Polio: otro virus, otras vacunas
La Vacunación, así, en mayúsculas, ha supuesto uno de los mayores hitos de la historia de nuestra especie en términos de salud y bienestar –quizás junto a la potabilización del agua y las revoluciones verdes-. Gracias a este hito, el monstruo de la viruela es ya historia. Otros virus, como luego veremos, podrían correr, si no la pifiamos, igual suerte en un futuro próximo. Aquí, uno de los mayores enemigos es, lógicamente, el colectivo antivacunas y… las guerras.
Dentro del hito mundial que supuso poder desarrollar inmunidad preventiva contra diferentes enfermedades –incluyendo a varios tipos de cánceres– en el 2020 conseguimos el super-hito de reducir desde más de una década de media, a menos de 365 días el tiempo para elaborar y llevar a la sociedad no ya una vacuna, sino un ramillete de ellas que sigue creciendo. Pero no quería insistir en ese mar de información que está suponiendo la vacunación contra el SARS-CoV-2, sino anunciar nuevos peligros para la erradicación de otros virus. En este caso, me estoy refiriendo al virus de la poliomielitis…
Tal y como aparece en el portal de las vacunas de la Asociación Española de Pediatría, Desde 1988, cuando la OMS asumió el objetivo de la erradicación de la polio en el mundo, la incidencia de la enfermedad ha descendido más de un 99 % (de unos 350.000 casos estimados en 1987 a 176 casos en 2019). Pese a ello, actualmente persisten retos pendientes de resolver y que mantienen el riesgo de reemergencia y extensión de la enfermedad. Uno de ellos se ha recrudecido recientemente con un hecho que aparentemente podría parecer que no guarda ninguna relación como ha sido la llegada de los talibanes al poder en Afganistán.
De los tres genotipos de poliovirus descritos, el 1,2 y, lógicamente, 3, solo el 1 está claramente activo –con la excepción de algunos casos relacionados con la reversión del fenotipo de la vacuna atenuada tipo 2. Es lo que tienen algunas vacunas atenuadas frente a las, en principio, más seguras inactivadas.
Pues bien, la persistencia del tipo 1 del virus de la polio se ha observado prácticamente en dos países: Afganistán y Pakistán. Los casos en India o en Nigeria han remitido y se consideran países libres de poliomielitis.
Varios son los motivos por los que el virus persiste en estos países de oriente medio. Algunos de los más importantes han sido la dificultad para la vacunación –muchos sanitarios han fallecidos asesinados por sospecha de ser espías de la CIA– y, claro está, el movimiento de la población en guerra. De hecho, ese movimiento bélico llevó el virus, como reemergente, hasta Siria.
Por lo tanto, volvemos donde empezamos, con la incertidumbre de que el nuevo gobierno afgano favorezca la vacunación masiva contra el VP1 –tipo 1 de polio- y eso, por desgracia, abunde en la persistencia del virus y la enfermedad que conlleva en esa zona ya demasiado caliente y castigada del Globo.
Eso sí, mientras tanto, por aquí seguimos en los países occidentales con la duda de si nos lanzamos, o no, a la tercera, cuarta o quita dosis vacunal… ¡Mundo de locos!
Director de Cultura Científica del CBMSO
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL 03 de SEPTIEMBRE de 2021
ENTRE PROBETAS
Ciencia desde la medicina más interna
27.07.2021
Hay enfermedades que afectan a varios sistemas y órganos, que no están tan “focalizadas” como otras. En estos casos, la figura del médico internista es fundamental. Hoy trataremos de estas patologías y de la investigación que conlleva con Juan Torres, jefe del servicio de medicina interna del hospital universitario Infanta Leonor-Virgen de la Torre de Madrid. Wikipeke terminará su periplo dinosáurico con el Riojasaurio. Con más noticias y la canción de la vida del invitado terminamos el programa.
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Para nosotros, los supervivientes de la polio, es siempre una gran noticia que haya quienes recuerden a la gente que esa terrible enfermedad sigue con nosotros, que no ha desaparecido. Y que, no obstante, disponemos de la bala de plata que puede erradicarla definitivamente. No puede menos que sorprender, cuando no escandalizar, que el debate sobre la obligatoriedad de la vacunación haya saltado a los medios de comunicación generalistas con motivo de las vacunas frente a la COVID-19, de efecto muy limitado a causa de la naturaleza de esa enfermedad de de la de las propias vacunas, cuaqndo ha estado ausente durante décadas para otras vacunas que, como la de la polio o la del sarampión, podrían realmente terminar con enfermedades que matan niños, no ancianos. Así pues, ¿pasaporte COVID para entrar en un restaurante, o en un país, o pasaportes polio o sarampión? ¿Qué tiene más sentido? Dejo ahí la pregunta para quienes deseen aportar su respuesta.
En nombre de todos nosotros, los largamente ignorados supervivientes de la polio, muchas gracias, querido JAL, por traer el tema a colación.
Muchas gracias por tu siempre acertada aportación, querido José Manuel. Efectivamente, es algo que últimamente comento en los medios cuando me preguntan… Por qué pedir un pasaporte COVID para entrar en interiores y no, ya puestos, uno de vacunas pediátricas para dejar a nuestro hijo en guarderías? -Me consta que algunas privadas ya lo hacen-… Un abrazo