MECANOTERAPIA PARA EL SUELO PÉLVICO
El suelo pélvico es el conjunto de estructuras musculoaponeuróticas y ligamentosas situadas en la la salida del estrecho inferior de la pelvis. Sirven de soporte de los órganos que están por encima en la posición bípeda, todas las vísceras pelvianas y abdominales. Su papel en la continencia es fundamental y, en el caso del los músculos, supone la diana de trabajo del fisioterapeuta como estructura sobre la que se puede ejercer capacidad de modificación terapéutica.
El lector podrá encontrar una miríada de descripciones del suelo pélvico a golpe de pocos clics. Sólo insertamos una en la que se puede ver la pelvis ósea con los múculos que nos interesan.
La visión desde arriba nos permite ver por delante (parte inferior de la imagen) el púbis, y por detrás (parte superior de la imagen) el sacro y coxis. Los músculos «taponan» la salida formada por la parte inferior de la pelvis, dejando tres orificios en el caso de la mujer: uno para la uretra, otro para la vagina y un tercero para el ano. La contracción de la musculatura constriñe los orificios a voluntad o de manera automática, impidiendo el escape de orina, gas o heces ante cualquier aumento de presión desde arriba (tos, estornudo, risa o cualquier otro esfuerzo que conlleve aumento de la presión intrabdominal).
La incontinencia de orina o urinaria (IU) es un problema muy frecuente en la mujer, más en edades posmenopáusicas. Ante una mujer con incontinencia de orina, sea de esfuerzo, de urgencia o mixta, el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico forma parte el tratamiento inicial. Hay que aclarar que la incontinencia puede deberse a múltiples causas y que ahora estamos abordando aquellas en las que hay algún papel de la musculatura descrita.
En todo caso, aun iniciando la gestión para consultar a un profesional, podemos empezar a realizar ejercicios del suelo pélvico. Lo primero será reconocer su localización y cómo se contrae. Si esto es posible se iniciaría un trabajo sistemático, sin que podamos recomendar un protocolo ideal. Una pauta puede ser realizar los ejercicios 3 veces al día, 3 o 4 días por semana. Cada vez que se realicen contraer de 8 a 10 repeticiones, manteniendo contracciones rápidas o más lentas (de 6-8 segundos) (1). Se mantendría este patrón de tres a cuatro meses, al menos.
Si no se obtienen resultados o si no se es capaz de realizar los ejercicios puede ser necesaria la ayuda de un fisioterapeuta. Lo primero que hará, probablemente, será ayudar a reconocer la anatomía del suelo pélvico y cómo funciona. Dispone de distintas herramientas terapéuticas (trabajo manual, corriente eléctrica, retroinformación o biofeedback). Y también de distintos dispositivos que posibilitan un ejercicio autónomo de la musculatura del suelo pélvico.
Entre estos instrumentos, que podríamos enmarcar en la mecanoterapia, se encuentran los que ofrecen una resistencia a la contracción de los músculos mediante su inserción en la vagina. Como ejemplo podemos citar el Pelvic Toner , con una metodología de uso muy simple y confeccionado con materiales seguros. Consta de dos «brazos», unidos por un eje y con muelles interpuestos entre ellos. La resistencia del muelle es la que la mujer ha de vencer para aproximar esos dos brazos. Incorpora distintos muelles, fácilmente intercambiables, con resistencias crecientes para adaptar el trabajo muscular. Además, cuenta con el respaldo de un estudio controlado.
No hay que olvidar que el trabajo de la musculatura debe ser continuado, por lo que este y otros dispositivos, y su difusión, serán de gran ayuda y complemento en el trabajo que realizamos los fisioterapeutas en consulta.
Para saber más:
http://www.ensuelofirme.com/incontinencia-urinaria-de-esfuerzo-como-puede-ayudarte-pelvictoner
Referencias:
1. Lukacz ES. Treatment of urinary incontinence in women. En: UpToDate, Post TW (Ed), UpToDate, Waltham, MA. (Acceso 29 de diciembre de 2015).