue fundador de la Industrial Areas Foundation, organización con presencia en todo EEUU que cuenta en nuestros días con miles de socios. Además de Tratado para radicales, escribió en 1946 Reveille for Radicals, sin traducción al castellano. […]

  5. […] “Todo cambio implica desorganización de lo anterior para la organización de algo nuevo”, dijo Obama durante un discurso. Pocos sabían que se basaba en una cita de Saul Alinsky, destacado activista americano, organizador comunitario y paisano suyo de Chicago, que inspiró la llamada revolución de los patios traseros (Backyard Revolution). La apreciable influencia que Alinsky sigue teniendo, no solo entre los trabajadores comunitarios y activistas sociales anglo-sajones, sino entre prominentes políticos americanos, como Obama o Hillary Clinton (que hizo su tesis de licenciatura sobre la obra de Alinsky), y el hecho de que sus tácticas de agitación sean imitadas también por los movimientos reaccionarios americanos, como el Tea Party. (Fuente: Madri+d) […]

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